Translate

martes, 2 de agosto de 2016

El Shabat

El Shabat





Autor: Hna. María del
Cielo


Fuente:

www.dialogoreligioso.org


 
El Shabat

Cómo viven los judíos hoy el sábado,
día de su descanso semanal
 
Introducción



Shabat o sábado, es un día de reposo para el pueblo de
Israel. En el libro del Éxodo podemos encontrar una referencia al descanso
sabático, que al parecer ya se celebraba antes de la legislación del Sinaí, la
cual lo supone y lo confirma.“Esto es lo que ha mandado Yahvé: Mañana es
sábado, día de reposo, consagrado a Yahvé. Coced lo que hayáis de cocer, y lo
que hayáis de hervir, hervidlo; y todo lo que sobre guardadlo como reserva
para el día siguiente”. (Ex. 16,23)




En el relato de la Creación (Gen.2, 2) el autor
sagrado revela que Dios bendijo el séptimo día y lo santificó, es decir, lo
reservó para Él. De ahí que el pueblo de Israel descansara después de sus seis
días de trabajo en memoria del séptimo día, en que Dios “descansó” después de
la Creación. Así lo afirma el libro del Éxodo: “acuérdate del día sábado para
santificarlo. Seis días trabajarás y harás todo tu trabajo, pero el día
séptimo e s día de descanso, consagrado a Yahvé, tu Dios…Pues en seis días
hizo Yahvé el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto ellos contienen, y el
séptimo descansó; por eso bendijo Yahvé el día sábado y lo santificó.” (Ex.20,
8-12).




Más adelante, se hace referencia a la observación del
sábado como una señal del pacto perpetuo entre Dios y su pueblo “celebrándolo
de generación en generación”. (Ex 31, 16)






Los preceptos de Shabat y sus costumbres



Existe una gran y variada cantidad de preceptos y
costumbres: preparación del Shabat, el encendido de las velas, kidush,
banquete de Shabat, comidas especiales, vestimentas festivas, utensilios
decorosos, estudio de la lectura semanal.




 
· 
El encendido de las velas: representa el comienzo del
Shabat. Por varios motivos se adjudicó este precepto especialmente a la mujer:




a. La mujer se encuentra en el hogar más que el hombre



b. El encendido de las velas representa la expiación
de pecado de Eva - el haber comido del árbol de la sabiduría y de esa manera
"apagó la luz del mundo"




Se acostumbra a encender dos velas: una por el
precepto de "zajor" (recordar) el Shabat para santificarlo y otra por "shamor"
(cuidar) el día del Shabat para santificarlo, hay quienes acostumbran a
encender una vela por cada integrante de la familia.




 
· 
Bendición de los hijos: Se acostumbra a bendecir a los
hijos con una bendición especial. Algunos lo hacen en vísperas del Shabat
antes que el padre se dirija a la sinagoga, otros cuando vuelve, coloca las
palmas de las manos sobre las cabezas y bendice a los niños.




 
· 
Shabat en la Sinagoga: En la oración de la noche del
Shabat se acostumbra a pronunciar en la sinagoga seis capítulos de los Salmos
como la cantidad de los días de la semana, que relatan sobre la creación del
mundo y la grandeza del Creador, y también se recitan poemas, que reciben al
Shabat, el más conocido es "Leja dodi likrat kala, penei shabat nekabla", que
fue escrito por Rabi Shlomo Alkabetz.




 
· 
Kidush: De regreso a casa, el padre pronuncia las
bendiciones del Kidush (“santificación”) sobre una copa de vino y sobre dos
panes (o jalot), y con esto comienza la solemne cena sabática, animada de vez
en cuando por zemirot, unos himnos especiales que toda la familia, reunida
entona en honor de la fecha.




El sábado por la mañana se asiste a la Sinagoga para
el servicio matutino, donde se lee la Torá (Parashat Hashavúa, el fragmento
semanal de cada sábado) seguida por el capítulo de la lectura de los profetas
y la plegaria del Musaf. Al atardecer se reza otra vez en la sinagoga la
plegaria Minjá (vespertina), en cuyo marco se lee de la Torá el primer
fragmento de la Parasha del sábado próximo.




 
· 
Avdalá: Así como se recibe el Shabat con la bendición
sobre el vino, así también se lo despide con un acto especial "avdalá" también
sobre vino. La avdalá o “diferenciación” (entre Shabat Kodesh, “el sábado
sagrado”, y los días laborales venideros) se realiza con vino, especies y una
vela especial.




En el libro del Éxodo dice Dios a Moisés: “He aquí que
Yahvé os ha dado el sábado, por eso en el día sexto os da pan para dos días.
Quédese cada hombre en su sitio; no salga nadie el día séptimo de su lugar”
(Ex. 16,29). La tradición hebrea interpreta este pasaje como que “está
prohibido salir fuera de la limitación sabática: que es el límite en el cual
vivimos, que son 2000 amot (1200 metros en la periferia de nuestro poblado).”




 
· 
Otra ley muy importante acerca del día sábado es la
prohibición del fuego: “En ninguna de vuestras moradas encenderéis fuego en
día sábado” (Ex. 35,3) Actualmente, la interpretación rabínica incluye en este
término de esh (fuego), también a la electricidad. De allí que ese día no se
enciende la luz, ni la televisión, ni radio, ni se usa el ascensor, etc. En
algunos edificios, durante el sábado, los ascensores suben y bajan
constantemente para impedir que alguien tenga que apretar el botón.




Antiguamente, se invitaba algún vecino de otra
religión para realizar algunas tareas que el judío tenía prohibido hacer, como
por ejemplo que encendiera las velas, y con el tiempo para encender y apagar
la luz eléctrica. Actualmente esta tarea es cumplida por un reloj automático
instalado en todos los hogares de judíos religiosos.




En el Talmud se han establecido 39 prototipos de
trabajos prohibidos de ejecutar en sábado, y de ellos se derivan todas las
demás labores prohib idas ese día. Los prototipos son todos aquellos trabajos
que fueron necesarios para construir el Tabernáculo en el desierto en el
tiempo de Moisés.




A lo largo del tiempo se fueron multiplicando las
prohibiciones originales recargando sobre los fieles interminables preceptos y
obligaciones muchas veces difíciles de cumplir en la práctica, atados a la
letra y no al espíritu de la ley. Muchas son las intervenciones de Nuestro
Señor Jesucristo al respecto que se pueden leer en el Evangelio. Las disputas
sobre el sábado y las supuestas “transgresiones” son numerosas, porque
buscaban un motivo para denunciarlo.




Así lo relata S. Mateo: “De allí se fue a la sinagoga
de ellos; y he aquí que un hombre que tenía una mano seca. Y le propusieron
esta cuestión: “¿Es lícito curar el día sábado? – a fin de poder acusarlo-. El
les dijo: “¿Cuál será de entre vosotros el que teniendo una sola oveja, si
ésta cae en un foso, el día de sábado, no irá a tomarla y levantarla? Ahora
bie n, ¡Cuánto más vale el hombre que una oveja! Por consiguiente, es lícito
hacer bien el día de sábado. Entonces dijo al hombre: “Extiende tu mano. El la
extendió, y le fue restituida como la otra.” (Mt. 12,9)




Al parecer hay una gran controversia en Israel entre
la parte tradicionalista u ortodoxa y los laicos. Así lo afirma el Profesor
Haber en su libro “Tradiciones judías”: “Todos estos formalismos que la halajá
o ley rabínica establece para el descanso del shabat, se desentienden de un
factor básico esencial: que la sociedad del siglo XXI, tal como se vive hoy en
Israel y en la mayoría de los países de occidente, no puede paralizar todo su
funcionamiento un día de la semana. Tomemos el caso de aquel judío religioso
que evita prender fuego en su hogar en shabat, porque tiene instalado un reloj
automático que a determinada hora enciende las luces de la casa, y después
vuelve a apagarlas. La corriente eléctrica que llega hasta su conmutador,
¿acaso no requiere el trabajo de ingenieros, supervisores y obreros en la
usina, que controlan el funcionamiento de las turbinas, de las conexiones y de
toda la instalación eléctrica que conduce el fluido hasta su casa?




No queda sino el amargo resabio en la mente de quien
razona así, de que a semejanza de los no-judíos en la Diáspora, también aquí
en Israel, el reducido sector religioso de la población judía está usando a
todos los demás como “gentil del día sábado”, el servidor al cual apelan para
que ejecute en provecho de ellos todas las tareas que consideran prohibidas
por la Torá, y de las cuales se abstienen”.




“El sábado se hizo por causa del
hombre, y no el hombre por causa del sábado” (Mc. 2,27)

No hay comentarios:

Publicar un comentario