ALDAMA Y MENDÍVIL, ANTONIO, Conde de Aldama y Marqués de Ajaya |
Amurrio,
(Álava) 1867- Loyola, 1930. Heredero de José de Aldama y Camba, tío
suyo soltero. Estudió Bachillerato en el Colegio de la Compañía de Jesús
de Ortuña. Tras ello, comenzó don Antonio la carrera eclesiástica. En
la Universidad de Salamanca obtuvo las licenciaturas en Teología y en
Cánones. Recibió las cuatro órdenes menores, previas al presbiterado
(exorcista, acólito, lector y ostiario),
pero le fue recomendado que abandonase la carrera eclesiástica. Lo
hizo. Arribó a Sanlúcar de Barrameda en 1899. Se desposó con la
trebujenera Dolores Pruaño Velarde (1871-1948). El matrimonio tuvo siete
hijos, de los que dos fallecieron prematuramente. Los cinco restantes
abrazaron la vida religiosa; tres, como sacerdotes jesuitas; y las otras
dos, como religiosas Esclavas del Sagrado Corazón. Además de dedicarse a
los negocios financieros, de construcción naval y mineros, fue artífice
del gran impulso que experimentó la empresa vinícola de los Aldama.
Amplió sus instalaciones, agregándoles, por compra, las bodegas de la
viuda de Vila, Ana Linares Paz. Bodegas de la ciudad, así como de Jerez
de la Frontera y de El Puerto de Santa María le compraban vinos, como
las bodegas de González Byass, de Joaquín Rivero, de Moreno de Mora, de
Salvador Vergara, de Makenzie y Cía, así como las sanluqueñas de Segundo
Ridruejo, de Joaquín Leonar, de Pedro Rodríguez e Hijos, y de Hijos de
Vicente Romero... A principios del siglo XX comercializaba, a más de sus
manzanillas: fina, superior, pasada, madura y extra; las marcas:
“Dorotea”, “Miura”, “Moscatel Añejo” y “IX Perlas”, “Pedro Ximénez”,
“Amontillado Ayala”, “Amontillado León” y “Vinos especiales para
consagrar” (estos últimos se comercializaban en Europa y en América).
Llegó a ser el 6º mayor contribuyente de la ciudad con la cuota de 328
pesetas con 99 céntimos. Su actividad comercial no quedó reducida a la
ciudad, sino que prácticamente se extendió por toda España. Se introdujo
también en la vida política de la época. Fue Jefe del Partido Católico
Andaluz, diputado a Cortes por Azpeitia y fundador de un diario
católico, “El Observador” gaditano, que llegó a ser el más importante de
los diarios provinciales que se editaban en la época. Persona muy
querida en la sociedad de su época por su gran espíritu benefactor. Ya
cargado de años, el matrimonio optó por entrar en la vida religiosa. Don
Antonio fue ordenado sacerdote en diciembre de 1929 por el arzobispo de
Granada, Vicente Casanova, habiendo ingresado en la Compañía de Jesús
como sus hijos. Aún tuvo tiempo, con las debidas licencias papales, para
bendecir e imponer a su esposa el hábito de Religiosa Salesa, en cuyo
monasterio sevillano de la Visitación había ingresado. Doña Dolores tomó
en religión el nombre de sor María Francisca de Borja. Apartados todos
del mundo, vendieron palacios, posesiones, bodegas y soleras. |
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PERSONAJES |
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