jesus vida eterna: La "Gran Ramera" . Rasgo para identificarla: los colores de su vestimenta. "Púrpura y escarlata.
jesus vida eterna
sábado, 18 de junio de 2011
La "Gran Ramera" . Rasgo para identificarla: los colores de su vestimenta. "Púrpura y escarlata.
BABILONIA LA GRANDE
LA MADRE DE LAS RAMERAS
Y
DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA
Primeramente, para entender el misterio de BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA, hay que remontarse a poco después del Diluvio Universal, y lo que empezó a ocurrir en la tierra de Sinar, Mesopotamia, y concretamente, en Babilonia.
La religión ritual es el esfuerzo humano, inspirado por Satanás, para pretender llegar a Dios. La religión ritual es el engaño del maligno con el cual el hombre pretende congraciarse con un Ser superior.
Poco después del Diluvio Universal, después de que el hombre empezara de nuevo a multiplicarse sobre la tierra, paulatinamente fue alejándose de Dios de nuevo.
Satanás, conoce a la perfección la profecía bíblica. Sabía que un día Dios tomaría forma de carne, y que nacería de una virgen en esta tierra.
Porque Jesús vino a buscar y a salvar a la humanidad de la perdición eterna y el infierno, creado éste para Satanás y sus demonios, el diablo odia a Jesús, y se ha determinado destruir la obra de Dios, el Evangelio de salvación. Por esto, astutamente estableció su propio “cristo”, “otro evangelio”, y “otro espíritu” para confundir y engañar a la humanidad. Por lo tanto, esto último no es nuevo, sino casi tan viejo como lo es el pecado en este mundo.
“Mapa de la ubicación de Babilonia en Mesopotamia”
El enemigo de nuestras almas decidió desarrollar un sistema religioso oculto que controlaría el mundo; un sistema en el que la gente podría creer; matar por él, y morir por él. La Biblia lo llama: “BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA” (Ap. 17:5)
El otro Jesús de la Babilonia
“La nefanda Inquisición: fruto ineludible de BABILONIA LA GRANDE”
1. La Gran Ramera, bajo el sello de BABILONIA LA GRANDE
Es evidente que el hombre es en esencia un ser espiritual. La Biblia dice:
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” (Génesis 2: 7).
También dice que “puso eternidad en el corazón de ellos (de los hombres)” (Eclesiastés 3: 11).
El hombre, por naturaleza, busca en lo espiritual, lo externo a él. Satanás se ha aprovechado de esto, y desde el tiempo de la construcción de la torre de Babel (Gen. 11), después del Diluvio, ha estado enseñando al hombre cómo “llegar” a Dios a través de las diferentes religiones.
Pero el hombre ¡no puede llegar a Dios porque es un ser caído! La gran diferencia es; no que el hombre puede llegar a Dios, sino que Dios llega al hombre en la persona de Jesucristo. Este es el mensaje del Evangelio. El verdadero cristiano entiende que sólo así puede reconciliarse con su Creador.
Ya desde Génesis capítulo 11, el hombre sin Dios intenta llegar a Dios inventando toda una serie de mandamientos y liturgias.
La primera ciudad construida después del Diluvio fue Babilonia. Allí Satanás empezó a levantar su centro de operaciones. Ese nombre, Babilonia, iba a definir ese sistema de confusión y maldad espiritual que ha existido y dominado a lo largo de la historia de la humanidad sin Dios.
Cuando Juan fue inspirado a escribir su libro, la antigua Babilonia, como ciudad, ya hacía mucho tiempo que había dejado de existir. Ni casi ruinas había. Para más información leer Isaías 13: 19-22; Jeremías 51: 62. La ciudad fue destruida, pero la religión de la ciudad ¡no!
La culminación de ese proceso de suma impiedad, iba a ser el levantamiento de la Gran Ramera (Ap. 17: 3), la falsa iglesia que se atribuye el serlo de Cristo…y es que, no hay peor engaño que el que se parece a la verdad.
“El representante actual de la Gran Ramera, la organización llamada iglesia de Roma”
“La religiosidad es un concepto intrínseco en la humanidad. Es la perversión del sentido espiritual de acercarse a Dios, y está en todas las culturas y razas del planeta”
¡Ay del que dice al palo: Despiértate; y a la piedra muda: Levántate! ¿Podrá él enseñar? He aquí está cubierto de oro y plata, y no hay espíritu dentro de él (Habacuc 2:19)
Definitivamente estamos hablando en primera instancia de la llamada iglesia católica y romana, cuya sede está en Roma (Ap. 17: 18)
“Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos” (Apocalipsis 17: 3)
Nótese que esa Gran Ramera lleva en su frente el siguiente nombre:
“BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA” (Ap. 17:5)
Por tanto, la Gran Ramera, está sujeta al sistema babilónico, llamado “BABILONIA LA GRANDE”, que es la suma de todas las falsas religiones (rameras) y de todas las abominaciones de la historia del hombre. Al estar ese nombre justo en la frente de esa mujer, significa que ésta es dominada y controlada por BABILONIA LA GRANDE.
Es la suma; el producto final de ese engendro llamado BABILONIA LA GRANDE. Decimos también, que la última expresión de la Gran Ramera, será el engendro que ya se está gestando, fruto de la apostasía (ver 2 Ts. 2: 3), y que encabezará el Falso Profeta (Ap. 13: 11ss), aunque sólo durará tres años y medio.
2. Echando un ojo a la historia
Ahora bien, ¿Qué relación existe entonces entre aquella Babilonia, y el relato del Apocalipsis de Juan? ¿Por qué la Biblia nos recuerda a la Babilonia antigua, cuna de la religión apóstata? 5
Para dar respuesta a este misterio, deberemos volver la vista atrás, a partir del tiempo de la incipiente Babilonia, y ver que se gestó allí. Después del Diluvio, dice la Biblia que “tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras” (Génesis 11: 1). Emigraron del oriente y fueron todos a otro lugar. Dice así el relato bíblico:
“Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí” (Génesis 11: 2).
Fue en esa tierra, Sinar, donde la ciudad de Babilonia fue construida. Esa tierra se llegó a conocer más adelante como Babilonia y Mesopotamia. Los ríos Tigris y Eufrates habían almacenado ricos depósitos de tierra que podían producir grano en abundancia.
La desventaja es que estaba poblada de fieros animales salvajes que mataban a muchos. Aquellas gentes pedían que surgiera alguien que les librara del mal. Así que, en un momento dado, entró en escena un formidable cazador: Nimrod, después del Diluvio, el primer prototipo del Anticristo.
“Del linaje de Cam: Nimrod”
Nimrod, Semiramis y Tammuz
Su nombre era Nimrod. La Biblia nos dice:
“Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra. Este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová” (Génesis 10: 8, 9).
Este “poderoso” cazador cautivó las mentes de aquellas gentes. Según “La Historia antigua a la luz de la Biblia”, p. 54, “Nimrod era tan poderoso y era tan grande la impresión que causó en la mente de los hombres, que el oriente está lleno actualmente de tradiciones de sus extraordinarias proezas”.
Nimrod estaba lleno de demonios que le proporcionaron muchas habilidades, y era un hábil estratega. Organizó la protección de las ciudades a base de murallas, y así fue estableciendo su propio reino.
Entendamos que justo después del Diluvio, habiendo muerto casi la totalidad de la humanidad, aquella humanidad extremadamente impía (ver Génesis 6: 1-7), todas aquellas miles de hordas de demonios que habitaban en aquellos hombres quedaron a la espera de volver a invadir nuevos cuerpos. Por lo tanto cuando los hombres empezaron de nuevo a multiplicarse sobre la tierra de Sinar, la maldad volvió a tomar lugar de nuevo.
El exponente máximo de esa maldad en ese momento lo protagonizó Nimrod.
La Biblia certifica estas palabras: “Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar” (Génesis 10: 10). Este fue el primer reino que hubo después del Diluvio.
Nimrod no fue un hombre en nada temeroso de Dios. La palabra que emplea la Biblia en el hebreo original para “poderoso”, se traduce realmente por “tirano”; así como la misma palabra Nimrod significa rebeldía.
Nimrod enseñó a las gentes a rebelarse contra Dios. Cuando la Biblia dice de Nimrod: “Este fue vigoroso cazador delante de Jehová” (Génesis 10: 9), este “delante de”, en realidad habría de traducirlo mejor por: contra, es decir: “contra Jehová”.
“Pagana y abominable adoración a Nimrod”
Nimrod, seguro de su poder sobre todos, levantó, satánicamente inspirado, un nuevo culto religioso. Fue un rey-sacerdote, levantando idolatría, cometiendo abusos y atrocidades de la peor clase. El inició todo el culto idolátrico del Oriente.
Satanás le usó como quiso, ya que al rebelarse contra Dios, se puso enteramente en las manos del enemigo de nuestras almas. Bajo Nimrod, la astrología se desarrolló y se sentaron las bases para la magia negra y blanca. El desarrolló el culto a Moloc, tan difundido entre los cananitas y desgraciadamente, entre Israel en un tiempo.
Finalmente, Nimrod murió asesinado, y el pueblo lo lloró. Pero su culto religioso que había iniciado, la religión babilónica, prosiguió. Su mujer, Semiramis (o Istar, Astarté), fue la gran sacerdotisa en tiempos de Nimrod y después de él. Esta dijo que Nimrod era el “dios-Sol”, o Baal (Señor).
Semiramis era una bruja, físicamente bella y poderosa, completamente rendida a Satanás, el cual la usó para sus fines de destrucción de la humanidad. Más tarde, quedó embarazada, aunque decía que era virgen; y dio a luz un hijo ilegítimo, le llamó Tammuz, y declaró que ese hijo era en realidad el mismo Nimrod renacido.
El Pastor David L. Brown, Ph.D. de Logos Resource Pages, escribe:
“Según antiguos escritos, Semíramis fue la esposa de Nemrod. Llegó a ser la sumo sacerdotisa de la religión babilónica, y fue llamada la Reina del Cielo. Conforme a la antigua leyenda, Nimrod murió, y vino a ser el dios sol. Su mujer Semíramis fue impregnada por un rayo del sol, y dio a luz a Tammuz (un falso nacimiento virginal). Más tarde Tammuz fue muerto por un jabalí. No obstante, después del clamor de Semíramis por 40 días, Tammuz vuelve a la vida, lo cual es una falsificación de la resurrección. De hecho, este fue el origen del falso sistema religioso que envuelve la adoración a la madre y al hijo. De hecho, durante la cautividad de Babilonia, en Jeremías vemos que esa fue la adoración de Israel, la abocada a Semiramis como “Reina del Cielo” (Jer. 7; 18, 19; 44: 15-30). En el templo de Jerusalén, adoraban a Tammuz, el hijo de Semiramis (Ez. 8: 14, 15) Esa diabólica adoración se extendió a lo largo del mundo”
Acordémonos que la Palabra nos habla de Tamuz en Ezequiel:
“Y me llevó a la entrada de la puerta de la casa de Jehová, que está al norte; y he aquí mujeres que estaban allí sentadas endechando a Tamuz. (Ezequiel 8: 14)
No contenta con ser suma sacerdotisa, Semiramis, se proclamó a sí misma diosa y demandó que se le sacrificaran niños. Semiramis capitalizó la rebelión del hombre contra las leyes de Dios sobre el matrimonio.
Promovió el celibato, una cubierta religiosa para luego cometer adulterio, fornicación, homosexualidad, sodomía y lesbianismo. Este celibato, supuestamente separaba a los sacerdotes y los hacía “santos”; les hacía como superiores al resto de los hombres y mujeres que contraían matrimonio y tenían hijos.
Semiramis y Maria de la iglesia catolica son la misma
Semiramis, la reina-madre, por inspiración satánica, conocía la profecía de que de una mujer nacería el Mesías (ver Génesis 3: 15). Semiramis decía ser el “espíritu de Dios” encarnado en una madre humana. Su símbolo era la luna. De esta “madre-virgen” pronto aparecieron por
todas partes estatuas de ella cargando al pequeño “dios-sol”; el cual decía que era el “salvador”.
Escribe el Pastor David L. Brown, Ph.D. de Logos Resource Pages:
“En Egipto, Semiramis fue llamada Isis y su hijo es Osiris. En Asiria fue Istar y Bacus. En Asia fue Cibeles y Deoius. En la antigua Grecia fue Afrodita y Eros, y en la antigua Roma, fue Venus y Cupido. Los nombres y lugares de la adoración de la madre y el hijo varían de un país a otro a lo largo de los tiempos”
El catolicismo romano ha sido desde su existencia el instrumento por excelencia del diablo para colocar y recolocar el culto a la “virgen y el niño”. Existen 2.800 versiones de la “virgen María” por todo el mundo.
Estas visiones y apariciones han ocurrido en el contexto de las religiones paganas y en el catolicismo romano. Lourdes, Pilar, Fátima, Lanka, Guadalupe, Medjugorke, etc. etc. Para los chinos era Shingmoo; los bárbaros germanos tenían a Hertha. Los escandinavos la llamaban Disa; los celtas, Virgo Paritura; en la India, Indrani, Devaki (y el niño Krishna); en el Japón, Amaterasu o Akita. Para los aztecas, Xochiquetzal; para los chibchas, Bachue; para los muiscas, Hiutaca.
La diosa Qeen de Irak llamada tambien "reina del cielo"
El 25 de agosto de 1997, la revista Newsweek informó que en los últimos cuatro años el jefe del Vaticano recibió 4.340.429 peticiones firmadas animándole a que declarara dogmáticamente que María es la “co-redentora” juntamente con Cristo.
Cuando el hiper-hiper mariano Juan Pablo II visitó Cuba en 1998, coronó la imagen de la “virgen de la Merced”, declarándola la Reina de Cuba. Esta imagen idolátrica es exactamente la misma que usan los devotos del culto satánico conocido como Santería.
La “diosa” Semiramis reclamaba que su hijo fue concebido de una forma sobrenatural, y que él era la simiente prometida, el “salvador del mundo”. Al tiempo reclamaba la misma adoración, no sólo para el hijo, sino para ella como su madre.
Las historias de Nimrod, Semiramis y Tammuz circularon por todo el mundo. Ese culto se hizo popular y empezó la mitología. Según la cultura, se adoptaron diferentes nombres, y llegaron a ser la “sagrada familia”.
Semiramis llegó a ser conocida como la “Reina del cielo”. Satanás utilizó a sus demonios para que produjeran “apariciones” por todo el mundo de esa “virgen-madre”, las cuales llamaron y llaman, “milagros”.
Cronología mariana
Aquí van algunas fechas históricas que tienen que ver con el culto mariano romano:
•El “ora pro nobis” no aparece hasta la fecha del año 600.
•La procesión del “Santo Sacramento” y el “Ave María”, en el año 1011.
•La “Salve Regina” aparece en el 1237.
•La invención del “escapulario” es debida al carmelita Stock en el año 1251.
•El “rosario” en el año 1470.
•La fiesta de la “concepción” en el 1475.
•El dogma de la Inmaculada Concepción por el papa Pío IX en 1854.
•El dogma de la “Asunción de la Virgen” en el año 1950.
El engaño del rosario
Como puede apreciarse en esta lista, contemplando el amplio espectro temporal, partiendo de la baja Edad Media, el engaño y la oscuridad espiritual fue en aumento progresivo hasta nuestros días. Roma ha venido a hacer de María una diosa. Esa es la triste realidad.
“El “Ave María” es el punto central del “Rosario”, y fue inventado en una fecha tan tardía como la del año 600 de nuestra era. La segunda parte de esa perversión, es una petición en la que el orante requiere la mediación de María como “madre de Dios”, especificando "...ahora y en la hora de nuestra muerte". Por lo tanto se hace de María, mediadora, usurpándole ese ministerio a Jesús; no en vano ignorantemente la llaman: la “reina del cielo”
“El rosario con la explicación de su pagano e inútil procedimiento de uso de vanas repeticiones”
Francisco Lacueva, escribe en su “Curso de Formación Teológica Evangélica, (tomo VIII)”: “No estará de más advertir que la definición dogmática de la maternidad divina de María tuvo lugar en Efeso, seguida de una procesión de antorchas, un siglo después que los gentiles hubieron entrado masivamente (oficialmente) en la Iglesia. ¿No verían los efesios en este título una base para un culto sucedáneo del de Diana (Hechos 19: 34)? Comparando el título “Reina del Cielo”, de antigua tradición mariana, que se da a María en la Letanía lauretana, con los himnos romanos a Vesta, y el mismo título “Reina del Cielo”, dado a Astarté en Jeremías 44: 17-19, 25, no será difícil establecer una conexión de raíz humanística entre el culto pagano a las deidades femeninas y ciertas exuberancias de culto a María”.
Quien piense que Satanás no tiene la habilidad para causar este engaño, se equivoca (ver Apocalipsis 13: 15; 16: 13, 14; 1 Juan 5: 19b). Satanás usa esos trucos para engañar a muchos. A muchos ha engañado ya, y sigue haciéndolo. Todos ellos, son personas que no buscan al verdadero Dios, sino que eclécticamente, buscan lo que les conviene, por eso son fácilmente engañados.
Volviendo a Babilonia, decir que la mayoría de la idolatría babilónica era reflejada a través de símbolos, por eso era una religión de misterio. El becerro de oro era un símbolo de Tammuz, el “hijo”. El sol era el símbolo de Baal o de Nimrod, y el fuego era su representación.
“El famoso becerro de oro, falsa y osadamente comparándose con el santo Cordero de Dios”
La cremación de inciensos y el encendido de cirios o su equivalente, era práctica común de la religión de Babilonia.
“El escapulario; un fetiche en el que muchos ponen su fe y confianza llegando a creer que es algo cristiano, cuando no es más que ocultismo y culto al diablo”
Después de Babel
Una vez los hombres fueron dispersados por toda la tierra a raíz del suceso de la torre de Babel (Génesis 11), sus cultos idolátricos fueron con ellos a todas partes. ¡En todas las religiones de la tierra se encuentran evidencias del culto babilónico! Babilonia fue la madre, o la precursora de todas las falsas religiones que se desparramaron por toda la tierra. El mismo Herodoto en su “Historia”, cuenta que la idolatría se originó en el área de Babilonia.
Escribe el Pastor David L. Brown, Ph.D. de Logos Resource Pages:
“El propósito de la existencia de la ciudad de Babel, fue el centralizar el poder en un solo reino. Fue el empecinado esfuerzo de la unidad humanista para un Gobierno Mundial (Gn. 11: 4-6) cuando Dios estaba dando orden a la raza humana a que se extendiera por toda la tierra (Gn. 9: 1). Pero hay más; Babel y su torre, es la madre de todas las falsas religiones. La torre fue levantada para la práctica de la astrología y para adorar el sol”
La religión de Nimrod y Semiramis se extendió por doquier y también llegó a Egipto. Pronto el culto al sol se convirtió en la religión del imperio. Allí, los dioses de Babilonia recibieron nombres egipcios.
Además, los sacerdotes egipcios practicaban la transubstanciación. Afirmaban tener poderes mágicos que les permitían convertir a su gran dios sol, Osiris, en una hostia de pan, ¿a qué nos recuerda esto? Exactamente al ritual católico.
En su rito religioso, los fieles se comían a su dios para nutrir sus almas, al igual que los fieles católicos que creen que ese acto es cristiano, cuando no es sino absolutamente abominable ante Dios.
El nombre de la trinidad egipcia era: Isis, Horus y Seb. Ahora observe bien las iniciales de esos nombres: IHS, ¿a qué nos recuerda esto también? Es el símbolo por excelencia de los jesuitas.
“IHS, símbolo jesuita, aparentemente monograma de Jesucristo, pero en realidad son las iniciales de Isis, Horus y Seb, la triada Osiríaca”
“La triada Osiríaca: Isis, Horus, Seb”
El plan de Dios; Israel
El Diluvio Universal ocurrió hace aproximadamente 4.400 años. Seiscientos años más tarde – o sea 2.000 años antes de Cristo, Dios levantó a Abraham.
Mientras tanto, el Señor rey del Cielo y de la Tierra no estaba quieto. Habiendo levantado a Abraham, hizo de su descendencia una nación, Israel, que habiendo sido esclava en Egipto durante 400 años, iba a ser luz a las naciones, y de ella nacería el Mesías de todos, Cristo Jesús.
A Israel, Dios le levantó un líder, Moisés, para sacarlos de la esclavitud de Egipto que simboliza el mundo sin Dios. Dios iba a salvar a toda una nación y establecerla en una tierra donde Satanás había campado por sus respetos durante siglos, Canaán.
Mientras tanto, Israel, aún en Egipto, esperaba el momento de partir hacia la Tierra Prometida. Cuando el Faraón rehusó soltar a los israelitas, Dios mandó diversas plagas a Egipto. Realizó muchos milagros que mostraron a todos que el Dios de Israel es el verdadero Dios.
“El pueblo de Israel sufrió a manos de los egipcios durante su periodo de esclavitud, que representa el mundo”
Les dio Leyes, los Diez Mandamientos. Uno de ellos, el segundo, prohibía a Israel el levantarse imagen alguna para venerarla u honrarla. Satanás siempre ha utilizado cada imagen para robar la adoración que le pertenece a Dios de los que se han postrado ante ellas. Cuando Moisés murió, los israelitas llevaban cuarenta años en aquel desierto. Luego levantó a Josué, un hombre amador de Dios, esforzado y valiente, que guió al pueblo a la Tierra Prometida.
Cuando Israel llegó a Canaán, se encontró que la tierra estaba repleta de oscuridad idolátrica y perversión. Los habitantes de esa tierra estaban profundamente envueltos en ocultismo. La corrupción satánica de Babilonia se había apoderado de Canaán. Israel llegó un momento en que se cansó de pelear tal y como el Señor le había mandado, y se empezaron a mezclar con aquellas gentes y a pervertirse con ellas.
Llegaron muchos a adorar a Baal, el dios-sol, y Dios se airó contra ellos. En el libro de Jueces encontramos:
”Y dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot” (Jueces 2: 13).
Astarot era el nombre bajo el cual la diosa era conocida por los cananeos, los antiguos habitantes de la Tierra Prometida.
Dios les mandó a Sus profetas, Isaías, Jeremías, Ezequiel, etc. Israel era muy religioso en público, pero en privado se había rebelado contra Dios (Ezequiel 8: 14; 8: 17).
Aquellos israelitas apóstatas odiaban a los profetas de Dios porque les predicaban el arrepentimiento. Seguían cumpliendo con los preceptos de Dios, haciendo los sacrificios diarios de acuerdo a la Ley de Moisés, pero sus corazones estaban lejos de Dios.
Después de Malaquías, y una vez acabado el periodo intertestamentario, empezó a predicar Juan el Bautista anunciando la venida del Mesías. Empezaba a gestarse el Nuevo Pacto o Nuevo Testamento.
Mientras tanto, ya hacía años que el Imperio Romano, heredero del griego, era una realidad. Como paganos que eran, asimilaron en su sistema religioso toda la parafernalia idolátrica de las tierras que conquistaban. La religión de la Roma antigua no era más que la idolatría babilónica que se desarrolló de varias formas y bajo diferentes nombres en las naciones a las que Roma llegó y conquistó. El conquistador, conquistado.
Por otra parte, esta sería sucesivamente su estrategia de conquista, dentro de lo que se llamó la “pax romana”. Los romanos paganos tenían muchos dioses y toleraban una amplia gama de creencias, mientras se respetara ese sincretismo acordado. El problema vino cuando los verdaderos cristianos se negaron a seguir ese mismo juego, declarando que sólo Jesucristo es el Rey. Esa declaración atentaba directamente contra la “pax romana”, no era “pluralista” ni “tolerante” con los demás, y por ende, atentaba directamente contra el César.
“A causa de su fe, los cristianos de esa época enfrentaban la muerte segura al oponerse a dar culto al César”
Cristo Jesús y la era apostólica
El Fundador de la verdadera Iglesia, Cristo Jesús, a la sazón vivía, ministraba, moría y resucitaba de entre los muertos. ¡El sí era (y es) el verdadero Hijo del verdadero Dios!
Ascendido a los cielos, fue enviado el Espíritu Santo, y la Iglesia del Nuevo Testamento fue establecida en la tierra. Ese fue un tiempo de gloria, sólo hay que leer el Libro de los Hechos de los Apóstoles para entender ese tiempo de unción, poder, y bendición que Dios dio a todos aquellos que creían y que eran muchos millares.
El verdadero cristianismo en aquellos días, lleno del Espíritu Santo, barría la idolatría y la mentira religiosa del espíritu babilónico. Dice el libro de Hechos 19: 18-20
“Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor”.
Dios se movía poderosamente porque los hombres y las mujeres se arrepentían de sus pecados y se entregaban al Señor Jesús de todo corazón. Decían asustados algunos que se oponían al Evangelio: “Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá” (Hechos 17: 6).
El clero y el laicado
Pero cuando hubieron pasado relativamente pocos años, comenzaron a proclamarse algunos hombres como señores sobre el pueblo de Dios, constituyéndose como clase aparte, superior, clerical, por encima de los demás, el laicado.
El orgullo espiritual era la nota a destacar entre aquellos “santos especiales”. Tomando el lugar del Espíritu Santo, en vez de predicar con el amor de Cristo a las almas, las conquistaban con la imposición dogmática y visceral, sin remordimientos.
Empezaron a sustituir la verdad por sus propias conclusiones doctrinales y métodos. Por su ansia de poder, empezaron a hacer intentos de congraciar el paganismo con el cristianismo. Ya Pablo habló de estas gentes, de estos impostores de la fe:
“Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre: Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos” (Hechos 20: 28-30)
Pablo sabía que el “misterio de iniquidad estaba en marcha”:
“Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad” (2 Tesalonicenses 2: 7).
Pablo sabía que había de venir una apostasía auténtica y perversa:
“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse...” (1 Timoteo 4: 1, 2).
Y, “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4: 3, 4).
Esto empezó a ocurrir cuando el paganismo babilónico tomó tintes de cristianismo, y empezó a desbancar al verdadero cristianismo de toda visibilidad, por medios opresores diversos.
Cuando Judas allá por el año 70 o 75 después de Cristo, escribió su única Epístola universal, le fue necesario amonestar al pueblo creyente:
“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo” (Judas 3, 4).
Sólo hay que ver la vida de la inmensa mayoría de los papas adúlteros y fornicarios cuando Judas advierte de esos hombres que “convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios”. ¡Qué contraste con aquellos fieles a Cristo que por no quemar un poco de incienso al César eran llevados a las fieras!
Aquellos fieles no reconocían al César de Roma como Sumo Pontífice, e iban a la muerte sin rechistar; y sin embargo, el Sumo Pontífice Católico Romano espera y reclama de sus fieles que crean esta declaración, nada menos:
“Ocupamos en la tierra el lugar de Dios Todopoderoso” como dijo el papa León XIII (The Great Encyclical Letters of Pope Leo XIII, p. 304, by Benziger Brothers, N.Y. Nilil Obstat, 1903).
O como saludaron a Pío IX después de declarar el dogma de la infabilidad: “el Papa es Cristo en oficio, Cristo en jurisdicción y poder...nos postramos ante tu voz, oh, Pío, como la voz de Cristo, el Dios de la verdad. Al afianzarnos en ti, nos afianzamos en Cristo”.
“León XIII”
“Pío IX”
Dijo el profeta Jeremías: “Maldito el varón que confía (o pone su confianza) en el hombre”
Los papas son simples hombres que se hacen pasar por Dios y que reciben títulos blasfemos como: “Su Santidad” (entendiendo que la santidad de ellos viene de ellos mismos); “Santo Padre” (robando el título de Dios Padre); “Sumo Pontífice” (robando el título y ministerio de Cristo Jesús, Único Pontífice o Puente entre Dios y los hombres: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos...” (1 Timoteo 2; 5, 6).
3. Nerón y Constantino; la falsa Iglesia de Cristo
Hay una pregunta que deberíamos hacernos, ¿Por qué era perseguido el cristianismo, y dos siglos más tarde, dejó de serlo? ¿Qué ocurrió? Los primeros cristianos fueron perseguidos porque su fe era auténtica y Satanás se les oponía; cuando el cristianismo se hizo “oficial” dejó de ser un problema para el diablo. ¿Cómo ocurrió eso?
Mientras Cristo edificaba su Iglesia para llevarse a los suyos al cielo, Satanás preparaba una iglesia falsa para llevarse a sus seguidores al infierno.
Hacia el año 60 d.C., el emperador Nerón estaba asustado al ver que muchísimos de sus súbditos dejaban de adorarle como era costumbre en el imperio. Si esa costumbre prevalecía, pronto los césares iban a quedarse sin súbditos. Así que, empezó a perseguir a los cristianos, pero cuanto más los perseguía, más crecían en número y en fe.
Los cristianos de aquella época, sabiéndose perseguidos por su creencia, cuando se encontraban con otro creyente pero dudaban que lo fuera, citaban una porción de las
Escrituras de memoria, si la otra persona era también cristiana, completaría el pasaje. Al hacer esto, conseguían que muchos espías de Nerón, al tener que estudiar las Escrituras, acabaran convirtiéndose a Cristo.
Sagazmente, los esbirros del emperador, en vez de las Escrituras, iniciaron la costumbre de usar “símbolos cristianos” como el pez, el pan, el ancla, etc.
Los métodos de Nerón para perseguir a los cristianos llegaron a ser muy sofisticados. Organizó iglesias falsas.
Bajo sus órdenes, sus espías, que fingían ser cristianos, prendieron fuego a Roma. Esto fue hecho para justificar la persecución y masacre de los creyentes. Incluso se sabe que Nerón condenó a sus propios espías como si fueran cristianos verdaderos.
Cuando Constantino, después de más de 200 años, los césares anteriores no habían logrado destruir el cristianismo verdadero. Todos sus esfuerzos eran en vano ya que impulsaban a los cristianos a profundizar en la oración y en el conocimiento de la Palabra y se fortalecían cada vez más.Se acercaba el día en el que Satanás iba a dar al mundo su propia versión de la iglesia cristiana. El paganismo iba a recibir una nueva cara. El hombre que el Enemigo utilizó, fue el mismo emperador. En el tiempo de ese hombre, el cristianismo estaba extendiéndose por todas partes y realmente amenazaba no sólo el paganismo, sino el propio trono del césar. Por lo tanto, el emperador Constantino siguió el mismo patrón que Nerón de levantar iglesias falsas, sin embargo, los cristianos estaban preparados, y reconocían a los falsos cristianos que no conocían ni respetaban las Escrituras.
Para aprovecharse de esa ola de crecimiento del cristianismo y dar credibilidad a sus iglesias falsas, Constantino mintió al mundo y a todos. Dijo que se había convertido en cristiano aunque nunca permitió que le bautizaran. La realidad es que ese emperador adoró al dios-sol (Baal) hasta su muerte. Le bautizaron después de expirar, en su lecho de muerte.
Con el tiempo, esas iglesias falsas levantadas por Nerón con su concepto pagano del cristianismo se convirtieron en el Catolicismo Romano. En realidad Constantino fue el primer papa, porque ostentó el poder espiritual y el poder temporal. Proclamó un edicto de tolerancia para hacer salir a los creyentes de sus escondites; pero sólo los que aceptaban su clase de “cristianismo”, puro catolicismo-romano, tenían verdadera protección.
Con ese tipo de cristianismo-paganismo, la observancia de las Escrituras se fue dejando de lado para empezar una liturgia de corte pagano. Los cristianos verdaderos sabían que Constantino era un anticristo, y se ocultaron mientras el catolicismo romano barría Europa.
La “conversión” de Constantino
La historia de la “conversión” de Constantino fue así: En el año 312 d.C., el ejército de Constantino peleaba contra su enemigo, el general Magencio el cual, al igual que Constantino, aspiraba al trono de Roma. Durante esa batalla dice el que luego fuera emperador, que vio una señal en el cielo, una cruz, y las palabras “por este signo vencerás”.
“La supuesta cruz volante que vio Constantino al ir contra Magencio”
¿Será que Dios veía que ese hombre, adorador del sol, luchaba por una causa justa cuando lo hacía por su propio egoísmo megalómano? ¡No!, ese mensaje no podía ser de Dios. Allí también se cumplió las palabras del apóstol Pablo: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4:3). 22
Como resultado de esa batalla, Constantino, dijo que se había convertido al cristianismo. Su tarea, no obstante, fue fundir el paganismo con el cristianismo creando un híbrido: El catolicismo romano.
La madre de Constantino, Elena, aceptó el cristianismo babilónico y rezaba a la virgen María (acordémonos de Semiramis, la reina del cielo). Esa mujer, rogaba a su hijo a que entregara su corazón al “Dios verdadero”, mientras tanto, se había exiliado a Jerusalén por miedo a las represalias de su hijo.
Ella sabía que Constantino aún adoraba al dios-sol, y había estado ordenando la muerte de los verdaderos creyentes en Cristo que se escondían en las montañas para proteger las Escrituras. Constantino era un anticristo,totalmente controlado por espíritus seductores, al igual que todos los papas que le siguieron: “El Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios...” (1 Timoteo 4: 1).
Se dieron órdenes imperiales por toda Roma para que cesaran las persecuciones; la táctica iba a cambiar. Satanás iba a adoptar la técnica de la sutilidad. ¡No puedes contra tu enemigo, pues únete a él!
De manera oficial, a partir de Constantino (m. 337 d.C.), el catolicismo romano rugió por doquier, a la luz del día, ya nada le paró. Satanás siempre ha estado muy contento con su obra maestra, porque ha engañado a muchos miles de millones de hombres y mujeres con esa religión, gente que ha creído que esa era la iglesia verdadera.
Démonos cuenta que, al contrario que con el cristianismo bíblico, el “cristianismo” de Roma nunca jamás tuvo contratiempo alguno a lo largo de la historia. Al contrario, ha mantenido su hegemonía sobre naciones, reyes, emperadores, sin problemas. Incluso hoy en día, como ya apuntamos, el papa es la persona más valorada de este mundo. El catolicismo romano es un sincretismo formado por diversas creencias, sería una mezcla de judaísmo, paganismo, filosofía platónica, aristotélica, etc., idolatría, y suficiente cristianismo aparente para que parezca respetable.
Sin lugar a dudas el catolicismo romano es la última expresión de engaño religioso de BABILONIA LA GRANDE.
“El último exponente de la jefatura romana: Ratzinger” llamado tambien "el inquisidor"
“El obelisco está presente desde Babilonia hasta Roma”, representa el organo sexual masculino
La falsa unidad
Lamentablemente, por el hecho de que una muy gran mayoría de ministros y santos en general hoy en día no se están dando cuenta, el diablo ahora mismo está repitiendo su vieja estratagema. Se llama: “la unidad de todos los cristianos”; y levanta la bandera del amor verdadero, de la tolerancia, y de la “unidad dentro de la diversidad” (poniendo la doctrina a un lado), entre otros.
Esto está encandilando a muchos ingenuos hijos de Dios, que ya creen a pie juntillas que la Iglesia va a conquistar las naciones “para Cristo”, y que por tanto, ya viene ese avivamiento mundial tantas veces “profetizado” por una inmensa cantidad de falsos profetas y profetisas a lo largo de estos últimos años. Es la estrategia del Vaticano para llevar a todos a consolidar la “única iglesia”, la cual ni por asomo es la Iglesia de Jesucristo.
Muchos sin darse cuenta, están cambiando de espíritu, saliendo de la verdadera cobertura del Espíritu Santo, a la falsa del espíritu demoníaco disfrazado de santidad por creer herejía, siendo guiados por hombres, sus coberturas, y también cuando es el caso, por doctrina de demonios.
Esa nueva iglesia es un sincretismo más audaz todavía que el anterior católico romano, porque constituye un paso más hacia adelante. Es una mezcla entre lo católico, lo “evangélico”y lo esotérico, y una gran mayoría no se está dando cuenta. Sólo aquellos que permanezcan fieles a la sana doctrina de nuestro Señor y a su Espíritu, podrán escapar de ese engaño mortal.
El frente para formar esa súper mega iglesia del Falso Profeta es amplísimo. Al igual que con la Roma pagana, la Roma religiosa actual también es “tolerante” (y eso es sólo una estratagema) con las demás religiones, y hasta permite que sus miembros practiquen todas las cosas; desde yoga hasta vudú, siempre y cuando permanezcan aunque sea de nombre en la iglesia romana.
Benny Hinn el evangelista más ecumenico y admirador de Juan Pablo II
El papa Juan Pablo II y el evangelista Billy Graham en el Vaticano 1993
Katherine Kuhlman
Marcos Witt con el Jesuita franciscano ecuménico Rainiero Cantalameza
4.BABILONIA - PERGAMO - ROMA
Incluso después de la dispersión de los pueblos por toda la tierra, Babilonia seguía siendo el centro de la religión babilónica hasta que la ciudad fue tomada por el rey persa Jerjes I en el año 487 a.C., (Is. 14:12ss).
Los sacerdotes babilónicos fueron forzados a dejar Babilonia, y se trasladaron a la ciudad de Pérgamo (Asia Menor), donde estuvo ubicado su cuartel general durante varios años. En esa ciudad, la Biblia dice que se hallaba el trono de Satanás:
“Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto: Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; (Apocalipsis 2: 12, 13a).
Cuando el rey de Pérgamo - Atalo III - que tenía el título de “Papa”, murió en el año 133 a.C., dicho rey hizo testamento para que este oficio fuera trasladado a Roma.
Los etruscos que llegaron a Italia desde Lidia (Asia Menor), introdujeron la religión mística babilónica con sus ritos allí. Lidia estaba ubicada cerca de la ciudad de Pérgamo. Los etruscos, antecesores de los romanos, pusieron un “Papa” sobre su sacerdocio que tenía poder sobre la vida y la muerte.
Años más tarde Roma aceptó ese “Papa” como su gobernador civil. El emperador Julio César fue constituido “Sumo Sacerdote”, soberano de la orden etrusco-babilónica, y de esta manera fue heredero de los derechos y los títulos que habían sido trasladados a Roma.
Por lo tanto el primer césar romano llegó a ser la cabeza del sacerdocio babilónico. Roma llegó a ser sucesora de Babilonia, con Pérgamo como el centro religioso para su culto (Ap. 2:12-13).
Este mensaje de Jesús fue revelado al apóstol Juan en la isla de Patmos, alrededor del año 94 d.C. En este tiempo el trono de Satanás todavía estaba en la ciudad de Pérgamo, como dijimos. Fue al final del siglo IV d.C., que el obispo de la Iglesia en Roma - Dámaso - fue elegido para obtener el ministerio papal sobre la religión babilónica.
¡He aquí la conexión!: De Babilonia a Roma.
DÁMASO I (366-384). Este obispo de Roma, que consta como papa en el Libro Oficial de la iglesia de Roma, fue elegido simultáneamente al tiempo que otro papa, a su vez elegido por su facción rival, el diácono Ursino.
Se impuso con lucha armada y violenta tres días. Con el respaldo del emperador Teodosio salió elegido. En el año 380 selló la alianza con un decreto que exigía a todos los súbditos del imperio que aceptaran “La religión de Pedro”.
Este decreto, y atención a esto, ha sido calificado como “la Escritura Notarial Clásica de la Iglesia Estatal Católica”. Con ello, Dámaso, crea el concepto de “Sede Apostólica” o “Santa Sede”, y en esa línea ya se va perfilando la afirmación de la identidad del papa con Pedro.
Escribe Dave Hunt: “Dámaso...fue el primero quien, en el 382, usó la frase “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”, para reclamar la autoridad espiritual suprema. Este papa sanguinario, adinerado, poderoso y extremadamente corrupto, se rodeó de lujos que habrían hecho sonrojar a un emperador. No hay forma alguna de poder justificar cualquier conexión entre él y Cristo. Sin embargo, sigue siendo un eslabón en esa cadena de alegada sucesión ininterrumpida hasta Pedro” (“A Woman Rides the Beast”, p. 108).
Dámaso, exigía la continencia a los clérigos casados, por ver el sexo como algo pecaminoso. A partir del año 373 permite el uso del incienso, costumbre traída del paganismo.
Sten Nilsson, profesor de la escuela bíblica “Livets Ord”, de Suecia escribe acerca de ese hombre:
“El papa Dámaso había sido obispo durante 12 años después de haber sido elegido con una influencia importante de los monjes de “Monte Carmelo”, que era una institución que pertenecía a la religión babilónica, que originalmente había sido fundada por los sacerdotes de la reina Jezabel, la controladora esposa del perverso rey Acab de Israel (1 Reyes 16: 31). De esta manera en el año 378 el sistema religioso babilónico llegó a ser una parte de la Iglesia de Roma, porque el obispo de Roma, que más tarde llegó a ser la cabeza de la iglesia organizada, ya era el sumo sacerdote de la Orden Babilónica. Toda enseñanza pagana de Babilonia y Roma, fue introducida paulatinamente en la Organización Religiosa Romana. Poco después de que Dámaso llegara a ser Papa, los ritos babilónicos fueron promovidos. El culto de la Iglesia Romana llegó a ser babilónico. Y durante su tiempo los templos paganos fueron embellecidos y sus ritos establecidos”. (Sten Nilsson, Guds sjufaldiga förbund, Livets Ords bibelcenter, Uppsala 1993).
Así pues, el papa Dámaso era en realidad un satanista declarado. El culto babilónico y el romano han ido de la mano durante demasiados siglos, llegando a ser una misma cosa.
La iglesia de Roma es la heredera directa del culto babilónico emprendido por Nimrod y Semiramis (Astoret), llevado al punto más sublime del engaño por mezclarlo directamente con el mensaje del Evangelio, anulando su poder y bendición, al convertirlo en una simple religión ritualista.
El cristianismo verdadero fue perseguido a muerte por Satanás a través de los césares romanos. El cristianismo verdadero fue perseguido a muerte por Satanás a través de los papas romanos, siglos más tarde (no hay nada nuevo bajo el cielo).
Estamos conviviendo con lobos vestidos de oveja
“
Publicado por carlos fernando en 0:22 Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
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