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El ruido, un problema ambiental de primer orden
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l ruido es uno de los elementos que definen nuestro entorno cotidiano. En el ámbito urbano, es la molestia más común que tienen que soportar sus habitantes; el ámbito rural tampoco escapa a este problema, que se manifiesta tanto en la convivencia y actividad doméstica como en la mecanización de las actividades agrarias e incluso en las celebraciones festivas. Por tanto, se puede afirmar que el ruido es el contaminante ambiental que se presenta de una manera más persistente en el ambiente humano.
El problema no es nuevo, ya que desde los tiempos más remotos el ruido forma parte de dicho ambiente. En la antigua Roma ya había quejas al respecto y se dictaron normas específicas. Posteriormente, a medida que las sociedades iban evolucionando, las causas del ruido aumentaban, sobre todo a partir de la revolución industrial.
En cualquier caso, ninguna época anterior puede ser comparable con las fuentes de ruido que genera la sociedad actual, sobre todo en los países desarrollados. Los nuevos modelos de organización social y económica, el desarrollo tecnológico y el crecimiento de la población son factores claves en el aumento de la contaminación acústica. Se podría concretar en una frase: cada vez se realizan más actividades en un espacio vital menor.
Causas y efectos del ruido Es difícil definir qué se entiende por ruido como contaminante físico. Generalmente se denomina así al sonido no deseado. Ese concepto va unido a una percepción subjetiva, de tal manera que el sonido agradable para unos puede ser para otros causa de enfermedad física o psíquica. Por otro lado, algunos sonidos que en determinados periodos pueden ser aceptables, se convierten en molestos a ciertas horas.
Las características culturales, relacionales y afectivas, condicionan o forman parte de la percepción del ruido. Por tanto, habrá que tenerlas en cuenta a la hora de valorar el ruido como contaminante físico objetivo, que vendrá marcado por su intensidad y su duración.
En las últimas décadas, se han realizado múltiples estudios que demuestran la influencia negativa del ruido sobre la salud humana. A diferencia de otros agentes contaminantes, sus efectos son inmediatos y su acumulación provoca un deterioro físico, psíquico y social evidente.
El efecto más estudiado de sobreexposición al ruido es la pérdida de audición. El problema radica en que las personas expuestas rara vez son conscientes de la relación causa-efecto, al producirse de forma lenta, aunque progresiva y no llegar a causar sordera total.
Los ruidos domésticos, aunque pocas veces causan problemas de audición, son molestos y alteran las actividades normales como el reposo y el sueño, la capacidad de concentración y de comunicación.
Los ruidos repentinos provocan interrupción de la actividad, constricción de los vasos sanguíneos, aumento del ritmo cardiaco y espasmos digestivos.
El ruido urbano, provocado sobre todo por el tráfico rodado, contribuye a un ambiente general de estrés y tensión, lo que puede favorecer reacciones psicosomáticas diversas (úlceras, alergias...) y problemas mentales. Las cercanías a las vías de ferrocarril, aeropuertos, industrias, etc., generan irritabilidad, alteraciones del sueño y son factor de riesgo para patologías cardiacas, digestivas y otras.
Así podríamos clasificar los efectos del ruido en tres niveles:
1º Auditivos * Efecto máscara. Producido cuando un sonido impide o dificulta la percepción total o parcial de otros sonidos.
* Fatiga auditiva. Es un déficit temporal de la sensibilidad auditiva que persiste cierto tiempo después de la supresión del ruido.
* Acúfenos. Se describen como ruidos que aparecen en el interior del oído por alteración del nervio auditivo, causando en la persona que los sufre ansiedad y cambios de carácter.
* Pérdida progresiva e inconsciente de la audición ó desplazamiento del umbral de audición. Como consecuencia del ruido, se destruyen células auditivas irrecuperables, reduciéndose la calidad de la audición.
2ª No auditivos Además de las afecciones producidas en el oído, el ruido actúa negativamente sobre otras partes del organismo. En su presencia, nuestro cuerpo, adopta una postura defensiva y hace uso de sus mecanismos de protección.
Las reacciones fisiológicas al ruido, no se consideran patológicas si ocurren en ocasiones aisladas, pero en exposiciones prolongadas pueden llegar a constituir un grave riesgo para la salud.
Entre los efectos negativos podemos destacar:
* Efectos sobre el sueño. El ruido puede provocar dificultades para conciliar el sueño, así como despertares bruscos. También influye en la calidad del sueño, impidiendo un sueño reparador. Personas expuestas a ruidos nocturnos por encima de 45 dBA, son proclives a este riesgo.
* Efectos sobre la conducta. Se pueden citar como alteraciones psicológicas producidas por el ruido las siguientes: irritabilidad, astenia, susceptibilidad exagerada, agresividad, alteraciones del carácter, alteraciones de la personalidad y trastornos mentales. Estas manifestaciones psíquicas serían el producto final de una cadena que comenzaría con los signos de inquietud, inseguridad, disminución de la concentración, etc. Existen estudios en los que se ponen de manifiesto que los habitantes de zonas ruidosas, tienen un índice mayor de ingresos hospitalarios por problemas mentales que los de zonas más silenciosas.
* Estrés. Parece probado que el ruido es un elemento estresante por si mismo, por la respuesta neurofisiológica y hormonal que provoca. Para producir este efecto, influyen tanto los ruidos de alta intensidad como los de intensidad débil pero repetida.
* Efectos sobre el embarazo. Estudios recientes en embarazadas que viven en zonas ruidosas, demuestran que existe una influencia negativa sobre la salud del feto, con disminución de peso, aumento de mortalidad y mayor irritabilidad en el recien nacido.
* Efectos sobre la infancia. El ruido es un factor de riesgo para la salud infantil y repercute negativamente en su aprendizaje y en la adquisición de las capacidades de comunicación y socialización.
3º Efectos económicos La sobrecarga acústica a nivel urbano influye sobre el precio de los solares, viviendas, alquileres, etc., que irá decreciendo en función del aumento de ésta.
En cuanto al coste del ruido para la sociedad o el Estado, habrá que diferenciar entre:
* Costes directos, como pérdidas de productividad, inversiones para medidas de insonorización...
* Costes indirectos, como consecuencia de los efectos negativos sobre la salud.
Fuentes emisoras y medidas de control Las actuales medidas de control en relación a las fuentes emisoras de ruidos son:
1º Transporte * Tráfico rodado. Distinguiremos entre medidas activas (neumáticos y pavimentos más silenciosos) y pasivas (encapsulado de motores, silenciadores, apantallamientos de vías de tráfico...).
* Tráfico aéreo. Limitación y planificación del mismo, aislamiento acústico de edificios...
* Tráfico ferroviario. Protecciones sonoras en los márgenes de las vias.
2º Industria * Maquinarias más silenciosas.
* Aislamiento acústico.
* Protección de los trabajadores (dosímetro y cascos protectores).
3º Construcción de edificios y obras públicas * Normativa legal sobre horarios.
* Maquinaria más silenciosa.
4º Otras fuentes Nos referimos a ruidos en interior y exterior de edificios, locales públicos, actividades domésticas....Para el control de estas fuentes se utilizan medidas sobre paredes, techos, suelos, ventanas y puertas, que reduzcan el impacto sonoro y su transmisión.
Es evidente que para la eficacia y el adecuado cumplimiento de estas medidas es necesario una legislación específica que exija y sancione la adopción ó no de las mismas y una mentalización ciudadana que las favorezca y demande en su caso.
Mucho ruido y pocas medidas Hay una primera dificultad en el establecimiento de unos criterios objetivos que marquen los límites del ruido como molestia, tal como se ha expresado anteriormente.
Pero la principal dificultad, a la hora de establecer medidas, radica en la falta de sensibilización, tanto a nivel de estructuras de poder como de la población en general.
Desde un punto de vista técnico y económico, la contaminación acústica es más fácilmente controlable que la contaminación del agua o del aire. Sin embargo, los reglamentos destinados a reducir el nivel de ruidos se van poniendo en marcha muy lentamente. Una vez elaborados, su aplicación suele ser insuficiente al no establecerse los recursos adecuados para su control.
En este contexto, la formación y la sensibilización ciudadana respecto al problema, aparecen como fundamentales en el funcionamiento de medidas de prevención y control del ruido.
A nivel europeo este proceso se está llevando a cabo de forma desigual. España se encuentra dentro de los países más atrasados en la elaboración de normativas, como a la hora de aplicarlas por no hablar de la falta de información y sensibilización ciudadana.
Actualmente la lucha contra el ruido se articula en tres grandes ejes:
* Reducción de las fuentes de ruido por medio de:
- Valoración del problema al establecer los planes de ocupación de suelos y la construcción de equipamientos.
- Elección de materiales poco ruidosos.
* Creación de reglamentos municipales para control y prevención del ruido, con capacidad ejecutiva y sancionadora.
* Información al público: campañas de sensibilización y valoración del problema.
Educar contra el ruido Las actuales medidas de control en relación a las fuentes emisoras de ruidos son:
Es en el terreno de la formación y la información donde la escuela juega un papel fundamental.
En la LOGSE la educación ambiental se incorpora como contenido de carácter transversal y se le reconoce su valor. Pero su aplicación al aula se establece de forma desigual. Mientras unos temas se desarrollan adecuadamente, otros permanecen relegados. El ruido, su influencia sobre los seres humanos y el medio ambiente, es uno de ellos.
Difícilmente encontraremos un problema más próximo a nuestras vivencias cotidianas que tantos efectos nocivos tenga sobre nuestra salud a corto plazo.
Difícilmente encontraremos un tema que favorezca más ese carácter de transversalidad. La problemática del ruido es tan amplia que permite un abordaje multidisciplinar desde las distintas áreas del aprendizaje: ciencias de la naturaleza, ciencias sociales, ecología, educación plástica y visual, tecnología...
La Educación Secundaria parece el espacio más adecuado para desarrollar estos aprendizajes por varias razones:
* Permite trabajar con el alumnado sobre un modelo de educación ambiental eficaz, basado en la resolución de problemas en su entorno más próximo.
* Permite desarrollar procedimientos de investigación y destrezas útiles, adecuados a esta etapa.
* Favorece la adquisición de actitudes y valores que, una vez interiorizados, permitirá a los jóvenes ser generadores de ambientes menos ruidosos y más saludables.
Un proyecto educativo Las actuales medidas de control en relación a las fuentes emisoras de ruidos son:
Con estos objetivos, dos alumnos del IES Albert Einstein, pertenecientes al ciclo formativo de Salud Ambiental, junto a una profesora como tutora iniciamos el proyecto. Desde el primer momento se ha contado con la colaboración y el apoyo de la Dirección General de Educación Ambiental de la Consejería de Medio Ambiente, que nos sugirió el tema y nos aportó documentación.
El proyecto consta de un material didáctico, organizado en dos niveles:
* Cuaderno de apoyo para el profesorado, donde se recogen temas relacionados con física del sonido, fisiología de la audición, fuentes y efectos del ruido, contaminación acústica y normativa legal.
* Cuaderno de actividades para alumnos y alumnas, donde se agrupan en tres unidades didácticas, experiencias de aprendizaje que recorren el currículum de la ESO.
En la primera unidad didáctica, se proponen actividades relacionadas con las áreas de Matemáticas, Ciencias de la Naturaleza, Física ó Ecología.
Entre otras, se incluyen realización de mapas de ruidos ( en el centro escolar, barrio, etc.), escalas sonoras y paisajes sonoros.
En la segunda unidad didáctica, se estructuran actividades relacionadas con la investigación social sobre el ruido. Se pueden abordar en las áreas de Ciencias Sociales, Estadística, Educación Plástica y Visual...
Se plantea la realización de encuestas y cuestionarios, juego de roles, realización de material gráfico y audiovisual, entre otras actividades.
En la tercera unidad didáctica, se recogen actividades relacionadas con control y prevención del ruido ( elaboración de maquetas, planos, etc.) útiles para las áreas de Tecnología, Educación Plástica y Visual, Matemáticas, Ecología...
Algunas de estas actividades se han puesto en práctica con alumnos y alumnas de secundaria del Instituto. Tras su realización hemos podido comprobar, sorprendentemente, que el nivel de interés y motivación del alumnado ha sido muy alto. Estos resultados nos han reafirmado en la validez del trabajo emprendido y nos ha dado fuerzas para profundizarlo y ampliarlo.
Actualmente el Instituto está estableciendo los medios para que sea posible su continuidad con nuevos alumnos y alumnas. La Dirección General de Educación Ambiental de la Consejería de M.A., quiere editarlo en breve para su difusión a otros institutos, a quienes animamos desde aquí a iniciar el camino.
Sensibilizarnos todos sobre el problema del ruido, nos capacitará para adoptar y , en su caso exigir, las medidas necesarias para su control, favoreciendo en el futuro actitudes más respetuosas con el entorno en que vivimos.
María Dolores Zúñiga Giménez (Profesora de Educación Secundaria)
José Antonio Blanco Arjona Joaquín García Sousa (Técnicos Especialistas en Salud Ambiental) IES Albert Einstein (Sevilla)
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