Presentación especial: Inmaculadas
Museo Nacional del Prado
04/10/2016 - 19/02/2017
Donación Plácido Arango Arias
Durante 2015 Plácido Arango,anterior presidente del Real Patronato del Museo del Prado, realizó una
espléndida donación de obras al Museo del Prado, realizadas por
artistas españoles o con una estrechísima vinculación con el país,
reservándose el derecho de usufructo. Aun así, cuatro de ellas se
exponen habitualmente en las salas del Prado y, desde el 4 de octubre,
el visitante tiene la oportunidad de disfrutar de un nuevo conjunto de
espléndidas inmaculadas, realizadas por artistas como Francisco de Zurbarán, Mateo Cerezo o Juan de Valdés Leal.
Multimedia
Exposición
La exposición
Tras la generosa donación
que realizó el pasado año Plácido Arango Arias, el Museo del Prado
organiza una nueva presentación especial que, en esta ocasión, reúne el
conjunto de obras donadas con una personalidad temática más acusada, el
formado por las Inmaculadas, uno de los temas más habituales
entre los artistas españoles del Siglo de Oro para expresar los
sucesivos ideales de belleza femenina.
La selección de estas obras, fechadas entre las décadas de 1630 y 1680, permite comprobar cómo la representación del tema de la Inmaculada Concepción
osciló entre dos versiones: la que subraya la intimidad, el
recogimiento y la concentración, y la que presenta fórmulas barrocas
mediante composiciones dinámicas y coloristas. En exposición se reunirán
la Inmaculada más temprana de la donación y la que custodia el
Prado, ambas de Zurbarán, cuya comparación permite conocer las
distintas alternativas iconográficas y compositivas que se planteó el
pintor al principio de su carrera: frente a la concentración formal y la
introspección emotiva de la que ingresó en el museo en 1956, la
procedente de la donación Arango es expansiva y destaca por el amplio
vuelo de su túnica.
La segunda Inmaculada de Zurbarán de
la donación, fechada en 1656, constituye un puente con la rica tradición
de representaciones concepcionistas sevillanas de la segunda mitad del
siglo XVII y puede compararse con la Inmaculada de uno de los
grandes representantes de esta escuela, Juan Valdés Leal, que en su
obra, fechada en 1682, evita el dinamismo compositivo y la expansión
comunicativa que le son característicos, y compone una obra
introspectiva y delicada, en la que la joven María se encuentra rodeada
por un elaborado contexto teológico.
Otro foco importante de producción de imágenes concepcionistas fue en Madrid que se encuentra representado en la donación una Inmaculada
de Mateo Cerezo fechable en torno a 1660 cuyo dinamismo y amplia gama
cromática son características que contribuyeron a que la pintura
madrileña avanzase en una dirección plenamente barroca.
Además, esta muestra presenta una nueva incorporación a la donación inicial de Plácido Arango. Se trata de una Inmaculada de Francisco de Herrera el Mozo,
uno de los nombres fundamentales en Sevilla y Madrid a mediados del
siglo XVII aunque con un catálogo relativamente escaso, y que se
integra, en usufructo, como un aporte significativo a las colecciones
del Prado.
Coincidiendo con esta presentación, el Museo del Prado
ha editado una publicación en la que se estudian de manera
individualizada el total de 26 obras que forman la donación Plácido
Arango y en la que se incluye un texto en el que se valora la aportación
del conjunto a las colecciones del Prado.
que realizó el pasado año Plácido Arango Arias, el Museo del Prado
organiza una nueva presentación especial que, en esta ocasión, reúne el
conjunto de obras donadas con una personalidad temática más acusada, el
formado por las Inmaculadas, uno de los temas más habituales
entre los artistas españoles del Siglo de Oro para expresar los
sucesivos ideales de belleza femenina.
La selección de estas obras, fechadas entre las décadas de 1630 y 1680, permite comprobar cómo la representación del tema de la Inmaculada Concepción
osciló entre dos versiones: la que subraya la intimidad, el
recogimiento y la concentración, y la que presenta fórmulas barrocas
mediante composiciones dinámicas y coloristas. En exposición se reunirán
la Inmaculada más temprana de la donación y la que custodia el
Prado, ambas de Zurbarán, cuya comparación permite conocer las
distintas alternativas iconográficas y compositivas que se planteó el
pintor al principio de su carrera: frente a la concentración formal y la
introspección emotiva de la que ingresó en el museo en 1956, la
procedente de la donación Arango es expansiva y destaca por el amplio
vuelo de su túnica.
La segunda Inmaculada de Zurbarán de
la donación, fechada en 1656, constituye un puente con la rica tradición
de representaciones concepcionistas sevillanas de la segunda mitad del
siglo XVII y puede compararse con la Inmaculada de uno de los
grandes representantes de esta escuela, Juan Valdés Leal, que en su
obra, fechada en 1682, evita el dinamismo compositivo y la expansión
comunicativa que le son característicos, y compone una obra
introspectiva y delicada, en la que la joven María se encuentra rodeada
por un elaborado contexto teológico.
Otro foco importante de producción de imágenes concepcionistas fue en Madrid que se encuentra representado en la donación una Inmaculada
de Mateo Cerezo fechable en torno a 1660 cuyo dinamismo y amplia gama
cromática son características que contribuyeron a que la pintura
madrileña avanzase en una dirección plenamente barroca.
Además, esta muestra presenta una nueva incorporación a la donación inicial de Plácido Arango. Se trata de una Inmaculada de Francisco de Herrera el Mozo,
uno de los nombres fundamentales en Sevilla y Madrid a mediados del
siglo XVII aunque con un catálogo relativamente escaso, y que se
integra, en usufructo, como un aporte significativo a las colecciones
del Prado.
Coincidiendo con esta presentación, el Museo del Prado
ha editado una publicación en la que se estudian de manera
individualizada el total de 26 obras que forman la donación Plácido
Arango y en la que se incluye un texto en el que se valora la aportación
del conjunto a las colecciones del Prado.
La Inmaculada Concepción de Francisco Herrera el Mozo
Nueva incorporación a la donación Plácido Arango
La incorporación de esta Inmaculada de Francisco Herrera el Mozo, autor de una de las obras maestras de la donación (El sueño de san José),supone una aportación relevante a la colección del Prado ya que no se
conoce ninguna otra obra de Herrera con tema concepcionista, un asunto
de los más frecuentados por los pintores españoles de su generación.
En
esta obra, Herrera ofrece una alternativa a los modelos más habituales
de iconografía mariana española en la segunda mitad del siglo XVII
planteando una contención formal y emotiva no habitual en la época, pero
que también aparece en algunas Inmaculadas contemporáneas como la de Valdés Leal procedente de esta donación.
Destacan
en ella tanto la nitidez cromática, resuelta a base de la combinación
de los tonos marfil de la túnica y el azul profundo del manto, como el
esmero descriptivo y el cuidado con el que se ha concebido la
composición.
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