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de la Iglesia »
16.09.13
Conversiones, multitudes y persecución de los buenos
A las 9:58 AM, por Alberto Royo
Categorías : General
PADRE PÍO, A LOS 45 AÑOS DE SU FALLECIMIENTO
JOSÉ RAMÓN GODINO ALARCÓN
San Francesco Forgione, más conocido como el P. Pío de Pietrelcina, fue uno de
los fenómenos espirituales más grande del s. XX. Conocido en todo el mundo por
sus estigmas, sus milagros y su clarividencia, corre sin embargo el peligro de
ser encorsetado en un mero pietismo milagrero que esconda su honda humanidad.
Nada más lejano de su vida y su experiencia espiritual. Nació en Pietrelcina, en
el Benevento, el 25 de mayo de 1887, su madre, devota y sencilla católica que
influiría en él de forma decisiva, le puso por nombre Francesco en honor de san
Francisco de Asís. Fue bautizado al día siguiente en su pueblo, donde pasaría su
infancia.
Como en tantas otras familias humildes de la zona, Francesco no pudo asistir
regularmente a la escuela. El trabajo de la tierra, necesario para la
supervivencia, le retenía muchos días en el campo. Sólo cuando tuvo doce años
comenzó a estudiar regularmente de la mano del cura del pueblo, Domenico
Tizzani, quien vio en él un futuro candidato al sacerdocio. En dos años aprendió
toda la escuela elemental, pudiendo pasar con normalidad a realizar los estudios
de Secundaria.
El encuentro con Fray Camillo, un fraile capuchino del vecino convento de
Morcone, a 30 kilómetros de Pietrelcina, que iba de pueblo en pueblo pidiendo
limosna, hizo que expresase su deseo de hacerse capuchino. Corría el año 1902 y
Francesco había tenido una niñez débil y enfermiza, lo cual en un primer momento
disuadió a los frailes. Sólo en otoño de 1902 llegó el consentimiento para
entrar en el convento, dejando a su madre y a sus hermanos, pues su padre había
emigrado a América en 1898. El 6 de enero de 1903 entró oficialmente en el
convento.
Días antes, el 1 de enero, había tenido una visión después de comulgar que le
anunciaba una continua lucha contra Satanás. El 5 de enero, la noche antes de
entrar en los capuchinos, declaró haber tenido una aparición de Jesús y la
Virgen que le aseguraban su protección y predilección. Las visiones serían desde
entonces una constante en su vida, así como los ataques por parte del demonio.
El 22 de enero, con tan sólo 15 años, tomó el hábito, con el nombre de fray Pío.
En 1904, pronunció sus votos simples y el 25 de enero de ese mismo año se
trasladó al convento de Sant’Elía para continuar con sus estudios. Es en este
convento donde se produjo su primera bilocación, asistiendo al nacimiento de
Giovanna Rizzani, futura hija espiritual suya, nacida en Udine, Venecia, lejos
de donde físicamente se encontraba el padre Pío en ese momento.
El 27 de enero de 1907, hizo la profesión de sus votos solemnes. Ese mismo año
fue trasladado al convento de Serracapriola, ubicado a quince kilómetros del
mar, pero el clima no le sentó bien y su salud decayó. Sus superiores lo
enviaron de regreso a Pietrelcina para ver si el clima de su casa le hacía bien.
La gente de su pueblo confiaba en él, pidiéndole consejo, y así Francisco
comenzó a dedicarse a la dirección de almas.
En 1908 marchó al convento de Montefusco y n noviembre de ese año, recibió las
órdenes menores (ostiario, lector, exorcista, acólito) y luego el subdiaconado.
Toda esta época fue para él de mucha oración y estudio. El 10 de agosto de 1910
fue consagrado sacerdote en la catedral de Benevento. Sin embargo, permaneció
con su familia hasta 1916 por motivos de salud. Es en este periodo cuando fray
Pío comenzó a experimentar un fenómeno que alteraría su vida: los estigmas en
las manos. En estos años, aún eran invisibles y sólo sentía los dolores. Lo
comunicó por primera vez el 8 de septiembre de 1911, en una carta a su padre
espiritual en la que afirmaba que el fenómeno se llevaba repitiendo desde hace
un año y que había sido callado por vergüenza.
En febrero de 1916 volvió a la vida conventual en Foggia. El 28 de julio llegó a
S. Giovanni Rotondo, lugar en el que parece ser que se sentía mucho mejor y
podía descansar, por lo que pidió al provincial de la orden que le dejara
establecerse allí. La respuesta tardaba en llegar y escribió al provincial
diciéndole que “Jesús le había asegurado que allí estaría mejor”. Se estableció
con permiso de sus superiores definitivamente en el Seminario seráfico de S.
Giovanni Rotondo como director espiritual. En su nueva comunidad era muy difícil
esconder los estigmas por el profundo dolor que le ocasionaban. El 17 de octubre
confesó al Padre Agustín de San Marcos que sufría los estigmas, pero que había
pedido a Dios que no se mostraran, lo que le había sido concedido, aunque sin
que se retirara el dolor. Confesó, además, que semanalmente sufría los dolores
de la coronación de espinas y la flagelación de Cristo. Esto le producía dolores
agudísimos.
Entretanto, fray Pío tuvo que prestar servicio militar durante la Primera Guerra
Mundial, participando en el servicio sanitario. Su servicio fue intermitente por
su debilidad física, llegando a ser definitivamente alejado del servicio activo
en 1918 por afecciones pulmonares. En agosto de 1918, aseguró haber recibido una
visión en la que un hombre armado con una lanza le atravesaba, dejando una
herida constantemente abierta, fenómeno conocido como transverberación. Esta
lesión, junto con los estigmas, fue interpretada con distintos matices: unos
pensaban que era signo de santidad, otros que era una enfermedad de la piel y
otros directamente que eran heridas autoinfligidas.
Los estigmas constituyen el fenómeno más conocido del P. Pío y por ello debemos
detenernos a hacer una cronología de los orígenes de este. Como ya hemos visto,
el inicio de la manifestación está en 1910, cuando por su debilidad debió
permanecer en numerosas ocasiones en su casa de Pietrelcina para reponerse.
Todos los días solía retirarse al campo a rezar después de la Misa matutina,
algo que hacía que sus pulmones mejoraran. Según lo revelado a su confesor,
recibió allí los estigmas el 7 de septiembre de 1910, pero no comenzó a
sentirlos con intensidad hasta septiembre de 1911. La mañana del 20 de
septiembre de 1918, rezando ante el crucifijo del coro de la vieja iglesia
pequeña de San Giovanni Rotondo, el P. Pío tuvo otra experiencia mística en la
que los estigmas o las heridas se hicieron visibles y quedaron abiertas, frescas
y sangrantes, algo que continuaría durante medio siglo. La noticia de los
estigmas no tardó en correr desde el establecimiento en San Giovanni Rotondo,
donde se hicieron imposibles de ocultar.
El tranquilo convento pronto se convirtió en meta de peregrinación de personas
que deseaban obtener gracias por la intercesión del P. Pío. La fama del
religioso se extendía cada vez más. De él se decía que conseguía conversiones
inesperadas por medio de la confesión y el “boca a boca” hacía que se extendiese
la fama de su santidad. El convento acogía cada vez a más visitantes y se
convirtió en lugar de peregrinación, no sin envidia de los párrocos de los
alrededores. La situación se volvió preocupante para las autoridades
eclesiásticas. En el Vaticano había división de opiniones ante la falta de
noticias claras sobre lo que verdaderamente estaba sucediendo. Las continuas
peregrinaciones alimentaban el temor de que pudiera tratarse de una estafa
económica o de que pudiera estallar un escándalo. La credibilidad de la Iglesia
estaba en juego y comenzaron las investigaciones. El primer encargado de
investigar fue el general de los capuchinos, quien envió al médico Giorgio Festa
al lugar de los hechos. La investigación no fue concluyente, pero se mostró
favorable al origen sobrenatural. Ante la insuficiencia de las conclusiones, que
expresaban quizás demasiado entusiasmo, continuaron las investigaciones, a
menudo de forma secreta.
Comenzaron los estudios médicos. Primero investigó el doctor Romanelli por orden
del superior provincial capuchino. El 15 y el 16 de mayo de 1919, certificó que
las heridas no eran superficiales, pero tampoco sangraban. El 26 de julio, llegó
de Roma el profesor Bignami, que coincidió con Romanelli, pero encontró una
razón patológica para las heridas: necrosis neurótica, una enfermedad motivada
por la autosugestión o por el uso de alguna sustancia química. En 1920, el
cardenal español Merry del Val encargó al famoso franciscano P. Agostino Gemelli
el estudio del caso en nombre del Santo Oficio. El Santo Oficio estaba
preocupado por las acusaciones que llegaban de conducta escandalosa del
capuchino y se pedía la ayuda del científico franciscano, dado su conocimiento
de la medicina y de los fenómenos místicos.
Gemelli, interesado por el tema, decidió conocer en persona al P. Pío, a pesar
de estar en un principio opuesto a él. El religioso se negó a enseñar los
estigmas a Gemelli alegando que no tenía autorización de su provincial, a pesar
del mandato de Merry del Val por parte del Santo Oficio. Gemelli salió irritado
de San Giovanni Rotondo por el apoyo de los superiores al religioso, quienes
pidieron que la investigación se hiciera por canales oficiales. El dictamen del
famoso franciscano, buen científico, pero hombre de gran arrogancia, fue
durísimo. Tildó al fraile de histérico y psicópata, achacando las heridas a
autolesiones a una enfermedad mental. Más adelante definiría al P. Pío como
“psicótico, autodestructivo y fraude”. Estas afirmaciones no se debían al examen
clínico de las heridas, pues no las examinó, pero la autoridad del que las
afirmaba hizo que pesaran en lo que restaba de vida del fraile de Pietrelcina.
Entre abril y mayo de 1921, el Santo Oficio decretó una visita apostólica a San
Giovanni Rotondo que estudiase la personalidad del P. Pío. Se eligió al obispo
de Volterra, Raffaele Carlo Rossi, después cardenal. Tras una semana en el lugar
redactó un informe en el que analizaba los casos de posibles curaciones y
bilocaciones. En él afirmaba que el P. Pío a muchas de las preguntas había
respondido que no estaba en su conocimiento que hubiera realizado ciertas
acciones y negaba un caso de bilocación. La conclusión final de Rossi fue
escéptica, dando por falsos todos los milagros y situaciones misteriosas puestos
a examen.
Las consecuencias de este examen llegaron en 1923. El 31 de mayo, apareció un
decreto en el que el Santo Oficio declaraba que no constaba nada sobrenatural en
lo sucedido en San Giovanni Rotondo y exhortaba a los fieles a no visitar San
Giovanni Rotondo ni propagar su fama. Oficialmente la Iglesia manifestaba que no
había fenómenos sobrenaturales en el lugar, sin negar la posibilidad de que en
un futuro los hubiera. La noticia llegó a todo el mundo. En 1924, Giorgio Festa
pidió realizar un examen exhaustivo con nuevas técnicas, a lo que se negaron las
autoridades eclesiásticas. Mientras tanto, con el paso de los años el dictamen
del Santo Oficio se revelaba inservible ante la creciente avalancha de
peregrinos. En 1931, llegó un documento más duro que prohibía las
peregrinaciones e imposibilitaba al P. Pío decir Misa en público y confesar.
Pío XI, después de estudiar el caso, revocó estas restricciones en 1933, pero el
decreto de negación seguía vigente y oficialmente los fenómenos ocurridos al P.
Pío no eran reconocidos. Esto no preocupaba ni a la gente común ni a las
personalidades. A partir de 1938 acudieron en visita a San Giovanni Rotondo
miembros de numerosas familias reales católicas y personajes públicos italianos
y de otros países buscando conocer al fraile y pedir consejo. El fenómeno creado
en torno al P. Pío se convirtió en mundial. Las colas para confesar eran
larguísimas, emulando las del Cura de Ars. Él pasaba la mayor parte del día en
el confesionario y la mayor parte de la noche en oración en el coro de la
iglesia. Paralelamente, comenzó a gestarse una gran obra social que canalizaba
los donativos hechos al santuario: el hospital “Casa de Alivio en el
sufrimiento”, comenzado en 1940. En 1950, el fenómeno era ya de tal magnitud que
entró en funcionamiento un sistema de reserva de turno para confesar con P. Pío.
Pío XII le había librado del voto de pobreza para administrar el hospital, pero
ante el posible escándalo le fue retirada dicha dispensa al poco tiempo.
La controversia no terminó. Habiendo caído la curia general capuchina en
práctica bancarrota por unas inversiones desafortunadas de sus fondos, se pidió
al religioso de parte del General de la Orden que destinase algo de las
donaciones que llegaban para el nuevo hospital a remediar el desfalco, a lo que
éste se negó por querer respetar la voluntad de los donantes. Eso desencadenó
una terrible ola de inquina por parte de algunos religiosos hacia él,
inventándose éstos acusaciones falsas, incluso grabando sus confesiones. Juan
XXIII pidió una nueva investigación en el ambiente del Concilio Vaticano II,
ante las noticias tan contradictorias que le llegaban. Se envió a monseñor
Maccari para averiguar si lo sucedido en San Giovanni Rotondo no era sino fruto
de una religiosidad arcaica y se llevó a cabo una durísima investigación en la
que se usaron incluso las pruebas magnetofónicas. El visitador trató con gran
severidad al religioso, imponiéndole duras medidas para evitar su influjo entre
los fieles. El Papa no se pronunció, pero sus diarios revelan que se inclinaba
por creer que era un engaño. Sin embargo, algunos superiores del P. Pío y
numerosos obispos manifestaron que, a pesar de las reticencias de los
informantes del Papa, la conducta del fraile se guiaba por la obediencia y la
ortodoxia.
El P. Pío callaba y vivía aquello que en cierta ocasión escribía a una dirigida
espiritual: “Que toda su solicitud en medio de las tribulaciones que la invaden
totalmente, se centre en un abandono total en los brazos del Padre celeste, ya
que Él tiene sumo cuidado para que su alma, tan predilecta, no sea sometida al
poder de Satanás. Humíllese, pues, ante la Majestad de Dios y déle gracias
continuamente, a tan buen Señor, de tantos favores con lo que sin cesar
enriquece su alma de Ud. y confíe cada vez más en su divina Misericordia. No
tema, vuelvo a repetirle en el Señor, quien le ha ayudado hasta ahora continuará
hasta su salvación”.
Las investigaciones quedaron paralizadas al ser elegido el nuevo Papa, Pablo VI,
que dijo sobre el caso: “Dejad en paz al Padre Pío”, pues desde hacía años lo
apreciaba, si bien no lo había conocido personalmente. Pablo VI autorizó al P.
Pío a seguir celebrando la Misa según el misal previo a la reforma conciliar.
Fue en esa época cuando la Santa Sede pasó a vigilar de una forma más cercana
las actividades económicas del santuario y el hospital, sin encontrar aspectos
negativos sobre el P. Pío, quien donó todos sus bienes a la Santa Sede y con
ellos la institución hospitalaria. Murió el 23 de septiembre de 1968, rodeado
del cariño de muchos. Sus funerales fueron multitudinarios. Al preparar el
cadáver se encontró que las heridas habían cicatrizado y casi desaparecido,
según se decía por haber pedido el P. Pío que se le retiraran antes de morir.
El proceso de canonización no tardó en empezar. Se reunieron 104 volúmenes de
declaraciones positivas y negativas, que fueron estudiadas por la Santa Sede.
Después de un largo proceso y certificados los milagros el P. Pío fue declarado
beato el 2 de mayo de 1999 y canonizado el 16 de junio de 2002 por Juan Pablo
II, que le había conocido en vida y le tenía grandísimo aprecio. En dicha
ceremonia, el Papa dijo: “¡Cuán actual es la espiritualidad de la cruz que vivió
el humilde capuchino de Pietrelcina! Nuestro tiempo necesita redescubrir su
valor para abrir el corazón a la esperanza. En toda su existencia buscó una
identificación cada vez mayor con Cristo crucificado, pues tenía una conciencia
muy clara de haber sido llamado a colaborar de modo peculiar en la obra de la
redención. Sin esta referencia constante a la cruz no se comprende su santidad.”
A pesar de lo controvertido de su figura, la Santa Sede reconoció los numerosos
fenómenos sobrenaturales de su vida después de una nueva investigación sin
prejuicios. Hoy san Pío es uno de los santos más invocados de la Iglesia, aunque
desde numerosos medios se empeñan tozudamente en multiplicar las investigaciones
para descubrir un nunca probado montaje. Actualmente él sigue respondiendo con
las mismas evidencias que cuando estaba vivo, realizando conversiones y
acercando a multitudes a Dios desde su sepulcro de San Giovanni Rotondo.
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4 comentarios
Comentario de abuelajuana
Gracias por la información acerca del Padre Pio. Cuando era una jovencita, en
Chile se hablaba mucho de este santo en vida y pude conocer a algunas personas
que habían viajado a Italia y lo habían visto.
Pidasmosle ahora que rece por el mundo y sus gobernantes. Que rece por el pronto
triunfo del Inmaculado Corazón de Maria.
¡Padre Pio, ruega por nosotros!
17/09/13 3:43 PM
Comentario de Javier
En el artículo se señala que "Pablo VI autorizó al P. Pío a seguir celebrando la
Misa según el misal previo a la reforma conciliar".
A este respecto me siento extrañado porque se puede observar en youTube* un
video de la última misa del Padre Pio y es novus ordo en el cual se le ve
bastante perdido y desconcertado.
¿Es cierto que la primera y última vez que celebró Misa fue "novus ordo" y que
murió después de terminada?
Un saludo. Javi
*https://www.youtube.com/watch?v=3RN4P2z-xi8
26/09/13 5:51 PM
Comentario de carlos
Estimados hermanos y miembros del Cuerpo Místico.He Aqui UN GRANDE de nuestros
tiempos,un Santo que no era amigo de las ambiguedades,no menejaba los
grices,mirar en el Google,todo lo extraordinario.Johannes Jörgensen,converso
cuando descubrío la Doctrina Social de Nuestra Madre la Iglesia,afirma en la
mejor biografia que leí de Santa Catalina de Siena,lo extraordinario,es lo
propio de la Iglesia, a las apariciones de Cristo Resucitado,se sucede que a san
Esteban se le abren los cielos y ve a Dios Nuestro Señor a la Derecha del
Padre,luego a san Paplo en el camino a damasco se le aparece el mismo Señor
Resucitado,en el caso de Nuestra Santa Santa Catalina de Siena,Santa Brigida
escuchan palabras inefables,si estan Y/o en el cuerpo,no lo saben,toda la vida
de Santa Catalina fue un prodigio,la vida de Charbel Makluff,es extraordinaria,y
contemporánea quien lo pude explicar!!!!Lo extraordinario amputado por
heterodoxias racionalistas,pelagianas,algunas muy evidentes,otras vestidas de
Pseudoortodoxia,el diablo es más sutil,la corrupción de lo mejor es lo
peor.Insisto lo extraordinario,y no lo ordinario es propio de Nuestra Madre.La
vida sobrenatural,que vivió Edit Stein es posible,ella se convirtio en santa
teresa de la cruz,la vida mística es lo ordinario en un Creyente.La
Espiritualidad del Carmen observante que sigue a Santa Maravillas,esta lleno de
fidelidad,ahí esto está por demás claro y no existen las heterodoxias,yo
pertenezco e ELLa es una vacuna para todas las
espiritualidades,racionalistas,humanistas,seguir a SANTA TERESA de
JESÚS,MAESTRA!!!!,la libertad interior ,que Dios respeta,a pesar de estar en una
misma observancia,sontodos distintos los santos del carmen,Sor Isabel del
Trinidad,ilustra ese misterio,Santa Teresita,la infancia espiritual,la
espiritualidad Steiniana,tiene matices propios,san Juan de la Cruz.No seguir
espiritualidades que niegan la libertad interior,pelagianas,las virtudes humanas
,lo que se ve.DIOS nuestro Señor mira nuestro fondo que claramente tiene que
morir para que él se incorpore.Que caracteriza esas espiritualiades la
incoherencia,aparte de que se compromete el destino eterno.a Cristo por Maria y
con el Papa.la vida mistica es común a todos,Garrigou Lagrange.Sante Teresa aqui
hay un millon de moradas.A cristo por Maria y con el papa.
15/10/13 5:49 PM
Comentario de carlos
Estiamdos hermanos y meimbros del Cuerpo Mistico,mirar en el google a San
Charbell Makluff,también están invitados loss ateos,quien puede explicar
cientificamente esto,yo que amo ese mundo que tanto bien le hace a la
humanidad,le digo que nadie.Santa Bernarditta cada vez mas hermosa,su cuerpo
incorrupto,el cajón se descompuso.verla en el google,quién lo puede
explicar,ustedes ponganse a rezar como lo dice santa teresa,respeten todo lo que
dice la Santa,percibiran el alma,Existe ASOMBRO!!!Dios existe la LA IGLESIA de
2013 años tiene razón,esto debe ser lo ordinario para nosotros,en el medio de su
debilidad,gracias a ellas me puse hacer oración,Busquen la Fuerza en
DIOS:EXISTE!!!!!
18/10/13 8:28 PM
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Las raices cristianas de Europa: La conversión de Rusia
Juan Pablo II, Arrupe y Dezza: Los intentos de solucionar una crisis
La evangelización de América: El gran Toribio de Mogrovejo
Fue monja, párroco y predicadora de fama
Muertes papales (IV): Los que murieron por declinación senil o vejez
El origen de los Congresos Eucarísticos: Marie Baptistine Tamisier
Historias del Postconcilio: El Rin se precipitó en el Tiber
Mujeres que han hecho historia: Hildegarda de Bingen, esa gran desconocida
La ciencia y la fe se encontraron en Lourdes: Alexis Carrel
Un esperpento como pocos se han visto: El "concilio cadavérico"
El Vaticano mostró desconfianza inicial ante el régimen de Franco (y II)
Los orígenes de la Octava Pascual
Muertes papales (III): Los que murieron por enfermedad
Las primeras reacciones de Iglesia española ante el alzamiento militar de
Franco (I)
Santos por las calles de Nueva York (IV): Donde abundó el pecado sobreabundó
la gracia
¿Fue la peor persecución de la antigüedad culpa de los mismos cristianos?
Muertes papales (II): Los que murieron por muerte súbita
¿Santo o rebelde agitador?
Muertes papales (I): Los que murieron asesinados
Devoción y lucha por el poder: Calvino en Ginebra (2ª parte)
La evangelización de América: La Virgen visitó el Tepeyac
La buhardilla de Jerónimo nos sugiere este interesante tema
Historias del Postconcilio (VI): El origen del "Credo del Pueblo de Dios" de
Pablo VI
La mujer a la que el Papa temía
Fundador ilustre y gran reformador, pero nunca llegó a los altares
A los 12 años ya era párroco, a los 25 años era hereje
Bernardette: "Debo decir lo que he visto y oído"
Una superviviente de la persecución religiosa en España cuenta lo que pasó
La supresión de la Compañía de Jesús (1750.1773)- y 2ª parte
El día en que la Virgen se apareció a la última del convento
La supresión de la Compañía de Jesús (1750-1773) - 1ª parte
La última y más terrible de las antiguas persecuciones
Historia de la Reforma Litúrgica (VII): Ottaviani tenía razón
Otra historia de clérigo revolucionario, pero ésta sin final feliz
Santos por las calles de Nueva York (III): La protectora de los inmigrantes
Fallece una mujer que ha hecho historia en la Iglesia de Brasil
Historias de los herejes y las herejías: Ubertino da Casale y los
"espirituales"
Historias del Postconcilio (V): Pablo VI y la renovación de la Compañía de
Jesús
La vida y obra del que muchos proponen como Patrono de los liturgistas
La combinación de un aristócrata español y un Papa santo
Este año veremos en los altares al Cardenal Newman
Sacerdotes que han dejado huella (III): Don Luigi Giussani
Cómo celebraban la Navidad los primeros cristianos
Venite, adoremus
Un acto de justicia histórica hacia Pío XII
La bala que no llegó a su destino (y II): El misterio de Alí Agca
El último Emperador de la cristiandad
Santa Teresa del Niño Jesús y los Papas
Memoria histórica (y III): la explosión del odio hacia la Iglesia en 1936
In Memoriam: El P. Pierre Blet S.I., gran historiador de Pío XII
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Galileo, al concluir el año dedicado a él
El asesinato de Ignacio Ellacuría y sus compañeros, visto veinte años
después
Historias del postconcilio (IV): La polémica del Cardenal Daniélou con
algunos superiores generales religiosos
Historia de un clérigo que, metido a revolucionario, hizo mucho daño a la
Iglesia
Memoria histórica: El anticlericalismo de la 2ª República (II)
Sor Pascualina, la mujer que los curialistas de la época llamaban "virgo
potens"
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En la familia Borgia floreció, sorprendentemente, la santidad
Memoria histórica: El anticlericalismo de la 2ª República española (I)
El Arzobispo Romero que no todos conocen
Recordando a Juan Pablo II: La bala que no llegó a su destino (1ª parte)
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Oración: Castísimo Santo Padre Pío de Pietrelcina; que tanto amaste y nos
enseñasteis a amar al Santo Ángel de la Guarda; el que te sirvió de compañía, de
guía, de defensor y de mensajero. A ti las Figuras Angélicas llevaron los ruegos
de tus hijos espirituales. Intercede cerca de Dios para que también nosotros
aprendamos a hablar con nuestro Ángel de la Guarda, para que en todo momento
sepamos obedecerle, pues es la luz viva de Dios que nos evita la desgracia de
caer en pecado. Nuestro Ángel siempre está listo a señalarnos el camino del bien
y a disuadirnos de hacer el mal.
LA PUREZA: La pureza es algo con lo que nacemos pero a medida que comenzamos a
tomar conciencia, por la influencia del mundo, vamos perdiendo. Es necesario ser
puros de mente y cuerpo, para poder ser puros de alma. No es una tarea sencilla,
ni carente de obstáculos. La pureza de corazón, como toda virtud, exige un
entrenamiento diario de la voluntad y una disciplina constante interior. Exige,
ante todo, el asiduo recurso a Dios en la oración. Decía el Santo Padre Pío a
sus hijos espirituales: “Ten por cierto que si a Dios un alma le es grata, más
la pondrá a prueba. Por tanto, ¡Coraje! y adelante siempre.” Pero hay una
promesa a tanto esfuerzo: “Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios”
(Mt 5,8) El corazón limpio es el corazón abierto y humilde. El corazón impuro
es, por el contrario, el corazón presuntuoso y cerrado, completamente lleno de
sí mismo, incapaz de dar un lugar a la majestad de la verdad. Que pide respeto
y, al fin, adoración, nos exhorta S.S. Benedicto XVI
Oración: Purísimo Santo Padre Pío de Pietrelcina, Tú que has querido mucho a
tus hijos espirituales. Muchos de tus hijos han sido comprados por ti con el
precio de tu sangre. También nos concedes a los que no te hemos conocido
personalmente, de considerarnos como tus hijos espirituales. Con tu paternal
protección, con tu santa guía y con la fortaleza que conseguirás para nosotros
de Dios, podremos, en el momento de la muerte, encontrarte en las puertas del
Paraíso, en espera de nuestra llegada.
Palabras del Padre Pío: “Si me fuera posible, querría conseguir de Dios
solamente una cosa; si me dijera: “Vas al Paraíso”, querría conseguir esta
gracia: “Señor, no me dejéis ir al Paraíso hasta que el ultimo de mis hijos; la
última de las personas que me han sido confiadas, haya entrado antes que Yo.”
Esta coronilla que rezaremos, era recitada diariamente por el Padre Pío por
todos aquellos que se encomendaban a sus oraciones.
CORONITA AL SAGRADO CORAZON DE JESUS
I.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad os digo, pedid y obtendréis, buscad
y encontraréis, llamad y os abrirán!.
He ahí que, confiando en tu Palabra divina, yo llamo, yo busco, yo pido la
gracia……
Padre Pío ruega al Señor en nombre de Jesucristo
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
II.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: ” En verdad os digo, pasarán los cielos y la
tierra pero mis palabras jamás!”
He ahí que basándome en la infalibilidad de tus santas palabras yo pido la
gracia……
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
III.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad os digo, todo aquello que pediréis
a mi Padre en mi Nombre, El os lo concederá”.
He ahí que al eterno Padre en tu Nombre yo pido la gracia…….
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús, el cual es imposible no sentir compasión por los
infelices, ten piedad de nosotros, pobres pecadores, y concédenos las gracias
que pedimos en nombre del Inmaculado Corazón de María, nuestra tierna Madre.
San José, padre adoptivo del Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.
Dios te salve, Reina y Madre…
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5 respuestas a Novena al Santo Padre Pío – la pureza
Juan Luis Barragán Umpiérrez dice:
septiembre 25, 2010 en 8:11 pm
Quiero que el Padre Pío bendiga a mi familia. Me sane corporalmente,
emocionalmente y espiritualmente.
Edgardo Quintero dice:
mayo 24, 2011 en 8:49 pm
Dicen que cuando la verdad se viste para salir a pasear; la mentira le a
dado la vuelta al mundo. Le ruego a Padre Pío que cure las almas y corazones de
las personas que han sido victimas de este flagelo. Gracias Padre Pío.
sergio dice:
junio 14, 2011 en 12:06 am
padre Pio quiero ser un sacerdote como tu has sido en la viña del Señor
AYUDAME
Marta dice:
junio 13, 2012 en 2:45 pm
MARTA.PADRE PIO, AYUDAME A SER FIEL A
JESUS, PROTEGEME EN TODOS MIS CAMINOS
QUE EL ENEMIGO DE LAS ALMAS NO ME CONFUNDA
NO ME HAGA CAER, PROTEGE A MI
FAMILIA, LIBERA A MIS ENEMIGOS Y PERSONAS
CON ODIO Y ENVIDIA QUE QUIEREN
DESTRUIR A MI FAMILIA Y A MI, HACIENDO QUE
TODOS MIS PROYECTOS FRACASEN.BENDICE
A TODOS MIS ENEMIGOS VISIBLES Y INVISIBLES,
QUE ELLOS OBTENGAN MUCHAS
BENDICIONES PARA QUE DEJEN DE ODIAR Y
ENVIDIAR.PADRE PIO POR ULTIMO TE PIDO LA
GRACIA DE QUE MI FAMILIA SEA NUMEROSA Y
BENDECIDA.BORRA TODA CULPA DE MIS
ANTEPASADOS Y BENDICENOS.AMEN.
O CON JESUCRISTO O CONTRA JESUCRISTO O
CATOLICISMO O LIBERALISMO
NO ES POSIBLE LA CONCILIACIÓN
Introducción
La nota dominante de la carta del señor Presbítero don Baltasar Vélez, es un
falso espíritu de con-
ciliario todo, secundando la corriente que en ese mismo sentido han establecido
ciertos hombres católico-
liberales, y que nos llevaría a las consecuencias más funestas para la Religión
y la sociedad, si llegara a pro-
pagarse.
Quiere y pide dicho sacerdote en su carta, transigencia con el liberalismo de
Colombia, y la pide so-
bre todo al clero. Queremos suponer buenas intenciones en el señor Presbítero
Baltasar, pero es lo cierto,
que ha dado motivo de escándalo a los buenos con su carta, y que ha
proporcionado placer no pequeño a los
enemigos de la Iglesia, a juzgar por la conducta de los de esta ciudad de Pasto,
quienes, en muy pocos días,
han hecho ya dos ediciones numerosas de la expresada carta, en la Imprenta de
Ramírez de Gómez Herma-
nos de esta misma ciudad, puesta siempre, por lo visto, la tal imprenta al
servicio del diablo, pues ya son
varias las obras salidas de ella que nos hemos visto precisados a prohibir.
El horror que ha causado en los buenos la carta del dicho señor Presbítero, y el
gusto manifiesto que
ha producido en los enemigos de la Iglesia, debe bastar a todo buen católico
para juzgarla como contraria a
las doctrinas e intereses de nuestra Santa Religión, y rogar a Dios que ilumine
a su desgraciado autor. Yo
sólo hubiera hecho esto: rogar a Dios que diera sus luces al autor de la carta;
pero personas eclesiásticas y
seglares me han manifestado deseos vehementes de que dijera algo contra la
carta, dándome por razón, el
que algunos fieles vacilaban en la verdad por ser un sacerdote el autor de ella,
y esto me ha movido a decir
algo, pero nada más que algo, por no disponer de tiempo para decir lo muchísimo
que se podría decir contra
tanta variedad de cosas expuestas de un modo caprichoso, vago, confuso,
temerario y sospechoso.
Es la tal carta, en efecto, una verdadera barahúnda de cosas buenas y malas; de
verdades y de erro-
res; de doctrinas oscuras y temerarias; de afirmaciones que, según como se
miren, pueden parecer negacio-
nes; de negaciones, que también pueden parecer afirmaciones según por el lado
que se tomen, y en tanta
confusión es poco menos que imposible establecer un perfecto deslinde de todo, y
se necesitaría un, trabajo
no pequeño para ir recorriendo línea por línea toda la carta y señalar en una
parte lo que es error, en otra lo
que es temerario, aquí lo que es sospechoso, allí lo que es contradictorio, y
más allá y por muchas partes lo
que necesita de explicación para que deje de ser o contradictorio, o sospechoso,
o temerario, o erróneo y
aun herético.
Siendo pues poco menos que imposible el decir todo lo que se puede decir contra
la carta, sólo me
propongo entresacar de esa barahúnda los errores como capitales o fuentes y
raíces de otros. los cuales haré
notar o señalaré en cada uno de los capitulitos en que los he de combatir. La
mayor gloria de Dios y el bien
de las almas, es lo único que me mueve a entrar en este nuevo combate que se
presenta, y proseguir una
lucha de la que, en este mundo, sólo puedo esperar la abundancia de insultos,
burlas, desprecios y horribles
calumnias, que ya hace tiempo vengo recibiendo de parte de los enemigos de Dios
y de su Iglesia Santa.
Un gran error que se halla en la carta, contrario a una verdad católica
Antes de entrar a combatir otros errores, creemos conveniente señalar uno
verdaderamente notable
que se halla en la introducción de la carta del señor Presbítero don Baltazar
Vélez, porque, desde el momen-
to en que dicho señor Presbítero aparece, o negando una verdad católica, o
ignorando esa verdad tratada
por todos los teólogos, no cabe duda que cae en descrédito ante toda persona
sensata, y como consecuencia
también su carta.
Dice, pues, el señor Presbítero Baltasar, que desde el día en que recibió la
ordenación sacerdotal
prometió... “no ver en los hombres, ni conservadores ni liberales, ni católicos
ni herejes sino una sola cosa
en Cristo”.
Ver en todos los hombres una sola cosa en Cristo, aunque algunos o muchos de
esos hombres admi-
tan y propalen herejías, es no ver con la clara luz de la fe, sino con la negra
llama del error. Nuestra Santa
Madre la Iglesia jamás ha visto, ve, ni verá en esos hombres una sola cosa en
Cristo, sino que, por el contra-
rio, ha visto, ve y verá en ellos, miembros separados de Cristo.
1
El primer Concilio Niceno, en el canon VIII, señala condiciones para admitir a
los herejes que quie-
ran volver a la Iglesia. El primero de Constantinopla dice en el canon VI que
los herejes están arrancados,
separados de la Iglesia.
Los Santos Padres se expresan en el mismo sentido. San Jerónimo, en el diálogo
contra los lucife-
rianos n. ult.. dice: “Que los herejes son, no la Iglesia de Cristo, sino la
sinagoga del Anticristo”. Mi gran
padre San Agustín (In Serm. 1a, c. 6 de simb. ad cathechum.) se expresa así:
“Todos los herejes salieron de la Iglesia, como sarmientos inútiles cortados de
la vid”.
No hay para qué citar ni más concilios ni más Santos Padres.
Si pues los herejes están separados de la Iglesia, siendo como es Jesucristo
cabeza de la Iglesia, des-
dícese de un modo claro y terminante, que los herejes están separados de
Jesucristo y no son una cosa con
El.
El mismo Jesucristo, Verdad Eterna, nos enseña que hay hombres separados de Él,
como se ve en
estas palabras salidas de su divina boca:
Así como el sarmiento no puede dar fruto si no está unido a la vid, así vosotros
si no estuviereis en
mí (Joan.XV-4).
Ni de los creyentes que se hallen en pecado mortal, puede decirse de un modo
absoluto que sean una
sola cosa con Cristo. Sólo la caridad nos une a Jesucristo de un modo perfecto,
y el que la pierde por el pe-
cado, sólo queda unido a El de un modo imperfecto por el don de la fe. Por eso
dice San Juan (Epist. 1a. c.
III. v. 8): “El que comete el pecado es del diablo”. Y también dice (ibíd. v.
10): “Todo aquel que no es justo
no es de Dios”.
Aunque tratemos de dar a las palabras del autor de la carta una interpretación
lo más benigna po-
sible, siempre será un error contrario a la verdad católica el decir que los que
se manifiestan herejes sean
una sola en Cristo con los creyentes.
Como consecuencia de todo lo dicho, se presenta este dilema: o el autor de la
carta escribió ese error
con conocimiento de lo que escribía, o con ignorancia. Si con conocimiento,
faltó a la fe enseñando una doc-
trina contraria a la verdad católica, y él y su carta quedan juzgados para todo
hijo fiel de la Iglesia; y si con
ignorancia, no podemos esperar que quien ignora una verdad católica tan clara,
pueda ser maestro, que
enseñe y desenvuelva debidamente cuestiones católicas tan difíciles y delicadas
como las que trata en la
carta. Nada más sería necesario añadir para que las personas sensatas miren la
carta con el desprecio que se
merece, pero he prometido decir algo más y voy a cumplir la promesa.
El liberalismo político que defiende el autor de la carta, aun tal como lo
propone, está con-
denado por la Iglesia
Confieso con sinceridad, que he tenido que leer varias veces la carta del señor
Presbítero don Balta-
sar, para poder llegar a comprender qué es lo que entiende por liberalismo
político, o qué liberalismo políti-
co es el que defiende como bueno e inocente. Las varias definiciones que da
sobre dicho liberalismo, eran
causa de oscuridad y confusión, que me dificultaban el conocimiento verdadero de
la naturaleza del objeto
que definía y proponía; pero, por fin, llegué a ver con claridad suficiente para
poder juzgar y decir, que el
liberalismo político que propone y defiende en la carta, aun tal como lo hace,
está condenado por la Iglesia.
Ya hemos visto que el liberalismo político, no es el republicanismo, como dice
el autor de la carta.
¿Qué otra cosa es el liberalismo político según dicho autor? ¿Qué otra
definición nos da? Nos da la siguien-
te: liberalismo político es la profesión de la doctrina que reconoce en el
hombre derechos connaturales, y en
los pueblos el de gobernarse a sí mismos libre y ordenadamente.
He ahí una definición vaga, indeterminada, de ancha base, que puede ser admitida
sin inconveniente
por un racionalista o un ateo, y que no puede admitir sin recelo un católico, al
ver que se hable en ella de
derechos del hombre, y gobierno libre de los pueblos, frases que vienen sonando
muy mal, hace ya tiempo,
a los oídos de todo verdadero creyente. Y por cierto, que no andaría equivocado
el católico que tomara con
recelo la tal definición, porque más adelante explica otra el autor de la carta,
y después de manifestar gusto
no pequeño, porque la humanidad se emancipó con el memorable suceso del 4 de
agosto de 1789, concluye
por fin dando otra definición y diciendo que el liberalismo político del que
habla, es la Declaración de los
derechos del hombre. ¡Acabáramos!
La Iglesia católica enseña, y los autores católicos defienden, que la
Declaración de los derechos del
hombre nació como de fuente del racionalismo; que éste propuso aquellos derechos
en teoría, y la revolu-
2
ción los puso en práctica, aplicándolos a la política, al gobierno de los
pueblos. León XIII en su encíclica
Immortale Dei dice lo siguiente:
Pero las dañosas y deplorables novedades del siglo XVI, habiendo primeramente
trastornado las co-
sas de la Religión cristiana, por natural consecuencia, vinieron a trastornar la
filosofía y por ésta to-
do el orden de la sociedad civil. De aquí como de fuente se derivaron aquellos
modernos principios
de libertad desenfrenada, inventados en la gran revolución del siglo pasado, y
propuestos como
base y fundamento de un derecho nuevo, jamás conocido, y que disiente en muchas
de sus partes no
solamente del derecho cristiano, sino también del natural.
Visto ese documento, no creo ya necesario recordar que la Declaración de los
derechos del hombre
fue condenada por Pío VI cuando apareció en Francia en la Revolución, y tampoco
hacer ver que el Syllabus
condena los desatinos del moderno liberalismo contenidos todos en germen en la
Declaración.
Están, pues, condenados los principios inventados por la Revolución del siglo
pasado, base y funda-
mento del derecho nuevo. Jamás ha tenido ni tendrá la Iglesia otra cosa que
condenaciones para los princi-
pios del 89, para las ideas modernas, para el derecho nuevo, basado en aquellos
funestos derechos del hom-
bre.
Queda suficientemente probado que el liberalismo político del que habla el autor
de la carta está
condenado por la Iglesia, y nada más sería preciso añadir, pero a mayor
abundamiento vamos a presentar
otra prueba.
Dice el autor de la carta que el liberalismo político que defiende, es el que
profesan en masa varias
naciones que nombra. Una de las nombradas es (como él dice) la gran República
norteamericana. Pues
bien: León XIII en su encíclica dirigida al episcopado de esa república, después
de confesar que allí la Igle-
sia posee, al abrigo de toda arbitrariedad, la facultad de vivir y obrar, añade
estas palabras:
Pero cualquiera que sea la verdad de estas observaciones, no es menos necesario
rechazar el
error que consistiría en creer que es preciso buscar en América el ideal de la
Iglesia, o que sería del
todo legítimo y ventajoso que los intereses de la sociedad civil, y los de la
sociedad religiosa, ca-
minasen separados, a la usanza americana.
Siendo pues el liberalismo político, que defiende el autor de la carta, el mismo
que profesa la Re-
pública norteamericana, hay que concluir diciendo que no es el ideal de la
Iglesia, ni es legítimo ni ventajoso
para la Religión y la sociedad.
Donde se habla de nuevo del liberalismo político y de su condenación por la
Iglesia
En el apartado anterior me concreté a compartir el liberalismo político, tal
como lo defiende el autor
de la carta, y creyendo será útil y provechoso salir de esos límites, decir algo
más, voy a hacerlo en este apar-
tado, exponiendo la doctrina de la Iglesia sobre dicho liberalismo, para que sea
mejor conocida su malicia, y
se deteste y condene, como lo detesta y condena la Iglesia.
El ideal acariciado del liberalismo es que el Estado, la familia y el individuo,
sacudan toda obedien-
cia a Dios y a su Iglesia Santa, y se declaren completamente independientes.
Para conseguir la realización
de ese ideal, el liberalismo no se detiene en argumentos, teorías y cosas
abstractas, sino que pasa al terreno
de los hechos, donde ha manifestado y manifiesta que es un sistema esencialmente
político-religioso, y que
tuvo razón el profundo publicista Donoso Cortés para decir que “toda cuestión
política entraña en sí otra
cuestión metafísica y religiosa”.
El liberalismo político es el racionalismo llevado a la práctica. Esto es lo que
nos enseña nuestro
Santo Padre León XIII en su encíclica Libertas con estas palabras:
Lo mismo que en filosofía pretenden los naturalistas o racionalistas, pretenden
en la moral
y en la política los factores del liberalismo, que no hacen sino aplicar a las
costumbres y acciones de
la vida los principios sentados por los naturalistas.
Así como dije antes, que el filosofismo fue el que propuso en teoría los
derechos del hombre, y la re-
volución la que los llevó a la práctica, del mismo modo digo ahora apoyándome en
las palabras de León
XIII, que el racionalismo propone los errores, y el liberalismo los lleva a la
práctica en la política o gobierno
de los pueblos.
Esa aplicación que hace el liberalismo de los principios del racionalismo a la
política, puede ser en
mayor o menor escala porque la voluntad (dice León XIII) puede separarse de la
obediencia debida a Dios y
3
a los que participan de su autoridad no del mismo modo, ni en el mismo grado, y
por la cual el liberalismo
tiene múltiples formas.
Tres formas principales señala el mismo León XIII en su encíclica Libertas. La
primera es la que re-
chaza absolutamente el Supremo Señorío de Dios en el hombre y en la sociedad, y
por esto se llama este
liberalismo radical. La segunda, es la que confiesa que hay que obedecer los
mandatos conocidos por la
razón natural mas no los que Dios quiera imponer por otra vía, o sea por la
sobrenatural de su Iglesia. Se
llama este liberalismo naturalista. La tercera forma o clase de liberalismo la
describe León XIII con estas
palabras:
Algo más moderados son pero no más consecuentes consigo mismo los (liberales)
que dicen
que, en efecto, se han de regir según las leyes divinas, la vida y las
costumbres de los particulares,
pero no las del Estado, porque en las cosas públicas es permitido apartarse de
los preceptos de Dios,
y no tenerlo en cuenta al establecer las leyes. De donde sale aquella perniciosa
consecuencia que es
necesario separar la Iglesia del Estado. Absurdo que no es difícil conocer, por
ser cosa absurdísima,
que el ciudadano respete a la Iglesia, y el Estado no la respete. (Encíclica
Libertas).
Hemos copiado, con toda intención, letra por letra, lo que dice nuestro Santo
Padre sobre esta forma
de liberalismo, para hacer notar que ésta es la que proclama en su Manifiesto la
Convención de delegados
del partido liberal que se reunió e instaló en Bogotá el 20 de agosto del
presente año. En ese Manifiesto que
lleva la fecha de 15 de septiembre, dicen los delegados de un modo claro,
terminante y bajo su firma, que:
Deferente al sentimiento religioso de la gran mayoría del país, la Convención,
aun cuando cree que
la solución científica del llamado problema religioso, es LA SEPARACIÓN DE LA
IGLESIA Y EL ESTADO,
admite que las dos potestades sean regladas por un concordato.
¡Qué burla, y qué insulto a la mayoría del país! Ya lo sabe la gran mayoría: ya
lo saben los católicos
de Colombia. Los delegados de la convención del partido liberal, creen que si
llegan a mandar o ser gobier-
no, deben mirar nuestra Santa Religión como cosa extraña de la que no tendrá por
qué cuidarse, por más
que sea de la mayoría, y sólo así, como por gracia, y en atención a que es la
religión de la mayoría admitirá
un concordato; pero a pesar de ese concordato, “consagrará la libertad de cultos
en su más generosa ampli-
tud, y la libertad absoluta de la prensa sin la más mínima limitación”. Son ésas
las dos libertades de perdi-
ción que se señalan en el Manifiesto, pero también se presentarán todas las
otras libertades modernas, co-
mo consecuencia lógica. ¡Pobre Iglesia de Colombia, y pobre Religión de los
colombianos, si los liberales
llegan a gobernar!
Además de esas tres formas de liberalismo, hay otras menos principales y
variadas, según la mayor o
menor atenuación que hacen de los principios racionalistas, y la aplicación más
o menos acentuada de esos
mismos principios a la política o gobierno de los pueblos. Todas sin embargo,
están condenadas por la Igle-
sia y deben abominarse, porque uno mismo es el criterio racionalista de todas
ellas, que proclama la inde-
pendencia del hombre de la autoridad de Dios, aunque pidan más independencia y
otros menos.
Existe un liberalismo católico o catolicismo liberal condenado por la Iglesia,
que no enumera el autor de la carta
Por raro que parezca, y por repugnante que sea, no es posible dudar, y es
preciso convenir en que
existe un liberalismo católico o catolicismo liberal, porque, de lo contrario,
sería preciso admitir el absurdo
de que se engañan a sí mismos, y engañan a todos, los que dicen: Yo soy
católico, pero liberal; y lo que to-
davía es más grave, sería preciso admitir el aún mayor absurdo de que los Sumos
Pontífices Pío IX y León
XIII se han engañado y nos engañan al hablarnos en tantas ocasiones de los
católico-liberales, y al condenar
su conducta. Los católicos no podemos admitir que los vicarios de Jesucristo se
engañen y nos engañen en
asunto como el que se trata; por otra parte, todos conocemos a no pocos de esos
hombres que gritan y dicen
en todos los tonos, que son liberales, pero que también son católicos, y hay que
convenir, por consiguiente,
en que existe un catolicismo liberal por más que catolicismo y liberalismo sean
cosas opuestas, y no sea po-
sible la unión entre ambas.
No voy a decir lo que es el catolicismo liberal, lo seductor que se presenta, y
los daños que causa a la
Santa Iglesia y a las almas, porque Pío IX lo dijo todo mucho mejor de lo que yo
pudiera decirlo, en los repe-
tidos Breves y Alocuciones con que ha condenado ese error, y basta que copiemos
algunas partes principales
de esos documentos, para conocerlo tal cual es, y saber a qué atenernos sobre el
asunto. Muchas citas se
podrían hacer, pero sólo haremos algunas.
En 1871 decía a unos romeros franceses:
4
Lo que aflige a vuestro país, y le impide merecer las bendiciones de Dios, es la
mezcolanza de
principios. Diré la palabra, y no la callaré; lo que para vosotros temo, no son
esos miserables de la
Commune, verdaderos demonios escapados del infierno; es el liberalismo católico,
es decir, este sis-
tema fatal que siempre sueña en poner de acuerdo dos cosas inconciliables, la
Iglesia y la Revolu-
ción. Le he condenado ya, pero le condenaría cuarenta veces, si necesario fuera.
Sí, vuelvo a decirlo
por el amor que os tengo, sí, ese juego de balancín es el que acabaría por
destruir la Religión entre
vosotros.
En Breve de 8 de mayo de 1873 dirigido a los círculos católicos de Bélgica, dice
así:
Lo que más alabamos en vuestra muy religiosa empresa, es la absoluta aversión
que, según
noticias, profesáis a los principios católico-liberales y vuestro denodado
intento en desarraigarlos.
Verdaderamente al emplearos en combatir ese insidioso error, tanto más peligroso
que una enemis-
tad declarada, porque se cubre con el manto del celo y la caridad, y en procurar
con ahínco apartar
de él a las gentes sencillas, extirparéis una funesta raíz de discordia y
contribuiréis eficazmente a
unir y fortalecer los ánimos.
En otro Breve de 9 de junio del mismo año, decía a la Sociedad Católica de
Orleans:
Aunque tengáis que luchar contra la impiedad, tal vez por este lado es más leve
el peligro que
os amenaza, que el que os viene de amigos imbuidos en aquella doctrina anfibia,
que rehúye las
últimas consecuencias de los errores y retiene obstinadamente sus gérmenes.
Doy fin a estas citas con el Breve del 28 de julio de 1873 al Obispo de Quimper,
donde refiriéndose a
la Asamblea general de las asociaciones católicas, se expresa de este modo:
Pudieran ponerlas en el camino resbaladizo del error, esas opiniones llamadas
liberales,
aceptas a muchos católicos, por otra parte hombres de bien y piadosos, los
cuales por la influencia
misma que les da su religión y piedad, pueden muy fácilmente captarse los ánimos
e inducirlos a
profesar máximas muy perniciosas. Inculcad, por lo tanto, venerable hermano, a
los miembros de
esa católica Asamblea, que Nos, al increpar tantas veces como lo hemos hecho a
los secuaces de esas
opiniones liberales, no nos hemos referido a los declarados enemigos de la
Iglesia, pues a éstos habr-
ía sido ocioso denunciarlos, sino a esos otros antes aludidos, que reteniendo el
virus oculto de los
principios liberales que han mamado con la leche, cual si no estuviese
impregnado de palpable ma-
lignidad, y fuese tan inofensivo, como ellos piensan, para la Religión, lo
inoculan fácilmente en los
ánimos, propagando así la semilla de esas turbulencias que, tanto tiempo ha,
traen revuelto el mun-
do.
Estos Breves cierran todas las salidas a los católico-liberales, o anfibios,
como muy bien se dice en
uno de ellos; y para que no quede libre de censura, ni aun el nombre de liberal,
León XIII en su Alocución
en el consistorio de cardenales, de 30 de junio de 1897, dijo lo siguiente:
No comprendemos cómo puede haber personas que dicen ser católicas, y que al
propio tiem-
po no sólo tengan simpatías con el liberalismo, sino que llegan a tal grado de
ceguedad e insensatez,
que se glorían de llamarse liberales.
El liberalismo está condenado por nuestra Santa Madre la Iglesia en todas sus
formas y grados, y to-
do el que se precie de buen católico debe también condenarlo de la misma manera,
y rechazar hasta el
nombre de liberal.
O con Jesucristo, o contra Jesucristo
Los liberales que hacen guerra franca a Jesucristo, y se despachan a su gusto
contra todo lo que le
pertenece, con ruido y escándalo; los que le persiguen de un modo más moderado y
sin grandes alborotos;
los que buscan el modo de que el liberalismo sin dejar de ser tal. ande unido
con el catolicismo con perjuicio
de éste; y los que ayudan y protegen a todos ésos en su obra liberalesca, es
claro y manifiesto que están con-
tra Jesucristo y no militan en el bando de los que están con El. Pero ocurre,
que hay católicos que creen po-
der permanecer neutrales y no pertenecer a ninguno de esos dos bandos opuestos,
que hoy se disputan el
5
gobierno de los pueblos, aspirando el uno a regirlos según la ley de Dios y
enseñanzas de la Iglesia y el otro
sin tener en cuenta para nada lo que manda Dios y lo que enseña la Iglesia.
Este es otro error que es preciso disipar, y a eso dedico este apartado.
Ese estado neutral, ese puesto medio en que quieren permanecer algunos católicos
es una ilusión,
una quimera, un engaño completo, porque jamás ha existido, ni existirá. Así lo
declaró formalmente Jesu-
cristo en su Evangelio cuando dijo: “El que no está conmigo, está contra mí”.
Algunos han querido oponer a esa sentencia, esta otra que se lee en San Lucas:
“El que no está con-
tra vosotros, por vosotros es”. Cornelio Alápide y todos los expositores dicen
que no hay oposición entre
esas dos sentencias, porque la última debe entenderse así: El que en nada está
contra vosotros, está por
vosotros. Eso no se verifica en el neutral en religión, y por eso resulta
siempre, que el que no está con Jesu-
cristo, está contra El.
Tiene Jesucristo la plenitud de autoridad sobre las naciones, los pueblos y los
individuos, y puede
imponer su ley a unos y otros con pleno derecho a ser obedecido. Las naciones
pues, los pueblos y los indi-
viduos que están neutrales, y les sea indiferente el que Jesucristo sea o no sea
obedecido, están contra El,
porque no le procuran una obediencia que le corresponde, y dejan que no se le
rinda el homenaje que se le
debe como a soberano Señor de todo, y permiten hasta que se le insulte y
desprecie.
Jesucristo tiene derecho a que todo sea para El, para gloria suya, y todo por
consiguiente debe or-
denarse a ese fin en el gobierno de las naciones, de los pueblos, de las
familias y en la conducta de los indi-
viduos. Los que no procuren ese estado de cosas; aquellos para quienes sea
indiferente que se le dé o no se
le dé gloria a Jesucristo, que se le reconozca o no por soberano Señor de todo,
que se le sirva o no, están
contra Jesucristo.
De aquí se puede deducir que. un gobierno aun cuando no dicte leyes de
persecución contra la Igle-
sia de Jesucristo con sólo el hecho de mostrarse indiferente para con ella, está
ya contra Jesucristo. Esto se
comprenderá mejor con un ejemplo.
Supongamos que un hombre se presente de repente en una casa y dirigiéndose puñal
en mano a la
señora de ella, le exige cuánto dinero guarda en sus arcas, so pena de hundirle
el puñal en el pecho. Allí
mismo esta un hijo de la señora, fuerte y robusto, que puede muy bien defender a
su madre y librarla de
aquel peligro, pero lejos de hacer eso dice para sí: “Ahí se las arregle mi
madre como pueda. Si la roban, que
la roben; si no quiere dar el dinero y la matan, que la maten; nada tengo que
ver en eso; observaré una con-
ducta neutral”. ¿Quién no dirá, en este caso, que ese hijo, en el mero hecho de
no obrar a favor de su madre
pudiendo hacerlo, obró contra su madre? Esto es indudable, porque la madre salió
perjudicada, por no
haberla defendido su hijo.
Hace lo mismo un gobierno que ve y observa los daños que se hacen a la Religión
de Jesucristo y di-
ce como aquel hijo: “Ahí se las haya la Religión como pueda. Si se blasfema de
Dios que se blasfeme; si se
propagan errores contrarios a sus doctrinas, que se propaguen; si desaparece
totalmente de los pueblos, que
desaparezca, si Jesucristo es olvidado por completo, me da lo mismo; no tengo
que ver en eso. Yo he de
permanecer neutral”. ¿Quién puede dudar, preguntamos de nuevo, de que ese
gobierno está contra Jesu-
cristo?
La misma doctrina se puede aplicar a los individuos que pueden y deben hacer
algo por Jesucristo, y
no lo hacen. Hoy se encuentran muchos de esos, que dicen muy frescos: no me meto
en política; allá se las
arreglen; que suba el que quiera; lo mismo me importa que manden unos, como que
manden otros. ¿ Quién
no ve que estos hombres están contra Jesucristo, puesto que nada les importa que
suban al poder hombres
que le persigan en su Iglesia, en sus ministros y en sus cosas?
Hay otros muchos de los que cada uno de ellos se explica de este modo: Sensible
es todo lo que está
pasando; grande es el peligro en que nos hallamos; los enemigos de Dios trabajan
con ardor; pero ¡qué
hemos de hacer! Yo con nadie pienso meterme; no es cuestión de indisponerse con
nadie.
Algunos o muchos de los que hablan de ese modo, pueden hacer mucho por
Jesucristo, o por su po-
sición social, o por su talento, o porque disponen de no pocos recursos, no lo
hacen, y dejan que trabajen los
enemigos de Jesucristo, con tal de que esos enemigos de Jesucristo sean amigos
de ellos, y no los persigan
como hacen con el Divino Maestro: ¿Diremos que estos están con Jesucristo,
siendo amigos de sus enemi-
gos, y no oponiéndose a sus planes de guerra a Jesucristo, pudiendo hacerlo?
Basta: esos neutrales están juzgados por Jesucristo con esta sentencia que dio
contra ellos: “Quien
no está conmigo, está contra mí”.
O catolicismo, o liberalismo: No es posible la conciliación.
Cuando la Iglesia Nuestra Madre ha hablado sobre alguna cuestión, el verdadero
católico, al tratar
de la cuestión de que ya habló la Iglesia, debe siempre pensar y hablar de ella,
sin perder de vista las ense-
6
ñanzas dadas por la que es Maestra de la verdad, si es que quiere andar sobre
terreno firme y seguro. Debe
desaparecer el juicio propio, cuando la Iglesia ha manifestado el suyo.
¿Ha hablado la Iglesia, y ha manifestado su juicio en eso de componendas y
conciliaciones entre ca-
tolicismo y liberalismo, entre católicos y liberales? Sí; la Iglesia ha hablado,
y ha condenado esas concilia-
ciones, como perjudiciales a la Religión y a las almas. Para probar esta
afirmación citaremos sólo una pro-
posición condenada en el Syllabus, una Alocución, y un Breve de Pío IX, dejando
otros documentos, que
también prueban lo mismo y que se podrían citar.
La última proposición condenada en el Syllabus dice lo siguiente:
El Romano Pontífice puede y debe reconciliarse y transigir con el progreso, con
el liberalis-
mo, y la civilización moderna.
Condenada esa proposición como errónea, resulta verdadera la contraria, o sea
que el Romano
Pontífice ni puede ni debe reconciliarse, ni transigir con el progreso, con el
liberalismo y con la civilización
moderna. El catolicismo, pues, del que el Papa es jefe y cabeza, no puede
reconciliarse con el liberalismo;
son incompatibles. Esta condenación solemne es ya suficiente prueba para todo
católico; empero, a mayor
abundancia, citaremos lo que más hace al caso de la Alocución y del Breve que
dijimos.
El 17 de septiembre de 1861 después del decreto relativo a la canonización de
los veintitrés mártires
franciscanos del Japón, dijo Pío IX lo siguiente:
En estos tiempos de confusión y desorden, no es raro ver a cristianos, a
católicos -también los
hay en el clero- que tienen siempre las palabras de término medio, conciliación,
y transacción. Pues
bien, yo no titubeo en declararlo: estos hombres están en un error, y no los
tengo por los enemigos
menos peligrosos de la Iglesia... Así como no es posible la conciliación entre
Dios y Belial, tampoco
lo es entre la Iglesia y los que meditan su perdición. Sin duda es menester que
nuestra fuerza vaya
acompañada de prudencia, pero no es menester igualmente, que una falta de
prudencia nos lleve a
pactar con la impiedad... No, seamos firmes: nada de conciliación; nada de
transacción vedada e im-
posible.
El Breve que hemos prometido citar, es el que el mismo Pío IX dirigió al
presidente y socios del
Círculo de San Ambrosio de Milán en 6 de marzo de 1873, donde dice lo siguiente:
Si bien los hijos del siglo son más astutos que los hijos de la luz, serían sin
embargo menos
nocivos sus fraudes y violencias, si muchos que se dicen católicos no les
tendiesen una mano amiga.
Porque no faltan personas que, como para conservarse en amistad con ellos, se
esfuerzan en estable-
cer estrecha sociedad entre la luz y las tinieblas, y mancomunidad entre la
justicia y la iniquidad, por
medio de doctrinas que llaman católico-liberales, las cuales basadas sobre
principios perniciosísi-
mos adulan a la potestad civil que invade las cosas espirituales, y arrastran
los ánimos a someterse, o
a lo menos, a tolerar las más inicuas leyes, como si no estuviese escrito:
ninguno puede servir a dos
señores. Estos son mucho más peligrosos y funestos que los enemigos declarados,
ya porque sin ser
notados, y quizá sin advertirlo ellos mismos, secundan las tentativas de los
malos, ya también por-
que se muestran con apariencias de probidad y sana doctrina, que alucina a los
imprudentes amado-
res de conciliación, y trae a engaño a los honrados, que se opondrían al error
manifiesto.
Habló, pues, la Iglesia prohibiendo las conciliaciones entre católicos y
liberales, y habló de un modo
tan enérgico, tan expresivo, tan terminante, que no deja lugar a la menor duda.
Si pues habló la Iglesia y
condenó esas conciliaciones, no se deben, ni se pueden proponer, ni aceptar, y
los que las proponen, y los
que las aceptan, obran en contra de lo que enseña y quiere la Iglesia.
Es preciso enseñar esta doctrina en tono tan alto, que todos la oigan, y de un
modo tan claro, que to-
dos la entiendan. Yo, haciendo mías las palabras de Pío IX, y aplicándolas a
nuestra actual situación, con-
cluyo este apartado diciendo: Nos hallamos en días de confusión y desorden, y en
estos días se han presen-
tado hombres cristianos, católicos -también un sacerdote-, lanzando a los cuatro
vientos palabras de térmi-
no medio, de transigencia, de conciliación. Pues bien, yo tampoco titubeo en
declararlo: esos hombres están
en un error, y no los tengo por los enemigos menos peligrosos de la Iglesia. No
es posible la conciliación
entre Jesucristo y el diablo, entre la Iglesia y sus enemigos, entre catolicismo
y liberalismo. No; seamos fir-
mes: nada de conciliación; nada de transacción vedada e imposible. O
catolicismo, o liberalismo. No es po-
sible la conciliación.
7
Necesidad de luchar contra el liberalismo de un modo decidido y unánime,en vista
de lo
alarmante de su propagación entre nosotros con perjuicio de nuestra santa Fe
Ya lo hemos probado y lo hemos dicho, y lo hemos repetido: los liberales son
muchos en Colombia;
muchos además los culpables de complicidad liberal, y podemos añadir, que es
posible sean muchos más
aún los resabiados de liberalismo, que lo favorezcan, acaso sin darse cuenta.
Tiene, pues, nuestra santa Fe muchos enemigos, pero enemigos que no duermen, que
no descansan,
ni están mano sobre mano, sino que se mueven, que obran, que luchan de continuo
por obtener el triunfo y
gobernarnos con la menor dosis de catolicismo que les sea posible, y sólo en el
caso de que no les sea dado
desterrarlo del todo, pues únicamente permitirán algo, por deferencia, como
ellos dicen, al sentimiento reli-
gioso de la gran mayoría.
En virtud de ese movimiento continuo del enemigo, de esa actividad, de esos
trabajos, de ese luchar
constante y tenaz, ensancha su esfera de acción, engruesa sus filas, va ganando
terreno, avanza. y se presen-
ta de frente no sólo pidiendo, sino exigiendo que se respeten los derechos, que
dice tener, para separar a los
hombres de Dios, su Creador y Dueño, y legislar de modo, que se pueda insultar a
ese gran Dios impune-
mente, y propagar cuantas blasfemias ocurran. ¡Como si pudiera haber derecho
para tales crímenes! Si todo
derecho viene de Dios, es indudable que Dios no da, ni puede dar derecho alguno
al hombre para que lo
desprecie, para que lo insulte, para que obre contra El; y por consiguiente, el
hombre no tiene esos derechos
que pide y exige el liberalismo. ¡Con qué gusto nos detendríamos a explanar esta
doctrina! Pero no es ese el
asunto que ahora tratamos, y lo dejamos con sentimiento.
Decíamos que el enemigo avanza, que ensancha su campo, que se propaga. Sí; el
liberalismo se ex-
tiende por todas partes; todo lo invade cual peste mortífera, y yo veo que ya
han caído muchas víctimas de
su destructora acción. Veo a unos que han muerto ya a la vida de la fe; a otros
que andan gravemente afec-
tados del terrible mal, y a muchos que bambolean faltos de firmeza y como
embriagados por la asfixia que
les produce la atmósfera contagiosa que se respira por todas partes. Muchos,
muchísimos han tragado ya el
veneno sin sentirlo, y escriben a lo liberal; y hablan a lo liberal, y obran a
lo liberal, habiendo figurado antes
en el campo de las ideas sanas.
Siendo, pues, atrevida y alarmante la actitud del enemigo, y grande el peligro
para las almas, necesa-
rio es luchar con valor cristiano, si no queremos figurar en la milicia de
Jesucristo como soldados cobardes
e indignos de su nombre, No se trata de que cada católico coja su fusil, ni
excito a nadie a que le coja, por-
que los enemigos no se presentan aún con fusiles; si se presentaran con ellos,
entonces harían bien los cató-
licos en coger también fusiles, y salirles al encuentro, porque, si un pueblo
puede guerrear por ciertas cau-
sas justas, mucho mejor puede hacerlo para defender su fe que proporciona medios
no sólo para ser felices
en cuanto cabe serlo en la tierra, sino también para conseguir la verdadera y
eterna felicidad para que fue
criado el hombre. Si no hubiera derecho para guerrear en este caso, no lo habría
en ningún otro, porque
todos los otros justos motivos que puede haber, son muy inferiores al de la
conservación de la fe de un pue-
blo que se halla en posesión de ella. Pero, no se trata de la lucha de sangre,
repito, ni excito a ella ¡Ojala no
la veamos nunca! Sólo digo que en vista de cómo el liberalismo se propaga, y de
la altivez y arrogancia con
que se presenta, superiores e inferiores, eclesiásticos y seglares, jóvenes y
ancianos, ricos y pobres, hombres
y mujeres, todos estamos en el deber de defender nuestra fe de la manera lícita
que cada uno pueda, y de
luchar contra el liberalismo, impedir su propagación, y acabar, si es posible,
con sus doctrinas y sus obras.
Mucho y bueno han dicho ya los prelados de esta provincia eclesiástica de
Colombia contra el mons-
truo que amenaza tragarnos. Recomendamos la lectura de La Semana Religiosa,
órgano de la diócesis de
Popayán, y la del Revisor Católico, que lo es de la de Tunja, por no nombrar
otros, y en muchos de los
números correspondientes a los últimos meses, se encontrarán artículos muy
superiores combatiendo las
doctrinas liberales. El último que hemos visto en La Semana Religiosa de la
diócesis de Popayán, titulado
“El liberalismo colombiano”, lo recomendamos en especial al autor de la carta y
a otros que dicen con él,
que no existe en Colombia el liberalismo condenado por la Iglesia.
Los sacerdotes secundando las miras de sus prelados han mantenido y mantienen
muy alta la ban-
dera de la integridad de la fe católica, con instrucciones dadas al pueblo, y
con escritos brillantes.
Preciso es también, que los católicos seglares hagan coro con sus prelados y
sacerdotes, y griten alto
y recio en defensa de la fe. Ante un enemigo común que nos provoca a la lucha,
nadie debe permanecer in-
activo y perezoso.
La fe debe ser para los pueblos el tesoro de más valor, y ese tesoro hay que
defenderlo, sin permitir
que disminuya en lo más mínimo, a fin de transmitirlo íntegro a los que nos
sucedan, como el legado más
precioso que les podemos dejar. Nace pues de ahí para cada católico un deber
imperioso de acudir a la de-
fensa de su fe cuando la ve en peligro, y de luchar y de oponerse al enemigo por
cuantos medios permite la
ley de Dios.
8
Hoy el combate religioso lo presenta el enemigo en el terreno político. A ese
terreno hay que acudir,
pues, con valor y decisión, para que los mandatarios sean católicos, católica su
manera de gobernar los pue-
blos, o sea su política. La Iglesia no hace ni puede hacer suyas las
candidaturas liberales, y el que da el voto
por ellas peca y ofende a Dios.
Podemos también oponernos al error y luchar contra él con la palabra, o sea, no
callando, cuando en
nuestra presencia se hable contra nuestra santa Religión. El que sepa escribir,
puede combatirlo oponiendo
doctrinas íntegramente católicas, a las doctrinas impías o de medias tintas.
Todos podemos hacer algo con-
tra el error con el buen ejemplo; viviendo como buenos católicos; y también con
la oración rogando a Dios
con fervor, que ilumine a los ciegos, que traiga al buen camino a los que andan
descarriados, y sostenga a
los buenos en la fe, y en la práctica de las virtudes cristianas.
Conclusión
Otros muchos comentarios se pudieran añadir de no menor interés que los que
quedan escritos, pe-
ro nos hemos propuesto que se reparta pronto, y se pueda conseguir con
facilidad, y damos por terminado
con lo que vamos a decir como conclusión.
Sea lo primero, asegurar de corazón, que a nadie odiamos ni tenemos mala
voluntad; que para todos
pedimos a Dios abundantes bendiciones y sobre todo la vida eterna, y que el fin
que nos hemos propuesto al
hacer este trabajito, es contribuir en algo al triunfo de la verdad, a la gloria
de Dios, y al bien de las almas.
Hecha esta declaración, quedamos dispuestos y preparados para recibir esa lluvia
de frases de puro
género liberal, ya viejas, y hasta con olorcillo a almacén donde están
guardadas, hasta que les parece hay
necesidad de sacarlas al aire. ¡Intransigencia! ¡Oscurantismo! ¡Los ministros de
Dios no deben meterse en
política! ¡Su misión es misión de paz! ¡Eso es falta de caridad! Venga todo eso,
que más nos han dicho ya;
pero conste, que sólo se trata en este opúsculo de pura religión; que aunque
nuestra misión es de paz. tam-
bién lo es de guerra contra todo error, y que no es falta de caridad que tanto
predica el liberalismo o sus
sectarios, sólo es tolerancia absurda y criminal, que nunca tendremos, si Dios
no nos deja de su mano.
Esperamos que el autor de la carta, recibirá con buena voluntad cuanto dejamos
dicho, porque, por
una parte, dice, que sujeta humildemente su escrito al juicio del Episcopado
colombiano, y por otra debe
suponer, que hemos escrito no contra él, sino contra los errores de su carta.
También esperamos que reciba
los siguientes consejos que le damos:
1o Que no haga alarde de independencia de carácter, ni diga que nunca piensa ser
materia plástica
de nadie, porque eso no está conforme, ni mucho menos, con la perfección de la
humildad cristiana, y es
una disposición de ánimo muy expuesta a total ruina espiritual. Por lo menos
debe ser plástico, blando,
dúctil, y dejarse modelar fácilmente, de Dios, de su santa Religión, y de sus
legítimos superiores.
2a Que no corra tanto por el norte de América y Europa, porque aquí en Colombia
hay mucha falta
de sacerdotes, y los prelados los deseamos para los pueblos que no los tienen.
3o Que no llame a Nuestro Señor Jesucristo. Tribuno del pueblo: añadiendo que
vino a establecer los
derechos del pueblo: porque todo eso suena a revolucionario, y es mucho más
respetuoso y dulce llamarle
como le llama el pueblo cristiano: Divino Redentor de las almas; Salvador que
nos sacó de la esclavitud del
pecado y del demonio; Libertador que nos libra del infierno, si nosotros le
servimos fielmente.
4o Que no haga ostentación de tener muchísimos amigos liberales, ni diga a los
demás que pueden
hacer lo mismo, porque el error es contagioso, y se pega. Por eso dice Dios en
los Proverbios (c. I, v. 10): “Si
te provocan los pecadores diciéndote: júntate a nosotros... hijo mío, no
condesciendas con ellos, no te juntes
con ellos”. San Pablo dice también a Timoteo: “Huid de esta clase de hombres...
porque resisten a la verdad”
(II c. 3). Eso mismo enseña nuestra Santa Madre la Iglesia, y no otra cosa dicen
los Santos Padres.
Sirvamos a Dios Nuestro Señor en este mundo, de la manera que El quiere que le
sirvamos, para que
tengamos la dicha de verle, poseerle y gozarle en el otro. Allí nos veamos
todos. Así sea.
San Ezequiel Moreno
Pasto, Colombia, 29 de octubre de 1897
Tomado de Revista “Tradición Católica” no 102, noviembre de 1994.
www.statveritas.com.ar
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TESTIMONIOS DE LA VIDA DEL PADRE PÍO
EL PADRE PÍO ES ESTIGMATIZADO PARA SIEMPRE
Estigmatizado para siempre–
Los Grupos de Oración.
–Similar a Cristo-
Al instalarse en su nueva y definitiva residencia, algunos hermanos se habían
preocupado por el riesgo de contagio.
Con una gran sencillez y también firmeza, les tranquilizó:
–Mi enfermedad no es como las otras.
Por fin sus superiores decidieron mantenerle definitivamente en San Giovanni
Rotondo, donde vivirá cincuenta y dos años, hasta su muerte en 1968 a sus 81
años.
Le confiaron al principio el cargo de director espiritual y de maestro del
pequeño grupo de muchachos que se preparaban para entrar en la Orden.
Esta nueva vida le daba profundidad.
No sabía que allí iba a empezar su gran misión.
Las multitudes iban a acudir a él de todas partes, a ese rincón antes
desconocido, y serían atendidas principalmente por sus misas y sus confesiones.
No importa que la celebración eucarística dure tres horas o más, los fieles
degustarán su mística, sus éxtasis y los dones que Dios se dignó concederle, y
el fruto se propagará por doquier, con conversiones inesperadas e inauditas.
Otro de los dones del Espíritu Santo de que disponía en abundancia era el de
consejo.
Los Grupos de Oración
En Florencia, una chica se tiró del Ponte Vecchio al río Arno.
Su hermana vivía atormentada pensando en el hecho de un suicidio premeditado y
voluntario, y por tanto que se había condenado.
Tal era su dolor que por fin decidió visitar al Padre Pío en San Giovanni
Rotondo. Nuestro fraile, en cuanto la vio, le dijo sin más, con su dulzura
acostumbrada:
–Del puente al río hay unos segundos.
Y no le dijo nada más.
Ella, entre sollozos, sólo pudo balbucear:
–Gracias, padre.¿Cómo sabía él que le iba a preguntar por su hermana si ni
siquiera la conocía a ella?
Era evidente que por confidencia divina sabía que mientras caía tuvo tiempo de
arrepentirse.
Realmente la hermana podía regresar con la paz en el corazón.
Había escrito allí en Pietrelcina:«La oración es el gran negocio de la salvación
humana»
Y ahora en San Giovanni lo llevaba a la práctica, contagiando a muchas personas
de buena voluntad.
Una de las realizaciones más importantes del Padre Pío fueron los Grupos de
Oración, que se extenderán por todas partes del mundo a partir de 1945, ayudados
también por la exhortación del Papa Pío XII.
Ejercía la dirección espiritual de las almas piadosas que se acercaban a él,
dando gran importancia a la lectura espiritual, la meditación, el examen de
conciencia, la comunión diaria, la confesión semanal:
–La meditación es la clave del progreso en el conocimiento de uno mismo y en el
de Dios, y permite alcanzar la finalidad de la vida espiritual, que es la
transformación del alma en Dios.–
¿Y la confesión, padre?
–La confesión es el baño del alma, hijos míos.
Hay que lavarla al menos cada ocho días.
Similar a Cristo crucificado
El 20 de septiembre de 1918, estando el Padre Pío ante un gran crucifijo que
domina la sillería del coro, recibió los estigmas, visibles y sangrantes, que
hasta su muerte lo identificaron con Cristo crucificado.
Gracias al padre Benedetto,
su amigo, confesor y director espiritual, sabemos los detalles de cómo sucedió,
pues sin más preámbulo, y para vencer aquel silencio, aquellas medias palabras,
aquel esconderse de miradas, aquella vergüenza natural del Padre Pío, le obligó
con estas palabras:
–Hijo mío, dímelo todo claramente...
Quiero saberlo todo con detalle y en virtud de la santa obediencia.
De esa forma nuestro querido beato no tuvo más remedio que contar,
punto por punto, en carta fechada el 22 de octubre, todo lo sucedido aquel día y
podemos comprobar que fue en circunstancias bastantes parecidas a lo acaecido a
San Francisco de Asís el 14 de septiembre de 1224, con siete siglos de
distancia.
Otra gran diferencia que conviene señalar: lo que fue admitido por la Edad Media
cristiana no lo fue tan fácilmente en la época del Padre Pío.
Médicos, visitantes oficiales, expertos en la mística, se sucedían para
examinarlo y dar su opinión.
Se formaron dos grupos opuestos. Los que, después de un estudio profundo y
minucioso, sólo encontraron una explicación sobrenatural;
y los que, para mantenerse en su incredulidad, buscaron razones de todos los
colores aunque ninguna fue lo bastante coherente para ser admitida a través del
tiempo.
Tampoco faltaron los que se atrevieron a insinuar que aquellas llagas podían ser
artificialmente provocadas.
Esas heridas sangraron diariamente más de cincuenta años.
La cantidad de sangre perdida diariamente, algo más de una taza, habría acabado
con la vida del ser más fornido en menos de un año.
Pero en el Padre Pío, enfermizo, falto de salud como hemos visto, tachado de
tuberculoso –apenas dormía, comía muy poco, se pasaba muchísimas horas diarias
en el confesonario con el consiguiente desgaste–,
y jamás en esos cincuenta años tales llagas se infectaron o dieron síntomas de
cicatrizarse.
La fama del Padre Pío, bien en un sentido o bien en otro, fue creciendo por toda
Italia y por el mundo entero, y no solamente en círculos religiosos o
científicos.
Una fotografía de nuestro capuchino llegó a manos del general Luigi Cadorna,
quien había sido tachado de responsable de la derrota en la batalla de Caporetto
contra las tropas austroalemanas en 1917.
Tan pronto la vio, le reconoció inmediatamente:–Éste, éste es el fraile que sin
permiso, sin ser anunciado, sin ser visto por nadie, entró en mi despacho
aquella noche en que yo había tomado la decisión de suicidarme, con el revólver
ya cargado en mi mano.
Fue él quien me disuadió de hacerlo y cuando ya me tuvo convencido y arrepentido
desapareció tal cual había llegado.
El bueno del general diose cuenta de que había sido beneficiado con una gracia
especial del Señor a través de aquel religioso excepcional.
Y la multitud de fieles devotos era cada vez más numerosa.
CONQUISTA DE ALMAS
Una conversión espectacular.
–Interviene el Santo Oficio
Los milagros y lo sobrenatural difícilmente son aceptados, y la Iglesia ha
actuado siempre con mucha prudencia al respecto.
Fueron numerosas las altas autoridades eclesiásticas y muchos los médicos que
atestiguaron las curaciones milagrosas y otros fenómenos sobrenaturales
incomprensibles para la razón humana, de los que hemos detallado algunos para
dar unos pequeños ejemplos de tal abundancia en la vida del Padre Pío.
Estas gracias sobrenaturales no eran concedidas por Dios para la
autoglorificación de nuestro capuchino, sino para dar testimonio de la vida
divina, para llamar a la conversión, para aliviar e incluso curar, y no se
perdió ni una sola ocasión sin que acabara haciéndose el bien.
Una conversión espectacular El confesonario fue el lugar habitual de los
sucesivos «milagros» realizados por él.
Llegaba a pasar hasta quince horas al día confesando, con lo cual abundaban las
verdaderas transformaciones interiores.
Una de las conversiones espectaculares, antes de la primera persecución de que
fue objeto, fue la del famoso abogado genovés Cesare Festa,
gran dignatario de la masonería italiana y primo del doctor Giorgio Festa.
Éste había comentado en su informe médico:
«Después de varios exámenes y ver la evolución con el tiempo de las heridas del
Padre Pío, no hay otra explicación que la de que nos encontramos ante un caso
sobrenatural».
Con su primo Cesare, ateo y rabiosamente anticlerical, mantenían una discusión
interminable, hasta que al fin un día le dijo:
–Cesare, anda, vete a San Giovanni Rotondo y encontrarás allí un testigo que
acabará con todas tus objeciones.
Después ya continuaremos hablando.Cesare decidió ir, con el propósito de
desenmascarar y denunciar lo que él creía ser un fraude.
El Padre Pío no le conocía ni sabía de su existencia.
Cuando le vio entrar en la sacristía junto a otros peregrinos, le espetó
bruscamente:
–¿Qué hace ése entre nosotros?
Es un masón.–Pues sí, es cierto, lo soy.–¿Qué papel desempeñas en la masonería?
–Luchar contra la Iglesia.
El Padre Pío, sin decir más, le señaló el confesonario, y ante la estupefacción
de todos los presentes el abogado masón se arrodilló, abrió su corazón, y con la
ayuda del padre capuchino examinó toda su vida pasada.
Cuando se levantó era otro hombre,
¡llevaba la paz en su corazón! Permaneció tres días en el convento y regresó a
Génova. Su conversión salió en la primera página de los periódicos.
Cesare Festa fue a Lourdes y volvió a San Giovanni Rotondo para recibir de manos
del Padre Pío el escapulario de la Orden Tercera franciscana.
Todo en pocos meses: de masón a franciscano. Fue recibido por el Papa Benedicto
XV, quien le confió esta misión:
–Tengo en gran estima al Padre Pío, a pesar de algunos informes desfavorables
que me han hecho llegar.
Es un hombre de Dios. Comprométase usted a darlo a conocer, porque no es
apreciado por todos como él se merece.
La Gran Logia italiana se reunió para expulsar al abogado renegado.
Cesare Festa decidió asistir y dar a conocer su testimonio.
El mismo día recibió una carta del Padre Pío animándole:
«No te avergüences de Cristo y de su doctrina; es momento de lucha a rostro
descubierto.
El Espíritu Santo te dará la fortaleza necesaria».
Dios conquistaba las almas a través del Padre Pío en número incalculable.
Monseñor Damiani de la diócesis de Salto, Uruguay, visitó al Padre Pío y luego
comentó a Su Santidad Benedicto XV:–
Es uno de esos hombres extraordinarios que Dios envía a la tierra de vez en
cuando para la conversión de los hombres.
Monseñor Damiani al regresar a Uruguay aplicó un guante que había pertenecido al
Padre Pío sobre el corazón y el estomago de Sor Teresa, enferma terminal
afectada de cáncer de estomago y con problemas cardíacos.
Sor Teresa se durmió al momento, soñó que se le acercaba un monje con barba y la
tocó en la cara...
Al despertar completamente sana, reconoció en una fotografía del Padre Pío al
religioso que la había curado.
Interviene el Santo Oficio En esos años que van de 1919 a 1921, su entrega es
total y poco tiempo le queda para mantener una correspondencia abundante con sus
directores espirituales como antaño.
En noviembre de 1921 escribía al padre Benedetto:
«Me siento devorado por el amor a Dios y al prójimo».
O en otra ocasión:
«He trabajado, quiero trabajar; he rezado, quiero rezar; he velado, quiero
velar; he llorado, quiero llorar siempre por mis hermanos del exilio.
Sé y comprendo que es poco, pero sé hacer eso, soy capaz de hacer eso y eso es
todo lo que soy capaz de hacer».
Así, simple y sencillo.
Tras la inesperada muerte de Benedicto XV, el 22 de enero de 1922, le sucederá
el 1 de febrero de 1922 Achille Ratti, amigo de siempre del padre Gemelli, con
el nombre de Pío XI.
El 10 de mayo, el Santo Oficio, reunidos sus cardenales inquisidores,
tomará en deliberación una serie de medidas internas respecto a la Orden
capuchina, so pretexto de frenar el torrente de devociones que desembocaba en el
Padre Pío y mantener una mayor prudencia acerca de los fenómenos sobrenaturales.
Según sus mismas palabras, pondrán al Padre Pío «bajo observación».
Pero las instrucciones que dieron al general de la Orden capuchina eran mucho
más severas:
«Que la misa que celebra el Padre Pío sea a horas indeterminadas, con
preferencia de madrugada y en privado, que no dé la bendición en público, que no
muestre, hable o deje que besen los supuestos estigmas.
Que cambie de director espiritual, que no tenga ningún tipo de contacto con el
padre Benedetto, ni por carta ni por cualquier otro medio, pues su dirección
deja mucho que desear.
Que el Padre Pío sea alejado de San Giovanni Rotondo; mejor mandarlo al Norte de
Italia».
Se le prohibía responder la correspondencia. Las únicas cartas que podía
escribir, con permiso de sus superiores, eran a su familia y las felicitaciones
o las condolencias.
En el convento, estas instrucciones cayeron como una bomba.
El Padre Pío no pudo ni siquiera compartir su pena y sorpresa con sus directores
espirituales.
El padre Benedetto morirá veinte años después con la pena de no haber vuelto a
ver, ni haber escrito, ni haber hablado con aquel a quien tan admirablemente
había dirigido.
Veneno e infamia El padre Pietro Da Ischitella, provincial de Foggia, al
contestar al ministro general de la Orden, indicó:
«... el Padre Pío siempre ha rechazado la ostentación y la vanidad espiritual.
Pero sepa usted, padre, que las órdenes del Santo Oficio, por la santa
obediencia, ya han sido puestas en marcha.
En cuanto a su traslado, permítame indicarle que en ningún lugar de Italia
estará más discreto que aquí.
Lo apartado, la falta de comunicaciones, aislados por la nieve buena parte del
año, proporcionan cierta tranquilidad.
Por el contrario, si lo mandamos al norte, ¿no es precisamente allí dónde tiene
mayor fama?
Espero, pues, sus órdenes para proceder...»
Monseñor Gagliardi no tenía suficiente con eso, se fue a Roma a destilar su
veneno en presencia de obispos y cardenales, y no se privó del perjurio para dar
mayor fuerza a sus monstruosas calumnias y mentiras.
«Yo mismo lo he visto, lo juro, descubrí un frasco de ácido con el que se
provoca las heridas y colonia para perfumárselas.
El Padre Pío es un poseso del demonio y los monjes de su convento unos
estafadores...
»El 2 de julio Monseñor Gagliardi fue recibido por Pío XI, quien después de
escucharle consideró confirmadas las prevenciones contra el capuchino hechas por
su amigo el padre Gemelli.
A todo esto se sumaron rumores gratuitos contra los capuchinos de San Giovanni,
que encontraban en toda Roma oídos complacidos incluso dentro del Santo Oficio.
Una nueva vuelta de tuerca se estaba preparando.
Mientras tanto, en Santa Maria delle Grazie (nombre del convento de San Giovanni
Rotondo) la vida continuaba a pesar del tumulto exterior por un lado y las
coacciones impuestas, por el otro.
El Padre Pío continuaba confesando (todavía no se le había prohibido),
celebrando misa matinal y convirtiendo almas.
PUGNA AL MÁS ALTO NIVEL
–Otro hecho extraordinario.
–Acoso implacable.
Aquellos años que sucedieron a 1924 fueron tiempos de silencio y de prueba para
nuestro querido Padre Pío, que acataba con sorprendente y extraordinaria
obediencia las órdenes que viniendo de arriba le eran transmitidas por sus
superiores.
A cada nueva prohibición se limitaba a decir:
–Que se haga la voluntad de Dios.
Poco sabemos de su vida interior en esos años en que no le permitieron escribir
a su director espiritual.
Sólo podía confiarse a sus hermanos del convento.
Esta prodigiosa vida interior del Padre Pío, su vida de oración y de gracias,
era totalmente desconocida por la mayoría de sus superiores y demás autoridades
romanas.
Otro hecho extraordinario Fue en estos años cuando se produjo otra
extraordinaria bilocación del Padre Pío, y en esta ocasión se hizo defensor de
su propia causa.
Al cardenal Silj, que estaba presente, le debemos el conocer este hecho.
Se habían reunido con el Papa algunos cardenales, que para terminar de una vez
con el caso Padre Pío eran partidarios de gravísimas sanciones.
En aquel momento se vio entrar a un fraile capuchino, con las manos escondidas
dentro de las mangas, un andar doloroso pero decidido, que avanzó directamente
hacia el Santo Padre.
Sin que nadie pudiera detenerlo, se arrodilló, besó los pies de Su Santidad y
con voz suplicante le dijo:
–Santidad, por el bien de la Iglesia, no permitáis eso.
Pidió la bendición, de nuevo besó los pies del Santo Padre y salió como había
entrado.
Los cardenales allí presentes estaban estupefactos, no podían creer lo que
acababan de ver, se interrogaban unos a otros con la mirada, hasta que algunos,
reaccionando, salieron a preguntar a los guardias:–
¿Cómo es que habéis dejado pasar a ese fraile capuchino?.–
¿Fraile capuchino?
Por aquí no ha entrado ni ha salido nadie.
Los demás guardias afirmaron:
–Es cierto, es cierto, no ha pasado nadie desde que se reunieron Vuestras
Eminencias.
Brunatto, el fiel Brunatto, reúne documentos, pruebas de toda clase, escribe
cartas para presionar a la Santa Sede y pedir que se digne hacer justicia al
Padre Pío.
Solicita que se le devuelvan las libertades y al tiempo se investigue a los
canónigos que habían apoyado al arzobispo de Manfredonia, e incluso al mismísimo
Monseñor Gagliardi.
Poco a poco los calumniadores son descubiertos y destituidos de sus funciones.
No faltaron testigos, con pruebas evidentes y numerosas, de antaño y de
entonces, acerca de la conducta escandalosa del que era cabeza de la diócesis,
quien gracias a sus amistades y a moverse con diligencia se iba manteniendo en
su privilegiado lugar, hasta que en octubre de 1929 por fin fue destituido.
Se retiró sin pena ni gloria a vivir con su familia, desposeído de sus insignias
episcopales.
Sin embargo, desenmascarado el principal calumniador, no por eso el Padre Pío va
a obtener del Santo Oficio que le sean levantadas todas las limitaciones.
Todo sigue igual respecto a nuestro fraile, que no mueve ni un dedo para
defenderse, más bien suplica a unos y a otros para que sean perdonados sus
acusadores, cosa que él hace de todo corazón.
Brunatto insiste, actúa desesperadamente.
Aquellas presiones junto con los sucesivos artículos que aparecían en los
periódicos, el río de peregrinos que no cesaba en San Giovanni Rotondo, las
continuas cartas que llegaban de todo el mundo, pesaron mucho sobre las
decisiones tomadas por el Santo Oficio el 13 de mayo 1931 en reunión plenaria.
El 23 de mayo así se le comunicó al ministro general de la Orden.:
«Al Padre Pío se le priva de todas las facultades del ministerio sacerdotal,
excepto la de celebrar misa, pero solamente en la capilla interior del
monasterio, no en la iglesia pública».
El provincial de Foggia era el encargado de comunicar el decreto al Padre Pío,
quien una vez más se limitó a decir:
–Que se haga la voluntad de Dios –
y se echó a llorar.
No podía celebrar misa en público, ni confesar, ni dirigirse a los fieles, ni
darles sus consejos tan acertados, ni exhortarles, ni siquiera verles.
–Dios mío, no podré en tu nombre liberar a las almas de sus culpas.
Se privaba precisamente al Padre Pío de lo más esencial, pues la confesión junto
con la celebración de la misa eran el verdadero núcleo de su vocación.
No podía escribir ni mantener relación alguna, pero los fieles no conocían la
existencia de los decretos del Santo Oficio, así que durante su aislamiento
recibía un montón de cartas de todo el mundo solicitando alguna gracia por su
intercesión.
Todas estas peticiones las tenía presentes en sus solitarias celebraciones
eucarísticas, que duraban más de hora y media,
e incluso hasta tres horas. Por lo demás, comer y rezar el oficio con sus
hermanos era lo único que se le permitía en comunidad.–
Padre, así recluido irá ya por dos años.
–Sí, hermano, sí, dos años llevo de prisionero inocente.
Lo cuenta el padre Raffaele, superior del convento en esos años:
–Mirad, hermanos, se me humedecen los ojos de emoción al ver a tanta gente
venida del extranjero.
Al no poder ver a nuestro Padre Pío, se conforman y se quedan en la iglesia.
¡Con qué devoción rezan y piden por la liberación de su padre espiritual!
–Y esto, padre, sucede un día, y el siguiente, y el siguiente, por los años que
llevamos, cada día, sin fallar.
La voz de Pío XI Corría el mes de marzo de 1933 cuando inesperadamente un
hermano le comenta a otro:
–Hermano, ¡aleluya!, ha llegado a San Giovanni Rotondo Monseñor Passetto desde
Roma.
–¿Monseñor Passetto? ¿Y viene de Roma?
¿Qué querrá Su Eminencia de nosotros?
–Dicen que viene por encargo directo de Su Santidad Pío XI.
Quiere tener información fidedigna del Padre Pío, sin intermediarios ni
tergiversaciones ni exageraciones.
–Ya es hora de que el Santo Padre sepa toda la verdad.
Cuando vean con qué humildad acata tantas injusticias, su obediencia, su
sencillez, su amor, creo que en Roma van a cambiar de parecer.
Y así fue tras el relato que Monseñor Passetto hizo a raíz de su visita.
¡Y cómo Su Santidad Pío XI cambió de parecer!
No esperó mucho.
El 14 de julio de 1933, por voluntad expresa del Pontífice, se rehabilita al
Padre Pío permitiéndole celebrar misa en público y confesar incluso a religiosos
fuera del convento.
Pero el Santo Oficio tuvo que añadir unas palabras:
«Sí, pero que quede entre nosotros, sólo se trata a título puramente
experimental, y que no olvide que las misas no deben durar más de 35 minutos y
todas las demás prescripciones de nuestro decreto que todavía están vigentes».
La noticia se recibió con gran alegría y corrió por toda la comarca.
El 16 de julio, día de Nuestra Señora del Carmen, el Padre Pío volvió a celebrar
su misa en la iglesia pública del convento, que en aquella ocasión estaba llena
a rebosar.
A partir de ese día, año tras año, la situación del Padre Pío irá mejorando,
dejando atrás aquellas injustas prescripciones sin que nadie se atreva a
hacerlas recordar.
Empezará una época feliz de apostolado fecundo que durará casi treinta años.
Se multiplicarán los peregrinos, las conversiones, curaciones y gracias.
Será en esta época cuando el Padre Pío ponga en marcha sus dos grandes
realizaciones:
la espiritual,
los Grupos de Oración,
y su gran obra terrenal, la Casa Sollievo della Sofferenza.
Palabras de S.S. Pío XI a Monseñor Cuccarollo:
–Debéis estar contentos los capuchinos, el Padre Pío ha sido recuperado y más
aún
–con expresión muy significativa
–es la primera vez que el Santo Oficio si rimangia (se traga) sus decretos.
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LAS APARICIONES P. PIO DE PIETRELCINA
Heredero espiritual de San Francisco de Asís, el Padre Pío de Pietrelcina ha
sido el primer sacerdote en llevar impreso sobre su cuerpo las señales de la
crucifixión. Él ya fue conocido en el mundo como el "Fraile" estigmatizado.
El Padre Pío, al que Dios donó particulares carismas, se empeñó con todas sus
fuerzas por la salvación de las almas. Los muchos testimonios sobre su gran
santidad de Fraile, llegan hasta nuestros días, acompañados por sentimientos de
gratitud. Sus intercesiones providenciales cerca de Dios fueron para muchos
hombres causa de sanación en el cuerpo y motivo de renacimiento en el Espíritu.
El Padre Pío de Pietrelcina que se llamó Francesco Forgione, nació en
Pietrelcina, en un pequeño pueblo de la provincia de Benevento, el 25 de mayo de
1887.
Nació en una familia humilde donde el papá Grazio Forgione y la mamá Maria
Giuseppa Di Nunzio ya tenían otros hijos.
Desde la tierna edad Francesco experimentó en sí el deseo de consagrarse
totalmente a Dios y este deseo lo distinguiera de sus coetáneos. Tal
"diversidad" fue observada de sus parientes y de sus amigos.
Mamá Peppa contó - "no cometió nunca ninguna falta, no hizo caprichos, siempre
obedeció a mí y a su padre, cada mañana y cada tarde iba a la iglesia a visitar
a Jesús y a la Virgen.
Durante el día no salió nunca con los compañeros. A veces le dije: "Francì sal
un poco a jugar. Él se negó diciendo: no quiero ir porque ellos blasfeman". Del
diario del Padre Agostino de San Marco in Lamis, quien fue uno de los directores
espirituales del Padre Pío, se enteró de que el Padre Pío, desde el 1892, cuando
apenas tenía cinco años, ya vivió sus primeras experiencias carismáticas
espirituales.
Los Éxtasis y las apariciones fueron tan frecuentes que al niño le pareció que
eran absolutamente normales.
Con el pasar del tiempo, pudo realizarse para Francesco lo que fue el más grande
de sus sueños: consagrar totalmente la vida a Dios.
El 6 de enero de 1903, a los dieciséis años, entró como clérigo en la orden de
los Capuchinos. Fue ordenado sacerdote en la Catedral de Benevento, el 10 de
agosto de 1910. Tuvo así inicio su vida sacerdotal que a causa de sus precarias
condiciones de salud, se desarrollará primero en muchos conventos de la
provincia de Benevento.
Estuvo en varios conventos por motivo de salud, luego, a partir del 4 de
septiembre de 1916 llegó al convento de San Giovanni Rotondo, sobre el Gargano,
dónde se quedó hasta el 23 de septiembre de 1968, día de su sentida muerte.
En este largo período el Padre Pío iniciaba sus días despertándose por la noche,
muy antes del alba, se dedicaba a la oración con gran fervor aprovechando la
soledad y silencio de la noche.
Visitaba diariamente por largas horas a Jesús Sacramentado, preparándose para la
Santa Misa, y de allí siempre sacó las fuerzas necesarias, para su gran labor
para con las almas, al acercarlas a Dios en el Sacramento Santo de la Confesión,
confesaba por largas horas, hasta 14 horas diarias, y así salvó muchas almas.
Uno de los acontecimientos que señaló intensamente la vida del Padre Pío fuè lo
que se averiguó la mañana del 20 de septiembre de 1918, cuando, rogando delante
del Crucifijo del coro de la vieja iglesia pequeña, el Padre Pío tuvo el
maravilloso regalo de los estigmas.
Los estigmas o las heridas fueron visibles y quedaron abiertas, frescas y
sangrantes, por medio siglo. Este fenómeno extraordinario volvió a llamar, sobre
el Padre Pío la atención de los médicos, de los estudiosos, de los periodistas
pero sobre todo de la gente común que, en el curso de muchas décadas fueron a
San Giovanni Rotondo para encontrar al santo fraile.
En una carta al Padre Benedetto, del 22 de octubre de 1918, el Padre Pío cuenta
su "crucifixión": “¿Qué cosa os puedo decir a los que me han preguntado cómo es
que ha ocurrido mi crucifixión? ¡Mi Dios que confusión y que humillación yo
tengo el deber de manifestar lo que Tú has obrado en esta tu mezquina criatura!
Fue la mañana del 20 del pasado mes (septiembre) en coro, después de la
celebración de la Santa Misa, cuando fui sorprendido por el descanso en el
espíritu, parecido a un dulce sueño. Todos los sentidos interiores y exteriores,
además de las mismas facultades del alma, se encontraron en una quietud
indescriptible. En todo esto hubo un total silencio alrededor de mí y dentro de
mí; sentí enseguida una gran paz y un abandono en la completa privación de todo
y una disposición en la misma rutina.
Todo esto ocurrió en un instante. Y mientras esto se desarrolló; yo vi delante
de mí un misterioso personaje parecido a aquél visto en la tarde del 5 de
agosto. Éste era diferente del primero, porque tenía las manos, los pies y el
costado que emanaban sangre.
La visión me aterrorizaba; lo que sentí en aquel instante en mí; no sabría
decirlo. Me sentí morir y habría muerto, si Dios no hubiera intervenido a
sustentar mi corazón, el que me lo sentí saltar del pecho.
La vista del personaje desapareció, y me percaté de que mis manos, pies y
costado fueron horadados y chorreaban sangre. Imagináis el suplicio que
experimenté entonces y que voy experimentando continuamente casi todos los días.
La herida del corazón asiduamente sangra, comienza el jueves por la tarde hasta
al sábado. Mi padre, yo muero de dolor por el suplicio y por la confusión que yo
experimento en lo más íntimo del alma.
Temo morir desangrado, si Dios no escucha los gemidos de mi pobre corazón, y
tenga piedad para retirar de mí esta situación....”
Por años, de cada parte del mundo, los fieles fueron a este sacerdote
estigmatizado, para conseguir su potente intercesión cerca de Dios.
Cincuenta años experimentados en la oración, en la humildad, en el sufrimiento y
en el sacrificio, dónde para actuar su amor, el Padre Pío realizó dos
iniciativas en dos direcciones: un vertical hacia Dios, con la fundación de los
"Grupos de ruego", hoy llamados “grupos de oración” y la otra horizontal hacia
los hermanos, con la construcción de un moderno hospital: "Casa Alivio del
Sufrimiento."
En septiembre los 1968 millares de devotos e hijos espirituales del Padre Pío se
reunieron en un congreso en San Giovanni Rotondo para conmemorar juntos el 50°
aniversario de los estigmas aparecidos en el Padre Pío y para celebrar el cuarto
congreso internacional de los Grupos de Oración.
Nadie habría imaginado que a las 2.30 de la madrugada del 23 de septiembre de
1968, sería el doloroso final de la vida terrena del Padre Pío de Pietrelcina.
De este maravilloso fraile, escogido por Dios para derramar su Divina
Misericordia de una manera tan especial.
Y LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Para el Padre Pío las apariciones ya comenzaron cuando todavía era joven.
El pequeño Francesco no habló nunca porque creyó que las apariciones eran cosas
que ocurrieran a todas las almas.
Las apariciones eran de Ángeles, de Santos, de Jesús, de la Virgen, pero a
menudo, también de demonios.
En los últimos días de diciembre de 1902, mientras él estaba meditando sobre su
vocación, Francesco tuvo una visión. He aquí como la describió, muchos años
después, "Francesco vio a su lado a un hombre majestuoso de rara belleza,
resplandeciente como el sol, que le tomó por la mano y lo animó con la precisa
invitación: "Vienes conmigo porque te conviene combatir de bravo guerrero"
Francesco fue conducido a un gran campo, entre una multitud de hombres que fue
dividida en dos grupos: En una parte habían hombres de rostro guapísimo y
cubiertos de vestidos blancos, cándidos como la nieve, de la otra eran como
hombres de horroroso aspecto y vestidos de negro sombríos y oscuros.
(Explicación. Vienes conmigo (con Jesús), porque te conviene combatir (te
conviene luchar contra la tentación, así te haces mas fuerte), bravo guerrero
(buen cristiano).
Inútil es tu resistencia (habla la tentación), con este conviene combatir. Animo
(le dice Jesús), entra confiado en la lucha (puedes vencer al maligno), avanza
atrevidamente que Yo te seré propicio (puedes retar al enemigo que siempre
estaré contigo); te ayudare y no permitiré que el te venza.)
El joven situado entre aquellas dos alas de espectadores, vio venir a su
encuentro un hombre de desmedida altura, tan alto, que podía tocar con la frente
las nubes, y con un rostro horroroso.
El personaje resplandeciente que tuvo a su lado lo exhortó a batirse con el
personaje monstruoso. Francesco rogó evitar el furor del extraño personaje, pero
aquel luminoso no aceptó: "Inútil es tu resistencia, con éste conviene
combatir". Ánimo, entra confiado en la lucha, avanza atrevidamente que yo te
seré propicio; te ayudaré y no permitiré que él venza".
El combate fue aceptado y resultó terrible. Con la ayuda del personaje luminoso
siempre ayudándole, Francesco venció. El personaje monstruoso, obligado a huir,
se arrastró tras aquella gran multitud de hombres con horroroso aspecto, entre
gritos, imprecaciones se aturdió. La otra multitud de hombres del vago aspecto,
emanó voces de aplauso y laudos verso al que asistió al pobre Francesco, en una
tan áspera batalla.
El personaje espléndido y luminoso más que el sol, puso sobre la cabeza de
Francesco victorioso una corona de rara belleza, que inútil sería describirla.
La corona fue retirada por el personaje bueno el que precisó: "Otra más bonita
tengo para ti guardada. Si tú supieras luchar con aquel personaje con el que
ahora has combatido.
Él siempre volverá al asalto...; combates de bravo y no dudes en mi ayuda... no
te asustes por su horrorosa presencia.... Yo estaré cerca de ti, yo siempre te
ayudaré, para que tú logres vencerlo". Tal visión fue seguida, luego, de reales
batallas con el Diablo. El Padre Pío enfrentó en efecto numerosas batallas
contra el "enemigo" de las almas en el marco de su vida, con el propósito de
arrancar las almas de las cadenas de Satanás.
Una tarde el Padre Pío estaba descansando en una habitación, en la planta baja
del convento, que fue destinada a hospedería. Estuvo solo descansando, y apenas
se había extendido sobre el sofá cuando, de repente, he aquí que vino a
comparecerle un hombre envuelto en una negra capa.
El Padre Pío, sorprendido, levantándose, interrogó al hombre quién era y qué
quería. El desconocido le contó que era un alma del Purgatorio. "Soy Pietro Di
Mauro. He muerto en un incendio, el 18 de septiembre de 1908, en este convento
que fue destinado a un geriátrico, después de la expropiación de los bienes
eclesiásticos.
Morí entre las llamas, en mi cama de paja, sorprendido en el sueño, justo en
esta habitación. Vengo del Purgatorio: el buen Dios me ha concedido la gracia de
veniros a preguntar si podrías ofrecer la Santa Misa de mañana por mi descanso
eterno.
Gracias a esta Misa podré entrar al Paraíso". El Padre Pío aseguró que ofrecería
la Santa Misa por su alma. El. Padre Pío contó: "Yo, quise acompañarlo a la
puerta del convento, para despedirlo, y cuál sería mi sorpresa; que una vez a mi
lado desapareció repentinamente. Por lo que me di verdaderamente cuenta de haber
hablado con un difunto".
Tengo que decir que regresé al convento muy asustado. Al padre Paolino de
Casacalenda, Superior del convento, que notó mi agitación, le pedí el permiso de
celebrar la Santa Misa en sufragio de aquella alma necesitada; después,
naturalmente, de haberle narrado lo ocurrido".
Tiempo después, el Padre Paulino, despertado por la curiosidad, quiso hacer la
averiguación. Fue al Despacho del registro del ayuntamiento de San Giovanni
Rotondo, solicitó y consiguió el permiso de consultar el registro de los
fallecidos en el año 1908., la narración del Santo Padre Pío correspondió a la
realidad. En el registro relativo a las muertes del mes de septiembre, el padre
Paulino localizó el nombre, el apellido y la imputación de la muerte: "En fecha
el 18 de septiembre de 1908, en el incendio del geriátrico Pietro Di Mauro
verdaderamente murió."
La Señora Cleonice Morcaldi de San Giovanni Rotondo fue una hija espiritual del
Padre Pío; A un mes de la muerte de su mamá, el Padre Pío le dijo: "Esta mañana
tu mamá ha volado al Paraíso, la he visto mientras estaba celebrando la Misa."
Lo que quiere decir que tuvo la gentileza de ofrecer la misa por el descanso
eterno de su alma.
El Padre Pío contó esta historia al Padre Anastasio. "Una tarde, mientras yo
estaba solo en el coro para orar, oí el susurro de un traje y vi a un monje
joven que revolvió al lado del altar principal. Parecía que el joven monje
estaba desempolvando los candelabros y arreglando los jarrones de las flores.
Yo pensé que él era el Padre Leone que estaba reestructurando el altar; y como
ya era la hora de la cena, me acerqué a él y le dije: "Padre Leone, vaya a
cenar, no es tiempo para desempolvar y reparar el altar".
Pero una voz que no era la voz del padre Leone me contestó": "yo no soy el Padre
Leone", "¿y quién es usted? ", le pregunté. "Yo soy un hermano suyo que hice el
noviciado aquí, mi misión era limpiar el altar durante el año del noviciado.
Desgraciadamente en todo ese tiempo yo no reverencié a Jesús Sacramentado, Dios
Todopoderoso, como debía haberlo hecho, mientras pasaba delante del altar.
Causando gran aflicción al Sacramento Santo por mí irreverencia; puesto que El
Señor se encontraba en el tabernáculo para ser honrado, alabado y adorado.
Por este serio descuido, yo estoy todavía en el Purgatorio. Ahora, Dios, por su
misericordia infinita, me envió aquí para que usted decida el tiempo desde
cuando que yo podré disfrutar del Paraíso. Y para que UD cuide de mí."
Yo creí haber sido generoso con esa alma en sufrimiento, por lo que yo exclamé:
"usted estará mañana por la mañana en el Paraíso, cuando yo celebre el la Santa
Misa.". Esa alma lloró: Cruel de mí, que malvado fui. “Entonces él lloró y
desapareció."
Esa queja me produjo una herida tan profunda en el corazón, la cual yo he
sentido y sentiré durante toda mi vida. De hecho yo habría podido enviar esa
alma inmediatamente al Cielo pero yo lo condené a permanecer una noche más en
las llamas del Purgatorio."
Carta que el Padre Pío escribió a su director espiritual: Carta al Fraile
Agostino, del 7 de abril de 1913, "Mi estimado Padre, yo todavía estaba en la
cama el viernes por la mañana, cuando el Señor Jesús se me apareció. Él se
encontraba golpeado y desfigurado. Él me mostró una gran muchedumbre de
sacerdotes y dignatarios eclesiásticos indiferentes, quienes estaban celebrando
vistiendo sus sagradas túnicas.
Cuando yo vi a mi Jesús en esta condición sentí un gran sufrimiento, por
consiguiente, yo le pregunte por qué él sufrió tanto.
Él no me contestó, él me mostró a los sacerdotes que debía castigar. Pero poco
después, el Señor estaba tristísimo al mirar a estos sacerdotes y yo noté, con
gran horror, dos lágrimas enormes que emanaron del Santo Rostro.
Jesús salió de esa muchedumbre de sacerdotes y con una gran expresión de
aversión en la cara, lloró': ¡"Carniceros”!
“Entonces Él me dijo: "Mi Niño, no creas que mi agonía ha sido de tres horas,
no; realmente yo estaré en la agonía hasta el fin del mundo; debido a las almas
que yo amo.
Durante el tiempo de la agonía, mi niño, nadie puede dormir. Mi alma va buscando
alguna gota de piedad humana, pero ellos me dejan solo bajo el peso de la
indiferencia. La ingratitud hace más severa la agonía para mí.
¡Ellos responden mal a mi amor! El tormento mayor para mí es que crece en las
personas su desprecio, indiferencia, e incredulidad.
Cuántas veces mi ira deseó destruirlos por el relámpago, pero yo me detuve por
los ángeles y las almas que me aman.....
Escribe a tu padre y nárrale lo que has visto y Yo te dije en esta Mañana. Dile
que muestre tu carta al Padre provinciano... "Jesús continuó hablando pero yo
nunca puedo revelar lo que él dijo... "
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da
Pobladura e Alessandro da Ripabottoni - Edizioni "Padre Pio da Pietrelcina"
Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo - FG)
En la carta al Padre Agostino del 13 de febrero de 1913:
Nuestro Padre Jesucristo me reveló “no te preocupes, yo le haré sufrir pero yo
también te daré la fuerza" - "Yo deseo que tu alma se purifique con el martirio
oculto diario; no te asustes si yo permito al Diablo atormentarte, y al mundo
para hastiarlo, porque nadie ganará contra esas personas que sufren bajo la cruz
por mi amor y que yo he decidido protegerlos. "
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da
Pobladura e Alessandro da Ripabottoni - Edizioni "Padre Pio da Pietrelcina"
Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo - FG)
La carta al Padre Agostino, del 18 de noviembre de 1912, "... Jesús, su estimada
Madre, y el Ángel Guardián; estuvieron visitándome con otros para animarme, me
dijeron que ellos no se olvidan de decirme que la víctima, ser llamado la
víctima, tiene que perder toda su sangre."
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da
Pobladura e Alessandro da Ripabottoni - Edizioni "Padre Pio da Pietrelcina"
Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo - FG)
La carta para al Padre Agostino, del 12 de marzo de 1913, "... Mi padre, escucha
las quejas de nuestro dulce Jesús: ¡Se reembolsa "mi amor para los hombres con
tanta ingratitud!
Esas personas me hubieran ofendido menos si yo los hubiera amado menos.
Mi padre no quiere llevárselos todavía. ¡Me gustaría dejar de amarlos, pero...
(Y aquí Jesús guardó silencio y, luego desprevenidamente me dijo:) ¡pero mi
corazón es hecho para amar!.
Los hombres no hacen el intento de superar las tentaciones. Más bien estos
hombres disfrutan sus faltas de equidad. Las almas que Yo amo más son las que
sufren una tentación, y cuando ellos no tienen éxito resistiendo, me invocan
pidiendo ayuda, y Yo me presento y las fortifico en la tentación.
Las almas débiles se desaniman y desesperan. Las almas fuertes que confían en
Jesús, me llaman y Yo vengo para relajarlos.
Ellos me dejan solo por la noche y en la mañana en la Iglesia. Ellos no cuidan
del sacramento del altar; ellos ya no hablan de este sacramento de amor;
también, las personas que hablan del sacramento lo hacen con la tanta
indiferencia y frialdad.
De mi Corazón se han olvidado; nadie cuida de mi amor; Yo siempre me
entristezco. Mi casa se ha vuelto un teatro de obras para muchas personas;
incluso mis sacerdotes que yo siempre he protegido cuidadosamente, que yo he
amado como la niña de mis ojos; ellos deben confortar mi corazón lleno de
amargor; ellos deben ayudarme en la redención de las almas, en cambio.... ¿Quién
lo creería? Yo recibo la ingratitud de ellos. Yo veo, Hijo mío, a muchos de
ellos que... (Aquí él se detuvo, los hipos le apretaron la garganta, él lloró)
que bajo la semejanza falsa ellos me traicionan con las comuniones sacrílegas,
mientras Yo estoy estampando en ellos la luz y las fuerzas que continuamente les
doy... ".
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da
Pobladura e Alessandro da Ripabottoni - Edizioni "Padre Pio da Pietrelcina"
Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo - FG)
Carta a Padre Benedetto del 17 de diciembre de 1917: ... "En una de las visitas
que tuve de Jesús en estos días, le pregunté con más insistencia si pudiera
tener compasión de las pobres naciones, tan a prueba por la desdicha de la
guerra y que por fin cediera su justicia y misericordia. ¡Cosa extraña! Él no
contestó sino con una señal de mano, que quiso decir: despacio, tranquilo. Pero
cuándo?, añadí yo. Y él, con seriedad y con una media sonrisa en boca, posó su
mirada sobre de mí y sin decir palabra se despidió."
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da
Pobladura e Alessandro da Ripabottoni - Edizioni "Padre Pio da Pietrelcina"
Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo - FG)
Publicado por alberto ramirez mozqueda en 12:06
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Biografía
Heredero espiritual de San Francisco de Asís, el Padre Pío de Pietrelcina ha
sido el primer sacerdote en llevar impreso sobre su cuerpo las señales de la
crucifixión.
El Padre Pío, al que Dios donó particulares carismas, se empeñó con todas sus
fuerzas por la salvación de las almas. Los muchos testimonios sobre su gran
santidad de Fraile, llegan hasta nuestros días, acompañados por sentimientos de
gratitud. Sus intercesiones providenciales cerca de Dios fueron para muchos
hombres causa de sanaciòn en el cuerpo y motivo de renacimiento en el Espíritu.
El Padre Pío de Pietrelcina que se llamó Francesco Forgione, nació en
Pietrelcina, en un pequeño pueblo de la provincia de Benevento, el 25 de mayo de
1887. Nació en una familia humilde donde el papá Grazio Forgione y la mamá Maria
Giuseppa Di Nunzio ya tenían otros hijos.
Desde la tierna edad Francesco experimentó en sí el deseo de consagrarse
totalmente a Dios y este deseo lo distinguiera de sus coetáneos. Tal
“diversidad” fue observada de sus parientes y de sus amigos. Mamá Peppa contó -
“no cometió nunca ninguna falta, no hizo caprichos, siempre obedeció a mí y a su
padre, cada mañana y cada tarde iba a la iglesia a visitar a Jesús y a la
Virgen. Durante el día no salió nunca con los compañeros. A veces le dije:
“Francì sal un poco a jugar. Él se negó diciendo: no quiero ir porque ellos
blasfeman”.
Del diario del Padre Agostino de San Marco in Lamis, quien fuè uno de los
directores espirituales del Padre Pío, se enteró de que el Padre Pío, desde el
1892, cuando apenas tenía cinco años, ya vivió sus primeras experiencias
carismáticas espirituales. Los Éxtasis y las apariciones fueron tan frecuentes
que al niño le pareció que eran absolutamente normales.
Con el pasar del tiempo, pudo realizarse para Francesco lo que fue el más grande
de sus sueños: consagrar totalmente la vida a Dios. El 6 de enero de 1903, a los
dieciséis años, entró como clérigo en la orden de los Capuchinos. Fue ordenado
sacerdote en la Catedral de Benevento, el 10 de agosto de 1910. Tuvo así inicio
su vida sacerdotal que a causa de sus precarias condiciones de salud, se
desarrollará primero en muchos conventos de la provincia de Benevento. Estuvo en
varios conventos por motivo de salud, luego, a partir del 4 de septiembre de
1916 llegó al convento de San Giovanni Rotondo, sobre el Gargano, dónde se quedó
hasta el 23 de septiembre de 1968, día de su sentida muerte.
En este largo período el Padre Pío iniciaba sus días despertándose por la noche,
muy antes del alba, se dedicaba a la oración con gran fervor aprovechando la
soledad y silencio de la noche. Visitaba diariamente por largas horas a Jesús
Sacramentado, preparándose para la Santa Misa, y de allí siempre sacó las
fuerzas necesarias, para su gran labor para con las almas, al acercarlas a Dios
en el Sacramento Santo de la Confesión, confesaba por largas horas, hasta 14
horas diarias, y así salvó muchas almas.
Uno de los acontecimientos que señaló intensamente la vida del Padre Pío fuè lo
que se averiguó la mañana del 20 de septiembre de 1918, cuando, rogando delante
del Crucifijo del coro de la vieja iglesia pequeña, el Padre Pío tuvo el
maravilloso regalo de los estigmas. Los estigmas o las heridas fueron visibles y
quedaron abiertas, frescas y sangrantes, por medio siglo. Este fenómeno
extraordinario volvió a llamar, sobre el Padre Pío la atención de los médicos,
de los estudiosos, de los periodistas pero sobre todo de la gente común que, en
el curso de muchas décadas fueron a San Giovanni Rotondo para encontrar al santo
fraile.
En una carta al Padre Benedetto, del 22 de octubre de 1918, el Padre Pío cuenta
su “crucifixión”: “¿Qué cosa os puedo decir a los que me han preguntado como es
que ha ocurrido mi crucifixión? ¡Mi Dios que confusión y que humillación yo
tengo el deber de manifestar lo que Tú has obrado en esta tu mezquina criatura!
Fue la mañana del 20 del pasado mes (septiembre) en coro, después de la
celebración de la Santa Misa, cuando fui sorprendido por el descanso en el
espíritu, parecido a un dulce sueño. Todos los sentidos interiores y exteriores,
además de las mismas facultades del alma, se encontraron en una quietud
indescriptible. En todo esto hubo un total silencio alrededor de mí y dentro de
mí; sentí enseguida una gran paz y un abandono en la completa privación de todo
y una disposición en la misma rutina.
Todo esto ocurrió en un instante. Y mientras esto se desarrolló; yo vi delante
de mí un misterioso personaje parecido a aquél visto en la tarde del 5 de
agosto. Éste era diferente del primero, porque tenía las manos, los pies y el
costado que emanaban sangre. La visión me aterrorizaba; lo que sentí en aquel
instante en mí; no sabría decirlo. Me sentí morir y habría muerto, si Dios no
hubiera intervenido a sustentar mi corazón, el que me lo sentí saltar del pecho.
La vista del personaje desapareció, y me percaté de que mis manos, pies y
costado fueron horadados y chorreaban sangre. Imagináis el suplicio que
experimenté entonces y que voy experimentando continuamente casi todos los días.
La herida del corazón asiduamente sangra, comienza el jueves por la tarde hasta
al sábado. Mi padre, yo muero de dolor por el suplicio y por la confusión que yo
experimento en lo más íntimo del alma. Temo morir desangrado, si Dios no escucha
los gemidos de mi pobre corazón, y tenga piedad para retirar de mí esta
situación….”
Por años, de cada parte del mundo, los fieles fueron a este sacerdote
estigmatizado, para conseguir su potente intercesión cerca de Dios. Cincuenta
años experimentados en la oración, en la humildad, en el sufrimiento y en el
sacrificio, dónde para actuar su amor, el Padre Pío realizó dos iniciativas en
dos direcciones: un vertical hacia Dios, con la fundación de los “Grupos de
ruego”, hoy llamados “grupos de oración” y la otra horizontal hacia los
hermanos, con la construcción de un moderno hospital: “Casa Alivio del
Sufrimiento.”
En septiembre los 1968 millares de devotos e hijos espirituales del Padre Pío se
reunieron en un congreso en San Giovanni Rotondo para conmemorar juntos el 50°
aniversario de los estigmas aparecidos en el Padre Pío y para celebrar el cuarto
congreso internacional de los Grupos de Oración. Nadie habría imaginado que a
las 2.30 de la madrugada del 23 de septiembre de 1968, sería el doloroso final
de la vida terrena del Padre Pío de Pietrelcina. De este maravilloso fraile,
escogido por Dios para derramar su Divina Misericordia de una manera tan
especial.
Muchas han sido las sanaciones y conversiones concedidas por la intercesión del
Padre Pío e innumerables milagros han sido reportados a la Santa Sede.
Los preliminares de su Causa se iniciaron en noviembre de 1969. El 18 de
diciembre de 1997, Su Santidad Juan Pablo II lo pronunció venerable. Este paso,
aunque no tan ceremonioso como la beatificación, es ciertamente la parte más
importante del proceso. El venerable Padre Pío fue beatificado el 2 de mayo de
1999. Tan grande fue la multitud en la Misa de beatificación, que desbordaron la
Plaza de San Pedro y toda la Avenida de la Conciliación hasta el río Tiber sin
ser estos lugares suficiente. Millones además lo contemplaron por la televisión
en el mundo entero.
El día 16 de junio del 2002, su Santidad Juan Pablo II canonizó al Beato Padre
Pío. Es el primer sacerdote canonizado que ha recibido los estigmas de nuestro
Señor Jesucristo.
Su beatificación y su canonización fueron las de mayor asistencia en la
historia. La plaza de San Pedro y sus alrededores no pudieron contener las
multitudes.
caninizacionppio
El Padre Pío es un poderoso intercesor. Los milagros se siguen multiplicando.
El santuario del Padre Pío en San Giovanni Rotondo recibe mas peregrinos cada
año que el de Lourdes. Es el segundo santuario mas visitado, después del Tepeyac
(Virgen de Guadalupe).
A 40 años de su fallecimiento, en este 2008, se exhumó su cuerpo el que se
exhibe incorrupto como una nueva señal de su santidad.
Galería de fotos con periódica actualización:
http://www.flickr.com/photos/30912936@N03/show/
12 Responses »
Sobre la oración Lunes, mar 28 2011
Así rezaba el Padre Pío and Fotos and Grupos de Oración and hijos espirituales
pietrelcina 8:40 pm
Palabras de San Pio sobre la “ORACION”:
“Solo quiero ser un fraile que reza… “
Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es
misericordioso y escuchará tu oración…
La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de Dios. Debes
hablarle a Jesús, no solo con tus labios sino con tu corazón. En realidad, en
algunas ocasiones debes hablarle solo con el corazón…”
El don de la oración está en manos del Salvador. Cuanto más te vacíes de ti
mismo, es decir, de tu amor propio y de toda atadura carnal, entrando en la
santa humildad, más lo comunicará Dios a tu corazón.
A Dios se le busca en los libros, se le encuentra en la meditación.
En la medida en que vaciéis vuestro Yo de sí mismo – es decir, del apego a los
sentidos y a vuestra propia voluntad – , echando raíces en la santa humildad, el
Señor hablará a vuestro corazón.
Practicad con perseverancia la meditación a pequeños pasos, hasta que tengáis
piernas fuertes, o más bien alas. Tal como el huevo puesto en la colmena se
transforma, a su debido tiempo, en una abeja, industriosa obrera de la miel.
Sed vigilantes cuando meditéis. Generalmente los que se entregan a la
meditación, lo hacen con una especie de arrogancia, tan ansiosos están por
encontrar el sujeto susceptible de consolar su espíritu, y esto es suficiente
para impedirles encontrar lo que buscan.
-SAN PIO DE PIETRELCINA-
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SÚPLICAS DE S.S. JUAN PABLO II Domingo, mar 13 2011
Así rezaba el Padre Pío and Fotos pietrelcina 11:57 pm
Oración pronunciada por Juan Pablo II en la Misa de canonización del padre Pío
celebrada el 16 de Junio de 2002
“Enséñanos también a nosotros, te pedimos, la humildad del corazón para formar
parte de los pequeños del Evangelio, a quienes el Padre les ha prometido revelar
los misterios de su Reino.
“Ayúdanos a rezar sin cansarnos nunca, seguros de que Dios conoce lo que
necesitamos, antes de que se lo pidamos.
“Danos una mirada de fe capaz de capaz de reconocer con prontitud en los pobres
y en los que sufren el rostro mismo de Jesús.
“Apóyanos en la hora del combate y de la prueba y, si caemos, haz que
experimentemos la alegría del sacramento del perdón.
“Transmítenos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y nuestra”.
“Acompáñanos en la peregrinación terrena hacia la patria bienaventurada, donde
esperamos llegar también nosotros para contemplar para siempre la Gloria del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
J.P.II
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HACER EL BIEN Domingo, mar 13 2011
Así rezaba el Padre Pío and doctrina and hijos espirituales pietrelcina 11:47
pm
“Jesús nos llama con sus divinas inspiraciones y se nos comunica con su gracia.”
“¿Cuantas veces él nos ha invitado?”
“¿Y con que rapidez le hemos contestado?”
“No dejemos para mañana lo que podemos hacer hoy. Del bien de después están
llenos los sepulcros…, y además, ¿quién nos dice que viviremos mañana?.
Escuchemos la voz de nuestra conciencia, la voz del Profeta Rey: Si escucháis
hoy la voz del Señor, no cerréis vuestros oídos. Levantémonos y atesoremos,
porque sólo el instante que pasa está en nuestras manos. No queramos alargar el
tiempo entre un instante y otro, que eso no está en nuestras manos.”
“Comencemos hoy, hermanos a hacer el bien, que hasta ahora no hemos hecho
nada”.
Padre Pío
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Algunos pensamientos del Padre Pio en Navidad Viernes, dic 24 2010
Así rezaba el Padre Pío and Biografía and Fotos and hijos espirituales
pietrelcina 10:55 pm
La ternura de la Navidad
«Todas las fiestas de la Iglesia son hermosas… la Pascua, sí, es la
glorificación… pero la Navidad posee una ternura, una dulzura infantil que me
atrapa todo el corazón»
Lágrimas de gratitud
«¡Qué feliz me hace Jesús! ¡Qué suave es su espíritu! Pero yo me confundo y sólo
consigo rezar y repetir: “Jesús, pan mío”»
Los vagidos de Jesús
«Sólo se oyen los vagidos y el llanto del niño Dios y con este llanto y estos
vagidos ofrece a la justicia divina el primer rescate de nuestra reconciliación
…»
El más pequeño de nosotros
«Que el Niño Jesús te colme de sus divinos carismas, te haga probar las alegrías
de los pastores y de los ángeles y te revista todo con el fuego de esa caridad
por la que se hizo el más pequeño de nosotros, y te convierta en un niño pequeño
lleno de amabilidad, sencillez y amor»
Dulcísimo Jesús
«Que el dulcísimo Niño Jesús os traiga todas las gracias, todas las bendiciones,
todas las sonrisas que plazca a su infinita bondad…»
Jesús llama… movidos por su gracia corren
«Jesús llama a los pobres y sencillos pastores por medio de los ángeles para
manifestarse a ellos. Llama a los sabios por medio de su misma ciencia. Y todos,
movidos por el influjo interior de su gracia, corren hacia él para adorarle. Nos
llama a todos con las inspiraciones divinas y se comunica a nosotros con su
gracia»
La justificación de los pecadores
«Nuestra justificación es un milagro extremadamente grande que la Sagrada
Escritura compara con la resurrección del Maestro divino. Sí, querida amiga, la
justificación de nuestra impiedad es tal que bien podemos decir que Dios mostró
su potencia más en nuestra conversión que en sacar de la nada el cielo y la
tierra, pues hay más contraposición entre el pecador y la gracia que entre la
nada y el ser. La nada está menos lejos de Dios que el pecador. Además, en la
creación se trata del orden natural; en la justificación del impío, en cambio,
se trata del orden sobrenatural y divino»
Jesús es con mayor razón para los pecadores
«Jesús es de todos, pero lo es con mayor razón para los pecadores. Nos lo dice
él mismo: “No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”. “No son
los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos”. “El Hijo del
hombre ha venido a salvar lo que estaba perdido”. “Habrá más alegría en el cielo
por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no
tengan necesidad de conversión”»
… lo hace para que seas más humilde
«Nuestro Señor te ama tiernamente, hija mía. Y si no te hace sentir la dulzura
de su amor, lo hace para que seas más humilde y te sientas despreciable. No
dejes por ello de recurrir a su santa benignidad con toda confianza,
especialmente en el tiempo en el que nos lo representamos como cuando era un
niño pequeño en Belén. Porque, hija mía, ¿para qué toma esta dulce, amable
condición de niño si no es para provocarnos a amarlo confidentemente y a
entregarnos amorosamente a él?»
Pidamos que nos revista de humildad
«Pidamos al Niño divino que nos revista de humildad, porque sólo con esta virtud
podemos gustar este misterio relleno de divinas ternuras»
Fuente: 30 Giorni
Visto en: Romanistas y en Apostolado Eucarístico
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Un nuevo matrimonio camino a los altares: hijos del P. Pío Martes, dic 21 2010
Biografía and Fotos and hijos espirituales pietrelcina 3:07 pm
Se ha abierto en Roma el proceso de beatificación de los esposos Settimio
Manelli y Licia Gualandris, padres de 21 hijos, entre los cuales se encuentra el
fundador de los Franciscanos de la Inmaculada.
El Santo Padre Pío de Pietrelcina, según informa la Positio, les había
profetizado: “Superaréis los 20 hijos”.
***
Aunque en la casa sólo entrara el sueldo de él, tuvieron en total 21 hijos: un
ejemplo de “confianza” y de “aceptación” cristiana que la Iglesia, con la causa
de beatificación del matrimonio, indica también a las familias de hoy. Las vidas
de “esposos y padres ejemplares” de Settimio Manelli (1886-1978) y Licia
Gualandris (1907-2004) llegan al proceso para la elevación al honor de los
altares. En efecto, mañana a las 12 hs, en el Aula della Conciliazione del
Vicariato de Roma, se abrirá oficialmente la causa con la constitución del
Tribunal diocesano y con el juramento de los miembros y del postulador, padre
Massimiliano Pio M. Maffei, y de la vicepostuladora, madre M. Grazia Palma.
La particularidad y la “fecundidad” de la descendencia de los Manelli está
también el en hecho de que uno de los 21 hijos, Stefano Maria, fundó en 1990 la
Orden de los Franciscanos de la Inmaculada, que en pocos años ha llegado a
comprender al menos mil miembros, entre frailes y hermanas, mientras que otro,
Pio, ha tenido a su vez nueve hijos, de los cuales siete entraron también en la
orden religiosa. “Hoy, entre hijos todavía vivos, nietos y bisnietos, la familia
cuenta en total con doscientas personas: una descendencia grandiosa”, dice el
padre Stefano Maria en vísperas de la ceremonia en el Vicariato.
Settimio Manelli, originario de Teramo, maestro y director en escuelas
secundarias, y Licia Gualandris, nacida en Nembro (Bérgamo), se casaron en 1926
y vivieron en Roma. Ambos, desde 1924, conocieron de cerca al Padre Pío, del que
se convirtieron en hijos espirituales (y que definió a Settimio “un cristiano de
una pieza”) e hicieron profesión como terciarios franciscanos. Incluso en
tiempos marcados por la guerra y por condiciones económicas adversas, no dudaron
en aceptar los 21 hijos como verdaderos “dones de Dios”. “Recuerdo un episodio
de cuando tenía 10 años – cuenta el padre Stefano Maria. Papá entró a casa y
mamá le dijo tímidamente, casi en un susurro: «¿Sabes que estoy embarazada de
nuevo?». Y él: «¿Ves? Hay otra llama que Dios ha encendido». “Su ejemplo –
prosigue – era de aceptar la vida, nunca rechazarla. Y también esto venía de la
gran escuela del Padre Pío, con una conducta fidelísima al Evangelio”. El
religioso recuerda que, un día, el santo de Pietrelcina, frente a una audiencia
de docentes, indicó a Settimio Manelli como un hombre “que observa y vive el
Evangelio a la letra”, es decir, su “norma verdadera y concreta”.
Las cosas no fueron fáciles, durante la guerra no llegaba ni siquiera el sueldo
como profesor y se iba hacia delante “con la ayuda de los comerciantes, que
daban créditos”. Pero lo que ayudaba a hacer avanzar “la empresa” – así la llama
el padre Stefano – de una familia tan numerosa “era la asistencia de Dios, la
ayuda de la Providencia”. “Papá y mamá – añade – nos invitaban siempre a tener
confianza en la Providencia, esperaban su llegada a casa como si fuese una
persona”.
El hecho es que, de los 13 hijos que han quedado, “ocho han obtenido una
licenciatura y, de todos modos, todos se han instalado”. Un mensaje “para la
vida y para la familia” el de los Manelli, frente a los núcleos “destrozados” de
hoy. También la confianza, sin embargo, según el padre Stefano, “se cultiva, en
particular, con la oración”. “Papá – cuenta – comulgaba todas las mañanas yendo
a Misa antes de dirigirse rápidamente a la escuela”.
La llegada a la causa de beatificación, tiempo atrás considerada difícil, “ha
estado guiada desde lo alto”. “Hoy son nuestros padrinos – dice el padre Stefano
sobre sus padres, pensando en su orden de los Franciscanos de la Inmaculada-.
Una vez beatos, serán nuestros protectores”.
***
Fuente: La Repubblica
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo
***
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San Padre Pío:BONDADOSO CON LOS PECADORES Sábado, oct 23 2010
Así rezaba el Padre Pío and Biografía and conversiones and Fotos and hijos
espirituales pietrelcina 5:59 am
San Padre Pío:
BONDADOSO CON LOS PECADORES
Anecdota tomada de Los Milagros del P. Pío, P. Luis Butera V. (Producciones
Humanas, A.C.), pg. 84.
Para con los curiosos, los hipócritas y los mentirosos, el P. Pío era severo,
muy severo. No así para con los pecadores arrepentidos. Un día llegó a San
Giovanni Rotondo la riquísima señora Luisa Vairo movida
por pura curiosidad y un poco para desafiar la opinión pública. Al llegar a la
Iglesia, donde confesaba el P. Pío, sintió una grandísima angustia por sus
pecados, que estalló en llanto, sin preocuparse de los
presentes. Nadie pudo consolarla. Se le avisó al P. Pío, quien se le acercó,
diciéndole:
-Tranquilícese, hija. La misericordia de Dios no tiene límites y la sangre de
Jesús lava todos los pecados del mundo.
-Quiero confesarme, Padre. -Dijo la señora desconocida que una hora antes se
hubiera burlado de una tal propuesta.
-Primero cálmese, le contestó el Padre; vuelva mañana.
La señora pasó toda la noche trayendo a la mente todos los pecados de su vida.
¡No se confesaba desde su infancia! Al día siguiente, delante del Padre Pío, no
pudo decir una sola palabra. Sentía un nudo en la garganta que le impedía
confesarse. Viéndole así, el P. Pío le presentó la lista de todos sus pecados, a
los
cuales contestaba simplemente con un ‘sí’. Cuando pareció terminar, el Padre le
preguntó: -¿No te acuerdas más? La señora se sintió profundamente turbada, y
calló. El Padre Pío la miró y esperó la respuesta. Finalmente contestó:
-Me acuso también de esto… Y confesó el más grande de sus pecados.
-¡Bendito sea Dios! -exclamó alegremente el P. Pío- ¡Era esto lo que yo
esperaba!
Una vez convertida, la señora Vairo siguió el ejemplo de los grandes penitentes.
Una mañana de invierno, ella decidió ir a la iglesia descalza. Hacía mucho frío
y estaba lloviendo. El camino era lodoso y con abundante grava que cortaba los
pies. Empapada de la lluvia y con los pies ensangrentados, llegó a la puerta de
la iglesia y en vez de entrar se desmayó. Al despertar vió al P. Pío que le
dijo: “hija mía, también en la santa penitencia es necesario no pasarse”.
Luego, tocándola suavemente en la espalda, le dijo: “Afortunadamente esta agua
no moja…” Grande fue la sorpresa de todos los presentes al ver que de pronto,
los vestidos de la señora quedaron secos.
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Novena al Santo Padre Pío de Pietrelcina – la humildad Jueves, sep 23 2010
Así rezaba el Padre Pío and doctrina and Fotos and Grupos de Oración and hijos
espirituales pietrelcina 7:01 pm
9º DÍA – 23/9
LA HUMILDAD: La humildad es la virtud de asumir los defectos y errores propios.
Una de las más difíciles de cultivar para todos los hombres y de la que han
gozado, no sin esfuerzo, todos los santos.
El Santo padre Pío era muy consciente de sus miserias y rogaba diariamente al
Padre para poder combatirse y ayudar a todos sus hijos a ser humildes.
En una oportunidad, como una
señora admitiera que tenía cierta inclinación a la vanidad, el Padre comentó: –
“¿Ha observado usted un campo de trigo en sazón? Unas espigas se mantienen
erguidas, mientras otras se inclinan hacia la tierra. Pongamos a pruebe a los
mas altivos, descubriremos que están vacíos, en tanto los que se inclinan, los
humildes, están cargados de granos”
Oración: Humildísimo Santo Padre Pío de Pietrelcina, Tú que has verdaderamente
amado a la Santa Madre Iglesia. Ruega a Dios, nuestro Señor, al Señor de la Mies
para que mande obreros a Su Mies, y regalos a cada uno de ellos; de manera que
llenando el mundo de sacerdotes santos; obtengan la fuerza y la inspiración de
Dios. Además te rogamos interceder ante la Santísima Siempre Virgen María; para
que conduzcas a todos los hombres hacia la unidad de los cristianos,
reuniéndolos en la gran casa de Dios; para que la Iglesia sea el faro de luz y
salvación en el mar de tempestad que es la vida.
Palabras del Padre Pío: “Siempre mantente unido a la Santa Iglesia Católica,
porque sólo ella puede salvarte, porque sólo ella posee a Jesús Sacramentado,
que es el verdadero príncipe de la paz. Fuera de la Iglesia Católica, no hay
salvación, ella te da el bautismo, el perdón de los pecados, el Cuerpo, la
sangre, el Alma, y la Divinidad de Jesucristo, concediéndote por tanto la vida
eterna; y todos los santos sacramentos para llevar una vida de santidad.”
Esta coronilla que rezaremos, era recitada diariamente por el Padre Pío por
todos aquellos que se encomendaban a sus oraciones.
CORONITA AL SAGRADO CORAZON DE JESUS
I.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad os digo, pedid y obtendréis, buscad
y encontraréis, llamad y os abrirán!.
He ahí que, confiando en tu Palabra divina, yo llamo, yo busco, yo pido la
gracia……
Padre Pío ruega al Señor en nombre de Jesucristo
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
II.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: ” En verdad os digo, pasarán los cielos y la
tierra pero mis palabras jamás!”
He ahí que basándome en la infalibilidad de tus santas palabras yo pido la
gracia……
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
III.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad os digo, todo aquello que pediréis
a mi Padre en mi Nombre, El os lo concederá”.
He ahí que al eterno Padre en tu Nombre yo pido la gracia…….
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús, el cual es imposible no sentir compasión por los
infelices, ten piedad de nosotros, pobres pecadores, y concédenos las gracias
que pedimos en nombre del Inmaculado Corazón de María, nuestra tierna Madre.
San José, padre adoptivo del Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.
Dios te salve, Reina y Madre…
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Novena al Santo Padre Pío – la pureza Jueves, sep 23 2010
Así rezaba el Padre Pío and doctrina and Fotos and hijos espirituales
pietrelcina 1:47 am
8º DÍA – 22/9
LA PUREZA: La pureza es algo con lo que nacemos pero a medida que comenzamos a
tomar conciencia, por la influencia del mundo, vamos perdiendo. Es necesario ser
puros de mente y cuerpo, para poder ser puros de alma. No es una tarea sencilla,
ni carente de obstáculos. La pureza de corazón, como toda virtud, exige un
entrenamiento diario de la voluntad y una disciplina constante interior. Exige,
ante todo, el asiduo recurso a Dios en la oración. Decía el Santo Padre Pío a
sus hijos espirituales: “Ten por cierto que si a Dios un alma le es grata, más
la pondrá a prueba. Por tanto, ¡Coraje! y adelante siempre.” Pero hay una
promesa a tanto esfuerzo: “Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios”
(Mt 5,8) El corazón limpio es el corazón abierto y humilde. El corazón impuro
es, por el contrario, el corazón presuntuoso y cerrado, completamente lleno de
sí mismo, incapaz de dar un lugar a la majestad de la verdad. Que pide respeto
y, al fin, adoración, nos exhorta S.S. Benedicto XVI
Oración: Purísimo Santo Padre Pío de Pietrelcina, Tú que has querido mucho a
tus hijos espirituales. Muchos de tus hijos han sido comprados por ti con el
precio de tu sangre. También nos concedes a los que no te hemos conocido
personalmente, de considerarnos como tus hijos espirituales. Con tu paternal
protección, con tu santa guía y con la fortaleza que conseguirás para nosotros
de Dios, podremos, en el momento de la muerte, encontrarte en las puertas del
Paraíso, en espera de nuestra llegada.
Palabras del Padre Pío: “Si me fuera posible, querría conseguir de Dios
solamente una cosa; si me dijera: “Vas al Paraíso”, querría conseguir esta
gracia: “Señor, no me dejéis ir al Paraíso hasta que el ultimo de mis hijos; la
última de las personas que me han sido confiadas, haya entrado antes que Yo.”
Esta coronilla que rezaremos, era recitada diariamente por el Padre Pío por
todos aquellos que se encomendaban a sus oraciones.
CORONITA AL SAGRADO CORAZON DE JESUS
I.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad os digo, pedid y obtendréis, buscad
y encontraréis, llamad y os abrirán!.
He ahí que, confiando en tu Palabra divina, yo llamo, yo busco, yo pido la
gracia……
Padre Pío ruega al Señor en nombre de Jesucristo
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
II.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: ” En verdad os digo, pasarán los cielos y la
tierra pero mis palabras jamás!”
He ahí que basándome en la infalibilidad de tus santas palabras yo pido la
gracia……
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
III.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad os digo, todo aquello que pediréis
a mi Padre en mi Nombre, El os lo concederá”.
He ahí que al eterno Padre en tu Nombre yo pido la gracia…….
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús, el cual es imposible no sentir compasión por los
infelices, ten piedad de nosotros, pobres pecadores, y concédenos las gracias
que pedimos en nombre del Inmaculado Corazón de María, nuestra tierna Madre.
San José, padre adoptivo del Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.
Dios te salve, Reina y Madre…
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Novena al Santo Padre Pío – la penitencia Martes, sep 21 2010
Así rezaba el Padre Pío and doctrina and Fotos and Grupos de Oración pietrelcina
6:14 pm
7º DÍA – 21/9
LA PENITENCIA: Conocemos la penitencia como aquel “castigo” que nos impone el
Confesor luego de absolvernos de nuestras faltas en el Sacramento de la
Confesión. Pero existe también la Penitencia como una serie de diferentes
ejercicios penosos que podemos imponernos, con la debida autorización de nuestro
director espiritual, para procurar la mortificación de nuestras pasiones y
sentidos, como modo de expiación por nuestros pecados ya perdonados. El Santo
Padre Pío fue muy penitente y supo vivir en austeras penitencias toda su vida
religiosa, sin perder la alegría.
Oración: Benditísimo Santo Padre Pío de Pietrelcina. Tú que has realizado el
proyecto de salvación de Dios y has ofrecido tus sufrimientos para desatar a los
pecadores de las riendas de Satanás. Ruega a Dios para que los hombres, que no
creen, tengan una gran y verdadera fe y se conviertan; arrepintiéndose en lo
profundo de su corazón; y que las personas con poca fe mejoren su vida
cristiana; y que los hombres justos continúen sobre el camino de la salvación.
Palabras del Padre Pío: “Si el pobre mundo pudiera ver la belleza del alma sin
pecado, todos los pecadores, todos los incrédulos se convertirían al instante. “
Esta coronilla que rezaremos, era recitada diariamente por el Padre Pío por
todos aquellos que se encomendaban a sus oraciones.
CORONITA AL SAGRADO CORAZON DE JESUS
I.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad os digo, pedid y obtendréis, buscad
y encontraréis, llamad y os abrirán!.
He ahí que, confiando en tu Palabra divina, yo llamo, yo busco, yo pido la
gracia……
Padre Pío ruega al Señor en nombre de Jesucristo
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
II.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: ” En verdad os digo, pasarán los cielos y la
tierra pero mis palabras jamás!”
He ahí que basándome en la infalibilidad de tus santas palabras yo pido la
gracia……
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
III.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad os digo, todo aquello que pediréis
a mi Padre en mi Nombre, El os lo concederá”.
He ahí que al eterno Padre en tu Nombre yo pido la gracia…….
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús, el cual es imposible no sentir compasión por los
infelices, ten piedad de nosotros, pobres pecadores, y concédenos las gracias
que pedimos en nombre del Inmaculado Corazón de María, nuestra tierna Madre.
San José, padre adoptivo del Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.
Dios te salve, Reina y Madre…
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Novena al Santo Padre Pío – la obediencia Lunes, sep 20 2010
Así rezaba el Padre Pío and doctrina and Fotos and Grupos de Oración pietrelcina
4:13 pm
6º DÍA – 20/9
LA OBEDIENCIA: a través de la virtud de la obediencia se logra realizar lo que
nuestros superiores nos piden sin cuestionar las posibles consecuencias y
motivos de la orden que se nos da. Quien obedece se limita a actuar según lo
pedido. En la vida religiosa se dice que “quien obedece no se equivoca” y así
actuó nuestro santo a lo largo de toda su vida, aún cuando las órdenes que le
dieron eran evidentemente injustas, como suspenderlo e impedirle confesar o
celebrar la Santa Misa públicamente. Es uno de los votos realizados por el Santo
Padre Pío al ingresar a la vida religiosa, que con la ayuda de Dios, pudo
cumplir fielmente junto a la pobreza y la castidad, representados visiblemente
en los tres nudos de su lazo alrededor de la cintura.
Decía nuestro Santo: Es mediante una sumisión completa y ciega que os
sentiréis guiado en medio de las sombras, las perplejidades y las luchas de la
vida. “El hombre obediente cantará victoria”, nos dice la Escritura. Si Jesús se
manifiesta a vosotros, dadle también las gracias; si se oculta a vuestra vista,
dadle también las gracias. Todo esto compone el yugo del amor.
Vivió la santa obediencia de modo
exquisito, incluso en la enfermedad o en el dolor provocado por los continuos
ataques y tentaciones del Maligno.
Oración: Obedientísimo Santo Padre Pío de Pietrelcina. Tú, que has querido
tanto a los enfermos; más que a ti mismo porque en ellos viste a Jesús. Tú, que
en el nombre de Dios has obrado Milagros de sanación en el cuerpo, en el alma, y
en la mente, en el presente, en el pasado y en el futuro de las personas;
devolviendo esperanza de vida y renovación del espíritu, y en la integridad
total de las personas. Ruega a Dios para que todos los enfermos; por intercesión
de María Santísima, puedan experimentar tu potente ayuda y a través de la
sanación de su cuerpo encontrar beneficios espirituales y agradecer para siempre
a Dios.
Palabras del Padre Pío:”Si yo sé que una persona está afligida, sea en el alma o
en el cuerpo, suplicaría a Dios para verla libre de sus males. De buena gana yo
tomaría todos sus sufrimientos para verla salvada y cedería los frutos de tales
sufrimientos en su favor”.
Esta coronilla que rezaremos, era recitada diariamente por el Padre Pío por
todos aquellos que se encomendaban a sus oraciones.
CORONITA AL SAGRADO CORAZON DE JESUS
I.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad os digo, pedid y obtendréis, buscad
y encontraréis, llamad y os abrirán!.
He ahí que, confiando en tu Palabra divina, yo llamo, yo busco, yo pido la
gracia……
Padre Pío ruega al Señor en nombre de Jesucristo
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
II.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: ” En verdad os digo, pasarán los cielos y la
tierra pero mis palabras jamás!”
He ahí que basándome en la infalibilidad de tus santas palabras yo pido la
gracia……
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
III.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad os digo, todo aquello que pediréis
a mi Padre en mi Nombre, El os lo concederá”.
He ahí que al eterno Padre en tu Nombre yo pido la gracia…….
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús, el cual es imposible no sentir compasión por los
infelices, ten piedad de nosotros, pobres pecadores, y concédenos las gracias
que pedimos en nombre del Inmaculado Corazón de María, nuestra tierna Madre.
San José, padre adoptivo del Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.
Dios te salve, Reina y Madre…
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Novena al Santo Padre Pío – la Prudencia Lunes, sep 20 2010
Así rezaba el Padre Pío and Fotos and Grupos de Oración and hijos espirituales
pietrelcina 1:50 am
5º DÍA – 19/9
LA PRUDENCIA: La prudencia es una de las cuatro virtudes cardinales, que
consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir
de ello. La prudencia es sinónimo de cautela, de moderación. Es el motor del
buen cristiano. Quien la ejerce sabe acallar su lengua, sus malos pensamientos y
evitar las malas obras. El santo Padre Pío fue una escuela viva de prudencia, de
sensatez y de amor. Decía nuestro Santo sobre la prudencia: La prudencia tiene
ojos. El amor piernas. El amor, que tiene piernas, querría correr hacia Dios,
pero su impulso es ciego, y uno tropezaría, de no estar dirigido por los ojos de
la prudencia…
Oración: Prudentísimo Santo Padre Pío de Pietrelcina. Tú que tanto amas y nos
enseñasteis a amar a las Almas del Purgatorio; por las que te has ofrecido como
víctima que expió sus penas. Ruega a Dios Nuestro Señor, para que ponga en
nuestros corazones sentimientos de compasión y amor por estas almas. También
nosotros ayudaremos a las Almas del Purgatorio y reduciremos sus tiempos de
destierro y de gran aflicción. Ganaremos para Ellas, con sacrificios y oración,
el descanso eterno de sus almas; y las santas Indulgencias necesarias para
sacarlas del lugar del sufrimiento.
Palabras del Padre Pío: “Oh Señor, Padre Jesucristo; te suplico viertas sobre
mí, todos los castigos que son para los pecadores y las ánimas benditas del
purgatorio; multiplica sobre mí los sufrimientos, con que conviertes y salvas a
los pecadores, y líbralos pronto del tormento del purgatorio”.
Esta coronilla que rezaremos, era recitada diariamente por el Padre Pío por
todos aquellos que se encomendaban a sus oraciones.
CORONITA AL SAGRADO CORAZON DE JESUS
I.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad os digo, pedid y obtendréis, buscad
y encontraréis, llamad y os abrirán!.
He ahí que, confiando en tu Palabra divina, yo llamo, yo busco, yo pido la
gracia……
Padre Pío ruega al Señor en nombre de Jesucristo
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
II.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: ” En verdad os digo, pasarán los cielos y la
tierra pero mis palabras jamás!”
He ahí que basándome en la infalibilidad de tus santas palabras yo pido la
gracia……
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
III.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad os digo, todo aquello que pediréis
a mi Padre en mi Nombre, El os lo concederá”.
He ahí que al eterno Padre en tu Nombre yo pido la gracia…….
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús, el cual es imposible no sentir compasión por los
infelices, ten piedad de nosotros, pobres pecadores, y concédenos las gracias
que pedimos en nombre del Inmaculado Corazón de María, nuestra tierna Madre.
San José, padre adoptivo del Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.
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Novena al Santo Padre Pío – la castidad Lunes, sep 20 2010
Así rezaba el Padre Pío and doctrina and Fotos and Grupos de Oración and hijos
espirituales pietrelcina 1:48 am
4º DÍA – 18/9
LA CASTIDAD: La castidad es la virtud por la cual se conserva la pureza de mente
y cuerpo necesarias para poder cultivar un alma limpia, como la de un niño
pequeño. Es uno de los votos realizados por el Santo Padre Pío al ingresar a la
vida religiosa, que con la ayuda de Dios, pudo cumplir fielmente junto a la
pobreza y la obediencia, representados visiblemente en los tres nudos de su lazo
alrededor de la cintura. Esta es, además, una virtud angélica.
Oración: Castísimo Santo Padre Pío de Pietrelcina; que tanto amaste y nos
enseñasteis a amar al Santo Ángel de la Guarda; el que te sirvió de compañía, de
guía, de defensor y de mensajero. A ti las Figuras Angélicas llevaron los ruegos
de tus hijos espirituales. Intercede cerca de Dios para que también nosotros
aprendamos a hablar con nuestro Ángel de la Guarda, para que en todo momento
sepamos obedecerle, pues es la luz viva de Dios que nos evita la desgracia de
caer en pecado. Nuestro Ángel siempre está listo a señalarnos el camino del bien
y a disuadirnos de hacer el mal.
Palabras del Padre Pío: “Invoca a tu Ángel de la Guarda, que te iluminará y te
conducirá. Dios te lo ha dado por este motivo. Por tanto válete de él”.
Esta coronilla que rezaremos, era recitada diariamente por el Padre Pío por
todos aquellos que se encomendaban a sus oraciones.
CORONITA AL SAGRADO CORAZON DE JESUS
I.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad os digo, pedid y obtendréis, buscad
y encontraréis, llamad y os abrirán!.
He ahí que, confiando en tu Palabra divina, yo llamo, yo busco, yo pido la
gracia……
Padre Pío ruega al Señor en nombre de Jesucristo
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
II.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: ” En verdad os digo, pasarán los cielos y la
tierra pero mis palabras jamás!”
He ahí que basándome en la infalibilidad de tus santas palabras yo pido la
gracia……
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
III.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad os digo, todo aquello que pediréis
a mi Padre en mi Nombre, El os lo concederá”.
He ahí que al eterno Padre en tu Nombre yo pido la gracia…….
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús, el cual es imposible no sentir compasión por los
infelices, ten piedad de nosotros, pobres pecadores, y concédenos las gracias
que pedimos en nombre del Inmaculado Corazón de María, nuestra tierna Madre.
San José, padre adoptivo del Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.
Dios te salve, Reina y Madre…
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Novena al Santo Padre Pío – las virtudes Viernes, sep 17 2010
Así rezaba el Padre Pío and doctrina and Fotos and Grupos de Oración and hijos
espirituales pietrelcina 3:14 pm
Continuamos rezando la Novena al Santo Padre Pío de Pietrelcina en preparación
para su fiesta el próximo 23 de septiembre.
Paz y Bien
3º DÍA – 17/9
LAS VIRTUDES: Para crecer como personas necesitamos, al igual que un atleta,
ejercitarnos todos los días en aquello que nos perfecciona. No basta querer ser
responsables, por ejemplo. Es necesario todos los días hacer ejercicios de
responsabilidad, hasta que lo logremos. El fruto será llegar a serlo realmente:
ser responsable. De la misma manera, si queremos ser justos, sinceros,
ordenados, es necesario que lo practiquemos con esfuerzo y dedicación todos los
días, hasta que formemos el hábito, es decir, la costumbre. Ese hábito que
desarrollamos, que nos hacer ser mejores personas, se llama VIRTUD.
Según el catecismo de la Iglesia Católica las virtudes humanas “son perfecciones
habituales y estables del entendimiento y de la voluntad, que regulan nuestros
actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta en conformidad con la
razón y la fe. Adquiridas y fortalecidas por medio de actos moralmente buenos y
reiterados, son purificadas y elevadas por la gracia divina.”
(#1804-1810-1811-1834, 1839)
El Santo Padre Pío amó y veneró a la
Santísima Virgen María toda su vida. Vio en Ella todas las virtudes posibles y
fue su permanente modelo. Ella es grande por su santidad porque supo imitar las
virtudes de Jesucristo. También a la Santísima Virgen le costó mucho, pero lo
hizo por amor a su hijo y por amor a nosotros.
Oración: Virtuosísimo Santo Padre Pío de Pietrelcina, tú que has querido
muchísimo a Nuestra Señora; y que cada día te concedió gracias y consuelos
solamente por ELLA alcanzables. A la Virgen Santa, te suplicamos ruegues y
pongas en Sus manos nuestros pecados y nuestras frías oraciones, para que como
en Caná de Galilea, el Hijo le conceda a la Madre; y ya nuestro nombre será
escrito en el Libro de la Vida.
Palabras del Padre Pío: “María sea la estrella que os alumbre el camino, os
enseñe la calle segura para ir al Padre Celestial; Ella sea el asidero firme que
tengáis, para que os conservéis cada vez más unidos estrechamente en el tiempo
de la prueba”.
Esta coronilla que rezaremos, era recitada diariamente por el Padre Pío por
todos aquellos que se encomendaban a sus oraciones.
CORONITA AL SAGRADO CORAZON DE JESUS
I.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad os digo, pedid y obtendréis, buscad
y encontraréis, llamad y os abrirán!.
He ahí que, confiando en tu Palabra divina, yo llamo, yo busco, yo pido la
gracia……
Padre Pío ruega al Señor en nombre de Jesucristo
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
II.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: ” En verdad os digo, pasarán los cielos y la
tierra pero mis palabras jamás!”
He ahí que basándome en la infalibilidad de tus santas palabras yo pido la
gracia……
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
III.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad os digo, todo aquello que pediréis
a mi Padre en mi Nombre, El os lo concederá”.
He ahí que al eterno Padre en tu Nombre yo pido la gracia…….
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús, el cual es imposible no sentir compasión por los
infelices, ten piedad de nosotros, pobres pecadores, y concédenos las gracias
que pedimos en nombre del Inmaculado Corazón de María, nuestra tierna Madre.
San José, padre adoptivo del Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.
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Novena al Santo Padre Pío – la santidad Jueves, sep 16 2010
Así rezaba el Padre Pío and Fotos and Grupos de Oración pietrelcina 10:37 pm
Continuamos rezando la Novena al Santo Padre Pío de Pietrelcina en preparación
para su fiesta el próximo 23 de septiembre.
Paz y Bien
2º DÍA – 16/9
Meditación sobre la Santidad: la santidad es un llamado para todos los seres
humanos. Por el solo hecho de haber nacido y ser hijos de Dios, creados a su
Imagen y Semejanza, tenemos la invitación amorosa a imitarlo. Es imposible que
Dios inspire deseos irrealizables, decía Santa Teresita, por lo que desde
nuestra pequeñez y poquedad, podemos ser santos, si lo deseamos ardientemente y
trabajamos lo suficiente para lograrlo. A este llamado obedeció con su SÍ pleno
el Santo Padre Pío y nos invita a todos sus hijos espirituales a responder como
él, para poder entrar al Paraíso y vivir eternamente en la presencia de Dios.
Oración: Santísimo Santo Padre Pío de Pietrelcina, tú que te encuentras cerca de
nuestro amadísimo Padre Dios Jesucristo, y has tenido la santidad y resistencia
en las tentaciones del Maligno. Tú que has sido golpeado por los demonios del
infierno que quisieron convencerte a abandonar tu camino de santidad. Ruega a
Dios por nosotros, para que con tu ayuda y con la de Nuestro Señor, encontremos
la fortaleza espiritual para renunciar al pecado y para conservar la fe hasta el
día de nuestra muerte.
Palabras del Padre Pío: “Ánimo y no temas la ira de Lucifer. Recordad siempre:
que es una buen señal cuando el enemigo se agita y ruge alrededor vuestro, ya
que esto demuestra que él no está dentro de ti”.
PARA REZAR TODOS LOS DÍAS
Esta coronilla que rezaremos, era recitada diariamente por el Padre Pío por
todos aquellos que se encomendaban a sus oraciones.
CORONITA AL SAGRADO CORAZON DE JESUSI.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad
os digo, pedid y obtendréis, buscad y encontraréis, llamad y os abrirán!.
He ahí que, confiando en tu Palabra divina, yo llamo, yo busco, yo pido la
gracia……
Padre Pío ruega al Señor en nombre de JesucristoPadre Nuestro, Avemaría y
Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
II.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: ” En verdad os digo, pasarán los cielos y la
tierra pero mis palabras jamás!”
He ahí que basándome en la infalibilidad de tus santas palabras yo pido la
gracia……
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
III.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad os digo, todo aquello que pediréis
a mi Padre en mi Nombre, El os lo concederá”.
He ahí que al eterno Padre en tu Nombre yo pido la gracia…….
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús, el cual es imposible no sentir compasión por los
infelices, ten piedad de nosotros, pobres pecadores, y concédenos las gracias
que pedimos en nombre del Inmaculado Corazón de María, nuestra tierna Madre.
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Novena al Santo Padre Pío – el amor Miércoles, sep 15 2010
Así rezaba el Padre Pío and Fotos and Grupos de Oración and hijos espirituales
pietrelcina 7:25 pm
Hoy comenzamos la Novena al Santo Padre Pío de Pietrelcina en preparación para
su fiesta el próximo 23 de septiembre.
Paz y Bien
1º DÍA – 15/9 Meditación sobre el amor: lo que llevó a Nuestro Señor
Jesucristo a ofrecerse a sí mismo por el perdón de nuestros pecados. Es el amor
el que nos debe también conducir a nosotros a agradecerle eternamente por tanto
sufrimiento inmerecido. El Santo Padre Pío comprendió este Amor y quiso ser,
humildemente, otro Cristo para en estos tiempos, aplacar la Ira divina. Así el
Padre le “regala” el sufrimiento del mismo Jesucristo para expiar en el dolor
las faltas de tantos pecadores. Padre Pío responde con amor a este “regalo”
haciendo vivas las palabras de San Agustín cuando dice: “Vamos hacia Dios no
caminando, sino amando.” Pese a sus padecimientos durante 40 años de tener
estigmas sangrantes no deja de trabajar y servir a sus hijos espirituales y sus
hermanos con el más puro amor cristiano. Nos dijo nuestro Santo: No lo olvidéis:
el eje de la perfección es el amor. Quien está centrado en el amor, vive en
Dios, porque Dios es Amor, como lo dice el Apóstol.
Oración: Amadísimo Santo Padre Pío de Pietrelcina, tú que has llevado sobre tu
cuerpo los estigmas de Nuestro Dios Jesucristo. Tú que también has llevado la
Cruz por todos nosotros, soportando los sufrimientos físicos y morales que te
flagelaron continuamente el alma y el cuerpo, en un doloroso martirio. Te
rogamos, intercedas ante Dios Todopoderoso para que cada uno de nosotros sepa
aceptar las pequeñas y grandes Cruces de la vida, transformando cada individual
sufrimiento en un seguro vínculo que nos ata a la Vida Eterna.
Palabras del Padre Pío: “Conviene acostumbrarse a los sufrimientos que Jesús os
manda. Jesús que no puede soportar veros sufrir, vendrá a solicitaros y a
confortaros, infundiendo nuevo ánimo en vuestro espíritu”
Esta coronilla que rezaremos, era recitada diariamente por el Padre Pío por
todos aquellos que se encomendaban a sus oraciones.
CORONITA AL SAGRADO CORAZON DE JESUS
I.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad os digo, pedid y obtendréis, buscad
y encontraréis, llamad y os abrirán!.
He ahí que, confiando en tu Palabra divina, yo llamo, yo busco, yo pido la
gracia……
Padre Pío ruega al Señor en nombre de Jesucristo
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
II.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: ” En verdad os digo, pasarán los cielos y la
tierra pero mis palabras jamás!”
He ahí que basándome en la infalibilidad de tus santas palabras yo pido la
gracia……
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
III.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: “En verdad os digo, todo aquello que pediréis
a mi Padre en mi Nombre, El os lo concederá”.
He ahí que al eterno Padre en tu Nombre yo pido la gracia…….
Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús, el cual es imposible no sentir compasión por los
infelices, ten piedad de nosotros, pobres pecadores, y concédenos las gracias
que pedimos en nombre del Inmaculado Corazón de María, nuestra tierna Madre.
San José, padre adoptivo del Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.
Dios te salve, Reina y Madre…
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Oración por los niños Jueves, ago 19 2010
Fotos and Grupos de Oración pietrelcina 4:45 pm
Oración por los Niños
Buen Dios, por intercesión de San Pío de Pietrelcina, que tanto te amó y siempre
en ti confió, hasta que consiguió vivir como un niño pequeño abandonado en
brazos de su padre, te suplicamos por los niños, por quienes él siempre mostró
predilección. Te confiamos a los niños ricos, que tienen abundancia en bienes
materiales, pero que a veces carecen del afecto de sus padres. Te encomendamos a
los niños más pobres a quienes nuestra sociedad de consumo ha quitado todas las
posibilidades de progreso. Te imploramos por los niños sanos, para que no se
crea inmortales, ni sean soberbios. Te suplicamos por niños enfermos, para que
no desesperen ni caigan en la depresión. Te rogamos por los niños sin hogar, por
los que sufren hambre, por los que viven en países en guerra, por los
desamparados, por los que han caído en las garras de la droga, por los que son
esclavos o viven como si lo fueran, por los chicos de la calle y los
encarcelados . Finalmente, Padre bueno y misericordioso, queremos pedirte por
quienes no te conocen, ni han oído hablar de tu Hijo: Que como el Padre Pío,
muchos se compadezcan de ellos y consagren su vida a servirlos. Amén
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UNA SUPERSTICIÓN QUE INVOLUCRA AL PADRE PÍO ¡CUIDADO! Jueves, ago 19 2010
doctrina pietrelcina 4:37 pm
UNA SUPERSTICIÓN QUE INVOLUCRA AL PADRE PÍO ¡CUIDADO!
EL FALSO PAN BENDITO DEL PADRE PÍO
Lea esto para que su fe no se debilite
Queridos hermanos:
Recientemente recibí este comunicado que he sabido que circula tanto por
Internet como por las casas, pasándose de persona a persona. Les escribo, por si
llega a sus manos, para que tengan ustedes una explicación, y que este
comunicado sirva para aclarar y fortalecer su fe en el Señor y no dejarnos
engañar por estos escritos que solo buscan socavar nuestra fe, ya que este tipo
de cadenas solo perjudican la fe de nuestro pueblo cristiano, llevándolo a creer
en prácticas supersticiosas.
Debemos de tener siempre en cuenta que los autores de estas cadenas inventan
toda clase de mentiras y amenazas para hacer que circulen sus mensajes. Es una
obra del demonio, que siempre busca confundir a los hijos de Dios y llevarlos al
camino de la superstición, para de ahí debilitar su fe. El camino del cristiano
está claramente indicado en la Sagrada Escritura, en el magisterio de nuestra
Iglesia y no en este tipo de mensajes y prácticas supersticiosas.
A continuación hago un pequeño comentario del mensaje para que vean con claridad
la falsedad e incongruencia de este y no dejemos que más hermanos se vean
atrapados en estas artimañas. He puesto en cursiva, azul y entre “comillas” («
») el mensaje original.
« EL PAN BENDITO DEL PADRE PIO »
Para empezar, no hay pan que pueda en sí mismo estar bendito. Para que algo esté
bendito tiene que ser bendecido por un ministro de la Iglesia (Obispo,
Sacerdote, Diácono) y solo ese objeto queda bendito. No se pude dar la bendición
por contacto (ponerlo junto a…), ni por ampliación (creencia en cuanto a que si
se agrega agua bendita en el agua sin bendecir, ésta también queda bendita, esto
es falso).
Por otro lado, hasta donde sabemos el Padre Pío (San Pío de Pietrelcina) no hizo
jamás pan, ni creó una receta “mágica” para que el pueblo de Dios recibiera
bendiciones a través de esto. Si lo hubiera hecho, ciertamente no seria santo,
sino un brujo.
« Este pan es llamado Hermin, es el pan del Padre Pío y viene del Vaticano.
Trae bendiciones abundancia y prosperidad a cada familia que lo reparta a otra
familia buena.
En el día 10 usted deberá dar este pan a otra persona »
Esto de nuevo parece una fórmula mágica, con bendiciones especiales. Cualquier
persona instruida sabría que el Padre Pío no vivió jamás en el Vaticano sino en
San Giovanni Rotondo, donde murió en su convento. Además, no sabemos qué
significa eso de “Hermin”. Quienes hacen estos mensajes buscan poner nombres
extraños que más bien parecen estar ligados con ritos mágicos o al menos
supersticiosos.
« RECUERDA, NO DEBES RECHAZAR ESTE PAN UNA VEZ QUE SE TE DÉ »
Ésta es la típica amenaza de las cadenas… ¿qué pasaría si no lo hago? ¿Dios me
va a castigar, va a mostrar su cólera contra mí por haber rechazado un pan?
Hermanos: Dios NO castiga como merecemos por rechazar el Pan Eucarístico y la
palabra de su hijo Jesucristo y, ¿nos va a castigar por no pasarle a otra
persona un pan o por no recibirlo en nuestras casas? Por supuesto que no. Sin
embargo, las amenazas es lo que le da fuerza a la cadena para que pueda
circular.
Ahora viene la formula MÁGICA que, la verdad, podría haber sido otra, un poco
más interesante:
«Cuando recibas la masa del pan, ponla en un recipiente de vidrio y cúbrela con
papel transparente o con papel encerado, déjalo en un sitio de la casa a
temperatura ambiente»
**NUNCA PONGAS LA MASA EN LA NEVERA**
«En el día 1 y 2: No toques la masa, el pan se esta adaptando a tu casa,
absorber sus alrededores y
tomar su atmósfera, esto es lo que hace la masa de familia en familia »
Esto de no tocar la masa pues “se está adaptando a tu casa” tiene todos los
principios del New Age. Estas son conocidas prácticas Esotéricas, prohibidas por
la Iglesia.
«En el día 3 y 4: Mezclar bien la masa con una cuchara de madera una vez al día.
En el día 5: Agregue a la masa 1 taza de leche, 2 tazas de harina y 1 taza de
azúcar y mezclar bien con una cuchara de madera. En el día 6, 7, 8 y 9: Mezclar
la masa con una cuchara de madera una vez al día »
El tema de la cuchara de madera, de nuevo pone en evidencia el carácter
esotérico de la “receta”.
« En el día 10: Agregue a la masa, 1 taza de leche, 2 tazas de harina y 1 taza
de azúcar. Mezcle todo con una cuchara de madera. Cuando esté bien mezclado
divida la masa en 4 porciones iguales, quédese con una porción y distribuya las
restantes a 3 familias buenas que usted considere que harán el pan. »
Para que la cadena funcione siempre es importante buscar personas ignorantes que
puedan continuar con la cadena. De lo contrario se detendrá y no tendrá el
efecto nocivo que está buscando el demonio. Esto, porque una vez que la familia
lo haga estará ya en las garras de la superstición… y poco a poco irá
destruyendo su fe con otras prácticas que seguramente llegarán o buscarán.
«A su porción usted deberá agregarle 1/4 de taza de azúcar, 3 huevos, 1/4 de
taza de aceite vegetal y 2 cucharaditas de polvo para hornear y la leche
necesaria para que la pasta quede a punto de cordón. Mezcle bien con la cuchara
de madera. Precaliente el horno a 170 grados C. (325grados F.). Engrase un molde
de 9 X 13 y coloque la masa en el horno por espacio de 35 a 40 minutos. Después
se puede comer el pan. ****RECUERDE USTED SOLAMENTE DEBE HACER EL PAN DE HERMIN
UNA VEZ EN LA VIDA****LA DIVINA PROVIDENCIA SE EXPANDE PARA QUE NUNCA NOS FALTE:
CASA, VESTIDO Y SUSTENTO »
Resulta que ya no es el “pan del Padre Pío” sino de HERMIN… como vez, querido
hermano, esto es una clara burla y una trampa para la fe. Más que un pan de
bendición, esta parte final nos inspira a pensar en una serie de maldiciones que
ocurrirán si lo repetimos. Más trampas para los ingenuos y faltos de fe en
Jesucristo. Solo bastaría recordar las palabras del Apóstol Pablo: ¿Quién nos
apartará del amor de Cristo Jesús? (te invito a leer Romanos 8, 31-39). Es
necesario que regresemos a la Sagrada Escritura y que dejemos que nuestra vida
sea dirigida por ella y no por todos los escritos y prácticas esotéricas (como
ésta) ni por todas las supersticiones que circulan por Internet o en escritos
como éstos.
Que Dios nuestro Señor te dé siempre la sabiduría y la luz para no caer en estas
trampas del poder de las Tinieblas. Camina siempre en la luz de Cristo y serás
plenamente feliz.
Amados hermanos, los invito a comer del Pan verdadero: “Yo soy el pan de vida.
El que viene a mí nunca tendrá hambre; el que cree en mí nunca tendrá sed”. Juan
6, 35
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
P. Ernesto María Caro
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La voz y fotos del Padre Pío Domingo, jul 25 2010
Así rezaba el Padre Pío and Biografía and Fotos pietrelcina 5:34 pm
http://www.youtube.com/watch?v=xDCFxUQr0EU
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UNO DE LOS MILAGROS MAS FAMOSOS: LA NIÑA SIN PUPILAS QUE PUEDE VER Viernes, jun
25 2010
Biografía and hijos espirituales milagros pietrelcina 6:20 pm
Uno de los casos más extraordinarios de curación del Padre Pío es el de Anna
María Gemma Di Giorgio. Diversos oftalmólogos han examinado a Anna María, los
diagnósticos son los mismos: carece de pupilas y sus ojos tienen opacidades
grises y blancas; así nació y sus ojos siguen iguales al examen físico hasta la
fecha. En el lenguaje médico esta condición física significa que ella es y ha
sido ciega, con esos ojos es imposible que vea.
¿Cómo ve entonces? Anna María nació ciega y creció con esta limitación hasta que
tuvo siete años. Su ceguera total nunca le había permitido ver ni el menor
atisbo de luz.
La abuela de la niña decidió escribir al Padre Pío, que le contestó diciendo,
“te aseguro que rezaré por la pequeña niña, pidiendo para ella lo que más le
convenga”.
Poco después la abuelita se fue con la nieta a ver al Padre Pío, en el camino la
niña comenzó a decir, “abuela, veo una barca en el mar”, ¡y en el mar había una
barca! Esto duró solo unos momentos. Al llegar donde estaba el Padre Pío, éste
le tocó los ojos y trazó sobre ellos la Señal de la Cruz… y desde entonces
recuperó la vista de forma permanentemente, hasta ahora.
Se trata de un hecho inexplicable para la ciencia. Para los católicos es una
curación milagrosa (ocurrida cerca de 1948, en vida del Padre Pío). Lo ocurrido
no consistió en la restitución del tejido o de la parte de los ojos de la que
carecía la beneficiaria, sino que le proporcionó un mecanismo por medio del cual
las ondas de lo que ve llegan a la segunda parte del ojo sin ser procesadas por
la primera parte porque ésta sigue siendo inexistente (las pupilas).
Por eso, todas las veces en que ha sido examinada por los médicos, a éstos no
les ha quedado más remedio que concluir: “El mecanismo por el cual ella ve,
desafía las leyes naturales y la ciencia es incapaz de explicarlo”.
Para tener una idea exacta, equivale a una cámara fotográfica o filmadora sin
lente de entrada o con el lente tapado o cerrado. La imagen no existiría, habría
un negro total porque la luz no pasaría a la cámara para generar una imagen. No
obstante, si en estas condiciones en la cámara se genera una imagen clara, sería
algo que pondría de cabeza a todos los expertos en óptica. ¿Cómo se generaría la
imagen? Eso es lo que sucede con Anna María.
Ella aún vive y da testimonio de este milagro sucedido hace 60 años:
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Unido al Hijo por medio de la Madre Sábado, may 29 2010
Así rezaba el Padre Pío and Biografía and Fotos pietrelcina 1:07 pm
por Alejandro de Ripabottoni, o.f.m.cap.
El padre Pío murió estrechando entre sus manos la corona del rosario; no podía
ser de otra manera porque la imagen del padre Pío vivo era inseparable de la
corona del rosario: ésta formaba parte, por así decirlo, de su misma estructura
física.
El rezo del rosario a la Virgen era como el tejido que unía los espacios que
había vacíos entre confesar, decir misa, la vida de comunidad y las visitas.
Podía parecer como algo mecánico para un observador extraño, pero era sólo el
signo visible de una realidad mucho más profunda y maravillosa.
Esta realidad no era sino el amor filial, expresado en el epistolario y en el
modo de hablar, con una sinfonía de apelativos bellísimos: «querida madrecita»,
«bella madrecita», «bella Virgen María», «bendita madre», «tierna madre»,
«queridísima madre», «celestial madrecita», «pobre madrecita».
Es en el fondo una ternura teológica ya que María es para el padre Pío el
«camino que lleva a la vida», la «vía para llegar a feliz término». Camino y vía
que le llevan a combatir por la salvación: «Protegido y conducido por tan tierna
madre lucharé hasta que Dios quiera, con la seguridad y confianza puestas en
esta madre».
Por eso, el rosario es un arma en sus manos. Camino y vía que llevan al misterio
de la cruz: «La Virgen dolorosa nos alcance de su santísimo Hijo el adentrarnos
cada vez más en el misterio de la cruz hasta embriagarnos con ella en los
padecimientos de Jesús»; camino y vía que nos conducen al amor a la cruz: «La
santísima Virgen nos alcance el amor a la cruz, a los sufrimientos, a los
dolores: ella que fue la primera en poner en práctica el evangelio en toda su
perfección, en toda su rigurosidad, incluso antes de que se publicara».
Es esta «querida madre» la que le da conciencia de su misión en el mundo:
«Salgamos con ella junto a Jesús fuera de Jerusalén, símbolo y figura… del mundo
que rechaza y reniega de Jesucristo»; es ella la que le acompaña en el
sacrificio. «Pobre madrecita, qué bien me quiere. Lo he constatado hermosamente
de nuevo al comenzar este bello mes. Con qué cuidado me ha acompañado en el
altar esta mañana».
De este modo el padre Pío puede expresar así en síntesis su devoción mariana:
«Me siento estrechamente ligado al hijo por medio de esta madre sin ver siquiera
las cadenas que tan fuertemente me religan».
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LA DEVOCIÓN DEL PADRE PÍO A LA VIRGEN Jueves, may 20 2010
Así rezaba el Padre Pío and Biografía and Fotos pietrelcina 1:48 am
El Padre Tiberio Munari nos explica la Espiritualidad mariana de Padre Pío, en
su libro, con las siguientes palabras:
La devoción de su infancia
Un verdadero retrato de Padre Pío estaría incompleto si no se diera el debido
realce a su devoción mariana.
Cuando niño, Francisco entraba en la iglesia de Pietrelcina a saludar a la
Virgen de la “Libera”. En 1901, cuando tenía 14 años, fue a visitar el santuario
de nuestra Señora del Rosario de Pompeya, con otros 7 compañeros de escuela y
acompañados por el maestro Don Ángel. El 6 de mayo de 1913 escribe al P.
Agustín, su director espiritual: “Esta Madre tan tierna, en su gran
misericordia, sabiduría y bondad ha querido verter en mi corazón tantas y tales
gracias que, cuando me hallo en su presencia y en la de Jesús, me siento
estrechamente unido y ligado al Hijo por medio de esta Madre!”.
El Mes de mayo dedicado a María
El Padre Pío llamaba el mes de mayo: “el mes de la hermosa mamita”. El 1 de mayo
de 1912, él escribía a su padre espiritual: “¡oh el hermoso mes de mayo! El más
bonito del año. Si, padre mío ¡este mes nos recuerda muy bien las dulzuras y la
belleza de María! Pensando en los muchos beneficios que me ha hecho esta querida
Mamita, tengo vergüenza de mí mismo por no haberla amado y servido lo bastante:
en cambio, a sus cuidados afectuosos he respuesto con ingratitudes”
“El mes de mayo para mí es el mes de las gracias y este año espero recibir dos:
que me recoja consigo para no seguir viendo esas caras feas (demonios); la otra,
usted la conoce. Quisiera tener una voz poderosa para invitar a todos los
pecadores del mundo a amar a la Virgen”
Para mostrar su devoción a la Virgen y obtener más fácilmente sus gracias, él le
ofrece sus sacrificios. El 21 de julio de 1913, escribe al padre espiritual: “Le
pido el permiso de abstenerme de la fruta el miércoles en honor de la Virgen” y
el 6 de enero de 1917 le pide el permiso de ayunar dos veces por mes, una vez en
honor de la Virgen y la otra en honor de San Antonio.
“Su amor a la Virgen era muy grande -cuenta un sacerdote-. Recuerdo que una vez
le pedimos a Padre Pío, en la fiesta de la Asunción, un pensamiento sobre la
Virgen para ese día. Se le iluminó el rostro y sollozando nos dijo:”Hijos míos
amemos a la Virgen. Ella (y aquí se emocionó) es nuestra Madre”. También
nosotros nos pusimos a llorar, confundidos y humillados ante a tanto amor”.
Un día Cleonice Morcaldi, su hija espiritual, le preguntó a Padre Pío:
- Padre, ¿la Virgen viene uno que otro día a su celda?
-Mejor di -le contestó Padre Pío- si algún día no viene…
-¿Se le aparece como en Lourdes?- siguió preguntando atrevida Cleonice
-Eh, si. Allá se apareció ., pero aquí nada.
-¡Oh qué paraíso, Padre” Dígame un pensamiento sobre la grandeza de María para
que me anime a amarla.
-¿No te basta saber que es Madre de Dios?¿Que todos los ángeles y santos no
llegan a alabarla dignamente? Dios es el Padre del Verbo, María es la Madre del
Verbo, hecho carne. Nada nos concede el Señor si no pasa por las manos de la
Reina del Cielo. Si Dios es la fuente de agua viva, María es el acueducto que la
lleva a nosotros. Ámala en la tierra y la contemplarás en el cielo.
Su arma preferida
Su amor a la Virgen se expresaba en particular por el rezo del Santo rosario que
llevaba siempre enrollado en la mano o en el brazo, como si fuera un arma
siempre empuñada.
Una tarde Padre Pío estaba en cama y lo asistía su sobrino Mario. El tío le
dijo:
-Mario, tráeme el arma.
El sobrino buscó por aquí y por allá en la celda, sobre la mesa, en el cajón.
-Pero tío, no encuentro ninguna arma.
-Mira en el bolsillo de mi hábito.
El sobrino hurgó en el amplio bolsillo, y nada.
-Tío está sólo la corona del rosario.
-Tonto-, ¿no es esa el arma?
-”Toma esta arma”, le había dicho una vez en sueño la Virgen.
Sus cohermanos llamaban a Padre Pío “El rosario viviente” ¿hay oración mas bella
-decía él- que aquella que nos enseñó Ella misma? Recen siempre el rosario”.
Y con el rosario en la mano, pronunciando dulcemente los nombres de Jesús y
María, entregó su hermosa alma a Dios.
Le gustaba al Padre Pío contar ese sueño:
“Una noche soñé que estaba asomado a la ventana del coro y veía la plaza llena
de gente. Les grité:
-¿Qué quieren?-La muerte de Padre Pío-contestaron
-Ah, entonces ustedes son comunistas! -les dije yo, y me metí al coro.
En aquel momento me viene al encuentro la Virgen y me dice:
-No le tengas miedo, aquí estoy yo. Toma esta arma, vuelve a la ventana y úsala.
Yo obedecí y todos se cayeron muertos.
“En nombre de la Virgen te curarás”
Una joven enfermera de Bolonia fue hospitalizada en octubre de 1952 por una
forma nefrítica muy grave, necesitando la operación. Una noche le apareció en
sueño Padre Pío diciéndole.”En nombre de la Virgen María tus riñones desde este
momento, no sangrarán más” y la avisó que volvería. La mañana siguiente los
médicos la encontraron clínicamente curada y la dieron de alta. Sin embargo ella
dijo que los médicos la habían curado.
Se le apreció nuevamente Padre Pío, muy serio, reprochándole su mentira. “Ha
sido la Virgen quien vino a curarte, recuérdate y repíteselo a todo el mundo,
porque hay muchas jóvenes de tu edad que se están perdiendo, pero cuando sepan
lo que te ocurrió, podrán rehabilitarse”.
“¿Quién no recuerda -escribe Curci- la oración de la “Visita de María Santísima”
que Padre Pío rezaba todas la tardes, delante del Santísimo Sacramento? su
corazón latía por Ella, y su alma se enternecía hasta las lágrimas cuando
llegaba a aquella palabras “No me desampares mientras no me veas salvo en el
cielo, bendiciéndote y cantando tus misericordias por toda la eternidad”.
El 1959 llegó a Italia, procedente de Fátima, la estatua de la Virgen Peregrina
que visitaba varias ciudades de la Península. El 5 de agosto llegó a San
Giovanni Rotondo. Padre Pío estaba enfermo y ni siquiera podía celebrar. El se
detuvo por mucho tiempo delante de la sagrada imagen y le puso entre las manos
su rosario, gesto que arrancó lágrimas a los presentes.
Cuando el helicóptero se levantó de la terraza del hospital, llevándose la
Virgen Peregrina, Padre Pío la llamó por su nombre y se quejó amorosamente:
-”Madrecita linda, has llegado a Italia y me he enfermado; ahora te vas y me
dejas enfermo”.
En aquel instante sintió como un escalofrío que le corrió por todo el cuerpo.
Gritó:
-Estoy curado! La Virgen me ha curado.
En efecto, se curó de su pleuresía y nunca se sintió tan sano ni tan fuerte en
toda su vida. El mismo afirmó:
-La Virgen vino hasta aquí porque quería curarme.
Amor concreto y profundo
La Virgen introdujo a Padre Pío en el misterio de la cruz. El escribió al Padre
Agustín, su director espiritual:”La Virgen dolorosa nos obtenga de su santísimo
Hijo que ahondemos cada vez más en el misterio de la cruz y nos embriaguemos con
ella en los padecimientos de Jesús. Que nos consiga el amor a la cruz, a sus
padecimientos y a sus dolores. Que María, que fue la primera en practicar el
Evangelio en toda su perfección, nos obtenga también la ayuda de llegar junto a
Ella. Asociémonos siempre a esta querida Madre, salgamos con Ella junto a Jesús
fuera de Jerusalén”:
La Virgen lo introdujo también en el misterio eucarístico. Escribió “Pobre
Madrecita, cuanto me quiere. Lo he contemplado con renovado fervor al comienzo
del más hermoso mes. Con qué cariño me ha acompañado hasta el altar esta mañana.
Me ha parecido que Ella no tuviese ni siquiera en quien pensar sino sólo en mí,
al llenarme el corazón de santos afectos”.
Padre Pío no soportaba que se pusiera en duda los privilegios de María.
Un día oyendo hablar de ciertos errores que circulaban en algunas escuelas
teológicas y revistas, referentes a la virginidad de María y a la interpretación
de su Anunciación, él se fue de allí pidiendo al padre superior que le excusara:
“Me marcho -dijo- porque me hace mucho mal oír ciertas cosas”.
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webcam en directo desde San Giovanni Rotondo Lunes, sep 21 2009
Fotos and Incorrupto pietrelcina 9:27 pm
http://www.operapadrepio.it/img2.php?counter=1294081042751
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“Presencia del Padre Pío” Domingo, ago 23 2009
Biografía and Fotos and Incorrupto pietrelcina 3:15 pm
41 it
(agradecemos la foto de la colección personal del R.P. Andrés del C.J.)
Junto al cuerpo incorrupto del Santo Padre Pio hay una placa de mármol que reza:
“Sucederá en vosotros el milagro que ha sucedido en el Padre Pío.
¡Mirad que fama ha obtenido! ¡Qué clientela mundial a reunido entorno a él! ¿Tal
vez porque era un filósofo? ¿Porque era un sabio? ¿Porque tenía medios a su
disposición?
Porque decía la Misa humildemente, confesaba de la mañana a la noche, y era,
difícil de decir, representante, estampado, de los estigmas de Nuestro Señor.
Era hombre de oración y de sufrimiento.”
SS Paolo VI – Roma, febrero 1971
Y en otro sector de la Iglesia, también cercano a su cuerpo, otra placa:
“Presencia del Padre Pío”
Por 52 años, en esta capilla y convento, el Padre Pío celebró la Misa, confesó,
aconsejó, consoló, guió, exhortó, reprendió con celo apostólico, oró, sufrió y
se consumió gritando como San Francisco “no años, sino almas, por María a Jesús,
todos en el Paraíso”.
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El domingo 21 de junio, tras las huellas del Padre Pío Sábado, jun 27 2009
Fotos and Incorrupto pietrelcina 11:13 pm
ITALY POPE PADRE PIOEl Papa Benedicto XVI visitó la tumba de uno de los grandes
santos del siglo XX: el Padre Pío, cuyos restos se encuentran en San Giovanni
Rotondo, Italia, un permanente destino de peregrinaciones.
La visita no fue casual. Autoridades franciscanos acertadamente ya dijeron que
el Padre Pío es el ‘Cura de Ars’ de nuestros días.
Los superiores apostaban a que ejercería un mediocre apostolado y por ello lo
enviaron, una vez ordenado, a un pobre caserío con muy pocos habitantes: Ars, en
la Diócesis de Balley.
Para sorpresa de todos, 40 años permaneció en el pueblo y fue tan buen
predicador y pasaba tantas horas en el confesionario que su prestigio se
extendió y de todas partes acudían para pedirle consejos al punto que una
empresa ferroviaria tuvo que organizar las corridas de los visitantes en
partidas especiales.
Por su parte, el padre Pío también pasaba largas horas en el confesionario y de
igual modo tuvo problemas algunos de sus superiores, quienes por envidia y
prudencia frente a su creciente fama, le hicieron la vida de cuadritos.
Desde su muerte, el padre Pío ha recibido la visita de dos Pontífices: Juan
Pablo II y ahora Benedicto XVI, quien resumo su discurso en pocas palabras:
“Guiar las almas y aliviar el sufrimiento”.
En medio de algunos escándalos en los que se han visto involucrado algunos
sacerdotes en todo el mundo, el Año Sacerdotal servirá para que juntos,
religiosos y fieles, mediten profundamente sobre el papel que tienen por
obligación de desempeñar en la Iglesia y en la propia sociedad.
Santa Teresa de Lisieux, en ‘Historia de un Alma’, decía que no es lo mismo
hablar de Dios que hablar con Dios, y en este sentido el Papa invita a que este
año los sacerdotes sigan ambos caminos, porque el púlpito no hace al sacerdote
si éste no entabla una relación permanente e íntima con Dios.
El ejemplo que dieron con sus vidas el Cura de Ars y el Padre Pío y otros más,
se reduce a aspectos básicos del apostolado, como la sencillez, el amor, la
coherencia entre el hablar y el actuar, y por supuesto, la absoluta entrega con
vocación de servicio al prójimo. Quienes se ocultan tras la casulla para cometer
fechorías hacen graves daños a la Iglesia.
Más info:
http://www.vatican.va/news_services/liturgy/saints/ns_lit_doc_20020616_padre-
pio_sp.html
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Consejos del Santo Padre Pío Sábado, jun 20 2009
Así rezaba el Padre Pío and Biografía and Fotos and Grupos de Oración
pietrelcina 10:57 pm
Consejos Del Santo Padre Pio
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¿Qué es el misterio de la Santísima Trinidad? Jueves, jun 4 2009
Biografía and doctrina and hijos espirituales pietrelcina 8:39 pm
SantisimaTrinidad
Así respondió el Padre Pío de Pietrelcina a esta pregunta:
“El padre, con sencillas palabras, comenzó a disipar las dudas:
“Hija, ¿quién puede comprender y explicar los misterios de Dios? Se
llaman misterios precisamente porque no pueden ser comprendidos por nuestra
pequeña inteligencia. Podemos formarnos alguna idea con ejemplos. ¿Has visto
alguna vez preparar la masa para hacer el pan? ¿qué hace el panadero? Toma la
harina, la levadura y el agua. Son tres elementos distintos: la harina no es la
levadura ni el agua; la levadura no es la harina ni el agua y el agua no es la
harina ni la levadura. Se mezclan los tres elementos y se forma una sola
sustancia. Por lo tanto, tres elementos distintos forman unidos una sola
sustancia. Con esta masa se hacen tres panes que tienen la misma sustancia pero
distintos en la forma el uno del otro. Eso es, tres panes distintos el uno del
otro pero una única sustancia. Así se dice de Dios: Él es uno en la naturaleza,
Trino en las personas iguales y distintas la una de la otra. El Padre no es el
Hijo ni el Espíritu Santo; el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. Son
tres personas iguales pero distintas. Sin embargo, son un solo Dios porque única
e idéntica es la naturaleza de Dios”.
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Las Apariciones y las almas del Purgatorio Miércoles, may 13 2009
Así rezaba el Padre Pío and Biografía and conversiones and hijos espirituales
pietrelcina 9:22 pm
Para el Padre Pío las apariciones ya comenzaron cuando todavìa era joven. El
pequeño Francesco no habló nunca porque creyó que las apariciones eran cosas que
ocurrieran a todas las almas. Las apariciones eran de Ángeles, de Santos, de
Jesús, de la Virgen, pero a menudo, también de demonios. En los últimos días de
diciembre de 1902, mientras él estaba meditando sobre su vocación, Francesco
tuvo una visión. He aquí como la describió, muchos años después, “Francesco vio
a su lado a un hombre majestuoso de rara belleza, resplandeciente como el sol,
que le tomó por la mano y lo animó con la precisa invitación: “Vienes conmigo
porque te conviene combatir de bravo guerrero”. Francesco fue conducido a un
gran campo, entre una multitud de hombres que fue dividida en dos grupos: En una
parte habían hombres de rostro guapísimo y cubiertos de vestidos blancos,
cándidos como la nieve, de la otra eran como hombres de horroroso aspecto y
vestidos de negro sombríos y oscuros. (Explicación. Vienes conmigo (con Jesús),
porque te conviene combatir (te conviene luchar contra la tentación, así te
haces mas fuerte), bravo guerrero (buen cristiano).Inútil es tu resistencia
(habla la tentación), con este conviene combatir. Ánimo (le dice Jesús), entra
confiado en la lucha (puedes vencer al maligno), avanza atrevidamente que Yo te
seré propicio (puedes retar al enemigo que siempre estaré contigo); te ayudare y
no permitiré que el te venza.) El joven situado entre aquellas dos alas de
espectadores, vio venir a su encuentro un hombre de desmedida altura, tan alto,
que podía tocar con la frente las nubes, y con un rostro horroroso. El personaje
resplandeciente que tuvo a su lado lo exhortó a batirse con el personaje
monstruoso. Francesco rogó evitar el furor del extraño personaje, pero aquel
luminoso no aceptó: “Inútil es tu resistencia, con éste conviene combatir”.
Ánimo, entra confiado en la lucha, avanza atrevidamente que yo te seré propicio;
te ayudaré y no permitiré que él venza”. El combate fue aceptado y resultó
terrible. Con la ayuda del personaje luminoso siempre ayudándole, Francesco
venció. El personaje monstruoso, obligado a huir, se arrastró tras aquella gran
multitud de hombres con horroroso aspecto, entre gritos, imprecaciones se
aturdió. La otra multitud de hombres del vago aspecto, emanó voces de aplauso y
laudos verso al que asistió al pobre Francesco, en una tan áspera batalla. El
personaje espléndido y luminoso más que el sol, puso sobre la cabeza de
Francesco victorioso una corona de rara belleza, que inútil sería describirla.
La corona fue retirada por el personaje bueno el que precisó: “Otra más bonita
tengo para ti guardada. Si tú supieras luchar con aquel personaje con el que
ahora has combatido. Él siempre volverá al asalto…; combates de bravo y no dudes
en mi ayuda… no te asustes por su horrorosa presencia…. Yo estaré cerca de ti,
yo siempre te ayudaré, para que tú logres vencerlo”. Tal visión fue seguida,
luego, de reales batallas con el Diablo. El Padre Pío enfrentó en efecto
numerosas batallas contra el “enemigo” de las almas en el marco de su vida, con
el propósito de arrancar las almas de las cadenas de Satanás.
Una tarde el Padre Pío estaba descansando en una habitación, en la planta baja
del convento, que fue destinada a hospedería. Estuvo solo descansando, y apenas
se había extendido sobre el sofá cuando, de repente, he aquí que vino a
comparecerle un hombre envuelto en una negra capa. El Padre Pío, sorprendido,
levantándose, interrogó al hombre quién era y qué quería. El desconocido le
contó que era un alma del Purgatorio. “Soy Pietro Di Mauro. He muerto en un
incendio, el 18 de septiembre de 1908, en este convento que fue destinado a un
geriátrico, después de la expropiación de los bienes eclesiásticos. Morí entre
las llamas, en mi cama de paja, sorprendido en el sueño, justo en esta
habitación. Vengo del Purgatorio: el buen Dios me ha concedido la gracia de
veniros a preguntar si podrías ofrecer la Santa Misa de mañana por mi descanso
eterno. Gracias a esta Misa podré entrar al Paraíso”. El Padre Pío aseguró que
ofrecería la Santa Misa por su alma. El. Padre Pío contó: “Yo, quise acompañarlo
a la puerta del convento, para despedirlo, y cual sería mi sorpresa; que una vez
a mi lado desapareció repentinamente. Por lo que me di verdaderamente cuenta de
haber hablado con un difunto”. Tengo que decir que regresé al convento muy
asustado. Al padre Paolino de Casacalenda, Superior del convento, que notó mi
agitación, le pedí el permiso de celebrar la Santa Misa en sufragio de aquella
alma necesitada; después, naturalmente, de haberle narrado lo ocurrido”. Tiempo
después, el Padre Paulino, despertado por la curiosidad, quiso hacer la
averiguación. Fue al Despacho del registro del ayuntamiento de San Giovanni
Rotondo, solicitó y consiguió el permiso de consultar el registro de los
fallecidos en el año 1908, la narración del Santo Padre Pío correspondió a la
realidad. En el registro relativo a las muertes del mes de septiembre, el padre
Paulino localizó el nombre, el apellido y la imputación de la muerte: “En fecha
el 18 de septiembre de 1908, en el incendio del geriátrico Pietro Di Mauro
verdaderamente murió.”
La Señora Cleonice Morcaldi de San Giovanni Rotondo fue una hija espiritual del
Padre Pío. A un mes de la muerte de su mamá, el Padre Pío le dijo: “Esta mañana
tu mamá ha volado al Paraíso, la he visto mientras estaba celebrando la Misa.”
Lo que quiere decir que tuvo la gentileza de ofrecer la misa por el descanso
eterno de su alma.
El Padre Pío contó esta historia al Padre Anastasio. “Una tarde, mientras yo
estaba solo en el coro para orar, oí el susurro de un traje y ví a un monje
joven que revolvió al lado del altar principal. Parecía que el joven monje
estaba desempolvando los candelabros y arreglando los jarrones de las flores. Yo
pensé que él era el Padre Leone que estaba reestructurando el altar; y como ya
era la hora de la cena, me acerqué a él y le dije: “Padre Leone, vaya a cenar,
no es tiempo para desempolvar y reparar el altar”. Pero una voz que no era la
voz del padre Leone me contestó”: “yo no soy el Padre Leone”, “¿y quién es
usted? “, le pregunté. “Yo soy un hermano suyo que hice el noviciado aquí, mi
misión era limpiar el altar durante el año del noviciado. Desgraciadamente en
todo ese tiempo yo no reverencié a Jesús Sacramentado, Dios Todopoderoso, como
debía haberlo hecho, mientras pasaba delante del altar. Causando gran aflicción
al Sacramento Santo por mi irreverencia; puesto que el Señor se encontraba en el
tabernáculo para ser honrado, alabado y adorado. Por este serio descuido, yo
estoy todavía en el Purgatorio. Ahora, Dios, por su misericordia infinita, me
envió aquí para que usted decida el tiempo desde cuando que yo podré disfrutar
del Paraíso. Y para que Ud. cuide de mí.” Yo creí haber sido generoso con esa
alma en sufrimiento, por lo que yo exclamé: “usted estará mañana por la mañana
en el Paraíso, cuando yo celebre la Santa Misa.”. Esa alma lloró: “Cruel de mí,
que malvado fui.” Entonces él lloró y desapareció. Esa queja me produjo una
herida tan profunda en el corazón, la cual yo he sentido y sentiré durante toda
mi vida. De hecho yo habría podido enviar esa alma inmediatamente al Cielo pero
yo lo condené a permanecer una noche más en las llamas del Purgatorio.”
Carta que el Padre Pío escribió a su director espiritual: Carta al Fraile
Agostino, del 7 de abril de 1913, “Mi estimado Padre, yo todavía estaba en la
cama el viernes por la mañana, cuando el Señor Jesús se me apareció. Él se
encontraba golpeado y desfigurado. Él me mostró una gran muchedumbre de
sacerdotes y dignatarios eclesiásticos indiferentes, quienes estaban celebrando
vistiendo sus sagradas túnicas. Cuando yo vi a mi Jesús en esta condición sentí
un gran sufrimiento, por consiguiente, yo le pregunte porqué él sufrió tanto. Él
no me contestó, él me mostró a los sacerdotes que debía castigar. Pero poco
después, el Señor estaba tristísimo al mirar a estos sacerdotes y yo noté, con
gran horror, dos lágrimas enormes que emanaron del Santo Rostro. Jesús salió de
esa muchedumbre de sacerdotes y con una gran expresión de aversión en la cara,
lloró’: ¡”Carniceros”! “Entonces Él me dijo: “Mi Niño, no creas que mi agonía ha
sido de tres horas, no; realmente yo estaré en la agonía hasta el fin del mundo;
debido a las almas que yo amo. Durante el tiempo de la agonía, mi niño, nadie
puede dormir. Mi alma va buscando alguna gota de piedad humana, pero ellos me
dejan solo bajo el peso de la indiferencia. La ingratitud hace más severa la
agonía para mí. ¡Ellos responden mal a mi amor! El tormento mayor para mí es que
crece en las personas su desprecio, indiferencia, e incredulidad. Cuántas veces
mi ira deseó destruirlos por el relámpago, pero yo me detuve por los ángeles y
las almas que me aman….. Escribe a tu padre y nárrale lo que has visto y Yo te
dije en esta Mañana. Dile que muestre tu carta al Padre provincial… “Jesús
continuó hablando pero yo nunca puedo revelar lo que él dijo… “
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da
Pobladura e Alessandro da Ripabottoni – Edizioni “Padre Pio da Pietrelcina”
Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo – FG)
En la carta al Padre Agostino del 13 de febrero de 1913: Nuestro Padre
Jesucristo me reveló “no te preocupes, yo le haré sufrir pero yo también te daré
la fuerza” – “Yo deseo que tu alma se purifique e con el martirio oculto diario;
no te asustes si yo permito al Diablo atormentarte, y al mundo para hastiarlo,
porque nadie ganará contra esas personas que sufren bajo la cruz por mi amor y
que yo he decidido protegerlos. “
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da
Pobladura e Alessandro da Ripabottoni – Edizioni “Padre Pio da Pietrelcina”
Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo – FG)
La carta al Padre Agostino, del 18 de noviembre de 1912, “… Jesús, su estimada
Madre, y el Ángel Guardián; estuvieron visitándome con otros para animarme, me
dijeron que ellos no se olvidan de decirme que la víctima, ser llamado la
víctima, tiene que perder toda su sangre.”
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da
Pobladura e Alessandro da Ripabottoni – Edizioni “Padre Pio da Pietrelcina”
Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo – FG)
La carta para al Padre Agostino, del 12 de marzo de 1913, “… mi padre, escucha
las quejas de nuestro dulce Jesús: ¡Se reembolsa “mi amor para los hombres con
tanta ingratitud! Esas personas me hubieran ofendido menos si yo los hubiera
amado menos. Mi padre no quiere llevárselos todavía. ¡Me gustaría dejar de
amarlos, pero… (Y aquí Jesús guardó silencio y, luego desprevenidamente me
dijo:) ¡pero mi corazón es hecho para amar!. Los hombres no hacen el intento de
superar las tentaciones. Más bien estos hombres disfrutan sus faltas de equidad.
Las almas que Yo amo más son las que sufren una tentación, y cuando ellos no
tienen éxito resistiendo, me invocan pidiendo ayuda, y Yo me presento y las
fortifico en la tentación. Las almas débiles se desaniman y desesperan. Las
almas fuertes que confían en Jesús, me llaman y Yo vengo para relajarlos. Ellos
me dejan solo por la noche y en la mañana en la Iglesia. Ellos no cuidan del
Sacramento del Altar; ellos ya no hablan de este sacramento de amor; también,
las personas que hablan del sacramento lo hacen con la tanta indiferencia y
frialdad. De mi Corazón se han olvidado; nadie cuida de mi amor; Yo siempre me
entristezco. Mi casa se ha vuelto un teatro de obras para muchas personas;
incluso mis sacerdotes que yo siempre he protegido cuidadosamente, que yo he
amado como la niña de mis ojos; ellos deben confortar mi corazón lleno de
amargor; ellos deben ayudarme en la redención de las almas, en cambio…. ¿Quién
lo creería? Yo recibo la ingratitud de ellos. Yo veo, Hijo mío, a muchos de
ellos que… (Aquí él se detuvo, los hipos le apretaron la garganta, él lloró) que
bajo la semejanza falsa ellos me traicionan con las comuniones sacrílegas,
mientras Yo estoy estampando en ellos la luz y las fuerzas que continuamente les
doy… “.
(PADRE PIO DA PIETRELCINA: Epistolario I° (1910-1922) a cura di Melchiorre da
Pobladura e Alessandro da Ripabottoni – Edizioni “Padre Pio da Pietrelcina”
Convento S.Maria delle Grazie San Giovanni Rotondo – FG)
Carta a Padre Benedetto del 17 de diciembre de 1917: … “En una de las visitas
que tuve de Jesús en estos días, le pregunté con más insistencia si pudiera
tener compasión de las pobres naciones, tan a prueba por la desdicha de la
guerra y que por fin cediera su justicia y misericordia. ¡Cosa extraña! Él no
contestó sino con una señal de mano, que quiso decir: despacio, tranquilo. Pero
¿cuándo?, añadí yo. Y él, con seriedad y con una media sonrisa en boca, posó su
mirada sobre de mí y sin decir palabra se despidió.”
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«Sacerdote santo – Víctima perfecta» Martes, may 12 2009
Biografía pietrelcina 4:53 pm
«Sacerdote santo – Víctima perfecta»
por Alejandro de Ripabottoni, o.f.m.cap.
P)
Vistió el hábito capuchino en el convento de Morcone el 22 de enero de 1903, y
recibió su nuevo nombre: Fray Pío de Pietrelcina. Con qué propósito y con cuánta
entrega vivió el año de noviciado fray Pío nos lo da a conocer él mismo en una
carta autobiográfica de 1922: el Señor hacía comprender al quinceañero Francisco
que para él «el puesto seguro, el hogar de paz era el batallón de la milicia
eclesiástica. Y, ¿dónde podré servirte mejor, oh Señor, que en el claustro y
bajo la bandera del pobrecillo de Asís?… ¡Oh Dios! deja que mi pobre corazón te
sienta cada vez más y lleva a término en mí la obra comenzada por ti… Que Jesús
me conceda la gracia de ser un hijo menos indigno de san Francisco, que pueda
servir de ejemplo a mis hermanos de modo que el fervor continúe siempre en mí y
se acreciente cada vez más hasta hacer de mí un perfecto capuchino». El 25 de
enero de 1904, dos días después de hacer la profesión temporal, partió del
noviciado para continuar los estudios y prepararse al sacerdocio; después de
haber permanecido en diferentes conventos, en mayo de 1908, tuvo que volver a su
casa paterna por motivos de salud. Continúa privadamente los estudios siendo
ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1910 en Benevento, y de nuevo se queda en
su casa, siempre por motivos de salud, hasta 1916. Cada Santa Misa para el padre
Pío es siempre la primera Misa; la gloria es continua e inexpresable, gusta ya
el paraíso, siente como un fuego que le abrasa y su boca saborea toda la dulzura
de aquella carne inmaculada del Hijo de Dios. Las luchas del espíritu no faltan
en este período: grandes tormentas diabólicas, que a veces no lo dejan libre ni
siquiera en las horas de descanso: el demonio lo quiere para sí a toda costa;
cuando se ve al borde de la desesperación recurre a la Virgen María a la que no
sabe cómo agradecer tantas y tan singulares gracias; se pone con confianza en
los brazos de Jesús y que suceda lo que Él quiera; Él, ciertamente, vendrá en su
ayuda. Orando a los pies de Jesús no siente ni el peso del cansancio al vencer
las tentaciones, ni la amargura o el desagrado. Durante un mes de permanencia en
el convento de Venafro, en 1911, la comunidad advierte los primeros fenómenos
sobrenaturales: «Asistí, y no fui yo el único -escribe el padre Agustín en su
diario-, a varios éxtasis y a muchas vejaciones diabólicas. Escribí, entonces,
todo lo que escuché de su boca durante el éxtasis y cómo sucedían las vejaciones
satánicas». Constreñido a vivir «desterrado en el exilio del mundo, es decir,
fuera del convento, en Pietrelcina, como sacerdote se esfuerza por tratar a
todos con cordialidad y confianza: el mundo campesino del que proviene es
también su propio mundo; va al campo y, lo mismo que antes, saluda, dice buenas
palabras de ánimo, acepta voluntariamente la invitación de pararse a descansar,
aunque sea por un momento, bajo la sombra de un árbol si hace calor, o dentro
del cortijo si hace mal tiempo; en los campos y a los campesinos les habla de
Dios en su típico «dialecto». Su apostolado ministerial se reduce a ayudar al
párroco en la administración de los sacramentos, excepto oír confesiones para lo
que el Provincial no le concede licencia en los primeros años de haber cantado
misa, por motivos de salud y por carecer entonces de la suficiente experiencia
moral. Hacia finales de este período (1914-1915) inicia la dirección espiritual
de algún alma que otra, pero, por correspondencia, y siempre con permiso expreso
de los superiores. Pero mucho más que en estas formas visibles, el padre Pío
manifiesta su celo por las almas a través del estado de víctima, vivido
intensamente como irradiación de la virtud salvífica de Jesús y del sufrimiento
del cuerpo y del alma, requerido y aceptado como participación personal y
generosa por el rescate de la humanidad redimida y pecadora. Este es su programa
trazado desde el día de su ordenación sacerdotal y vivido intensamente día tras
día: «Jesús, mi aliento y mi vida, hoy que trepidante te elevo en un misterio de
amor, haz que contigo yo sea para el mundo Camino, Verdad y Vida, y para ti
sacerdote santo y víctima perfecta».
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Oración al Padre Pío por la Conversión de los pecadores Sábado, may 9 2009
Así rezaba el Padre Pío and conversiones and Grupos de Oración pietrelcina 4:30
pm
estasi
Oración por la Conversión de los Pecadores
Señor, tú eres bondadoso y misericordioso, y todo lo hiciste muy bien, creando
de la nada cuanto existe. Señor, tú eres clemente y comprensivo, y no quieres la
muerte del pecador, sino que se convierta y viva. Señor tú eres paciente y fiel,
y esperas al hijo pródigo e invitas al justo a alegrarse a su regreso.
Señor, tú tanto amaste al mundo, que enviaste a tu Hijo único, no para
juzgarnos, sino para salvarnos. Señor, tú quieres que todos los hombres se
salven, lleguen al conocimiento de la verdad y sean uno como tú eres uno.
Te pido la
conversión de los que, como yo, son pecadores, quiero unirme, junto al Padre
Pío, a tu deseo de salvación universal, solidarizándome con mis hermanos y
emprendiendo con ellos un camino de sincera conversión.
Dame la gracia de cumplir tus mandamientos alimentando
al hambriento, dando de beber al sediento, vistiendo al desnudo, alojando al
forastero, visitando al enfermo y al encarcelado, descubriéndote y respetándote
en la obra de tus manos. Cambia mi forma de pensar y de sentir, porque muchas
veces no parezco hijo tuyo. Permíteme disfrutar al final de los tiempos del
banquete que tienes preparado no sólo para los que te conocen y sirven, sino
también para aquellos que no han tenido esa gracia y que, a pesar de no
saberlo, también son hijos tuyos. Amén.
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El Padre Pío como Director Espiritual Lunes, abr 13 2009
Biografía and conversiones and Grupos de Oración and hijos espirituales
pietrelcina 2:33 am
El director espiritual
por Alejandro de Ripabottoni, o.f.m.cap.
El padre Pío inició su actividad de dirección espiritual, en el sentido
ordinario de la expresión, con un primer grupillo de almas desde su llegada a
San Giovanni Rotondo. Los puntos clave fueron dos encuentros semanales con
conferencias en común, la propuesta de los medios de perfección más principales,
según la doctrina común tradicional, y la unidad de padre espiritual y confesor.
No es erróneo el reconocer en este pequeño grupo el primer «grupo de oración»,
según su propósito de formar «pocas y bien formadas almas que a su vez serán
simiente para otras almas», y, según su misma sugerencia expresada en el
desarrollo de las reuniones: «Los materiales están preparados -dijo-, ahora
comenzar a construir». Pero el aspecto más notable de la dirección espiritual
del padre Pío y de su estatura como director espiritual se puede deducir de la
dirección por correspondencia, considerada por los expertos como extraordinaria.
El epistolario publicado comprende tres volúmenes. Tal correspondencia,
interrumpida por orden del entonces Santo Oficio el 2 de junio de 1922, ocupa
ciertamente un puesto de honor entre los epistolarios clásicos del género.
Motivos de espacio no permiten ni siquiera una sumaria indicación de las
características y dimensiones de la dirección espiritual hecha por el padre Pío,
y por eso hay que remitirse a los estudios realizados por el padre Melchor de
Pobladura: En la escuela espiritual del padre Pío y Problemática de la dirección
espiritual en el epistolario del padre Pío.
La novedad de tal dirección no hay que buscarla tanto en los medios y en las
indicaciones de teología espiritual cuanto en la constancia de vivir en primera
persona y en hacer vivir a las almas dirigidas las verdades fundamentales de la
fe, es decir, en la figura del director espiritual.
Con este fin, conviene hacer aquí una primera observación y es que, en la
galería de las muchísimas almas dirigidas por él, el padre Pío conmensura el
hilo conductor del compromiso en santificarse a la gran variedad de edad,
cultura, condición social o profesión de cada una de las personas. El padre Pío
se nos revela como un genial y santo artista del método diferenciado. Le dijeron
en una ocasión: «Padre, verdaderamente sois todo de todos». Y él añadió
rápidamente: «Corrige. ¡Soy todo de cada uno! Cada cual puede decir: el padre es
mío».
hijos
Esta totalidad de rendición voluntaria, centrada en cada una de las almas, está
basada en la profunda convicción de actuar por mandato de Dios: «Yo soy un
instrumento en las manos divinas, que sólo sirve para algo si es manejado por el
artífice divino». La exigencia de que los demás vean a Dios y no la imagen del
director es el segundo punto relevante, el cual nos permite explicar, con
dificultad pero de forma segura, la fuerza moral, a veces brusca y dolorosa,
ejercitada al guiar las almas hacia Dios.
«Siguiendo al padre Pío -confiesa cándidamente una hija espiritual- se sufría
fuertemente: sus pruebas, sus reprensiones, su diferente trato con las almas,
partía de dolor el corazón y se necesitaba mucha fe para decir que su modo de
proceder así era justo».
Un tercer elemento de relieve, que subraya su constante vocación corredentora,
es la clara, sincera, íntima participación del director espiritual padre Pío en
las angustias, conflictos interiores, desolaciones y penas de las almas
dirigidas: «Siento como mías vuestras aflicciones». «Haré míos todos vuestros
dolores y todos los ofreceré en holocausto al Señor por vosotros». Es el método
de la dirección espiritual participada que caracteriza específicamente al padre
Pío como director espiritual y hace más eficaz su trabajo como guía de la
perfección. El padre Pío se sentía dirigiendo a las almas como el «pobre
cireneo», el «piadoso cireneo que lleva la cruz por todos».
con-sus-hijas
La clientela mundial
La característica más típica de la poderosa llamada de lo divino realizada por
el padre Pío durante cincuenta años, es la universalidad. Casi como por una
especie de atracción de gravedad, de todas las partes del mundo se moviliza la
gente para acercarse al padre Pío. Gente de todas las edades, de toda clase
social, de cualquier condición económica, de todas las jerarquías eclesiásticas
y políticas, de todo nivel cultural; gente de todas las naciones, de todas las
razas acude al padre Pío con su carga de problemas y necesidades. Y cuando la
gente no puede viajar hasta él, escribe centenares, quizá miles de cartas al día
en todos los idiomas: desde los más diferentes dialectos italianos a la mayoría
de las lenguas más difundidas en el mundo. La novedad del hecho manifiesta una
especie de revolución copernicana en San Giovanni Rotondo, realizada por el
padre Pío en un momento histórico en el cual se pone de relieve la respuesta al
mandamiento evangélico: «Id a todo el mundo», con un exagerado activismo. Pero
en San Giovanni Rotondo se cumple aquello que Jesús había dicho de sí mismo:
«Venid todos a mí». Autorizada y manifiestamente este hecho ha sido puesto de
relieve por el papa Pablo VI cuando se ha referido a la «clientela mundial» del
padre Pío. Y es natural preguntarse con fray Maseo: «¿Por qué a ti, por qué a
ti, por qué a ti?»… Y la respuesta, una vez más, viene dada por el propio Pablo
VI que define al padre Pío como «el representante marcado con los estigmas de
nuestro Señor» (20 septiembre 1971). La gente no lleva a San Giovanni Rotondo
sólo su carga de problemas y necesidades, sino que en lo más íntimo de su alma
lleva consigo la única necesidad de ver a Dios y a Jesucristo en el hombre de
Dios que es el padre Pío. Se repiten las maravillas de Dios: «Cuando sea
levantado sobre la tierra atraeré todos a mí». El mundo percibía claramente la
respuesta alternativa al problema fundamental de su siglo: no se puede ser
santos sin Dios, no se puede vivir sin la gracia. «Siento asiduamente una voz
que me dice: santifícate y santifica», había dicho el padre Pío a una de sus
hijas espirituales en el lejano noviembre de 1922. Y con intuición maravillosa
la gente de todo el mundo comprendía rápidamente que las señales en las manos,
en los pies y en el costado del primer sacerdote estigmatizado no podían ser
interpretadas sino como «motivos de credibilidad» de la misión del padre Pío en
el mundo contemporáneo de ser clavado en la cruz para actualizar la redención; y
comprendía más pronto todavía que los dones carismáticos concedidos por Dios al
padre Pío -como el discernimiento de espíritus, la profecía, el don de la
bilocación, los efluvios y perfumes olorosos- no eran otra cosa que «medios
providenciales para acreditar el misterio de la reconciliación con Dios». Sin
embargo, la «clientela mundial», al mismo tiempo, crecía en torno al padre Pío
por otra línea de fuerza, de naturaleza esencialmente espiritual: la dirección
de las almas, la confesión sacramental y la celebración de la misa.
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