Judaísmo conservador





El Judaísmo Masortí (Conservador) surge en Alemania a mediados del siglo XIX como una reacción al judaísmo reformista, posicionándose como una síntesis entre este último y el judaísmo ortodoxo.
Junto a estos dos, el judaísmo conservador es una de las tres grandes
corrientes religiosas del judaísmo. El judaísmo conservador se
institucionalizó en los EE. UU. alrededor del 1900.


El conservadurismo postula la devoción a la tradición y ley judía (masoret y halajá), con un acercamiento abierto y positivo al mundo moderno, la democracia y el sionismo.


Los principios del Judaísmo Conservador incluyen:1


  • La "dedicación a la Halajá... [como una] guía para nuestras vidas".
  • Una enseñanza no fundamentalista de los principios de la fe judaica.
  • Una actitud positiva hacia la cultura moderna.
  • Una aceptación tanto de los métodos tradicionales-rabínicos como de los académicos y críticos en lo que al estudio de los textos religiosos del judaísmo se refiere.
El Judaísmo Conservador tiene sus orígenes en la escuela conocida como el positivismo histórico judaico, desarrollada en 1850 como una reacción a las posiciones más liberales adoptadas por el Judaísmo Reformista. El término conservador denotaba la intención de la corriente conservadora de conservar
la tradición, en lugar de reformarla o abandonarla. El uso de dicho
término está totalmente desprovisto de sus connotaciones políticas.


Para evitar las confusiones a las que el término invita, algunos de sus rabinos en los EEUU y Canadá2 proponen utilizar el término Masortí, denominación que ha sido adoptada por las divisiones israelí y mundial del movimiento. La palabra masortí en hebreo significa tradicional.



Principios

Durante buena parte de su historia, el Judaísmo Conservador evitó la
publicación sistemática de explicaciones sobre los principios del
Judaísmo, como parte de sus esfuerzos conscientes por mantener una
amplia coalición.


En 1988 el liderazgo del Judaísmo Conservador en los EEUU publicó una declaración de principios, llamada Emet Ve-Emunah: Statement of Principles of Conservative Judaism
(Emet Ve-Ehunah (Verdad y Fe): Declaración de Principios del Judaísmo
Conservador). Este documento fue producto de un largo proceso de trabajo
que involucró a distintos sectores del movimiento, en un intento de
producir un documento que reflejase no la opinión de una sola persona,
sino el consenso de la comunidad toda.


Emet Ve-Emunah afirma la creencia en Dios y en la inspiración divina de la Torá, afirmando a la vez la legitimidad de la multiplicidad de interpretaciones sobre estos temas. Las ideas del ateísmo, politeísmo y la trinidad son rechazadas de pleno, junto con el relativismo, la interpretación literal de las escrituras y el fundamentalismo.


Dios

El Judaísmo Conservador afirma la idea del monoteísmo, aunque sus
miembros sostienen distintas creencias sobre la naturaleza de Dios, sin
que se imponga una en particular. Entre las perspectivas que se
sostienen se incluyen:


Las ideas del naturalismo religioso, plasmadas en corriente del Judaísmo Reconstruccionista enunciada por Mordejai Kaplan
tuvieron mucha influencia en el movimiento conservador, hasta que el
reconstruccionismo se instituyó en un movimiento independiente. En una
edición especial de la publicación Conservative Judaism (Winter 1999), de la Asamblea Rabínica, el editor declaró que el naturalismo de Kaplan pareciera haber desaparecido del horizonte conservador.


Revelación

El Judaísmo Conservador permite a sus adherentes adoptar distintas visiones sobre el concepto de revelación. La mayoría de los miembros del movimiento rechaza la idea tradicional de que Dios dictó el contenido literal de la Tora a Moisés en el Monte Sinai en un acto de revelación verbal, pero sostienen la creencia tradicional de que Dios inspiró a los profetas tardíos para escribir el resto del Tanaj.
La creencia de que Dios inspiró a Moisés - al igual que a los profetas
tardíos - también goza de amplia aceptación entre los miembros del
movimiento.


El Judaísmo Conservador acepta los postulados de la crítica bíblica, incluyendo la hipótesis documentaria
- es decir, la teoría de que la Torá fue redactada a partir de
distintas fuentes previas. Las autoridades rabínicas del movimiento, así
como su comentario oficial sobre la Torá ((Etz Hayim: A Torah Commentary) afirma que los judíos deben hacer uso del análisis literario e histórico modernos para entender como la Biblia se desarrolló.


Ley judía

El Judaísmo Conservador ve a la ley judía (la Halajá) como un marco normativo con el que se establece un vínculo de obligatoriedad. Examinando la historia judía y la literatura rabínica
a través de los prismas de la crítica académica, el conservadurismo
sostiene que la halajá evolucionó constantemente para adaptarse a las
realidades de la vida judía, evolución que debe continuar en la vida
moderna.


Esta visión, junto a la diversidad de opiniones que el Judaísmo
Conservador adopta en relación a la revelación divina, es responsable de
parte de la diversidad y desacuerdo en la halajá conservadora. Al
considerar cambios a la misma, las autoridades rabínicas del movimiento
se basan en consideraciones religiosas así como del análisis histórico.
Tal como lo dijera Salomón Schechter:
"la magnitud del valor literario de un código no le adjudica
inefabilidad, ni lo exime del estudiante o el rabino que hacen uso del
mismo desde su obligación de examinar cada párrafo por sus propios
méritos, haciéndolo sujeto de las mismas reglas de interpretación que
fueron aplicadas siempre a la Tradición".3


La dinámica del movimiento en cuanto a la Halajá genera en algunos
casos interpretaciones diametralmente opuestas, siendo todas las
opciones válidas para el movimiento. Un claro y reciente ejemplo de los
resultados de esta dinámica son evidentes en las recientes resoluciones
del movimiento en relación a la homosexualidad (ver por ejemplo [1]).


Visiones sobre las otras corrientes del judaísmo

El Judaísmo Conservador contrasta con las otras corrientes principalmente en dos áreas:


Revelación de la Torá

En relación a la idea de la revelación de la Torá, el Judaísmo
Conservador asume que la ortodoxia sostiene la idea de revelación verbal
directa, aún cuando numerosos filósofos ortodoxos no están de acuerdo con esta caracterización (ver Breuer, Berkovits, Soloveitchik, Kook
o Fox). Por otro lado, el Judaísmo Conservador rechaza la postura
reformista según la cual la Torá no fue revelada sino divinamente
inspirada. La posición conservadora mayoritaria difiere de las
anteriores en afirmar la autenticidad de la revelación divina no verbal.
Según esta visión, la Torá Oral está inspirada en la Torá Escrita, pero no tiene un origen necesariamente divino.


Interpretación de la Halajá

La tradición legal judía hace que las diferencias entre las
corrientes modernas del judaísmo incluyan la relevancia, interpretación y
aplicación de la ley y tradición judías. El Judaísmo Conservador
sostiene que su abordaje sobre la halajá es la más auténtica expresión
del Judaísmo, como fuera practicado tradicionalmente. El conservadurismo
considera que los movimientos a su izquierda, como el reformismo o el
reconstruccionismo, se equivocaron al rechazar la autoridad tradicional
de la halajá. También considera que la ortodoxia, representante de la
derecha teológica, se equivocó al demorar, o detener, el desarrollo
histórico de la Ley Judía: “El Judaísmo Conservador cree que el estudio
académico de los textos judíos indica que el Judaísmo se encontró en
evolución permanente, a fin de resolver las necesidades del Pueblo Judío
en las más variadas circunstancias, y que una autoridad halájica
central puede continuar la evolución halájica en la actualidad” (Soc.
Culture. Jewish Usenet Newsgroup FAQ).


El movimiento conservador utiliza conscientemente las fuentes
históricas a fin de determinar qué tipo de cambios fueron introducidos
en la tradición judía, cuándo y cómo ocurrieron, y en qué contexto
histórico.


La mujer en el judaísmo conservador

Aunque no todas las comunidades se manejan de la misma manera y
tienen autonomía en sus políticas, en líneas generales en el judaísmo
conservador la mujer, a diferencia del ortodoxo, puede subir al púlpito donde se encuentran los rollos de la Torá). Su presencia cuenta a la hora de formar el minián,
que es la cantidad mínima de diez personas indispensables para comenzar
un servicio religioso. La mujer no se sienta separada del varón en las
sinagogas. Además está facultada para enseñar la Torá y el Talmud, puede usar el talit igual que un varón y por ende cumplir con el precepto de los Tefilín o filacterias y lo más importante de todo es que puede ser consagrada como rabina.4


Referencias

  1. Emet Ve-Emunah, Statement of Principles of Conservative Judaism, 2nd Printing, 1990
  2. "In what Direction is the Conservative Movement Headed", Jewish News Weekly of Northern California, January 20, 2006
  3. Solomon Schechter, Studies in Judaism, First Series, 1896, Jewish Publication Society of America.
  4. Revista AMIJAI, Año 21, nº 24, setiembre 2013, Tishrei 5774, página 98/100

Enlaces externos

http://www.masortiamlat.org