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domingo, 5 de octubre de 2014

Equipo Nacional de Servicio

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08 Noviembre 2013
El nuevo Equipo Nacional de Servidores

En el artículo 15 de los estatutos de la Renovación Carismática Católica se menciona la composición del Equipo Nacional de Servidores (otrora llamada Coordinadora Nacional); este EN está compuesto por los coordinadores de la provincia eclesiástica o región y los miembros de la Comisión Permanente, y entre sus funciones se encuentra la de discernir y determinar las directrices generales, las iniciativas y los programas nacionales, que han de ser ejecutados por los órganos competentes en los diversos niveles.

Durante el año 2013 se han elegido a los nuevos responsables de las provincias eclesiásticas. En este artículo, extraído del número 149 de la revista Nuevo Pentecostés, os los presentamos.

EN13



RODRIGO BELLO (Coordinador Nacional)

¿Cómo afrontas este nuevo periodo de servicio?
Con la misma ilusión que los anteriores y con la fe puesta en Dios, porque suya es la obra. Con la certeza de que Él, que está haciendo maravillas, las seguirá haciendo si nosotros confiamos en Él tal y como nos los pidió en una de las profecías proclamadas en la última Asamblea Nacional.

¿Cómo ha avanzado la RCCE en estos últimos tres años?
Seguimos caminando para reafirmar nuestra identidad carismática, ofreciendo a la Iglesia lo que el Espíritu Santo nos ha dado. En estos últimos años se vive con intensidad la alabanza y la adoración como llamada especial, que se pone de manifiesto en todos los encuentros que se vienen realizando.

¿Qué crees que necesita la RCCE en este momento?
Para mí es necesario intensificar la formación, especialmente de los miembros de los órganos de servicio en todos los niveles. A los hermanos con ganas de servir tenemos que ayudarlos, dándoles los instrumentos necesarios para que puedan realizar bien ese servicio, sin olvidarnos de que la llamada fundamental, para cada uno de nosotros, es a la santidad.

¿Qué necesita el coordinador nacional?
Mantenerse firmemente unido al Señor por medio de la oración personal y la eucaristía de cada día y, en comunión con el equipo de servidores nacional, acompañar al pueblo de la RCCE para que “proclame la grandeza y el amor del Señor” en medio de un mundo que camina de espaldas a Dios.

¿Qué podemos aportar a la nueva evangelización?
Fundamentalmente la experiencia del encuentro con un Dios vivo que transforma los corazones por medio del Seminario de Iniciación a la Vida en el Espíritu.

Un santo
Santa Teresa de Jesús.

Una cita bíblica
“Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo” (Rm 10, 9).

Un momento espiritual fuerte
El que viví el último día de la Asamblea pasada al acoger y presentar al nuevo equipo de servidores nacional, porque lo considero un regalo del Señor que se convirtió en un gesto profético.



EN2013-1



A continuación, estas son las respuestas de los miembros del equipo, a los que les hicimos las siguientes preguntas:

1. ¿Desde cuándo y cómo entraste en la RCCE? ¿Cuál es tu grupo?
2. ¿Cómo ves la RCCE en este momento? ¿Qué crees que necesita?
3. ¿Cómo puede ayudar la RCCE a la nueva evangelización?
4. Un santo.
5. Una cita bíblica.
6. Un momento espiritual fuerte.



PEPI RUIZ (Provincia Eclesiástica de Sevilla)

1. Creo que, más bien, fue la Renovación la que entró en mí. Uff, parece que llevo toda la vida. O puede que mi visión de la vida haya cambiado desde que estoy en la RCCE. He estado en dos grupos pequeños, ahora mi grupo está en Palma del Río (Córdoba). El Señor tiene sus caminos y me puso a servir pronto. Le doy gracias porque ha paliado mis faltas con preciosos hermanos en los que apoyarme.

2. La veo caminando hacia lo que el Señor quiere de ella, un pueblo pobre y humilde en el que Él reine. Veo que crece en fidelidad a los caminos que el Señor le propone. Necesita no dejar de mirar al Señor, confiar en Él, caminando según lo su voluntad y guiados por el Espíritu Santo.

3. ¡Cómo está ayudando ya! Siendo como somos, con nuestra identidad. Sintiéndonos orgullosos de haber sido creados para su Gloria. Grupos de oración, Seminarios de Vida, asambleas, etc. Todo para convertir a personas más o menos creyentes en testigos del Amor de Dios.

4. Siempre San José. Últimamente Santa Catalina de Siena y Santa Rita de Casia.

5. Salmo 15.

6. No sabría decir, no recuerdo ningún momento espiritual al que pueda calificar especialmente de fuerte o incluso de muy significativo. De los débiles tengo un montón, gracias a Dios, su Misericordia es infinita.



BERNARDO JIMÉNEZ (Provincia Eclesiástica de Granada)

1. Fue sobre el año 2000. Un buen día iba yo pasando por delante de mi parroquia y unos cantes me hicieron acercarme a la puerta a curiosear qué pasaba allí y vi una imagen que me gustó. Estaban cantando agarrados de las manos y se sentía mucha alegría. Pregunté quiénes eran aquellos y me dijeron que eran los carismáticos. En aquel mismo momento le dije a Dios que quería estar ahí y no mucho más tarde me incorporé al grupo.
Mi grupo se llama Agua Viva, es de Fuengirola, Malaga. En los principios y ahora, he ido creciendo en todos los sentidos, incluso a la hora de cantar y de tener oído pues, hasta en eso, Dios me ha ido mejorando con la ayuda de mis hermanos.
Por circunstancias entré ya en el equipo nacional sustituyendo y ahora he sido reelegido para hacer lo que Dios me pide: amar en el servicio.

2. La visión que tengo en la Renovación es de un nuevo despertar, de un nuevo vino para odres nuevos. Veo un horizonte que se nos abre para servir a la Iglesia y al mundo y, sobre todo, poner nuestros carismas a disposición de los hermanos más pobres y enfermos, tanto físicos como espirituales.
Hay hermanos que todavía están por madurar su vida espiritual, a los que les falta concretar realmente dónde deben estar para dar frutos para Dios. Por tanto, se necesita claridad de vida y a eso solo podremos llegar, como nos ha dicho nuestro papa Francisco, siendo una Iglesia accidentada y no una Iglesia muerta por el miedo o por la comodidad.

3. Gracias a Dios, la RCCE puede ayudar a la nueva evangelización con el mismo don que posee, que no es otro que el del Espíritu Santo, transmitiendo lo que experimentamos cada día que nos reunimos a orar y que nos lleva al encuentro con un Dios vivo y real. El que lo vive nunca vuelve a ser el mismo.

4. Santa Teresa de Jesús.

5. Jn 14, 6: "Yo soy el camino, la verdad y la vida", que para mí, es la verdad misma: Jesucristo.

6. El día de san Pablo en enero de 2003: recibía la Efusión del Espíritu Santo.



ELENA N. GÓMEZ (Provincia Eclesiástica de Santiago de Compostela)

1. Asistí por primera vez a un grupo de Renovación cuando tenía 11 años, acompañando a mi madre. Años más tarde, en julio de 1983, volví de nuevo al grupo. Tuve un encuentro personal con Cristo, vivo y resucitado. Descubrí tres cosas principales, que han sido el motor de mi vida desde entonces: –Que Jesús está vivo, existe, y actúa. –Que Dios me ha creado por amor, me ama, me conoce en lo más profundo y que nada que haga hará que Dios me ame más, ni me ame menos. –Que puedo colaborar en la renovación de la Iglesia, a través de los dones y carismas del Espíritu, desde dentro.
Soy miembro del grupo Shalom (A Coruña), desde julio de 1983. Menos de un mes después, entraba en el grupo mi novio (Fernando). Desde entonces, nuestra vida, a nivel personal, matrimonial y familiar ha estado vinculada a la Renovación. Hemos intentado vivir nuestro noviazgo, nuestro matrimonio y nuestra familia (tenemos cinco hijos) siendo cristianos carismáticos.

2. Pienso que estamos a mitad de camino: –Recordamos la partida con gran alegría y gozo (la liberación), pero ya no la vemos. –Tampoco vemos el final: ¿a dónde nos quiere llevar el Señor? –Estamos en medio: las dudas, opiniones diversas, divisiones, errores, etc. nos rodean y no nos dejan avanzar como antes.
Necesitamos seguir caminando en fe (nunca mejor que en este año), sin ver y confiando en el Señor: “aquel que la buena obra empezó será fiel en completarla".

3. Siendo fieles al carisma recibido. Los instrumentos variados, que hemos ido descubriendo en la RCCE, son evangelizadores: Cada semana, cuando un grupo se reúne, propicia un momento de encuentro con el Señor y la posibilidad de que aquellos que acudan puedan experimentarlo. Cada vez que se realiza una Asamblea propiciamos también esos momentos de encuentro evangelizadores. Cada vez que hay oración de intercesión. Cada vez que el ministerio de enfermos acude a orar con un hermano que no puede ir al grupo y toda su familia lo ve. Cada vez que se organiza un Seminario de Vida en el Espíritu...
Hemos de continuar sirviendo a estos instrumentos para que sean lugares cada vez más auténticos. Donde se palpe esa presencia viva del Señor y que nosotros desaparezcamos.

4. San Pablo de Tarso y Juan Pablo II (beato, en el momento que escribo estas líneas, pero probablemente santo cuando se publiquen).

5. “El Espíritu de Dios está sobre mí, Él me ha ungido. Me ha enviado a llevar Buenas Noticias a los pobres. Libertad a los cautivos y vista a los ciegos. Hacer libre al oprimido, y proclamar el año del Señor” (Lc 4, 18-19).

6. He tenido muchos. Pero si tengo que escoger uno: mi matrimonio, el 29/09/1990. Tuvimos la suerte de que oficiara la ceremonia el P. Manuel Casanova, sj. La oración en lenguas del momento del enlace fue de lo más impresionante que hemos vivido. El P. Casanova nos impuso las manos y todos los hermanos comenzaron a orar en lenguas con él. Nos confirmó que nuestro matrimonio iba a ser cosa de tres: Fernando, Elena y Dios.



M.ª CARMEN ZOPPETTI (Provincia Eclesiástica de Zaragoza)

1. Conocí la Renovación a través de una amiga que me invitó a hacer el Seminario de Vida en el Espíritu, allí recibí la Efusión del Espíritu, el día 26 de abril de 1996. El seminario en el que yo descubrí la Renovación, fue organizado por dos grupos de Zaragoza: San Francisco y Caná, así que durante muchos años asistí a los dos grupos.
En la actualidad, pertenezco a San Francisco y participo, en la medida que puedo, en el grupo Emaús. Todo mi cariño y una mención especial para los hermanos de estos tres grupos, donde nací y en donde, gracias a ellos, he ido creciendo.

2. Yo la veo bien, me alegra comprobar que, después de muchos años, seguimos invocando al Espíritu Santo, para que nos unja, nos capacite y poder proclamar la Grandeza del Señor. Y siempre acompañados de nuestra Madre María. Creo que necesita, que los hermanos que dirigen los grupos, los equipos y los ministerios, estén bien formados, para no perder la identidad carismática y seguir ejerciendo los dones y carismas que el Señor nos ha regalado.

3. Fundamentalmente con el Seminario de Vida en el Espíritu, de manera que la gente pueda tener la experiencia de sentir a un Dios vivo y lleno de amor.

4. Santa Rosa de Lima.

5. Corintios 13.

6. El día que recibí la Efusión del Espíritu.


Mª JOSÉ CARRASCOSA (Provincia Eclesiástica de Valencia)

1. Llevo en la Renovación desde el año 2000. Mi grupo se llama Nueva Jerusalén, está en Valencia. Empezamos con nueve personas y hemos ido creciendo sin parar hasta llegar a un grupo de más de 100 personas con ministerio de jóvenes y niños

2. La RCCE está ahora en una etapa de apertura y renovación y necesita estar muy atenta al soplo del Espíritu que siempre nos lleva a cosas nuevas.

3. Hay que abrirse más para ayudar a la Nueva evangelización. El papa Francisco nos está mostrando el camino. Si le escuchamos y actuamos en consonancia, estaremos en el buen camino.

4. Padre Pío.

5. Jeremías 29,11-14: “Pues yo conozco mis designios para con vosotros, oráculo de Yavéh, designios de paz y no de desventura, de daros un porvenir y una esperanza…”

6. El bautismo en el Espíritu que recibí a través del móvil en una oración con un sacerdote.


ANTONIA M. RIVAS (Provincia Eclesiástica de Valladolid)

1. Conocí la Renovación en julio del año 1996, en la Asamblea Nacional que dirigió el Padre Emiliano Tardiff. Fui invitada por unas amigas de Salamanca.
Pertenezco al grupo Abba de Salamanca. Para mí es muy importante el compartir y orar cada semana con mis hermanos en el grupo. Doy gracias Dios por el don que son cada uno de mis hermanos. El Señor se ha valido de ellos estos años para: enseñarme, guiarme, corregirme... "las aristas". El grupo me ha hecho y me hace crecer. Creo que la Renovación es una vocación al servicio y en estos años, siempre he estado sirviendo donde Él ha querido y los hermanos han discernido.

2. El Señor, en nuestra Castilla, lleva un tiempo dándonos "signos" maravillosos de su presencia viva, poderosa y actual entre nosotros. Pero aún falta en muchos hermanos llegar a "ese enamoramiento" y compromiso más fuerte con Él. Se necesita motivar mucho el SENTIDO DE PERTENENCIA y de afianzar nuestra IDENTIDAD CARISMÁTICA.

3. La Renovación ha sido suscitada para que seamos hombres que amemos a la Iglesia, es lo que el Espíritu Santo nos pide. La RCC nació en la Iglesia y para la Iglesia, para que llevemos la fuerza y la gracia renovadora de un Pentecostés permanente. Somos una esperanza para el mundo que no conoce quién es su Salvador y Señor. El problema no es que los dones sean reconocidos; el problema es cómo hacerlos fructificar, cómo hacer ver que Pentecostés es "Misión" y no solo contemplación.

4. Santa Teresa de Jesús: Mujer "carismática", maestra de oración y ejemplo para los hombres de hoy, pues toda "su misión", la realizó en un tiempo difícil y "recio".

5. Marcos 4, 21-23: "¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del celemín o debajo del lecho?¿No es para ponerla sobre el candelero? Pues nada hay oculto si no es para que sea manifestado; nada ha sucedido en secreto, sino para que venga a ser descubierto. Quien tenga oídos para oír ,que oiga".

6. Fue en noviembre del año 2011, durante un retiro de Adviento que tuvimos en el grupo. En la eucaristía del domingo, en el momento de la comunión, se me acercó la madre de una niña del grupo que padece síndrome de Down y es intolerante al gluten, por lo que no puede comulgar nada más que bebiendo del cáliz, la Sangre de Jesús (normalmente siempre lo avisa antes, pero ese día no lo hizo). Pero ya el celebrante y el diácono habían consumido el cáliz. El diácono estaba distribuyendo la comunión a los hermanos del grupo y el padre estaba sentado en el altar. Me acerqué al sacerdote y le comuniqué el deseo de la niña de comulgar. Él se levantó y fue hacia el altar, cogió el cáliz, ¡pero vaya decepción!, la copa estaba totalmente vacía y no quedaba ni la más mínima gota de la sangre del Señor... Al instante, el sacerdote me dijo: ¡Vamos a orar para que El Señor haga lo que quiera! Cogió mis manos, las puso en el cáliz y colocó también las suyas y cerrando los ojos, nos pusimos a orar. Yo oraba en lenguas... pasó, yo creo que como un minuto (no puedo precisar), abrí los ojos, y... en el cáliz había el contenido equivalente a una cuchara sopera de la Sangre de Cristo. ¡Cómo me quede! El sacerdote al ver mi cara, me dijo: ¡Esto lo ha hecho el Señor, porque la quiere mucho y quiere que comulgue!


M.ª SOCORRO DELGADO (Islas Canarias)

1. Empecé en la Renovación hace unos dieciocho años, gracias al testimonio de mi madre después de asistir a la Asamblea Regional en Tenerife, impartida por el padre Emiliano Tardif. Acepté la invitación de ir a una eucaristía y allí encontré a un pueblo con fe viva y enamorado de su Señor. Dios me sedujo y me dejé seducir. Sigo en el mismo grupo en el que comencé, Maná, donde he servido en música y allí donde ha sido necesario. En este año he finalizado mi periodo de seis años como coordinadora diocesana de Tenerife y actualmente estoy en mi segundo periodo como coordinadora regional de Canarias.

2. Veo un tiempo de gracia para la Renovación. Necesitamos acoger fuertemente la presencia de María para un profundo avivamiento de nuestra fe carismática.

3. Creo que el Señor nos ha dado una herramienta valiosa como es el Seminario de Vida en el Espíritu para tocar los corazones, tanto de los alejados como de aquellos que necesitan un avivamiento en su fe.

4. María, nuestra Madre del cielo: maestra, intercesora y consuelo en mi caminar.

5. “La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido.”

6. Una noche estaba pasando un fuerte combate espiritual, clamé al Señor y la intercesión de nuestra Madre y experimenté la presencia poderosa de un Dios cercano que venía en mi auxilio y en medio de oleadas de amor, me hizo experimentar una paz inmensa. Cuando conocí la Renovación más tarde, me di cuenta que había sido mi primer Bautismo en el Espíritu Santo.


M.ª CARMEN QUINTERO (Provincia Eclesiástica de Mérida-Badajoz)

1. Hace veintiún años, desde el verano de 1992, sentí un gran deseo de vivir unos ejercicios espirituales, aun no sabiendo en qué consistían, solo encontré ejercicios espirituales en Villagonzalo (Badajoz), en la fecha que podía. Me dijeron que eran para un grupo de consagradas, Hijas de la Virgen para la formación Cristiana, y acepté, sin más. Estaban guiados por un padre perteneciente a la RCCE. Decir que antes de ir a estos ejercicios, ya había tenido un encuentro personal con el Señor. Un sacerdote me ayudó a conocer a Jesús; él me había invitado a que asistiera al grupo de la RCCE en Don Benito (Badajoz), mi ciudad; me dio incluso unas casettes con cantos carismáticos y yo lo rechacé porque estaba triste y le dije: “estos cantos son muy alegres, no es la RCCE para mí”. Vivía en aquel entonces momentos difíciles de situación familiar. Hacía poco más de tres años de mi separación matrimonial, con tres hijos pequeños de 14, 8 y 2 años y medio y mi oración era de permanente petición. El sacerdote de los ejercicios espirituales, en sus oraciones constantemente alababa a Dios. Ese tipo de oración no lo había escuchado nunca, pero mi alma en la alabanza encontró el consuelo, la paz y La luz. Dios lo hace todo bien. Yo no sabía ver por qué, a través de esa situación me abrí al Amor de Dios, pues Él continuamente nos está amando, estemos en la situación que estemos. Cuando volví de los ejercicios, busqué al grupo de oración de la RCCE.
Mi grupo actual se llama Agua Viva, en Don Benito.

2. Veo a la Renovación en un momento de madurez, de tener conciencia de la llamada que nuestro Señor hace a toda la Iglesia, a ser testigo de la experiencia que, como miembros de un movimiento eclesial, tenemos de Jesucristo. Manifestar a Jesucristo, la fe que otros nos han transmitido, ahora lo vivimos, lo celebramos, es el Espíritu Santo quien nos da esa experiencia. Creo que la Renovación, como toda la Iglesia, necesita ser renovada como movimiento porque sus miembros personalmente se van renovando. Que siga dándose el cambio de mentalidad en cada uno de nosotros, que somos cristianos que, como tales, tenemos el Espíritu de Jesucristo, una nueva forma de pensar, de orar personal y comunitariamente; que el Espíritu nos desvele quién es Jesucristo en nuestras vidas hoy, que es el mismo de ayer y de siempre, que viene a traernos la Buena Noticia del Amor de Dios. Por eso nos capacita, nos da sus carismas para curar, para sanar, para liberar, para manifestar que somos hijos de Dios, hermanos todos de un mismo Padre.

3. Haciendo de camilleros, siendo personas de fe, que no tengamos miedo a equivocarnos, al que dirán, a la enfermedad... y aceptar a las personas como son. Ahora vemos que hay mucho miedo, inseguridad en el trabajo. La RCCE si ve a gente que tiene miedo tiene que llevarla a Jesús; si hay tantos que no entran donde está Jesús e impiden a otros entrar, si la puerta está taponada, la RCCE tendrá que abrir un boquete en el techo. Es por la fe que nos ponemos y ponemos a los demás delante de Jesús, porque para Dios nada hay imposible. Los miedos, los impedimentos los ponemos nosotros; el que tiene fe no tiene impedimentos, que escuchemos de Jesús: “tus pecados están perdonados, no estás fuera del Amor de Dios, eres hijo de Dios”.

4. Santa Teresa de Jesús. Con ella me inicié en la oración.

5. Mc 8, 27-29, es la cita por la que tuve mi primer encuentro personal con Jesús, que me preguntaba directamente: “¿M.ª Carmen, quién soy yo para ti?” Tenía que orar la cita y contestar posteriormente en grupo. Yo podía responder con frases preciosas pero no era esa mi experiencia, mi respuesta desde la sinceridad profunda del corazón: “No te conozco, Señor”. Desde entonces nació en mí un gran deseo de conocerle. Cada vez que escucho: “¿M.ª Carmen, quién soy yo para ti?”, me hace estar agradecida por haberle conocido y me impulsa a querer saber más y más de él.

6. Cuando tomo conciencia de estar envuelta en el Amor de Dios: cada día en la oración personal, eucaristía, oración comunitaria RCCE, en la Parroquia, en mi familia, en el trabajo... Si tuviera que destacar uno, un momento, que ha marcado mi vida os contaría que yo decía al Señor: “Ya estoy en un grupo de oración, celebro la eucaristía… Ahora tú concédeme lo que te pido, tú eres, Señor, mi Gran Solucionador de Problemas, que se haga como yo te pido”. Yo oraba pero no se hacía lo que yo pedía. Entonces, una noche me propuse en oración: “Señor, contéstame, háblame, por qué no se me soluciona… por qué, por qué...” Leí la Palabra de Dios, pero no parecía que Él me respondiera. Me acosté y le dije al Señor: “si no me quieres hablar hoy, contéstame cuando quieras”. Al cabo de un rato me levanté a toda prisa, para darle gracias. Había comprendido que el Señor sí me había contestado en la Palabra de Jn 15, 1-17. Me entraban ganas de salir a la calle a decir a todo el mundo: “¡El Señor me ha contestado, todo tiene sentido!” Lo importante es que esté unida a Él, no que Él cumpla todo lo que le pido, que será siempre mucho menos de lo que Él quiere darme. Ahora puedo decir que, en medio de las dificultades –que las tengo– soy feliz, si no me separo de Él. En esto recibe gloria el Padre, en que demos fruto, unidos a ti, porque sin ti, Señor, no podemos hacer nada.


M.ª ASUNCIÓN PRIETO (Provincia Eclesiástica de Oviedo)

1. Hace veintisiete años me invitaron a un retiro. La acogida y el amor de los hermanos que no había encontrado nunca en la Iglesia me enganchó. Por motivos familiares y laborales estuve diecisiete años un poco apartada, pero gracias a Dios, hace unos años he podido incorporarme de nuevo.
Mi grupo se llama Magnificat. Como dije antes, estuve un largo tiempo apartada del grupo hasta que las circunstancias me permitieron estar más activa. He sido un miembro más de mi grupo hasta hace seis años que me eligieron servidora y este año me han elegido coordinadora de la nueva Provincia Eclesiástica de Oviedo.

2. Mucha gente en las Asambleas y poca gente en los grupos. Para mí, sería necesario volver a nuestros orígenes y no perder nuestra identidad.

3. Hay varios medios, pero uno en particular es la revista, que se puede hacer llegar a muchos hogares, a las comunidades religiosas, a los hospitales, etc. Nuestra página web también es buen instrumento.

4. San Pablo, por su testimonio de conversión.

5. Jeremías 31, 3.

6. Para mí cada adoración eucarística carismática.


SONIA DE LA PORTILLA (Cataluña)

1. Conocí a la Renovación Carismática cuando era adolescente. Vivía en Colombia y fui invitada por una compañera. Tuve ese “encuentro personal con Jesús”, por obra del Espíritu Santo. Años mas tarde, en la Universidad, me alejé. Podría decir que mi regreso a casa, ocurrió hace casi seis años, cuando vine a vivir a España. Uno de mis objetivos era darle a Dios, el lugar que le correspondía en mi vida, y fue Él quien salió a mi encuentro. Aun sin conocer a nadie, Él dispuso los medios para encontrar a un hermano de Renovación
Carismática que estaba en el equipo nacional. Viajé a verle a Asturias y allí recibí la Efusión del Espíritu. Este hermano me orientó para encontrar grupos en Cataluña, donde vivía, y así lo hice. Desde entonces, me he entregado de lleno a la Renovación, junto con mi familia.
Mi grupo se llama Sagrado Corazón de Jesús, de Reus.

2. Creo que la Renovación necesita adaptarse a las nuevas necesidades, salir al encuentro de los alejados, aquellos que siendo bautizados, se han perdido en el camino. Ir por los que no conocen el amor de Dios, los no bautizados, proclamarles la buena nueva, evangelizar con nuestro testimonio de vida y con la valentía de ser católico en estos momentos de aridez. Necesitamos ofrecer formación. Equilibrar carismas y doctrina de la Iglesia, formación bíblica, conocimiento profundo de la Palabra de Dios.

3. Potenciar y dar la importancia que merece el Seminario de Vida en el Espíritu y, si procede, ofrecerlo o presentarlo en las demás comunidades cristianas. Demostrar al mundo que al sentirnos cautivados con el gozo de llenarnos por el Espíritu Santo, Él suscita en nosotros el deseo y la decisión de vivir en santidad. Convencernos y convencer de que la vocación humana es la santidad y postrarnos en actitud de conversión permanente. Dar a conocer la importancia de la adoración y las gracias que se reciben de ella.

4. Madre Teresa de Calcuta, por su espíritu de caridad, misericordia y servicio.

5. Salmo 23, “El Señor es mi pastor, nada me falta…”

6. Está relacionado con mi servicio en el ministerio nacional de acompañamiento. Preparaba hace dos años una enseñanza para un encuentro y tuve complicaciones de salud, contrariedades, problemas, en fin... No avanzaba. Entré en combate. No me quedó más remedio que rendirme en oración, mostrando mi pobreza, y ponerme a los pies del Señor. Fue entonces cuando Él me hizo ver que el enemigo me estaba distrayendo, valiéndose de mis miserias, mis heridas no resueltas, mi fragilidad. El miedo a no responder a las exigencias que me imponía yo misma, el temor a no dar la talla, el hecho de no permitirme la debilidad y una voz interior que replicaba: “sé fuerte, no te derrumbes, no puedes fallar, la debilidad no está entre tus posibilidades”. Fui descubriendo, poco a poco, que desde niña me habían formado con estos estándares, con la mejor intención, claro está, pero esto me había hecho daño. Estas exigencias, habían logrado en mi inconciente, el efecto contrario. Tejieron un velo de miedo al fracaso y me defendía con una severa autoexigencia.
Descubrirlo fue doloroso. Me sorprendí vulnerable. Esto me paralizó hasta el momento en que decidí permitirme esa debilidad, no defenderme más, invitando a Dios a habitar en ella. Al rendirme, descubrí que Dios me quería tal cual era. Él solo esperaba que que fuese yo misma y le dejase a Él ser Dios Todopoderoso. Sentí fuertemente la presencia del Espíritu Santo, colocándome donde debía estar en ese momento: con los brazos extendidos para que yo recibiera, para ser saciada por su Misericordia y, solo así, pudiera ser mensajera de ella ante mis hermanos. Dios, en su inmensa sabiduría, me escogió por mi pobreza. Él deseaba que en el proceso fuese sanada. Las palabras del evangelio de Mateo cobraron vida: “venid a mí, los que estáis cansados y agobiados, que yo os aliviaré”. Me di cuenta de que estaba pasando por momentos de sufrimiento en mi vida y a la vez libraba un combate. Mis heridas me hacían ver no solo la imagen distorsionada de Dios, sino de los acontecimientos de mi vida. La enfermedad la estaba viviendo como un “fracaso”. De todo esto me quería sanar el Señor y lo consiguió. ¡GLORIA A DIOS! A través de la humildad, y el dolor, me encontré con su Misericordia.
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