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viernes, 7 de octubre de 2016

La gran mentira de la Iglesia del Palmar de Troya | España | EL PAÍS

La gran mentira de la Iglesia del Palmar de Troya | España | EL PAÍS




















La gran mentira de la Iglesia del Palmar de Troya

El papa Gregorio XVIII desvela el engaño masivo a sus miles de fieles durante 40 años






El papa Gregorio XVIII, junto a su novia Nieves. PEPE MARÍN





“Desde el principio fue todo un montaje”. El
papa Gregorio XVIII, que ha desertado como líder espiritual de la
Iglesia Palmariana para fugarse a Sierra Nevada con su novia,
ha
dado un paso más: dinamitar la secta. Ginés Jesús Hernández ha revelado
el engaño de esta institución financiada desde hace 40 años con
donaciones millonarias de miles de fieles repartidos por todo el mundo.






La
confesión del Papa ratifica las mentiras de sus textos religiosos como
la llegada del Anticristo a la Tierra en 2012. Pero sobre todo ha
abierto una grieta que deja entrever una lucha intestina con acusaciones
cruzadas sobre el oscuro manejo de fondos. Y es que, como en casi todas
las buenas intrigas, la codicia y el dinero mandan.











Documentos internos y testimonios de obispos y fieles
destapan la supuesta evasión fiscal que ha nutrido las arcas de esta
secta nacida en El Palmar de Troya (Sevilla) en 1974, seis años después
de que cuatro niñas aseguraran que la Virgen se les había aparecido.
Poco a poco los seguidores ultras de esta facción, cuyos líderes
excomulgó Roma tras las visiones marianas, se fueron multiplicando por
todo el mundo con familias de incluso 15 niños hasta sumar unos 5.000
fieles, según Hernández. ¿Qué hace especial a este grupo de ultras de
las 250 sectas destructivas que hay en España? Un músculo financiero aún
robusto; una presencia internacional de fieles acaudalados en Estados
Unidos, Suiza y Alemania que aportan dos millones de euros al año; y sus
actuales revelaciones, que auguran un declive pronunciado.


“Hace solo un año y medio un misionero trajo pegado a su
cuerpo 500.000 euros en billetes desde Augsburgo procedentes de la venta
de una casa de la Iglesia. Yo conduje el coche desde Alemania, fui
testigo presencial”. El relato de un fiel palmariano, que exige su
anonimato, aclara el frecuente trasiego de fondos a espaldas de
Hacienda. Las ventas de propiedades han suplido en parte el descenso de
donativos con la crisis. “Antes del euro vi donaciones de 250.000
dólares mes tras mes de una sola persona”, apunta el obispo palmariano
padre Guido, que abandonó la secta hace 15 años y hoy es empresario, por
lo que pide preservar su nombre real.





Normas y más normas


Ginés Jesús Hernández asegura que durante su papado de un lustro ha
suavizado las estrictas normas de convivencia que cumplen sus fieles,
bajo amenaza de excomunión. Sin embargo, todos los testimonios recabados
rebaten la mayor. También el del psicólogo Miguel Perlado, coordinador
de un grupo de trabajo sobre derivas sectarias del Colegio Oficial de
Psicólogos de Barcelona. “Lejos de haberse flexibilizado, se ha
radicalizado. Demasiada exigencia para los jóvenes, que nunca alcanzaban
la pureza”. En el sermón del 20 de noviembre de 2011 —día de
elecciones— el Papa exigía: “Aquí, oración y penitencia; oración y
penitencia; obediencia a la jerarquía, humildad. Eso no atrae, hijos
míos, así no se cazan moscas. Pues eso es lo que Cristo da. O esto, o
nada. O cruz, o nada”, repetía.


Las normas como la prohibición de ver cine o vestir manga corta han
ido desde el absurdo al machismo, como en dicho sermón, cuando aclaraba:
“Ahora la mujer es la que ha levantado la nariz, se ha puesto gallito, y
la que quiere gobernar, hasta el sacerdocio exigen”.


Hernández también opinaba de política nacional bajo su prisma de una
derecha rancia: “Cada autonomía quiere más concesiones, para robar más;
para los gobernantes que están en esa autonomía, robar más (…) El grupo
Bilderberg, esos manejan el mundo, esos y otros grupitos que hay
interrelacionados, la trilateral y otros (…) Cuando un gobernante les
molesta, le dan un toque: O cambias o tu vida se acaba. Léase el primer
ministro italiano Aldo Moro”.


La deriva de la Iglesia le ha hecho perder fieles, según reconocía el
propio Papa. “Hemos tenido que dejar en excomunión prácticamente a la
mitad de la Iglesia. Irlanda casi en su totalidad está excomulgada,
Alemania también y acá muchos”. Y es que los peligros de la sociedad
están muy extendidos: “El Internet, al igual que todo medio de
comunicación, está manejado por la masonería, mis queridos hijos”.



El padre Dámaso, llamado José Carrasco, pone el dedo en la
llaga sobre el desafío latente para las Administraciones: “Ginés sabe
que ha habido desfalcos fiscales y que ha sido una mafia que lavaba
dinero. Es una buena oportunidad para que Hacienda investigue a fondo el
Palmar de Troya. La financiación de todos, de Clemente Domínguez —Papa de 1978 a 2005—,
Manuel Alonso [su sucesor] y Ginés Hernández, para saber de qué montaje
económico se ha tratado”. Este obispo, que ahora reside en Irlanda tras
abandonar la secta, recuerda: “Yo fui acompañante del padre Elías, que
antaño llevaba los asuntos económicos del Palmar. La cúpula mantenía
reuniones secretas con los banqueros de Banesto y consultores de Utrera
para cerrar negocios. Salían de los bancos con maletines y siempre con
miedo. Me ordenaban ‘tú siempre un paso detrás de mí y vigilando la
cartera”.


Tras su crisis de fe, el papa Gregorio XVIII se ha marchado
pero se ha llevado consigo documentos que amenaza con revelar si recibe
alguna denuncia judicial desde la actual cúpula de la Iglesia. “Mientras
que no me hurguen las narices, paso del Palmar”, amenaza. Desde su
retiro en Monachil (Granada), Hernández rechaza las acusaciones sin
pruebas sobre que ha sustraído dos millones de la Iglesia, al margen de
la donación del Papamóvil, un BMW X6 “¡Si hasta me he apuntado al
INEM!”, exclama.


A pesar de su fragilidad, las mentiras de esta secta han
sobrevivido durante cuatro décadas gracias a un aislamiento feroz de sus
fieles del resto del mundo. “El dragón encarnado, el Anticristo en
persona, el hombre de la maldad, nació en el año 2000 en Belén, la
ciudad de David”, rezaba un texto religioso de la Iglesia. Otro
posterior, denominado enseñanza infalible, matizaba: “El Anticristo u
hombre del mal, con permiso divino, a la edad de 12 años, sin haber sido
librado de sus cadenas tendrá una breve y extraordinaria manifestación
pública (…) se mostrará como un niño prodigio, demostrará sabiduría y
acreditará su poder con pseudomilagros que serán difundidos alrededor
del mundo vía su madre infernal y otros devotos”. Llegó 2013 sin rastro
del Anticristo y las dudas generadas en la comunidad de frailes se
acrecentaron. Aunque ya venían de lejos. La expansión prometida del
Imperio Palmariano, que sería “el más grande conocido”, tampoco llegó a
materializarse nunca pese a ser una canción conocida por los 70 frailes y
monjas que conviven en la colosal basílica del Palmar de Troya.












La cúpula de la Iglesia les retiró los textos religiosos —la
biblia, el credo y la moral palmarianas, la historia de los papas y el
tratado de la misa— en tres ocasiones, una de ellas bajo papado de
Hernández, para borrar las contradicciones. La excusa era que era
necesario actualizar los nombres de los Papas, pero de paso se
eliminaban todas las predicciones incumplidas. Poco importaba que
Domínguez, Alonso y Hernández recibieran visiones de la Virgen que
resultaban falsas. Lo importante era la fe ciega en la orden, que
canonizó a Francisco Franco y Carrero Blanco, y estaba destinada a
suplir a la Iglesia católica, territorio de infieles.


El psicólogo especializado en sectas Miguel Perlado,
fundador de la Asociación Iberoamericana para la Investigación del Abuso
Psicológico, ha tratado a siete fieles palmarianos y considera “muy
alto” su “grado de destrucción” mental. “A su salida los jóvenes han
quedado deshechos, con un problema brutal de identidad, maltrato
emocional y miedo inoculado a Satanás”. Como consecuencia de esta
doctrina radical que soportan los adolescentes, cuando son veinteañeros y
por fin dan el paso de romper con su entorno familiar y sectario,
presentan alteraciones psicopatológicas que acarrean serios problemas
como adicciones a las drogas o cuadros de ansiedad. Perlado define esta
secta como “una máquina de recaudación económica”.


La rutina hoy de los religiosos es austera, un contraste con
los 18 pasos de Vírgenes y Cristos, mantos de hilos dorados y custodias
de oro macizo que alberga la basílica. Solo el paso del Santísimo pesa
siete toneladas y es de plata esterlina. ¿Cómo esta Iglesia acaparó
tantos fieles solo con el tirón de las falsas apariciones a finales de
los años 60?












El carisma de Domínguez para seducir a sus potenciales
fieles incluía una verborrea prodigiosa. A pesar de su doble moral, que
le permitía mantener relaciones sexuales con diferentes personas y
exigir castidad a sus incondicionales, estos destacan su espíritu de
líder innato. Tenía una opinión sobre todo y un perfil de vividor. Por
el contrario, su sucesor, Manuel Alonso, era el cerebro en la sombra que
engrasó la secta para traducir sus textos de ideología
ultraconservadora a varios idiomas y así atraer fieles por todo el
mundo. ¿Los enemigos? La Iglesia romana, la masonería, el comunismo y la
clase política. “Para mí lo peor es lavar el cerebro de los niños, que
no pueden hablar con nadie fuera de la Iglesia”, describe el padre
Guido, muy crítico con la radicalidad de su antigua Iglesia.


El actual papa Pedro III ha declinado ofrecer su opinión
para este reportaje. “No hacemos entrevistas”, comentó por teléfono. Su
antecesor, el papa Gregorio XVIII, presume de haber vislumbrado por fin
esta primavera, después de 32 años en la secta, su verdadera naturaleza.
“Todo ha sido un montaje sobre todo económico. Aprovechándonos del
milagro de la Virgen”, admite.


El psicólogo Perlado entrevé una de las claves del caso:
“Los movimientos de dinero son brutales. En estos grupos solo se puede
entrar por la puerta de Al Capone”.








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