Patriarcas y Profetas
Patriarcas y Profetas
Capítulo 67
La Magia Antigua y Moderna
EL RELATO que hace la Escritura de la visita de Saúl a la mujer de Endor, ha ocasionado perplejidad a muchos estudiantes de la Biblia. Algunos sostienen que Samuel estuvo realmente presente en la entrevista con Saúl, pero la Biblia misma suministra bases suficientes para llegar a una conclusión contraria. Si, como algunos alegan, Samuel hubiera estado en el cielo, habría sido necesario hacerle bajar de allí, ya sea por el poder de Dios o por el poder de Satanás. Nadie puede creer que Satanás tenía poder para hacer bajar del cielo al santo profeta de Dios para honrar las hechicerías de una mujer impía. Tampoco podemos concluir que Dios le mandó a la cueva de la bruja; pues el Señor ya se había negado a comunicarse con Saúl por medio de sueños, del Urim [luz del pectoral], o, por medio de los profetas. (1 Sam. 28: 6.) Estos eran los medios designados por Dios para comunicarse con su pueblo, y no los iba a pasar por alto para dar un mensaje por medio de un agente de Satanás.
El mensaje mismo da suficiente evidencia de su origen. Su objeto no era inducir a Saúl al arrepentimiento, sino más bien incitarle a destruirse; y tal no es la obra de Dios, sino la de Satanás. Además, el acto de Saúl al consultar a una hechicera se cita en la Escritura como una de las razones por las cuales fue rechazado por Dios y entregado a la destrucción: "Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no guardó; y porque consultó al pythón, preguntándole, y no consultó a Jehová: por esta causa lo mató, y traspasó el reino a David, hijo de Isaí." (1 Crón 10: 13, 14.) Este pasaje dice claramente que Saúl interrogó al "pythón" o espíritu malo, y no al Espíritu del Señor. No se comunicó con Samuel, el profeta de Dios; sino que por medio de la hechicera se comunicó con Satanás. Este no podía presentar al verdadero Samuel, pero sí presentó uno falso, que le sirvió para llevar a cabo sus propósitos de engaño.
Casi todas las formas de la hechicería y brujería antiguas se fundaban en la creencia de que es posible comunicarse con los muertos. Los que practicaban las artes de la necromancia aseveraban tener relaciones con los espíritus de los difuntos, y obtener de ellos un conocimiento de los acontecimientos futuros. A esta costumbre de consultar a los muertos se alude en la profecía de Isaías: "Y si os dijeron: Preguntad a los pythones y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Apelará por los vivos a los muertos?" (Isa. 8: 19.)
Esta misma creencia en la posibilidad de comunicarse con los muertos era la piedra angular de la idolatría pagana. Se creía que los dioses de los paganos eran los espíritus deificados de héroes desaparecidos. La religión de los paganos era así un culto a los muertos. Las Escrituras lo evidencian. Al relatar el pecado de Israel en Beth-peor nos dice: "Y reposó Israel en Sittim, y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab: las cuales llamaron al pueblo a los sacrificios de sus dioses: y el pueblo comió, e inclinóse a sus dioses. Y llegóse el pueblo a Baal-peor." (Núm. 25: 1-3.) El salmista nos dice a qué clase de dioses eran ofrecidos esos sacrificios. Hablando de la misma apostasía de los israelitas, dice: "Allegáronse asimismo a Baal-peor, y comieron los sacrificios de los muertos" (Sal. 106: 28), es decir, sacrificios que habían sido ofrecidos a los difuntos.
La deificación de los muertos ocupaba un lugar preeminente en casi todo sistema pagano, como también lo ocupaba la supuesta comunión con los muertos. Se creía que los dioses comunicaban su voluntad a los hombres, y que, cuando los consultaban, les daban consejos. De esta índole eran los famosos oráculos de Grecia y de Roma.
La creencia en la comunión con los muertos prevalece aún hoy día hasta entre los pueblos que profesan ser cristianos. Bajo el nombre de espiritismo, la práctica de comunicarse con seres que dicen ser los espíritus de los desaparecidos se ha generalizado mucho. Tiende a conquistar la simpatía de quienes perdieron seres queridos. A veces se presentan a ciertas personas seres espirituales en la forma de sus amigos difuntos, y les describen incidentes relacionados con la vida de ellos, o realizan actos que ejecutaban mientras vivían. En esta forma inducen a los hombres a creer que sus amigos difuntos son ángeles, que se ciernen sobre ellos y se comunican con ellos. Los seres que son así considerados como espíritus de los desaparecidos, son mirados con cierta idolatría, y para muchos la palabra de ellos tiene más peso que la palabra de Dios.
Pero muchos consideran al espiritismo como un simple engaño. Atribuyen a fraudes de los médiums las manifestaciones mediante las cuales pretenden demostrar que poseen un carácter sobrenatural. Sin embargo, si bien es cierto que con frecuencia se han presentado los resultados de alguna superchería como manifestaciones genuinas, ha habido también evidencias notables de un poder sobrenatural. Y muchos de los que rechazan el espiritismo como resultado de la pericia o la astucia humana, al comprobar manifestaciones que no pueden explicar en este sentido, se verán inducidos a reconocer sus asertos como veraces.
El espiritismo moderno y las formas de la brujería antigua y del culto idólatra, por tener todos la comunión con los muertos como principio vital, se basan en aquella primera mentira mediante la cual Satanás engañó a Adán y a Eva: "No moriréis; mas sabe Dios que el día que comiereis de él,... seréis como dioses." (Gén 3: 4, 5.) Como se basan igualmente en la mentira y la perpetúan, provienen por igual del padre de las mentiras.
A los hebreos se les prohibía expresamente que participaran en cualquier forma de supuesta comunión con los muertos. Dios cerró esta puerta eficazmente cuando dijo: "Los muertos nada saben, . . . ni tiene ya más parte en el siglo, en todo lo que se hace debajo del sol." (Ecl. 9: 5, 6.) "Saldrá su espíritu, tornaráse el hombre en su tierra: en aquel día perecerán sus pensamientos." (Sal. 146: 4) Y el Señor le declaró a Israel: "La persona que atendiera a encantadores o adivinos, para prostituirse tras de ellos, yo pondré mi rostro contra la tal persona, y cortaréla de entre su pueblo." (Lev. 20: 6.)
Los espíritus adivinadores no eran los espíritus de los muertos, sino ángeles malos, mensajeros de Satanás. La idolatría antigua, que, según hemos visto, abarca tanto el culto de los muertos como la pretendida comunicación con ellos, era, declara la Biblia, una manifestación del culto de los demonios. El apóstol Pablo, al amonestar a sus hermanos contra cualquier participación en la idolatría de sus vecinos paganos, dice: "Lo que los Gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios: y no querría que vosotros fueseis partícipes con los demonios." (1 Cor. 10: 20.) Hablando de Israel el salmista dice: "Sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios;" y en el próximo versículo explica que los "sacrificaron a los ídolos de Canaán." (Sal. 106: 37, 38.) En su supuesta adoración de los muertos, adoraban, en realidad, a los demonios.
Ese espiritismo moderno, basado en el mismo fundamento, no es sino un renacimiento, en nueva forma, de la hechicería y del culto demoniaco que Dios había condenado y prohibido en la antigüedad. Estaba predicho en las Escrituras, las cuales declaraban: "En los venideros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus de error y a doctrinas de demonios." (1 Tim 4: 1.) El apóstol Pablo, en su segunda epístola a los tesalonicenses, señala la obra especial de Satanás en el espiritismo como cosa que había de suceder inmediatamente antes de la segunda venida de Cristo. Hablando del segundo advenimiento de Cristo, declara que habría antes "operación de Satanás, con grande potencia, y señales, y milagros mentirosos." (2 Tes. 2: 9.) Y Pedro, refiriéndose a los peligros a los cuales la iglesia se vería expuesta en los últimos días, dice que como hubo falsos profetas que indujeron a Israel a pecar, habrá falsos maestros, "que introducirán encubiertamente herejías de perdición, y negarán al Señor que los rescató, y muchos seguirán sus disoluciones." (2 Ped. 2: 1, 2.)
Así anunció el apóstol una de las características más señaladas de los maestros espiritistas. Se niegan a reconocer a Cristo como el Hijo de Dios. Tocante a esta clase de maestros, el amado apóstol Juan declara: "¿Quién es mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este tal es anticristo, que niega al Padre y al Hijo. Cualquiera que niega al Hijo, este tal tampoco tiene al Padre." (1 Juan 2: 22, 23.) El espiritismo, al negar a Cristo, niega tanto al Padre como al Hijo, y la Biblia declara que es manifestación del anticristo.
Al predecir la perdición de Saúl por medio de la pitonisa de Endor, Satanás quería entrampar al pueblo de Israel. Esperaba que dicho pueblo llegaría a tener confianza en la pitonisa, y se vería inducido a consultarla. Así se apartaría de Dios como su consejero, y se colocaría bajo la dirección de Satanás. La seducción por medio de la cual el espiritismo atrae a las multitudes es su supuesto poder de descorrer el velo del futuro y revelar a los hombres lo que Dios ocultó. Dios nos reveló en su Palabra los grandes acontecimientos del porvenir, todo lo que es esencial que sepamos, y nos ha dado una guía segura para nuestros pies en medio de los peligros; pero Satanás quiere destruir la confianza y la fe de los hombres en Dios, dejarlos descontentos de su condición en la vida, e inducirles a procurar el conocimiento de lo que Dios sabiamente les vedó y a menospreciar lo que les reveló en su santa Palabra.
Muchos se agitan cuando no pueden saber qué resultará en definitiva de los asuntos. No pueden soportar la incertidumbre, y en su impaciencia rehusan esperar para ver la salvación de Dios. Los males que presienten casi los enloquecen. Ceden a sus sentimientos de rebelión, y corren de aquí para allá en dolor apasionado, procurando entender lo que no se ha revelado. Si tan sólo confiaran en Dios y velaran en oración, hallarían consuelo divino. Su espíritu sería calmado por la comunión con Dios. Los cansados y trabajados hallarían descanso para sus almas, con sólo ir a Jesús; pero cuando descuidan los medios que Dios dispuso para su consuelo, y recurren a otras fuentes, con la esperanza de averiguar lo que Dios vedó, cometen el error de Saúl, y con ello sólo adquieren un conocimiento del mal.
A Dios no le agrada esta conducta, y lo ha declarado en los términos más explícitos. Esta premura impaciente por rasgar el velo del futuro revela una falta de fe en Dios, y deja el alma expuesta a las sugestiones del maestro de los engañadores. Satanás induce a los hombres a que consulten a los que poseen espíritus adivinadores; y mediante la revelación de cosas pasadas ocultas, les inspira confianza en su poder de predecir lo porvenir. En virtud de la experiencia que obtuvo a través de largos siglos, puede razonar de la causa al efecto, y a menudo predecir con cierta exactitud algunos de los acontecimientos futuros de la vida del hombre. Así puede engañar a ciertas pobres almas mal encaminadas, ponerlas bajo su poder y llevarlas cautivas a voluntad.
Dios nos ha advertido por su profeta: "Si os dijeron: Preguntad a los pythones y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Apelará por los vivos a los muertos? ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido." (Isa. 8: 19, 20.)
¿Irán los que tienen un Dios santo, infinito en sabiduría y poder, a buscar ayuda en los adivinos cuya sabiduría procede de la intimidad con el enemigo de nuestro Señor? Dios mismo es la luz de su pueblo; le ordena que fije por la fe los ojos en las glorias que están veladas para el ojo humano. El Sol de justicia derrama sus brillantes rayos en los corazones de sus hijos; ellos tienen la luz que emana del trono celestial, y no tienen ningún deseo de apartarse de la fuente de la luz para acercarse a los mensajeros de Satanás.
El mensaje del demonio para Saúl, a pesar de que denunciaba el pecado y predecía su retribución, no tenía por objeto reformarlo, sino incitarle a la desesperación y a la ruina. Sin embargo, con más frecuencia conviene mejor a los propósitos del tentador seducir al hombre y llevarlo a la destrucción por medio de la alabanza y la lisonja. En tiempos antiguos, la enseñanza de los dioses falsos o demonios fomentaba el libertinaje más vil. Los preceptos divinos que condenan el pecado e imponen la justicia y la rectitud, eran puestos de lado; la verdad era considerada livianamente, y no sólo era permitida la impureza, sino también ordenada. El espiritismo declara que no hay muerte, ni pecado, ni juicio ni castigo; que los hombres son "semidioses no caídos;" que el deseo es la ley más elevada; que el hombre responde sólo ante sí mismo por sus actos. Las barreras que Dios erigió para salvaguardar la verdad, la pureza y la reverencia, son quebrantadas, y así muchos se envalentonan en el pecado. ¿No sugiere todo esto que una enseñanza tal tiene el mismo origen que el culto de los demonios?
En las abominaciones de los cananeos, el Señor presentó a Israel los resultados que tiene la comunión con los espíritus malos; eran sin afectos naturales, idólatras, adúlteros, asesinos y abominables por todos sus pensamientos corrompidos y prácticas degradantes. Los hombres no conocen su propio corazón; pues "engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso." (Jer. 17: 9) Pero Dios sabe cuáles son las tendencias de la naturaleza depravada del hombre. Entonces como ahora, Satanás vigilaba para producir condiciones favorables a la rebelión, a fin de que el pueblo de Israel se hiciera tan aborrecible para Dios como lo eran los cananeos. El adversario de las almas está siempre en alerta para abrir canales por los cuales pueda fluir sin impedimento alguno lo malo que hay en nosotros, pues desea vernos arruinados y condenados ante Dios.
Satanás estaba resuelto a seguir dominando la tierra de Canaán, y cuando ella fue hecha morada de los hijos de Israel, y la ley de Dios fue hecha la norma de esa tierra, aborreció a Israel con un odio cruel y maligno, y tramó su destrucción. Por medio de los espíritus malignos, se introdujeron dioses extraños; y a causa de la transgresión, el pueblo escogido fue finalmente echado de la tierra prometida y dispersado.
Hoy procura Satanás repetir esta historia. Dios está apartando a sus hijos de las abominaciones del mundo, para que puedan guardar su ley; y a causa de esto, la ira del "acusador de nuestros hermanos" no tiene límite. "Porque el diablo ha descendido a vosotros, teniendo grande ira, sabiendo que tiene poco tiempo." (Apoc. 12: 10, 12.) La verdadera tierra de promisión está delante de nosotros, y Satanás está resuelto a destruir al pueblo de Dios, y privarlo de su herencia. Nunca fue más necesario que hoy oír la advertencia: "Velad y orad, para que no entréis en tentación." (Mar. 14: 38.)
Las palabras que el Señor dirigió al antiguo Israel se dirigen también a su pueblo en esta época: "No os volváis a los encantadores y a los adivinos: no los consultéis ensuciándoos en ellos," "porque es abominación a Jehová cualquiera que hace estas cosas." (Lev. 19: 31, Deut. 18: 12.)
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viernes, 29 de agosto de 2014
¿Qué sucede después de la muerte?
¿Qué sucede después de la muerte?
¿Qué sucede después de la muerte?
Patrick Zukeran
Distintas perspectivas sobre la muerte
Desde el principio de la humanidad, el hombre se plantea la pregunta "¿Qué sucede después de la muerte?". Nuestra respuesta ante esta disyuntiva tiene enorme implicancias para nuestra vida aquí en la tierra. Si bien hay muchos que intentan escapar del tema, tarde o temprano debemos enfrentarlo. Hay muchas respuestas a esta pregunta, todas ellas distintas.
Los ateos creen que al morir dejamos de existir. No hay vida después de la muerte ni un alma eterna que continúa hasta la eternidad. Lo único que podemos esperar es nuestra muerte inevitable, la futura muerte de la humanidad, y del universo. Y es frente a este futuro que el ateo debe encontrar un sentido y un propósito para su propia existencia.
Las religiones orientales y de la Nueva Era, que apoyan una visión panteísta del mundo, enseñan que cada uno atraviesa un ciclo infinito de reencarnaciones hasta que se rompe el ciclo y la persona se hace uno con lo divino. La forma que tome una persona en la vida siguiente dependerá de la calidad de la vida anterior. Al unirse con lo divino, deja de existir como individuo, pero se vuelve parte de la fuerza de vida divina, como una gota de agua que vuelve al océano.
Los que sostienen religiones animistas o tribales creen que después de la muerte el alma humana permanece en la tierra o viaja para reunirse con los espíritus de los ancestros que yacen en el submundo, también llamado el reino de las sombras. Durante toda la eternidad vagan a oscuras, sin experimentar gozo o desolación. Se puede llamar a los espíritus de algunos muertos para ayudar o atormentar a los que están en la tierra.
El Islam enseña que al final de los tiempos Dios juzgara las obras de todos los hombres. Aquellos cuyas buenas obras son más que sus malas obras entrarán en el reino de los cielos. El resto quedará sentenciado al infierno. El Corán enseña que en el cielo los hombres tomarán vino y recibirán las atenciones de doncellas celestiales, y que podrán tomar a varias de estas doncellas por esposas.
La mayoría de las perspectivas del mundo deben aceptar la creencia en la vida después de la muerte sobre la base de una fe no comprobada, pero la esperanza cristiana tiene una particular certeza por dos razones: la resurrección de Cristo y el testimonio de la Palabra de Dios. La Biblia ofrece la visión verídica de lo que sucede después de la muerte. Sin embargo, muchos cristianos están equivocados con respecto a su interpretación de la vida después de la muerte. Algunos creen que se convierten en ángeles, otros creen que entran en un estado de "sueño del alma", mientras que aun otros creen que estarán flotando en las nubes tocando el arpa. En este artículo consideraremos algunos de los conceptos populares erróneos de lo que hay más allá de la tumba, e intentaremos percibir lo que enseña la Biblia.
Los cristianos pueden tener la certeza de que la muerte es algo que no deben temer. Muy por el contrario, al morir llegamos a nuestro hogar en el cielo. El vivir implica existir en un país extranjero. La muerte ya no tiene aguijón y hoy es victoria a través de la resurrección de Jesús nuestro Señor.
Experiencias cercanas a la muerte
En los últimos treinta años hubo miles de personas que afirmaron haber tenido experiencias cercanas a la muerte (ECM; en inglés, NDE:"near death experiences"). Las ECM son sucesos en los que una persona en estado de total conciencia abandona su cuerpo e ingresa en otro mundo. Las experiencias de este tipo llevaron a una transformación total en la vida de muchas personas. ¿Qué interpretación se puede dar a estos relatos?
Es importante comprender que las ECM provienen de personas que han estado clínicamente y no biológicamente muertas. En el caso de muerte clínica, desaparecen todas las señales externas de vida, como la conciencia, el pulso y la respiración. En estos casos sobreviene la muerte biológica si no se toman medidas para revertir la situación. La muerte biológica, en cambio, no se puede cambiar con ningún tipo de atención o cuidados, ya que es físicamente irreversible.{1}
Los relatos de ECM se producen en distintas etapas de la muerte clínica. Algunos ocurren cuando el paciente se encuentra en estado de coma, muy cercano a la muerte, o ya clínicamente muerto. Otros relatos se producen cuando deja de latir el corazón del paciente, o cuando el cerebro del paciente deja de registrar actividad en el monitor del EEG. No existen registros de casos de muerte biológica o irreversible durante un tiempo significativo seguido de una resurrección.
Lo que intriga a científicos y teólogos por igual en sus estudios de las ECM es que muchos pacientes describen experiencias similares, entre las que se incluyen abandonar el cuerpo y observar desde arriba mientras los médicos están trabajando, ingresar a un túnel oscuro, ver luz, ver a otras personas, encuentros con seres espirituales, una sensación de inmensa paz, y luego el retorno al cuerpo.
Muchos científicos y médicos con distintas visiones del mundo han intentado encontrar una explicación de este fenómeno. Los que tienen una visión atea buscan darle explicaciones desde lo natural, que van desde alucinaciones inducidas por la medicación, reacciones químicas que experimenta el cerebro durante una crisis cercana a la muerte, encuentros anteriores que habían caído en el olvido, y otras. Pero de ninguna manera logran develar este fenómeno.
Muchas ECM se producen sin medicación, como en el caso de personas rescatadas del agua, clínicamente muertas. Además, miles de víctimas de ECM pudieron describir claramente y con lujo de detalles lugares y personas que vieron mientras se encontraban en estado de muerte clínica. Una jovencita, que se encontraba casi muerta, pudo describir lo que hizo su familia esa noche en la casa, lo que hicieron para cenar, dónde se sentó cada uno e incluso las conversaciones que tuvieron. Otros pudieron describir en detalle objetos que se hallaban en habitaciones cercanas y más alejadas de la propia. Un paciente describió un zapato que estaba en la azotea del hospital. Cuando las enfermeras fueron a ver, encontraron el zapato exactamente como lo había descrito ella. Un niño que sufrió un accidente junto a su madre y su hermano dijo a los que lo rodeaban, sólo unos instantes antes de morir: "Me están esperando ahora". El médico descubrió que justamente a esa hora en otro hospital habían muerto la madre y el hermano del niño. Gary Habermas y J.P. Moreland consideran el tema de las ECM desde distintas perspectivas en su libro Beyond Death [Más allá de la muerte], donde argumentan que las explicaciones desde lo natural no aclaran de manera satisfactoria lo que sucede durante las ECM.
Si bien las ECM no ofrecen una prueba concluyente de la existencia del cielo o del infierno, al menos indican que en el momento de la muerte el alma se separa del cuerpo y que el espíritu de la persona está conciente y es coherente.
Sin embargo, las ECM no reflejan claramente lo que se encuentra más allá de la tumba. Las ECM son relatos que ofrecen apenas un vistazo de lo que sucede más allá de la cortina de la muerte, y por lo tanto el panorama que nos dan es incompleto. Colosenses 1:18 nos dice que Jesús "es el primogénito de la resurrección, para ser en todo primero". Cristo superó la muerte biológica y vive para siempre con autoridad sobre toda la creación. Su supremacía sobre todas las cosas se estableció a través de su resurrección. Sabemos, además, que Satanás se disfraza de ángel de luz y que puede aparecer con distintos aspectos. Es fundamental que evaluemos todas las experiencias a la luz de las Escrituras.
¿Podemos comunicarnos con los muertos?
¿Los espíritus de los muertos pueden comunicarse con los vivos? Uno de los programas más populares de la televisión moderna es "Crossing Over" [Cruzando del otro lado], conducido por el vidente John Edward. Al igual que otros videntes, Edward asegura poder comunicarse con los espíritus de los muertos. Deja boquiabiertos a los espectadores al revelarles detalles que sólo el ser amado fallecido podría saber. A partir de esta comunicación, las personas buscan consuelo, consejos y aliento. La Biblia enseña que la comunicación con los muertos no es posible. Una y otra vez en la Biblia, Dios ordena a su pueblo desistir de la práctica de la necromancia, el arte de comunicarse con los muertos. Deuteronomio 18:10, 11 dice:
Nadie entre los tuyos deberá sacrificar a su hijo o hija en el fuego; ni practicar adivinación, brujería o hechicería; ni hacer conjuros, servir de médium espiritista o consultar a los muertos . . .
Los cananeos consultaban a los espíritus y a los muertos con la esperanza de obtener poder y de predecir los eventos futuros. Esta práctica es una abominación ante Dios y es la razón por la que los cananeos fueron expulsados de esa tierra. Israel recibió la advertencia de no imitar a los cananeos, pues de lo contrario ellos sufrirían una pena similar.
El contacto con los muertos está prohibido porque los espíritus de los muertos no pueden comunicarse con los vivos. En Lucas 16, el hombre rico que sufría en el infierno buscaba una manera de comunicarse con su familia que estaba viva para advertirles del destino que les esperaba. Sin embargo, no hubo manera de que se comunicara con ellos, y los vivos tampoco podían comunicarse con él.
¿Con quiénes se están comunicando, entonces, los médium y espiritistas? Si efectivamente están comunicándose con un ser espiritual, lo más probable es que sea un impostor demoníaco. Y si bien el espíritu demoníaco puede comunicar algunas cosas ciertas, la verdadera intención del espíritu es engañar a los familiares y alejarlos del Señor. Esta práctica a la larga puede llevar a la posesión demoníaca y a que la persona quede muy lastimada.
En Hechos 16:16 Pablo se encontró con una joven que podía predecir el futuro porque estaba poseída por un espíritu. Sabiendo esto, Pablo finalmente expulsó al espíritu. La Biblia siempre prohíbe la práctica de la necromancia.
Algunos seguramente intentarán defender la necromancia señalando el pasaje de 1 Samuel 28. Aquí Saúl pide a la adivina de Endor que llame a Samuel de la tumba. El espíritu de Samuel se levanta y anuncia un mensaje profético a Saúl. Las opiniones de los estudiosos bíblicos están divididas con respecto a este relato. Algunos creen que fue un impostor demoníaco haciéndose pasar por Samuel. Yo creo que, ya que se cumplió esta profecía, éste realmente era el profeta Samuel. A pesar de la desobediencia de Saúl, Dios hizo una excepción en este caso.
Cualquiera sea el punto de vista que uno defienda, es claro que este versículo no nos alienta a consultar con los médium. Saúl en este momento de su vida estaba fuera de la voluntad de Dios y debido a que el Espíritu de Dios le había abandonado, no podía recibir palabra de Dios. Desesperado, y siguiendo una constante en su vida, desobedeció a Dios, y sufrió las consecuencias. Este relato de Saúl nos enseña una lección y no es un ejemplo que debamos seguir.
Un minuto después de la muerte
¿Qué sucede con nuestro último aliento? La Biblia nos enseña lo que habrá de ocurrir. En primer lugar, nuestra alma y espíritu inmaterial se separan de nuestro cuerpo físico. Luego, recibiremos de inmediato la sentencia en el juicio que determinará nuestro destino eterno. Aquellos que hayan confiado en el pago de Cristo en la cruz por nuestros pecados entrarán a la vida eterna en la presencia de Dios. 2 Corintios 5:8 dice: "Así que nos mantenemos confiados y preferiríamos ausentarnos de este cuerpo y vivir junto al Señor". No habrá demora en un estado de inconsciencia al que muchos denominan "sueño del alma-2. Estaremos de inmediato ante la presencia de Dios. En segundo lugar, el alma en el cielo se perfecciona en santidad, y desaparece por completo nuestra antigua naturaleza pecaminosa. Hebreos 12:23 menciona "los espíritus de los justos que han llegado a la perfección". Los espíritus de los santos están en el reino de los cielos y han llegado a la perfección. La lucha contra el pecado que describió Pablo y en la cual participan todos los cristianos finaliza para siempre cuando, después de la muerte, entramos en nuestra condición glorificada.
Aquellos que rechazan este don recibirán lo que han elegido, la eternidad separados de Dios en el infierno. Hebreos 9:27 dice: "Así como está establecido que los seres humanos mueran una vez, y después venga el juicio..." No hay segunda oportunidad, y no hay ciclo de reencarnación. Nuestro destino eterno está determinado por la decisión que tomamos con respecto a Cristo aquí en la tierra. Muchos asumen que después de recibir a Cristo todo lo que queda es una entrada gozosa al paraíso. Las Escrituras nos enseñan que Jesús nos recompensará según la manera en que hayamos vivido en la tierra. Enseñó este principio con la parábola de los talentos en Lucas 19. A cada siervo se le encomendó que administrara los talentos que su señor le entregaba. Al retorno del señor, cada siervo debía rendir cuentas sobre la forma en que había administrado los talentos encomendados. Los siervos juiciosos recibieron una recompensa mientras que el siervo malvado fue expulsado.
La lección para el cristiano es que cada uno de nosotros deberá rendir cuentas por el tiempo que hemos pasado aquí en la tierra. Esto no es lo mismo que el juicio que evaluará nuestra condición con respecto a la salvación. La muerte de Cristo en la cruz permite que todos los que crean entren al reino de Dios. Seremos juzgados por nuestras obras hechas a partir del momento de nuestra salvación. Este juicio a los creyentes se denomina el Tribunal de Cristo, acontecimiento que se describe en 1 Corintios 3:11-15:
Porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo. Si alguien construye sobre este fundamento, ya sea con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y paja, su obra se mostrará tal cual es, pues el día del juicio la dejará al descubierto. El fuego la dará a conocer, y pondrá a prueba la calidad del trabajo de cada uno. Si lo que alguien ha construido permanece, recibirá su recompensa, pero si su obra es consumida por las llamas, él sufrirá pérdida. Será salvo, pero como quien pasa por el fuego.
Pablo declara que Cristo es nuestro fundamento. Nuestras obras son la edificación sobre este fundamento. Los materiales de oro, plata y piedras preciosas se refieren a obras realizadas con motivos puros para la gloria de Dios. Las obras de madera, heno y paja son las que se hacen con motivos equivocados, sólo para gloriarse uno mismo.
En el Tribunal de Cristo nuestras obras serán probadas con fuego divino. Aquellas obras que se hicieron para la gloria de Dios resistirán las llamas y serán nuestra recompensa. Algunos verán con tristeza cómo las llamas consumen ante sus ojos todas las obras que realizaron en la tierra y entrarán al cielo con poca recompensa o ninguna.
Los no creyentes serán juzgados y sentenciados al infierno. Al final de los tiempos se enfrentarán al juicio ante el Gran Trono Blanco. Aquí serán juzgados todos los muertos no justos desde el comienzo de los tiempos conforme a su rechazo del Salvador. Luego serán echados al lago de fuego para toda la eternidad. Apocalipsis 20:11-15 dice:
Luego vi un gran trono blanco y a alguien que estaba sentado en él. De su presencia huyeron la tierra y el cielo, sin dejar rastro alguno. Vi también a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Se abrieron unos libros, y luego otro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados según los que habían hecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros. El mar devolvió sus muertos; la muerte y el infierno devolvieron los suyos, y cada uno fue juzgado según lo que había hecho. La muerte y el infierno fueron arrojados al lago de fuego. Este lago de fuego es la muerte segunda. Aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era arrojado al lago de fuego. Sabiendo que como cristianos algún día tendremos que rendir cuentas de nuestras vidas, deberíamos vivir como juiciosos mayordomos administrando lo que Dios nos dio. El saber el destino que le tocará a los que no son salvos debería llenarnos del coraje de compartir a Cristo sin vergüenza, con urgencia, a todos los que nos rodean. El saber lo que se encuentra más allá de la tumba debería motivarnos a vivir nuestra vida en la tierra con una misión.
¿Cómo seremos en el cielo?
En el momento de la muerte física, el alma se separa del cuerpo y entra de inmediato a la presencia del Señor. Miremos una vez más las palabras de Pablo en 2 Corintios 5:8, que dice: "Así que nos mantenemos confiados y preferiríamos ausentarnos de este cuerpo y vivir junto al Señor". El alma en el cielo se perfecciona en santidad y desaparece por completo nuestra antigua naturaleza pecaminosa. Como se señaló anteriormente, Hebreos 12:23 menciona "los espíritus de los justos que han llegado a la perfección". Los espíritus de los santos están en el cielo y han llegado a la perfección. La lucha contra el pecado que describió Pablo y en la cual participan todos los cristianos finaliza para siempre cuando, después de la muerte, entramos en nuestra condición glorificada.
No permaneceremos en el reino de los cielos como alma sin cuerpo. En el tiempo establecido por Dios habrá una resurrección final donde el espíritu se unirá al cuerpo resucitado. Si bien varían las opiniones de los cristianos con respecto a cuándo se producirá esta resurrección, todos estamos de acuerdo con respecto a la resurrección del cuerpo. ¿Qué apariencia tendrá el cuerpo resucitado? Filipenses 3:20, 21 dice: "Somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como su cuerpo glorioso". 1 Juan 3:2 promete: "Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es".
A partir de estos dos pasajes sabemos que nuestros cuerpos glorificados serán como el de Cristo. No seremos deificados, sino que nuestros cuerpos tendrán las mismas cualidades que el cuerpo resucitado de Jesús. Nuestros cuerpos celestiales serán nuestros cuerpos terrenales glorificados. El cuerpo de Cristo que murió en la cruz era el mismo que resucitó. Su cuerpo glorificado pudo pasar a través de las paredes, aparecer repentinamente, y ascender a los cielos.
2 Corintios 5:1 nos dice: "Tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas". Las manos de Dios formarán el cuerpo resucitado. Según dice 1 Corintios 15:39, 40, 42b, 43:
No todos los cuerpos son iguales: hay cuerpos humanos; también los hay de animales terrestres, de aves y de peces. Así mismo hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero el esplendor de los cuerpos celestes es uno, y el de los cuerpos terrestres es otro. . . Lo que se siembra en corrupción, resucita en incorrupción; lo que se siembra en oprobio, resucita en gloria; lo que se siembra en debilidad, resucita en poder; se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual. Al responder a los que desprecian la resurrección, Pablo explica que nuestros cuerpos celestiales tendrán diferencias con nuestros cuerpos terrenales. Serán cuerpos encarnados, pero tan distintos de nuestros cuerpos terrenales como lo son nuestros cuerpos de los de los animales.
Podemos concluir además que, como una semilla, el cuerpo será sembrado o enterrado y que algún día volverá a la vida. Se entierra en muerte, corrupción, debilidad y deshonor. Al resucitar será cambiado desde todos los puntos de vista. Resucita imperecedero, glorioso, poderoso y espiritual. Entonces tendremos cuerpos eternos, permanentes y perfeccionados.
También mantendremos nuestra identidad. En Lucas 16:23, Lázaro, el hombre rico, y Abraham retuvieron todos su identidad. Llegará el día en que ya no tendremos que enfrentarnos a la debilidad del pecado, la enfermedad, la vejez. Hay un gran futuro por delante para los que están en Cristo.
¿Qué haremos en el cielo?
¿Qué haremos en el cielo durante toda la eternidad? Algunos se imaginan jugando al golf eternamente, mientras que otros imaginan santos flotando en las nubes con arpas de oro. Si bien son pensamientos agradables, no llegan a vislumbrar el glorioso futuro que les espera a los que están en Cristo. Sabemos relativamente poco sobre las actividades que tendrán lugar en el cielo ya que sólo se nos ofrece un breve pantallazo de nuestra vida venidera. En primer lugar, el momento que los santos de todos los tiempos esperan ansiosos es encontrarse cara a cara con el Señor al que han servido. Este será el primer y más grandioso momento después de la muerte física. A partir de allí disfrutaremos de la "koinonia" y la comunión en su presencia durante toda la eternidad.
En segundo lugar, nuestra vida en el cielo implica adoración. Tenemos una clara descripción de esto en Apocalipsis 19:1-5:
Después de esto oí en el cielo un tremendo bullicio, como el de una inmensa multitud que exclamaba: "¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder son de nuestro Dios, pues sus juicios son verdaderos y justos..." Y volvieron a exclamar: "¡Aleluya! El humo de ella sube por los siglos de los siglos." Entonces los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y dijeron: "¡Amén, Aleluya!" Y del trono salió una voz que decía: "¡Alaben ustedes a nuestro Dios, todos sus siervos, grandes y pequeños, que con reverente temor le sirven!"
Como el bullicio de una gran multitud, llegan las alabanzas de los santos de todos los tiempos. Hace un tiempo los hombres de nuestra iglesia describieron la experiencia de cantar un himno, "Cuán grande es Él" en una conferencia de un grupo denominado Promise Keepers [Cumplidores del pacto]. No tenían palabras que pudieran describir con precisión tan sublime experiencia. Su mejor intento por ponerlo en palabras fue: "¡Impresionante! ¡Simplemente impresionante!". ¿Pueden imaginarse entonces lo que será cuando cantemos "Santo, Santo, Santo" junto con los santos de todos los tiempos en la presencia de Dios? Nuestra adoración aquí en la tierra es la preparación para nuestra gran adoración futura en el cielo.
En tercer lugar está el aspecto del descanso. El descanso celestial aquí no implica una cesación de nuestras actividades, sino la experiencia de llegar a una meta de crucial importancia. El escritor de Hebreos 4:9, 10 dice, al hablar al pueblo de Dios: "Por consiguiente, queda todavía un reposo especial para el pueblo de Dios; porque el que entra en el reposo de Dios descansa también de sus obras, así como Dios descansó de las suyas". El cielo es la meta final que alcanzamos después de nuestro peregrinaje aquí en la tierra. Descansaremos de nuestros sufrimientos y esfuerzos contra las enfermedades, la carne, el mundo y el diablo.
En cuarto lugar serviremos al Señor. Lucas 19:11-27 enseña una parábola sobre la mayordomía. Los siervos juiciosos que multiplicaron los talentos del maestro recibieron autoridad sobre diez y cinco ciudades. Apocalipsis 22:3 nos dice: "El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad. Sus siervos lo adorarán". En 1 Corintios 6:3 Pablo reprende a los cristianos carnales que no pueden solucionar las diferencias entre ellos y les pregunta: "¿No saben que aun a los ángeles los juzgaremos?". En Apocalipsis 3:21 el Señor Jesús promete: "Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono". Aparentemente tendremos autoridad sobre una esfera del reino eterno de Dios. La cantidad que recibamos dependerá de nuestra fidelidad a él en esta tierra.
En quinto lugar, experimentaremos comunión con Dios y con los que nos rodean. Una de las experiencias más dolorosas es la despedida. Ya sea que un ser querido se traslade a otro lugar, o que muera, siempre implica dolor el decir adiós. El cristiano tiene la esperanza de saber que nuestras despedidas no serán para siempre. Algún día volveremos a encontrarnos, y esta vez nunca más volveremos a despedirnos. ¡Lo que encontrará el creyente después de la muerte es un futuro glorioso imposible de imaginar en todas sus dimensiones!
Notas
1. Gary Habermas & J.P. Moreland, Beyond Death (Wheaton, Ill.: Crossway Books, 1998), 156.
Bibliografía
Ankerberg, John & Weldon, John. The Facts on Near-Death Experiences. Eugene, OR.: Harvest House Publishers, 1991.
Eadie, Betty. Embraced by the Light. Placerville, CA.: Gold Leaf Press, 1992.
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Fee, Gordon. International Commentary on the New Testament: First Corinthians. Grand Rapids, MI.: Eerdman's Publishing Company, 1987.
Habermas, Gary, & J.P. Moreland. Beyond Death. Wheaton, IL.: Crossway Books, 1998.
Hodge, Charles. Systematic Theology: Volume 3. Grand Rapids, MI.: Eerdman's Publishing Company, 1973.
Lutzer, Erwin. One Minute After You Die. Chicago: Moody Press, 1997.
MacArthur, John. The Glory of Heaven. Wheaton, IL.: Crossway Books, 1996.
Moody, Raymond. Life After Death. Atlanta: Mockingbird Books, 1975.
Mounce, Robert. International Commentary on the New Testament: Revelation. Grand Rapids, MI.: Eerdmans Publishing Company, 1977.
Pentecost, Dwight. "In My Father's House," Kindred Spirit. Invierno 1995, p. 5-7.
Ryrie, Charles. Basic Theology, Wheaton, IL.: Victor Books, 1988.
Smith, Wilbur. The Biblical Doctrine of Heaven. Chicago: Moody Press, 1968.
Tada, Joni Eareckson. Heaven, Your Real Home. Grand Rapids, MI,: Zondervan, 1995.
Walvoord, John. The Revelation of Jesus Christ. Chicago: Moody Press, 1966.
© 2006 Probe Ministries. Todos los derechos reservados.
Traducción: Elizabeth Birks
Acerca del Autor
Patrick Zukeran es un conferencista asociado de Probe Ministries. Se graduó de Point Loma Nazarene College en San Diego, California y tiene un Th.M. del Dallas Theological Seminary. Actualmente sirve como pastor del Asian American Baptist Church en Richardson, Texas. Si usted tiene algún comentario o pregunta sobre este artículo, envíelo por favor a espanol@probe.org. Por favor indique a qué artículo se está refiriendo.
¿Qué es Probe?
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¿Qué sucede después de la muerte?
Patrick Zukeran
Distintas perspectivas sobre la muerte
Desde el principio de la humanidad, el hombre se plantea la pregunta "¿Qué sucede después de la muerte?". Nuestra respuesta ante esta disyuntiva tiene enorme implicancias para nuestra vida aquí en la tierra. Si bien hay muchos que intentan escapar del tema, tarde o temprano debemos enfrentarlo. Hay muchas respuestas a esta pregunta, todas ellas distintas.
Los ateos creen que al morir dejamos de existir. No hay vida después de la muerte ni un alma eterna que continúa hasta la eternidad. Lo único que podemos esperar es nuestra muerte inevitable, la futura muerte de la humanidad, y del universo. Y es frente a este futuro que el ateo debe encontrar un sentido y un propósito para su propia existencia.
Las religiones orientales y de la Nueva Era, que apoyan una visión panteísta del mundo, enseñan que cada uno atraviesa un ciclo infinito de reencarnaciones hasta que se rompe el ciclo y la persona se hace uno con lo divino. La forma que tome una persona en la vida siguiente dependerá de la calidad de la vida anterior. Al unirse con lo divino, deja de existir como individuo, pero se vuelve parte de la fuerza de vida divina, como una gota de agua que vuelve al océano.
Los que sostienen religiones animistas o tribales creen que después de la muerte el alma humana permanece en la tierra o viaja para reunirse con los espíritus de los ancestros que yacen en el submundo, también llamado el reino de las sombras. Durante toda la eternidad vagan a oscuras, sin experimentar gozo o desolación. Se puede llamar a los espíritus de algunos muertos para ayudar o atormentar a los que están en la tierra.
El Islam enseña que al final de los tiempos Dios juzgara las obras de todos los hombres. Aquellos cuyas buenas obras son más que sus malas obras entrarán en el reino de los cielos. El resto quedará sentenciado al infierno. El Corán enseña que en el cielo los hombres tomarán vino y recibirán las atenciones de doncellas celestiales, y que podrán tomar a varias de estas doncellas por esposas.
La mayoría de las perspectivas del mundo deben aceptar la creencia en la vida después de la muerte sobre la base de una fe no comprobada, pero la esperanza cristiana tiene una particular certeza por dos razones: la resurrección de Cristo y el testimonio de la Palabra de Dios. La Biblia ofrece la visión verídica de lo que sucede después de la muerte. Sin embargo, muchos cristianos están equivocados con respecto a su interpretación de la vida después de la muerte. Algunos creen que se convierten en ángeles, otros creen que entran en un estado de "sueño del alma", mientras que aun otros creen que estarán flotando en las nubes tocando el arpa. En este artículo consideraremos algunos de los conceptos populares erróneos de lo que hay más allá de la tumba, e intentaremos percibir lo que enseña la Biblia.
Los cristianos pueden tener la certeza de que la muerte es algo que no deben temer. Muy por el contrario, al morir llegamos a nuestro hogar en el cielo. El vivir implica existir en un país extranjero. La muerte ya no tiene aguijón y hoy es victoria a través de la resurrección de Jesús nuestro Señor.
Experiencias cercanas a la muerte
En los últimos treinta años hubo miles de personas que afirmaron haber tenido experiencias cercanas a la muerte (ECM; en inglés, NDE:"near death experiences"). Las ECM son sucesos en los que una persona en estado de total conciencia abandona su cuerpo e ingresa en otro mundo. Las experiencias de este tipo llevaron a una transformación total en la vida de muchas personas. ¿Qué interpretación se puede dar a estos relatos?
Es importante comprender que las ECM provienen de personas que han estado clínicamente y no biológicamente muertas. En el caso de muerte clínica, desaparecen todas las señales externas de vida, como la conciencia, el pulso y la respiración. En estos casos sobreviene la muerte biológica si no se toman medidas para revertir la situación. La muerte biológica, en cambio, no se puede cambiar con ningún tipo de atención o cuidados, ya que es físicamente irreversible.{1}
Los relatos de ECM se producen en distintas etapas de la muerte clínica. Algunos ocurren cuando el paciente se encuentra en estado de coma, muy cercano a la muerte, o ya clínicamente muerto. Otros relatos se producen cuando deja de latir el corazón del paciente, o cuando el cerebro del paciente deja de registrar actividad en el monitor del EEG. No existen registros de casos de muerte biológica o irreversible durante un tiempo significativo seguido de una resurrección.
Lo que intriga a científicos y teólogos por igual en sus estudios de las ECM es que muchos pacientes describen experiencias similares, entre las que se incluyen abandonar el cuerpo y observar desde arriba mientras los médicos están trabajando, ingresar a un túnel oscuro, ver luz, ver a otras personas, encuentros con seres espirituales, una sensación de inmensa paz, y luego el retorno al cuerpo.
Muchos científicos y médicos con distintas visiones del mundo han intentado encontrar una explicación de este fenómeno. Los que tienen una visión atea buscan darle explicaciones desde lo natural, que van desde alucinaciones inducidas por la medicación, reacciones químicas que experimenta el cerebro durante una crisis cercana a la muerte, encuentros anteriores que habían caído en el olvido, y otras. Pero de ninguna manera logran develar este fenómeno.
Muchas ECM se producen sin medicación, como en el caso de personas rescatadas del agua, clínicamente muertas. Además, miles de víctimas de ECM pudieron describir claramente y con lujo de detalles lugares y personas que vieron mientras se encontraban en estado de muerte clínica. Una jovencita, que se encontraba casi muerta, pudo describir lo que hizo su familia esa noche en la casa, lo que hicieron para cenar, dónde se sentó cada uno e incluso las conversaciones que tuvieron. Otros pudieron describir en detalle objetos que se hallaban en habitaciones cercanas y más alejadas de la propia. Un paciente describió un zapato que estaba en la azotea del hospital. Cuando las enfermeras fueron a ver, encontraron el zapato exactamente como lo había descrito ella. Un niño que sufrió un accidente junto a su madre y su hermano dijo a los que lo rodeaban, sólo unos instantes antes de morir: "Me están esperando ahora". El médico descubrió que justamente a esa hora en otro hospital habían muerto la madre y el hermano del niño. Gary Habermas y J.P. Moreland consideran el tema de las ECM desde distintas perspectivas en su libro Beyond Death [Más allá de la muerte], donde argumentan que las explicaciones desde lo natural no aclaran de manera satisfactoria lo que sucede durante las ECM.
Si bien las ECM no ofrecen una prueba concluyente de la existencia del cielo o del infierno, al menos indican que en el momento de la muerte el alma se separa del cuerpo y que el espíritu de la persona está conciente y es coherente.
Sin embargo, las ECM no reflejan claramente lo que se encuentra más allá de la tumba. Las ECM son relatos que ofrecen apenas un vistazo de lo que sucede más allá de la cortina de la muerte, y por lo tanto el panorama que nos dan es incompleto. Colosenses 1:18 nos dice que Jesús "es el primogénito de la resurrección, para ser en todo primero". Cristo superó la muerte biológica y vive para siempre con autoridad sobre toda la creación. Su supremacía sobre todas las cosas se estableció a través de su resurrección. Sabemos, además, que Satanás se disfraza de ángel de luz y que puede aparecer con distintos aspectos. Es fundamental que evaluemos todas las experiencias a la luz de las Escrituras.
¿Podemos comunicarnos con los muertos?
¿Los espíritus de los muertos pueden comunicarse con los vivos? Uno de los programas más populares de la televisión moderna es "Crossing Over" [Cruzando del otro lado], conducido por el vidente John Edward. Al igual que otros videntes, Edward asegura poder comunicarse con los espíritus de los muertos. Deja boquiabiertos a los espectadores al revelarles detalles que sólo el ser amado fallecido podría saber. A partir de esta comunicación, las personas buscan consuelo, consejos y aliento. La Biblia enseña que la comunicación con los muertos no es posible. Una y otra vez en la Biblia, Dios ordena a su pueblo desistir de la práctica de la necromancia, el arte de comunicarse con los muertos. Deuteronomio 18:10, 11 dice:
Nadie entre los tuyos deberá sacrificar a su hijo o hija en el fuego; ni practicar adivinación, brujería o hechicería; ni hacer conjuros, servir de médium espiritista o consultar a los muertos . . .
Los cananeos consultaban a los espíritus y a los muertos con la esperanza de obtener poder y de predecir los eventos futuros. Esta práctica es una abominación ante Dios y es la razón por la que los cananeos fueron expulsados de esa tierra. Israel recibió la advertencia de no imitar a los cananeos, pues de lo contrario ellos sufrirían una pena similar.
El contacto con los muertos está prohibido porque los espíritus de los muertos no pueden comunicarse con los vivos. En Lucas 16, el hombre rico que sufría en el infierno buscaba una manera de comunicarse con su familia que estaba viva para advertirles del destino que les esperaba. Sin embargo, no hubo manera de que se comunicara con ellos, y los vivos tampoco podían comunicarse con él.
¿Con quiénes se están comunicando, entonces, los médium y espiritistas? Si efectivamente están comunicándose con un ser espiritual, lo más probable es que sea un impostor demoníaco. Y si bien el espíritu demoníaco puede comunicar algunas cosas ciertas, la verdadera intención del espíritu es engañar a los familiares y alejarlos del Señor. Esta práctica a la larga puede llevar a la posesión demoníaca y a que la persona quede muy lastimada.
En Hechos 16:16 Pablo se encontró con una joven que podía predecir el futuro porque estaba poseída por un espíritu. Sabiendo esto, Pablo finalmente expulsó al espíritu. La Biblia siempre prohíbe la práctica de la necromancia.
Algunos seguramente intentarán defender la necromancia señalando el pasaje de 1 Samuel 28. Aquí Saúl pide a la adivina de Endor que llame a Samuel de la tumba. El espíritu de Samuel se levanta y anuncia un mensaje profético a Saúl. Las opiniones de los estudiosos bíblicos están divididas con respecto a este relato. Algunos creen que fue un impostor demoníaco haciéndose pasar por Samuel. Yo creo que, ya que se cumplió esta profecía, éste realmente era el profeta Samuel. A pesar de la desobediencia de Saúl, Dios hizo una excepción en este caso.
Cualquiera sea el punto de vista que uno defienda, es claro que este versículo no nos alienta a consultar con los médium. Saúl en este momento de su vida estaba fuera de la voluntad de Dios y debido a que el Espíritu de Dios le había abandonado, no podía recibir palabra de Dios. Desesperado, y siguiendo una constante en su vida, desobedeció a Dios, y sufrió las consecuencias. Este relato de Saúl nos enseña una lección y no es un ejemplo que debamos seguir.
Un minuto después de la muerte
¿Qué sucede con nuestro último aliento? La Biblia nos enseña lo que habrá de ocurrir. En primer lugar, nuestra alma y espíritu inmaterial se separan de nuestro cuerpo físico. Luego, recibiremos de inmediato la sentencia en el juicio que determinará nuestro destino eterno. Aquellos que hayan confiado en el pago de Cristo en la cruz por nuestros pecados entrarán a la vida eterna en la presencia de Dios. 2 Corintios 5:8 dice: "Así que nos mantenemos confiados y preferiríamos ausentarnos de este cuerpo y vivir junto al Señor". No habrá demora en un estado de inconsciencia al que muchos denominan "sueño del alma-2. Estaremos de inmediato ante la presencia de Dios. En segundo lugar, el alma en el cielo se perfecciona en santidad, y desaparece por completo nuestra antigua naturaleza pecaminosa. Hebreos 12:23 menciona "los espíritus de los justos que han llegado a la perfección". Los espíritus de los santos están en el reino de los cielos y han llegado a la perfección. La lucha contra el pecado que describió Pablo y en la cual participan todos los cristianos finaliza para siempre cuando, después de la muerte, entramos en nuestra condición glorificada.
Aquellos que rechazan este don recibirán lo que han elegido, la eternidad separados de Dios en el infierno. Hebreos 9:27 dice: "Así como está establecido que los seres humanos mueran una vez, y después venga el juicio..." No hay segunda oportunidad, y no hay ciclo de reencarnación. Nuestro destino eterno está determinado por la decisión que tomamos con respecto a Cristo aquí en la tierra. Muchos asumen que después de recibir a Cristo todo lo que queda es una entrada gozosa al paraíso. Las Escrituras nos enseñan que Jesús nos recompensará según la manera en que hayamos vivido en la tierra. Enseñó este principio con la parábola de los talentos en Lucas 19. A cada siervo se le encomendó que administrara los talentos que su señor le entregaba. Al retorno del señor, cada siervo debía rendir cuentas sobre la forma en que había administrado los talentos encomendados. Los siervos juiciosos recibieron una recompensa mientras que el siervo malvado fue expulsado.
La lección para el cristiano es que cada uno de nosotros deberá rendir cuentas por el tiempo que hemos pasado aquí en la tierra. Esto no es lo mismo que el juicio que evaluará nuestra condición con respecto a la salvación. La muerte de Cristo en la cruz permite que todos los que crean entren al reino de Dios. Seremos juzgados por nuestras obras hechas a partir del momento de nuestra salvación. Este juicio a los creyentes se denomina el Tribunal de Cristo, acontecimiento que se describe en 1 Corintios 3:11-15:
Porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo. Si alguien construye sobre este fundamento, ya sea con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y paja, su obra se mostrará tal cual es, pues el día del juicio la dejará al descubierto. El fuego la dará a conocer, y pondrá a prueba la calidad del trabajo de cada uno. Si lo que alguien ha construido permanece, recibirá su recompensa, pero si su obra es consumida por las llamas, él sufrirá pérdida. Será salvo, pero como quien pasa por el fuego.
Pablo declara que Cristo es nuestro fundamento. Nuestras obras son la edificación sobre este fundamento. Los materiales de oro, plata y piedras preciosas se refieren a obras realizadas con motivos puros para la gloria de Dios. Las obras de madera, heno y paja son las que se hacen con motivos equivocados, sólo para gloriarse uno mismo.
En el Tribunal de Cristo nuestras obras serán probadas con fuego divino. Aquellas obras que se hicieron para la gloria de Dios resistirán las llamas y serán nuestra recompensa. Algunos verán con tristeza cómo las llamas consumen ante sus ojos todas las obras que realizaron en la tierra y entrarán al cielo con poca recompensa o ninguna.
Los no creyentes serán juzgados y sentenciados al infierno. Al final de los tiempos se enfrentarán al juicio ante el Gran Trono Blanco. Aquí serán juzgados todos los muertos no justos desde el comienzo de los tiempos conforme a su rechazo del Salvador. Luego serán echados al lago de fuego para toda la eternidad. Apocalipsis 20:11-15 dice:
Luego vi un gran trono blanco y a alguien que estaba sentado en él. De su presencia huyeron la tierra y el cielo, sin dejar rastro alguno. Vi también a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Se abrieron unos libros, y luego otro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados según los que habían hecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros. El mar devolvió sus muertos; la muerte y el infierno devolvieron los suyos, y cada uno fue juzgado según lo que había hecho. La muerte y el infierno fueron arrojados al lago de fuego. Este lago de fuego es la muerte segunda. Aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era arrojado al lago de fuego. Sabiendo que como cristianos algún día tendremos que rendir cuentas de nuestras vidas, deberíamos vivir como juiciosos mayordomos administrando lo que Dios nos dio. El saber el destino que le tocará a los que no son salvos debería llenarnos del coraje de compartir a Cristo sin vergüenza, con urgencia, a todos los que nos rodean. El saber lo que se encuentra más allá de la tumba debería motivarnos a vivir nuestra vida en la tierra con una misión.
¿Cómo seremos en el cielo?
En el momento de la muerte física, el alma se separa del cuerpo y entra de inmediato a la presencia del Señor. Miremos una vez más las palabras de Pablo en 2 Corintios 5:8, que dice: "Así que nos mantenemos confiados y preferiríamos ausentarnos de este cuerpo y vivir junto al Señor". El alma en el cielo se perfecciona en santidad y desaparece por completo nuestra antigua naturaleza pecaminosa. Como se señaló anteriormente, Hebreos 12:23 menciona "los espíritus de los justos que han llegado a la perfección". Los espíritus de los santos están en el cielo y han llegado a la perfección. La lucha contra el pecado que describió Pablo y en la cual participan todos los cristianos finaliza para siempre cuando, después de la muerte, entramos en nuestra condición glorificada.
No permaneceremos en el reino de los cielos como alma sin cuerpo. En el tiempo establecido por Dios habrá una resurrección final donde el espíritu se unirá al cuerpo resucitado. Si bien varían las opiniones de los cristianos con respecto a cuándo se producirá esta resurrección, todos estamos de acuerdo con respecto a la resurrección del cuerpo. ¿Qué apariencia tendrá el cuerpo resucitado? Filipenses 3:20, 21 dice: "Somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como su cuerpo glorioso". 1 Juan 3:2 promete: "Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es".
A partir de estos dos pasajes sabemos que nuestros cuerpos glorificados serán como el de Cristo. No seremos deificados, sino que nuestros cuerpos tendrán las mismas cualidades que el cuerpo resucitado de Jesús. Nuestros cuerpos celestiales serán nuestros cuerpos terrenales glorificados. El cuerpo de Cristo que murió en la cruz era el mismo que resucitó. Su cuerpo glorificado pudo pasar a través de las paredes, aparecer repentinamente, y ascender a los cielos.
2 Corintios 5:1 nos dice: "Tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas". Las manos de Dios formarán el cuerpo resucitado. Según dice 1 Corintios 15:39, 40, 42b, 43:
No todos los cuerpos son iguales: hay cuerpos humanos; también los hay de animales terrestres, de aves y de peces. Así mismo hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero el esplendor de los cuerpos celestes es uno, y el de los cuerpos terrestres es otro. . . Lo que se siembra en corrupción, resucita en incorrupción; lo que se siembra en oprobio, resucita en gloria; lo que se siembra en debilidad, resucita en poder; se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual. Al responder a los que desprecian la resurrección, Pablo explica que nuestros cuerpos celestiales tendrán diferencias con nuestros cuerpos terrenales. Serán cuerpos encarnados, pero tan distintos de nuestros cuerpos terrenales como lo son nuestros cuerpos de los de los animales.
Podemos concluir además que, como una semilla, el cuerpo será sembrado o enterrado y que algún día volverá a la vida. Se entierra en muerte, corrupción, debilidad y deshonor. Al resucitar será cambiado desde todos los puntos de vista. Resucita imperecedero, glorioso, poderoso y espiritual. Entonces tendremos cuerpos eternos, permanentes y perfeccionados.
También mantendremos nuestra identidad. En Lucas 16:23, Lázaro, el hombre rico, y Abraham retuvieron todos su identidad. Llegará el día en que ya no tendremos que enfrentarnos a la debilidad del pecado, la enfermedad, la vejez. Hay un gran futuro por delante para los que están en Cristo.
¿Qué haremos en el cielo?
¿Qué haremos en el cielo durante toda la eternidad? Algunos se imaginan jugando al golf eternamente, mientras que otros imaginan santos flotando en las nubes con arpas de oro. Si bien son pensamientos agradables, no llegan a vislumbrar el glorioso futuro que les espera a los que están en Cristo. Sabemos relativamente poco sobre las actividades que tendrán lugar en el cielo ya que sólo se nos ofrece un breve pantallazo de nuestra vida venidera. En primer lugar, el momento que los santos de todos los tiempos esperan ansiosos es encontrarse cara a cara con el Señor al que han servido. Este será el primer y más grandioso momento después de la muerte física. A partir de allí disfrutaremos de la "koinonia" y la comunión en su presencia durante toda la eternidad.
En segundo lugar, nuestra vida en el cielo implica adoración. Tenemos una clara descripción de esto en Apocalipsis 19:1-5:
Después de esto oí en el cielo un tremendo bullicio, como el de una inmensa multitud que exclamaba: "¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder son de nuestro Dios, pues sus juicios son verdaderos y justos..." Y volvieron a exclamar: "¡Aleluya! El humo de ella sube por los siglos de los siglos." Entonces los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y dijeron: "¡Amén, Aleluya!" Y del trono salió una voz que decía: "¡Alaben ustedes a nuestro Dios, todos sus siervos, grandes y pequeños, que con reverente temor le sirven!"
Como el bullicio de una gran multitud, llegan las alabanzas de los santos de todos los tiempos. Hace un tiempo los hombres de nuestra iglesia describieron la experiencia de cantar un himno, "Cuán grande es Él" en una conferencia de un grupo denominado Promise Keepers [Cumplidores del pacto]. No tenían palabras que pudieran describir con precisión tan sublime experiencia. Su mejor intento por ponerlo en palabras fue: "¡Impresionante! ¡Simplemente impresionante!". ¿Pueden imaginarse entonces lo que será cuando cantemos "Santo, Santo, Santo" junto con los santos de todos los tiempos en la presencia de Dios? Nuestra adoración aquí en la tierra es la preparación para nuestra gran adoración futura en el cielo.
En tercer lugar está el aspecto del descanso. El descanso celestial aquí no implica una cesación de nuestras actividades, sino la experiencia de llegar a una meta de crucial importancia. El escritor de Hebreos 4:9, 10 dice, al hablar al pueblo de Dios: "Por consiguiente, queda todavía un reposo especial para el pueblo de Dios; porque el que entra en el reposo de Dios descansa también de sus obras, así como Dios descansó de las suyas". El cielo es la meta final que alcanzamos después de nuestro peregrinaje aquí en la tierra. Descansaremos de nuestros sufrimientos y esfuerzos contra las enfermedades, la carne, el mundo y el diablo.
En cuarto lugar serviremos al Señor. Lucas 19:11-27 enseña una parábola sobre la mayordomía. Los siervos juiciosos que multiplicaron los talentos del maestro recibieron autoridad sobre diez y cinco ciudades. Apocalipsis 22:3 nos dice: "El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad. Sus siervos lo adorarán". En 1 Corintios 6:3 Pablo reprende a los cristianos carnales que no pueden solucionar las diferencias entre ellos y les pregunta: "¿No saben que aun a los ángeles los juzgaremos?". En Apocalipsis 3:21 el Señor Jesús promete: "Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono". Aparentemente tendremos autoridad sobre una esfera del reino eterno de Dios. La cantidad que recibamos dependerá de nuestra fidelidad a él en esta tierra.
En quinto lugar, experimentaremos comunión con Dios y con los que nos rodean. Una de las experiencias más dolorosas es la despedida. Ya sea que un ser querido se traslade a otro lugar, o que muera, siempre implica dolor el decir adiós. El cristiano tiene la esperanza de saber que nuestras despedidas no serán para siempre. Algún día volveremos a encontrarnos, y esta vez nunca más volveremos a despedirnos. ¡Lo que encontrará el creyente después de la muerte es un futuro glorioso imposible de imaginar en todas sus dimensiones!
Notas
1. Gary Habermas & J.P. Moreland, Beyond Death (Wheaton, Ill.: Crossway Books, 1998), 156.
Bibliografía
Ankerberg, John & Weldon, John. The Facts on Near-Death Experiences. Eugene, OR.: Harvest House Publishers, 1991.
Eadie, Betty. Embraced by the Light. Placerville, CA.: Gold Leaf Press, 1992.
Erickson, Millard. Christian Theology. Grand Rapids, MI.: Baker Book House, 1985.
Fee, Gordon. International Commentary on the New Testament: First Corinthians. Grand Rapids, MI.: Eerdman's Publishing Company, 1987.
Habermas, Gary, & J.P. Moreland. Beyond Death. Wheaton, IL.: Crossway Books, 1998.
Hodge, Charles. Systematic Theology: Volume 3. Grand Rapids, MI.: Eerdman's Publishing Company, 1973.
Lutzer, Erwin. One Minute After You Die. Chicago: Moody Press, 1997.
MacArthur, John. The Glory of Heaven. Wheaton, IL.: Crossway Books, 1996.
Moody, Raymond. Life After Death. Atlanta: Mockingbird Books, 1975.
Mounce, Robert. International Commentary on the New Testament: Revelation. Grand Rapids, MI.: Eerdmans Publishing Company, 1977.
Pentecost, Dwight. "In My Father's House," Kindred Spirit. Invierno 1995, p. 5-7.
Ryrie, Charles. Basic Theology, Wheaton, IL.: Victor Books, 1988.
Smith, Wilbur. The Biblical Doctrine of Heaven. Chicago: Moody Press, 1968.
Tada, Joni Eareckson. Heaven, Your Real Home. Grand Rapids, MI,: Zondervan, 1995.
Walvoord, John. The Revelation of Jesus Christ. Chicago: Moody Press, 1966.
© 2006 Probe Ministries. Todos los derechos reservados.
Traducción: Elizabeth Birks
Acerca del Autor
Patrick Zukeran es un conferencista asociado de Probe Ministries. Se graduó de Point Loma Nazarene College en San Diego, California y tiene un Th.M. del Dallas Theological Seminary. Actualmente sirve como pastor del Asian American Baptist Church en Richardson, Texas. Si usted tiene algún comentario o pregunta sobre este artículo, envíelo por favor a espanol@probe.org. Por favor indique a qué artículo se está refiriendo.
¿Qué es Probe?
Probe Ministries es un ministerio sin fines de lucro cuya misión consiste en ayudar a la iglesia a renovar las mentes de los creyentes con una cosmovisión cristiana y equipar a la iglesia a reclutar al mundo para Cristo. Probe cumple su misión a través de nuestras conferencias Mind Games [Juegos para la Mente] para jóvenes y adultos, nuestro programa radial diario de 3 1/2 minutos, y nuestro extenso sitio Web en www.probe.org.
Puede obtenerse información adicional sobre los materiales y el ministerio de Probe contactándonos (en inglés, por favor) como dice abajo. Lamentamos que nadie en la oficina de Probe Ministries (Ministerios Probe) en Texas, EE. UU., habla español. El sitio web MinisteriosProbe.org consiste de artículos tradicidos de Probe.org.
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(115) Uno soy, no hay Elohim fuera de mi.
(115) Uno soy, no hay Elohim fuera de mi.Cuando YHWH envió a su Malaj/Angel a hablar con Moises en Exodo 3:14 y este último le pregunto por su nombre el dijo en Hebreo: “Ehie asher ehie…..Ehie” =”Seré el que sere….Seré ” que al ser traducido al griego se uso esta traducción: “Ego eimi ho on…Ho on”=”Yo soy el existente….el existente”
Ahora bien : en Juan 8:24 el dijo en Hebreo” Anihu”=”Yo soy el” en el idioma griego dice así: “Ego eimi”=”Yo soy”. No son las mismas palabras usadas en idioma Hebreo en Exodo 3:14, pero se puede observar que son traducidas de la misma manera en el idioma Griego.
En Juan 8:58 el dijo en hebreo: “Ani Haiti”=”YO ERA” en griego es: “Ego eimi” =”Yo soy” como veran en el hebreo se usan distintas palabra de expresión, el cual no varía en el griego de ahí la confusión. Tanto en Juan 8:24 como en Juan 8:58 se usa la misma forma “Ego eimi” pero NO en el Hebreo y en este último se nota la diferencia que en el griego no pueden notar.
Algunos creen erróneamente que el que vino fue el Padre y que este se envió así mismo, y estan totalmente alejadados de la verdad lo que sucede es que se tiene una idea equivocada de la palabra Hebrea Elohim la cual se ha traducido casi siempre como Dios, hay una confusión de términos y de significados.
En Isaias 45;5 Yahweh mismo dice que el es el único Elohim y que fuera de el no hay otro elohim, pero en Salmos 8:5 dice “Sin embargo lo hiciste poco menor que los seres divinos (elohim), lo coronaste de gloria y dignidad;” En la escritura Hebrea se usa la palabra elohim pero la Reina Valera lo traduce como “ángeles”.
En Génesis 23:6 se le llama elohím a Abraham. (nesí elohím = príncipe elohím.)
En Exodo 7:1 se le llama elohím a Moisés. (Reina V: “Yo te he constituido dios [elohim] para Faraón.”…
En Exodo 21:6 se le llama elohím a los jueces de Israel. (Reina: “Su amo lo traerá ante los jueces [elohím].”
En Salmo 82:6 se les llama elohím a los servidores de Yahwéh. (Reina: “Yo dije: Vosotros sois dioses [elohim].”…
En 2 Corintios 4:4 se le llama a Satán “el dios [elohim] de este siglo.”….
Y en Juan 1:1 [correctamente traducido] se le llama elohím al Verbo, pero no “el Elohím” sino “un elohím”, en el sentido de “un ser divino, poderoso, o celestial, como los malakím.”…..
Pero el apóstol Saulo pone la nota tónica de la teología mesiánica original del primer siglo, cuando dice (en versión de Reina-Valera): “Pues aunque haya algunos que se llamen dioses [elohím], sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses [elohim] y muchos señores [adoním]), para nosotros SÓLO HAY UN DIOS, EL PADRE.” Nota que él no dijo: “el Hijo.” Él dijo: El Padre.” “Para nosotros hay un solo Elohím, el Padre.” Porque, aunque la palabra “elohím” se le puede aplicar a ciertos seres creados, esto es solamente en sentido secundario, en el sentido de que son seres poderosos, virtuosos, celestiales, o investidos de autoridad. Pero en el sentido pleno, absoluto y exclusivo de la palabra, hay Un Solo Elohím: El Padre.
El Mesías mismo dijo en oración al Padre:
“Esta es la vida eterna: Que te conozcan a tí, el único Dios [Elohím] verdadero, y a Yehoshúa el Mesías, a quien has enviado,” (Juan 17:3).Un entendimiento defectuoso de estos conceptos es lo que ha llevado al desarrollo de la teologías diversas y totalmente alejadas de la verdad, y al desarrollo de una mesianología cristiana contraria al sentido original de lo que enseñó Shaul y de las Escrituras Hebreas Inspiradas.
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Uno soy, no hay Elohim fuera de mi.
18 de agosto de 2013
LA CENA DEL SEÑOR VS MISA CATÓLICO-ROMANA.
LO QUE JESÚS HIZO Y DIJO CONTRA LO QUE EL NO HIZO Y NO DIJO:
DE LA PASCUA JUDÍA A LA CENA DEL SEÑOR:
La Pascua era la festividad anual más sagrada de la religión judía. Conmemoraba la última plaga en Egipto, cuando los primogénitos de los egipcios murieron y los israelitas fueron perdonados por la sangre del cordero que fue rociada en los postes de sus ... Ver más
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Ahora bien : en Juan 8:24 el dijo en Hebreo” Anihu”=”Yo soy el” en el idioma griego dice así: “Ego eimi”=”Yo soy”. No son las mismas palabras usadas en idioma Hebreo en Exodo 3:14, pero se puede observar que son traducidas de la misma manera en el idioma Griego.
En Juan 8:58 el dijo en hebreo: “Ani Haiti”=”YO ERA” en griego es: “Ego eimi” =”Yo soy” como veran en el hebreo se usan distintas palabra de expresión, el cual no varía en el griego de ahí la confusión. Tanto en Juan 8:24 como en Juan 8:58 se usa la misma forma “Ego eimi” pero NO en el Hebreo y en este último se nota la diferencia que en el griego no pueden notar.
Algunos creen erróneamente que el que vino fue el Padre y que este se envió así mismo, y estan totalmente alejadados de la verdad lo que sucede es que se tiene una idea equivocada de la palabra Hebrea Elohim la cual se ha traducido casi siempre como Dios, hay una confusión de términos y de significados.
En Isaias 45;5 Yahweh mismo dice que el es el único Elohim y que fuera de el no hay otro elohim, pero en Salmos 8:5 dice “Sin embargo lo hiciste poco menor que los seres divinos (elohim), lo coronaste de gloria y dignidad;” En la escritura Hebrea se usa la palabra elohim pero la Reina Valera lo traduce como “ángeles”.
En Génesis 23:6 se le llama elohím a Abraham. (nesí elohím = príncipe elohím.)
En Exodo 7:1 se le llama elohím a Moisés. (Reina V: “Yo te he constituido dios [elohim] para Faraón.”…
En Exodo 21:6 se le llama elohím a los jueces de Israel. (Reina: “Su amo lo traerá ante los jueces [elohím].”
En Salmo 82:6 se les llama elohím a los servidores de Yahwéh. (Reina: “Yo dije: Vosotros sois dioses [elohim].”…
En 2 Corintios 4:4 se le llama a Satán “el dios [elohim] de este siglo.”….
Y en Juan 1:1 [correctamente traducido] se le llama elohím al Verbo, pero no “el Elohím” sino “un elohím”, en el sentido de “un ser divino, poderoso, o celestial, como los malakím.”…..
Pero el apóstol Saulo pone la nota tónica de la teología mesiánica original del primer siglo, cuando dice (en versión de Reina-Valera): “Pues aunque haya algunos que se llamen dioses [elohím], sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses [elohim] y muchos señores [adoním]), para nosotros SÓLO HAY UN DIOS, EL PADRE.” Nota que él no dijo: “el Hijo.” Él dijo: El Padre.” “Para nosotros hay un solo Elohím, el Padre.” Porque, aunque la palabra “elohím” se le puede aplicar a ciertos seres creados, esto es solamente en sentido secundario, en el sentido de que son seres poderosos, virtuosos, celestiales, o investidos de autoridad. Pero en el sentido pleno, absoluto y exclusivo de la palabra, hay Un Solo Elohím: El Padre.
El Mesías mismo dijo en oración al Padre:
“Esta es la vida eterna: Que te conozcan a tí, el único Dios [Elohím] verdadero, y a Yehoshúa el Mesías, a quien has enviado,” (Juan 17:3).Un entendimiento defectuoso de estos conceptos es lo que ha llevado al desarrollo de la teologías diversas y totalmente alejadas de la verdad, y al desarrollo de una mesianología cristiana contraria al sentido original de lo que enseñó Shaul y de las Escrituras Hebreas Inspiradas.
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Uno soy, no hay Elohim fuera de mi.
18 de agosto de 2013
LA CENA DEL SEÑOR VS MISA CATÓLICO-ROMANA.
LO QUE JESÚS HIZO Y DIJO CONTRA LO QUE EL NO HIZO Y NO DIJO:
DE LA PASCUA JUDÍA A LA CENA DEL SEÑOR:
La Pascua era la festividad anual más sagrada de la religión judía. Conmemoraba la última plaga en Egipto, cuando los primogénitos de los egipcios murieron y los israelitas fueron perdonados por la sangre del cordero que fue rociada en los postes de sus ... Ver más
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¿Qué sucede después de la muerte?
¿Qué sucede después de la muerte?¿No fue el Nuevo Testamento escrito cientos de años después de Cristo?
Aun cuando algunos afirman que el Nuevo Testamento fue escrito entre los 100 y 300 años después de que Cristo murió, la verdad es que éste fue escrito antes de que se terminara el 1° siglo por aquellos que conocían a Cristo personalmente, habían tenido encuentros con Él o que estaban bajo la dirección de aquellos que fueron Sus discípulos.
En el artículo ¿Cuándo fueron escritos los Evangelios y por Quién?, demostramos que Mateo, Marcos, y Lucas fueron escritos antes del año 70 D.C. El libro de los Hechos fue escrito por Lucas; pero en Hechos, Lucas no menciona la destrucción de Jerusalén la cual sucedió en el año 70 D.C., ni tampoco menciona las muertes de Santiago (62 D.C.), Pablo (64 D.C.), y Pedro (65 D.C.). Debido a que Hechos es un documento histórico que trata con la Iglesia, esperaríamos ver naturalmente, importantes eventos registrados si Hechos hubiera sido escrito después de los eventos antes mencionados. Hechos 1:1-2 menciona que éste es el segundo escrito de Lucas, por lo tanto, el Evangelio de Lucas fue escrito aún más temprano que el mismo libro de Hechos. Si decimos que fue escrito cinco años antes, esto significaría entonces que el Evangelio de Lucas fue escrito al menos en el año 55 D.C., aproximadamente 22 años después de la muerte de Cristo. Marcos también fue escrito antes de Lucas, así que esto significaría que lo registrado por los Evangelios fue escrito muy temprano y que había gente alrededor que verificaría en forma acertada la historicidad de los Evangelios.
Permítame repetirlo: Jesús profetizó la destrucción del Templo en los Evangelios: "En cuanto a estas cosas que veis, días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra, que no sea destruída." (Lc 21:6. Ver también Mateo 24:1; Marcos 13:1). Sin duda, si Mateo, Marcos y Lucas hubieran sido escritos después de la destrucción del Templo, estos habrían mencionado esta destrucción, pero debido a que no fue descrita en ninguno, es un fuerte indicador que fueron escritos antes del año 70 D.C.
El Evangelio de Juan fue escrito supuestamente por el apóstol Juan desde la perspectiva de un testigo de los eventos de la vida de Cristo. El fragmento 52 del papiro de John Rylands del Evangelio de Juan fechado en el año 135 contiene porciones de Juan 18:31-33, 37-38. Este fragmento fue encontrado en Egipto y fue necesaria una cantidad considerable de tiempo para la circulación del Evangelio antes de que llegara a Egipto. Este es el último de los Evangelios y parece haber sido escrito en los años 80 a 90 D.C.
Una anotación importante con relación a este Evangelio es la falta de mención de la destrucción del Templo Judío en el año 70 D.C. Pero esto es entendible ya que Juan no menciona la profecía de Jesús acerca de la destrucción del Templo debido a que no se estaba enfocando en los eventos históricos. En vez de esto, Juan se enfocó en el aspecto teológico de la persona de Cristo y enumeró Sus milagros y palabras que afirmaban Su Deidad. Esto tiene sentido debido a que previamente conocía los escritos de los otros Evangelios.
Los Escritos de Pablo:
Romanos, 1ª y 2ª Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1ª y 2ª Tesalonicenses, 1ª y 2ª Timoteo, Tito, Filemón
El apóstol Pablo fue un convertido al Cristianismo; y el Libro de Hechos menciona su conversión en Hechos 9. Debido a que Hechos fue escrito antes del 70 D.C.; Pablo escribió las Epístolas Paulinas antes de su muerte en el 64 D.C. Aún más, en 1ª Corintios 15:3-4 existe evidencia de un credo temprano de la Iglesia Cristiana donde Pablo menciona que Jesús murió y resucitó. "Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforma a las Escrituras;" (1 Co 15:3-4). Note que en el versículo 3 Pablo dice que el recibió esta información muy probablemente de los apóstoles debido a que había interactuado con ellos. Esto significa que Pablo recibió la versión del Evangelio a través de testigos. Los apóstoles y Pablo fueron contemporáneos y ellos murieron antes de que se acabara el 1° siglo; por lo tanto, los escritos de ellos fueron terminados dentro del tiempo de vida de los apóstoles de Jesús.
Hebreos
No se sabe con seguridad quién escribió el libro de Hebreos. Se ha propuesto su autoría a Pablo, Bernabé (Hch 4:36), Apolos (Hch 18:24), etc. La única área geográfica mencionada es Italia (He 13:24). La fecha más tardía posible para la escritura de Hebreos es el año 95 D.C., pero la época más temprana en la que pudo haber sido escrita es el año 67 D.C. El libro de Hebreos habla del sacrificio del Sumo Sacerdote en el tiempo presente (He 5:1-3; He 7:27) esto significa posiblemente que la destrucción del Templo de Jerusalén en el 70 D.C. no había sucedido todavía.
Santiago
Esta epístola afirma haber sido escrita por Santiago: "Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud." (Stg 1:1). La pregunta es: "Cuál Santiago?" ¿Es este Jacobo el hijo de Zebedeo (Nota: En algunas versiones Santiago se traduce también como Jacobo.) (Mt 10:2-3); Jacobo, el hijo de Alfeo (Mt 10:2-3), o el más comúnmente aceptado Santiago hermano de Jesús? "¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas?" (Mt 13:55-56). Note que el contexto de los versículos sugiere la familia cercana desde que éste menciona a la madre de Jesús, sus hermanos y hermanas: 1ª Corintios 15:7: "Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles;" Santiago fue martirizado por orden del Sumo Sacerdote Ananus después de la muerte del "procurador Festus en el año 61 D.C. (Josefo, Antigüedades 20.9)". Por lo tanto, la epístola de Santiago fue escrita antes del 61 D.C.1
1ª y 2ª Pedro
Ambas epístolas claramente establecen que fueron escritas por Pedro: Un testigo de la vida de Jesús y las apariciones posteriores a Su resurrección Aun cuando algunos han dudado de la autoría de estas dos epístolas, las declaraciones claras y abiertas de cada una nos dicen que Pedro fue su autor: "Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión..." (1 P 1:1) y "Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios..." (2 P 1:1). Por lo tanto, parece ciertamente de mucha lógica que Pedro sea el autor de las cartas que llevan su nombre. Pedro murió en Roma durante la persecución de los Cristianos en manos de Nerón alrededor del 64 D.C., así que las epístolas fueron obviamente escritas antes de ese tiempo.
1ª, 2ª, 3ª Juan
El escritor de 1ª Juan no se identifica a sí mismo en la carta. El escritor de 2ª y 3ª Juan se refiere así mismo como el "anciano" (2 Jn 1; 3 Jn 1). Con relación a la Primera Epístola, la autoría se puede determinar razonablemente como de Juan el Apóstol. El inicio de Juan está escrito desde la perspectiva de alguien que estuvo con Jesús (Jn 1:1-4). También, "Eusebio en 'Historia Eclesiástica, 3.39'; ('Ecclesiastical History, 3.39') dice de Papías, un oidor de Juan, y amigo de Policarpa que 'él usó testimonios de la Primera epístola de Juan.'" Ireneo, de acuerdo a Eusebio ("Historia Eclesiástica, 5.8"; ["Ecclesiastical History, 5.8"]), con frecuencia, citó esta epístola. De esta forma, en su trabajo "Contra las Herejías (3.15; 5, 8)" él cita de Juan 1ª Juan 2:18, utilizando su nombre. Clemente de Alejandría en "Miscelánea, 2.66, página 464" ("Miscellanies, 2.66, p. 464") se refiere a 1ª Juan 5:16, como a la "más larga epístola de Juan."2 "En las listas canónicas más tempranas, fechadas al final del siglo 2°, 1ª Juan ya aparece. Es más, la epístola 1ª Juan es citada como fidedigna por el Obispo Policarpo de Esmirna (un discípulo de Juan el apóstol) antes de la mitad del siglo 2°. El testimonio de 2ª Juan es casi tan bueno como el de 1ª Juan. No existe ninguna referencia a 3ª Juan en el siglo 2°, pero no es sorprendente, ya que ésta trata con un tema específico, local."3 Aún más, el estilo de las tres epístolas es muy similar al usado en el Evangelio de Juan. 1ª Juan menciona al "Verbo" (1 Jn 1:1) así como lo hace el Evangelio en Juan 1:1, etc. Parece que las epístolas fueron escritas después del Evangelio ya que éstas parecen asumir un conocimiento de los hechos del Evangelio. Las fechas de estos escritos varían desde el 60 D.C. hasta los inicios de los 90.4
Judas
Judas se identifica a sí mismo como el hermano de Santiago (Jud 1). Es muy probable que Judas, en verdadera humildad Cristiana, no quiera igualarse a sí mismo como el hermano de Jesús como se sustenta tradicionalmente y por la misma Escritura: "¿No es éste el hijo del carpintero? No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas?" (Mt 13:55).5 En lugar de esto, se menciona a sí mismo como siervo de Jesús de la misma forma como lo hace Santiago. La fecha del escrito parece estar entre el 68 D.C., hasta los inicios de los 90. Recuerde, que si Judas era hermano de Jesús nació después de Él lo que significaría lo tardío de la fecha del escrito: el de Judas fue posterior al de Santiago. No se menciona la destrucción de Jerusalén la cual podría haber estado incluida en el escrito considerando que Judas menciona los juicios de Dios tanto sobre los creyentes como los no creyentes (Jud 5-12). Sin embargo, parece ser que Judas pudo haber citado a Santiago.
Apocalipsis
El autor del libro de Apocalipsis es Juan. "La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan." (Ap 1:1). "Justino Mártir 'Diálogo con Trypho'", página 308; 139-161 D.C. ("Justin Martyr 'Dialogue with Trypho'", p. 308); cita del Apocalipsis, como la obra del apóstol Juan."6
Apocalipsis fue escrito probablemente al final de la vida del apóstol Juan. Algunos sostienen que fue en los años 90 y que éste fue el último libro escrito del Nuevo Testamento.
3. ¿No es la Biblia científicamente inexacta?
La Biblia no es un libro acerca de ciencia, pero cuando habla de forma científica, es exacta. De hecho, estuvo muy adelantada en comparación con cualquier otro escrito de su época. Por favor, considere lo siguiente:
1. La Forma de la Tierra
A. "El está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar." (Is 40:22).
i. Esto puede ser o no interpretado para apoyar la forma esférica de la tierra. El horizonte es un círculo y un círculo es plano.
2. La Tierra no está suspendida de algo
. "Él extiende el norte sobre vacío, Cuelga la tierra sobre nada." (Job 26:7).
. Esto es particularmente interesante considerando que la cosmología de otras culturas en esos tiempos no contaba con que la tierra no estuviera suspendida de algo, sino que de acuerdo a ellos, estaba suspendida sobre columnas, o personas, o animales.
3. Las estrellas son innumerables
. "Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia." (Gn 15:5).
4. La existencia de las cuencas del mar
. "…las cuencas del mar quedaron a la vista; al descubierto quedaron los cimientos de la tierra." (2 S 22:16, NVI).
5. La existencia de las fuentes en los mares y en los cielos
. "El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo (el mar), y las cataratas de los cielos fueron abiertos," (Gn 7:11). Ver también Génesis 8:2; Proverbios 8:28.
6. La Existencia de Senderos de Agua (Corrientes de Océano) en los Mares
. "ِOh Jehová, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!… 3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste,… 6 Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies:… 8 Las aves de los cielos y los peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar." (Sal 8:1,3,6,8).
7. El Ciclo Hidrológico
. "Ata las aguas en sus nubes, Y las nubes no se rompen debajo de ellas." (Job 26:8).
A. "Él atrae las aguas de las aguas, Al transformarse el vapor en lluvia, 28 La cual destilan las nubes, Goteando en abundancia sobre los hombres." (Job 36:27-28)
B. "El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo. 7 Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo." (Ec 1:6-7).
8. El concepto de Entropía
. "Desde el principio tú fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos. 26 Ellos perecerán, mas tú permanecerás; Y todos ellos como una vestidura se envejecerán; "(Sal 102:25-26).
9. La Naturaleza de la Salud, Sanidad y Enfermedad
. El listado para esta sección es demasiado largo; pero las referencias en la Escritura se encuentran en Levítico 12-14.
4. Los Escritores del Nuevo Testamento fueron parciales, ¿podemos por lo tanto, creer en el testimonio de ellos?
Sí. Podemos creer en el testimonio de ellos. Ser parcial acerca de algo no significa que Usted no pueda decir la verdad. Tome por ejemplo el caso del robo en un pequeño almacén. El ladrón dispara y hiere a dos empleados escapando, pero más tarde es detenido. En el juicio, los empleados, los cuales se han recuperado de sus heridas, son traídos a testificar. Ambos testigos serán parciales ya que ellos quisieran ver al perpetrador castigado. Aún así, el testimonio de ellos "el cual es, bajo juramento", es aceptado como perfectamente válido, probando así que no existen problemas obvios por el testimonio de quienes fueran heridos. Así que, por el hecho de ser parcial en algo, no significa automáticamente que el testimonio que nos dan no sea válido.
Los escritores del Nuevo Testamento fueron ciertamente parciales, pero la parcialidad de ellos fue dirigida honesta y verdaderamente, y en ningún momento fue usada para engañar. La intención de ellos era registrar y testificar en forma veraz acerca de los eventos que habían visto. Recuerde: Los discípulos eran seguidores de Jesús a quienes se les ensenó a amar, a ser amables, fieles y honestos. Pero esto, no fue todo. Jesús también les advirtió contra la hipocresía (Mt 6:1, y contra levantar falso testimonio (Mt 19:18). Toda la vida de Jesús se basó en la integridad, el carácter, la fidelidad, la credibilidad, el amor y el sacrificio. Esto fue lo que los discípulos aprendieron de Jesús y esto fue lo que enseñaron en sus escritos. Así que si ellos aprendieron algo de Jesús fue vivir en la verdad de la manera como Jesús lo dice: "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad." (Jn 17:17-19).
Aún más, el hecho es que había muchas personas alrededor que hubieran podido negar lo que los apóstoles habían escrito, si esto no era verdadero. No encontramos evidencia de tales cosas en ninguno de los escritos de la época. Es cierto, los discípulos fueron parciales; pero, ¿por qué? ¿Para mentir? ¿Para exagerar? ¿O fueron parciales hacia la verdad acerca de quién era Jesús y lo que Él había hecho?
Por cierto, solo porque los testigos escribieron acerca de que Jesús había resucitado de entre los muertos, esto no significa que realmente sucedió. Esto es verdad, pero ¿porqué los discípulos habrín de mentir acerca de este hecho? ¿Por qué arriesgar sus vidas, la de sus familias, los lazos culturales, y aun morir por esto si sabían que era una mentira desarrollada con base en su "parcialidad"? No tiene ningún sentido. Pero lo que sí tiene sentido es que los discípulos estaban diciendo la verdad.
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Aun cuando algunos afirman que el Nuevo Testamento fue escrito entre los 100 y 300 años después de que Cristo murió, la verdad es que éste fue escrito antes de que se terminara el 1° siglo por aquellos que conocían a Cristo personalmente, habían tenido encuentros con Él o que estaban bajo la dirección de aquellos que fueron Sus discípulos.
En el artículo ¿Cuándo fueron escritos los Evangelios y por Quién?, demostramos que Mateo, Marcos, y Lucas fueron escritos antes del año 70 D.C. El libro de los Hechos fue escrito por Lucas; pero en Hechos, Lucas no menciona la destrucción de Jerusalén la cual sucedió en el año 70 D.C., ni tampoco menciona las muertes de Santiago (62 D.C.), Pablo (64 D.C.), y Pedro (65 D.C.). Debido a que Hechos es un documento histórico que trata con la Iglesia, esperaríamos ver naturalmente, importantes eventos registrados si Hechos hubiera sido escrito después de los eventos antes mencionados. Hechos 1:1-2 menciona que éste es el segundo escrito de Lucas, por lo tanto, el Evangelio de Lucas fue escrito aún más temprano que el mismo libro de Hechos. Si decimos que fue escrito cinco años antes, esto significaría entonces que el Evangelio de Lucas fue escrito al menos en el año 55 D.C., aproximadamente 22 años después de la muerte de Cristo. Marcos también fue escrito antes de Lucas, así que esto significaría que lo registrado por los Evangelios fue escrito muy temprano y que había gente alrededor que verificaría en forma acertada la historicidad de los Evangelios.
Permítame repetirlo: Jesús profetizó la destrucción del Templo en los Evangelios: "En cuanto a estas cosas que veis, días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra, que no sea destruída." (Lc 21:6. Ver también Mateo 24:1; Marcos 13:1). Sin duda, si Mateo, Marcos y Lucas hubieran sido escritos después de la destrucción del Templo, estos habrían mencionado esta destrucción, pero debido a que no fue descrita en ninguno, es un fuerte indicador que fueron escritos antes del año 70 D.C.
El Evangelio de Juan fue escrito supuestamente por el apóstol Juan desde la perspectiva de un testigo de los eventos de la vida de Cristo. El fragmento 52 del papiro de John Rylands del Evangelio de Juan fechado en el año 135 contiene porciones de Juan 18:31-33, 37-38. Este fragmento fue encontrado en Egipto y fue necesaria una cantidad considerable de tiempo para la circulación del Evangelio antes de que llegara a Egipto. Este es el último de los Evangelios y parece haber sido escrito en los años 80 a 90 D.C.
Una anotación importante con relación a este Evangelio es la falta de mención de la destrucción del Templo Judío en el año 70 D.C. Pero esto es entendible ya que Juan no menciona la profecía de Jesús acerca de la destrucción del Templo debido a que no se estaba enfocando en los eventos históricos. En vez de esto, Juan se enfocó en el aspecto teológico de la persona de Cristo y enumeró Sus milagros y palabras que afirmaban Su Deidad. Esto tiene sentido debido a que previamente conocía los escritos de los otros Evangelios.
Los Escritos de Pablo:
Romanos, 1ª y 2ª Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1ª y 2ª Tesalonicenses, 1ª y 2ª Timoteo, Tito, Filemón
El apóstol Pablo fue un convertido al Cristianismo; y el Libro de Hechos menciona su conversión en Hechos 9. Debido a que Hechos fue escrito antes del 70 D.C.; Pablo escribió las Epístolas Paulinas antes de su muerte en el 64 D.C. Aún más, en 1ª Corintios 15:3-4 existe evidencia de un credo temprano de la Iglesia Cristiana donde Pablo menciona que Jesús murió y resucitó. "Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforma a las Escrituras;" (1 Co 15:3-4). Note que en el versículo 3 Pablo dice que el recibió esta información muy probablemente de los apóstoles debido a que había interactuado con ellos. Esto significa que Pablo recibió la versión del Evangelio a través de testigos. Los apóstoles y Pablo fueron contemporáneos y ellos murieron antes de que se acabara el 1° siglo; por lo tanto, los escritos de ellos fueron terminados dentro del tiempo de vida de los apóstoles de Jesús.
Hebreos
No se sabe con seguridad quién escribió el libro de Hebreos. Se ha propuesto su autoría a Pablo, Bernabé (Hch 4:36), Apolos (Hch 18:24), etc. La única área geográfica mencionada es Italia (He 13:24). La fecha más tardía posible para la escritura de Hebreos es el año 95 D.C., pero la época más temprana en la que pudo haber sido escrita es el año 67 D.C. El libro de Hebreos habla del sacrificio del Sumo Sacerdote en el tiempo presente (He 5:1-3; He 7:27) esto significa posiblemente que la destrucción del Templo de Jerusalén en el 70 D.C. no había sucedido todavía.
Santiago
Esta epístola afirma haber sido escrita por Santiago: "Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud." (Stg 1:1). La pregunta es: "Cuál Santiago?" ¿Es este Jacobo el hijo de Zebedeo (Nota: En algunas versiones Santiago se traduce también como Jacobo.) (Mt 10:2-3); Jacobo, el hijo de Alfeo (Mt 10:2-3), o el más comúnmente aceptado Santiago hermano de Jesús? "¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas?" (Mt 13:55-56). Note que el contexto de los versículos sugiere la familia cercana desde que éste menciona a la madre de Jesús, sus hermanos y hermanas: 1ª Corintios 15:7: "Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles;" Santiago fue martirizado por orden del Sumo Sacerdote Ananus después de la muerte del "procurador Festus en el año 61 D.C. (Josefo, Antigüedades 20.9)". Por lo tanto, la epístola de Santiago fue escrita antes del 61 D.C.1
1ª y 2ª Pedro
Ambas epístolas claramente establecen que fueron escritas por Pedro: Un testigo de la vida de Jesús y las apariciones posteriores a Su resurrección Aun cuando algunos han dudado de la autoría de estas dos epístolas, las declaraciones claras y abiertas de cada una nos dicen que Pedro fue su autor: "Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión..." (1 P 1:1) y "Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios..." (2 P 1:1). Por lo tanto, parece ciertamente de mucha lógica que Pedro sea el autor de las cartas que llevan su nombre. Pedro murió en Roma durante la persecución de los Cristianos en manos de Nerón alrededor del 64 D.C., así que las epístolas fueron obviamente escritas antes de ese tiempo.
1ª, 2ª, 3ª Juan
El escritor de 1ª Juan no se identifica a sí mismo en la carta. El escritor de 2ª y 3ª Juan se refiere así mismo como el "anciano" (2 Jn 1; 3 Jn 1). Con relación a la Primera Epístola, la autoría se puede determinar razonablemente como de Juan el Apóstol. El inicio de Juan está escrito desde la perspectiva de alguien que estuvo con Jesús (Jn 1:1-4). También, "Eusebio en 'Historia Eclesiástica, 3.39'; ('Ecclesiastical History, 3.39') dice de Papías, un oidor de Juan, y amigo de Policarpa que 'él usó testimonios de la Primera epístola de Juan.'" Ireneo, de acuerdo a Eusebio ("Historia Eclesiástica, 5.8"; ["Ecclesiastical History, 5.8"]), con frecuencia, citó esta epístola. De esta forma, en su trabajo "Contra las Herejías (3.15; 5, 8)" él cita de Juan 1ª Juan 2:18, utilizando su nombre. Clemente de Alejandría en "Miscelánea, 2.66, página 464" ("Miscellanies, 2.66, p. 464") se refiere a 1ª Juan 5:16, como a la "más larga epístola de Juan."2 "En las listas canónicas más tempranas, fechadas al final del siglo 2°, 1ª Juan ya aparece. Es más, la epístola 1ª Juan es citada como fidedigna por el Obispo Policarpo de Esmirna (un discípulo de Juan el apóstol) antes de la mitad del siglo 2°. El testimonio de 2ª Juan es casi tan bueno como el de 1ª Juan. No existe ninguna referencia a 3ª Juan en el siglo 2°, pero no es sorprendente, ya que ésta trata con un tema específico, local."3 Aún más, el estilo de las tres epístolas es muy similar al usado en el Evangelio de Juan. 1ª Juan menciona al "Verbo" (1 Jn 1:1) así como lo hace el Evangelio en Juan 1:1, etc. Parece que las epístolas fueron escritas después del Evangelio ya que éstas parecen asumir un conocimiento de los hechos del Evangelio. Las fechas de estos escritos varían desde el 60 D.C. hasta los inicios de los 90.4
Judas
Judas se identifica a sí mismo como el hermano de Santiago (Jud 1). Es muy probable que Judas, en verdadera humildad Cristiana, no quiera igualarse a sí mismo como el hermano de Jesús como se sustenta tradicionalmente y por la misma Escritura: "¿No es éste el hijo del carpintero? No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas?" (Mt 13:55).5 En lugar de esto, se menciona a sí mismo como siervo de Jesús de la misma forma como lo hace Santiago. La fecha del escrito parece estar entre el 68 D.C., hasta los inicios de los 90. Recuerde, que si Judas era hermano de Jesús nació después de Él lo que significaría lo tardío de la fecha del escrito: el de Judas fue posterior al de Santiago. No se menciona la destrucción de Jerusalén la cual podría haber estado incluida en el escrito considerando que Judas menciona los juicios de Dios tanto sobre los creyentes como los no creyentes (Jud 5-12). Sin embargo, parece ser que Judas pudo haber citado a Santiago.
Apocalipsis
El autor del libro de Apocalipsis es Juan. "La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan." (Ap 1:1). "Justino Mártir 'Diálogo con Trypho'", página 308; 139-161 D.C. ("Justin Martyr 'Dialogue with Trypho'", p. 308); cita del Apocalipsis, como la obra del apóstol Juan."6
Apocalipsis fue escrito probablemente al final de la vida del apóstol Juan. Algunos sostienen que fue en los años 90 y que éste fue el último libro escrito del Nuevo Testamento.
3. ¿No es la Biblia científicamente inexacta?
La Biblia no es un libro acerca de ciencia, pero cuando habla de forma científica, es exacta. De hecho, estuvo muy adelantada en comparación con cualquier otro escrito de su época. Por favor, considere lo siguiente:
1. La Forma de la Tierra
A. "El está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar." (Is 40:22).
i. Esto puede ser o no interpretado para apoyar la forma esférica de la tierra. El horizonte es un círculo y un círculo es plano.
2. La Tierra no está suspendida de algo
. "Él extiende el norte sobre vacío, Cuelga la tierra sobre nada." (Job 26:7).
. Esto es particularmente interesante considerando que la cosmología de otras culturas en esos tiempos no contaba con que la tierra no estuviera suspendida de algo, sino que de acuerdo a ellos, estaba suspendida sobre columnas, o personas, o animales.
3. Las estrellas son innumerables
. "Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia." (Gn 15:5).
4. La existencia de las cuencas del mar
. "…las cuencas del mar quedaron a la vista; al descubierto quedaron los cimientos de la tierra." (2 S 22:16, NVI).
5. La existencia de las fuentes en los mares y en los cielos
. "El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo (el mar), y las cataratas de los cielos fueron abiertos," (Gn 7:11). Ver también Génesis 8:2; Proverbios 8:28.
6. La Existencia de Senderos de Agua (Corrientes de Océano) en los Mares
. "ِOh Jehová, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!… 3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste,… 6 Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies:… 8 Las aves de los cielos y los peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar." (Sal 8:1,3,6,8).
7. El Ciclo Hidrológico
. "Ata las aguas en sus nubes, Y las nubes no se rompen debajo de ellas." (Job 26:8).
A. "Él atrae las aguas de las aguas, Al transformarse el vapor en lluvia, 28 La cual destilan las nubes, Goteando en abundancia sobre los hombres." (Job 36:27-28)
B. "El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo. 7 Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo." (Ec 1:6-7).
8. El concepto de Entropía
. "Desde el principio tú fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos. 26 Ellos perecerán, mas tú permanecerás; Y todos ellos como una vestidura se envejecerán; "(Sal 102:25-26).
9. La Naturaleza de la Salud, Sanidad y Enfermedad
. El listado para esta sección es demasiado largo; pero las referencias en la Escritura se encuentran en Levítico 12-14.
4. Los Escritores del Nuevo Testamento fueron parciales, ¿podemos por lo tanto, creer en el testimonio de ellos?
Sí. Podemos creer en el testimonio de ellos. Ser parcial acerca de algo no significa que Usted no pueda decir la verdad. Tome por ejemplo el caso del robo en un pequeño almacén. El ladrón dispara y hiere a dos empleados escapando, pero más tarde es detenido. En el juicio, los empleados, los cuales se han recuperado de sus heridas, son traídos a testificar. Ambos testigos serán parciales ya que ellos quisieran ver al perpetrador castigado. Aún así, el testimonio de ellos "el cual es, bajo juramento", es aceptado como perfectamente válido, probando así que no existen problemas obvios por el testimonio de quienes fueran heridos. Así que, por el hecho de ser parcial en algo, no significa automáticamente que el testimonio que nos dan no sea válido.
Los escritores del Nuevo Testamento fueron ciertamente parciales, pero la parcialidad de ellos fue dirigida honesta y verdaderamente, y en ningún momento fue usada para engañar. La intención de ellos era registrar y testificar en forma veraz acerca de los eventos que habían visto. Recuerde: Los discípulos eran seguidores de Jesús a quienes se les ensenó a amar, a ser amables, fieles y honestos. Pero esto, no fue todo. Jesús también les advirtió contra la hipocresía (Mt 6:1, y contra levantar falso testimonio (Mt 19:18). Toda la vida de Jesús se basó en la integridad, el carácter, la fidelidad, la credibilidad, el amor y el sacrificio. Esto fue lo que los discípulos aprendieron de Jesús y esto fue lo que enseñaron en sus escritos. Así que si ellos aprendieron algo de Jesús fue vivir en la verdad de la manera como Jesús lo dice: "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad." (Jn 17:17-19).
Aún más, el hecho es que había muchas personas alrededor que hubieran podido negar lo que los apóstoles habían escrito, si esto no era verdadero. No encontramos evidencia de tales cosas en ninguno de los escritos de la época. Es cierto, los discípulos fueron parciales; pero, ¿por qué? ¿Para mentir? ¿Para exagerar? ¿O fueron parciales hacia la verdad acerca de quién era Jesús y lo que Él había hecho?
Por cierto, solo porque los testigos escribieron acerca de que Jesús había resucitado de entre los muertos, esto no significa que realmente sucedió. Esto es verdad, pero ¿porqué los discípulos habrín de mentir acerca de este hecho? ¿Por qué arriesgar sus vidas, la de sus familias, los lazos culturales, y aun morir por esto si sabían que era una mentira desarrollada con base en su "parcialidad"? No tiene ningún sentido. Pero lo que sí tiene sentido es que los discípulos estaban diciendo la verdad.
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¿Qué sucede después de la muerte?
¿Qué sucede después de la muerte?Que es la Ruaj o Espíritu
Introducción
Mucho se ha hablado sobre la existencia del Espíritu, algunas religiones tienen conceptos distintos, apoyando sus pensamientos en la Biblia y otras de fuentes externas.
Lo que are es mezclar ambos, Tanaj y Berit Hajadasha más fuentes externas, mezclando un poco de Ciencia mas religión buscando conciliar ambas, empecemos.
Comencemos con la primera mención que hace la Tanaj con respecto al Espíritu
GENESIS VERSÍCULOS 1-2: EN EL PRINCIPIO
“1EN el principio crió Dios los cielos y la tierra. 2Y la tierra estaba desordenada (hebreo:to∙hu) y vacía (hebreo: wa∙bo∙hu), y las tinieblas estaban sobre la haz del abismo, y el Espíritu o Ruaj de Dios (hebreo: weruah elo•him – viento/espíritu/aliento de Dios) se movía sobre la haz de las aguas.”
Como se puede apreciar en esta porción del capitulo de Génesis, se habla de un viento, al cual se compara con el Ruaj o Espíritu de Dios, ahora la pregunta es: ¿es este cualquier viento indistinto o se trata de algo más que una simple ventisca? Veamos que dice la ciencia con respecto a algunos puntos flojos de la evolución:
Un texto moderno universitario de biología lo pone de la siguiente manera:
"Prueba de que la teoría de la evolución es cierta, en el sentido riguroso de una verificación o demostración experimental científica, es imposible por varias razones. La razón mas importante es que la evolución es un fenómeno histórico." O sea, que quiere decir que es un “Fenómeno Histórico”, que no puede repetirse es indemostrable.
Otras opiniones dicen lo siguiente: “Hay un cuerpo creciente de evidencias que indican que la atmósfera terrestre primitiva tenia oxigeno y por lo tanto no pudo estar compuesta por los materiales que proponen Oparin, Holdane, y otros. El oxigeno destruiría estos químicos pre-bióticos al reaccionar con ellos. El Dr. Robert Shapiro, bioquímico evolucionista, dedica un capítulo completo titulado "La Chispa y el Caldo" en uno de sus libros en el cual trata el tema del "Mito del Caldo pre-biótico".
Este tema es complejo, pero las pruebas hablan a las claras, que el comienzo de la vida es un tema escabroso para la ciencia.
La vida surgió de los mares, otras teorías dicen que surgió de la tierra.
Todo tipo de vegetación es un misterio, ¿que fue primero, la semilla o el árbol?
Son temas que la ciencia no puede responder, si la vida surgió de los mares, que llevo a la existencia a la semilla o como surgió toda vida animal de manera tal y, que toda existencia la vemos en parejitas y cada especie según su genero.
La respuesta es obvia, Yahweh el único Elohim verdadero, es el responsable que estemos aquí.
Este Espíritu que se movía sobre toda la superficie terrestre, tenia poder para crear la vida ya que la vida existe en si mismo, el es la fuente de la vida y la muerte no tiene poderío sobre el. “y el Espíritu de Dios (weruah elo•him en griego es Neuma– viento/espíritu/aliento de Dios) se movía sobre la haz de las aguas”.
¿Es este Espíritu un viento comun? ¿Puede un simple viento, crear vegetación sin la semilla antes? ¿Puede un simple viento, crear vida celular compleja hasta llegar a lo que conocemos como seres vivos y racionales, como los seres humanos?
Solo un poder majestuoso pudo crear vida haciendo uso de la materia, y moldearla a su antojo y sabiduría, Dios.
Un poder que va más allá de nuestra imaginación y comprensión, nuestra mente limitada e imperfecta, no puede llegar a comprender la majestuosidad de un poder Divino Santo y Todo Poderoso, como el que Yahweh el Elohim de todo Espíritu tiene.
Comenzare con la exposición ¿Que dice la Tanaj o el mal llamado Viejo testamento y, la Berit Hajadasha o el mal llamado Nuevo testamento sobre el Espíritu? Veamos
“Gén 1:26 Entonces dijo Elohim: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra
semejanza.”… ¿Este versículo nos abre la mente y la pregunta es, en que somos semejantes a Yahweh? Si digo en el cuerpo mi respuesta seria no, mi cuerpo es corruptible por tanto este reflejaría la imagen de Dios, pero con respeto a la semejanza, ¿a que se referirá?. Veamos, si Nuestro Padre es Espíritu, no seria descabellado pensar que el no diera un Ruaj o Espíritu a nuestro cuerpo, que dice la escritura:
Juan 4...
24 “Dios es espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”.
Esta es nuestra semejanza nuestro Espíritu,
Hebreos 12: 9 Además, teníamos a nuestros padres según la carne, que nos Corregían, y les respetábamos. ¿No nos someteremos mejor al Padre de los espíritus para vivir?.... O sea, nuestra semejanza es en el espíritu.
Tenemos un Elohim, y el es Elohim=Dios, de todo Espíritu, si esto es verdad, el espíritu no es una simple exhalación, veamos:
" Entonces respondió Moisés a Yahweh, diciendo: Ponga Yahweh, Elohim de los espíritus de toda carne, un varón sobre la congregación." (NUMEROS 27:15,16.)
" El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios." (ROMANOS 8:16.)
" Porque Yahweh no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven." (LUCAS 20:38.)
¿Que es lo que aprovecha, el Espiritu o la carne? Veamos
" El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida." (JUAN 6:63.)
" El tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Yehoshua." (1ª CORINTIOS 5:5.)
Mateo 10:28 «Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna.
Yeshua Ha Mashiaj el Rey de Israel mi Señor comparo a nuestro cuerpo, con un vestido o prenda el dijo
Mateo 6:25 «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
Esto se asemeja a lo que dijo Saulo de Tarso
" Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna en los cielos.
Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo(cuerpo) gemimos con angustia;
porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.
Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista);
pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. Por lo tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables."
(2ª CORINTIOS 5:1-9.)
Nosotros mismos desconocemos esta realidad de nuestro Padre que esta en los cielos
" Todo lo hizo hermoso en su tiempo, y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin." (ECLESIASTÉS 3:11.)
Tenemos una esperanza, somos ciudadanos del Cielo esperamos la vuelta de nuestro Rey Mashiaj, para que transforme nuestros cuerpos corruptos en una nueva naturaleza
“Filipenses 3:20 Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Señor Yeshua Ha Mashiaj, 21 el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene de someter a sí todas las cosas.”
Ahora bien, los sheidim o demonios también calificados como espíritus inmundos, ya conocían a Yeshua y quien era, ya que lo nombraban por el titulo legitimo que Yahweh le dio “Hijo de Elohim”. Mas los antiguos profetas, profetizaron las funciones de este Rey Mashiaj el cual es el mas grande de los Reyes de la tierra.
Marcos 3:11 Y los espíritus inmundos, al verle, se postraban delante de él, y daban voces, diciendo: Tú eres el Hijo de Dios.
Lucas 4:41 También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesias.
Que dice la Tanaj, con respecto al espiritismo y similares
Deuteronomio 18:10, 11 dice:
Nadie entre los tuyos deberá sacrificar a su hijo o hija en el fuego; ni practicar adivinación, brujería o hechicería; ni hacer conjuros, servir de médium espiritista o consultar a los muertos . . .
Los cananeos consultaban a los espíritus y a los muertos con la esperanza de obtener poder y de predecir los eventos futuros. Esta práctica es una abominación ante Dios y es la razón por la que los cananeos fueron expulsados de esa tierra. Israel recibió la advertencia de no imitar a los cananeos, pues de lo contrario ellos sufrirían una pena similar. El contacto con los muertos está prohibido.
En Hechos 16:16 Pablo se encontró con una joven que podía predecir el futuro porque estaba poseída por un espíritu. Sabiendo esto, Pablo finalmente expulsó al espíritu.
La Biblia siempre prohíbe la práctica de la necromancia. Algunos intentaron defender la necromancia señalando el pasaje de 1 Samuel 28. Aquí Saúl pide a la adivina de Endor que llame a Samuel de la tumba. El espíritu de Samuel se levanta y anuncia un mensaje profético a Saúl. Las opiniones de los estudiosos bíblicos están divididas con respecto a este relato. Algunos creen que fue un impostor demoníaco haciéndose pasar por Samuel. Yo creo que, ya que se cumplió esta profecía, éste realmente era el profeta Samuel. A pesar de la desobediencia de Saúl, Dios hizo una excepción en este caso.
Luego de esta exposición, que cada quien saque sus propias conclusiones, yo ya saque las mías. ¡Shalom Aleijem!
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Introducción
Mucho se ha hablado sobre la existencia del Espíritu, algunas religiones tienen conceptos distintos, apoyando sus pensamientos en la Biblia y otras de fuentes externas.
Lo que are es mezclar ambos, Tanaj y Berit Hajadasha más fuentes externas, mezclando un poco de Ciencia mas religión buscando conciliar ambas, empecemos.
Comencemos con la primera mención que hace la Tanaj con respecto al Espíritu
GENESIS VERSÍCULOS 1-2: EN EL PRINCIPIO
“1EN el principio crió Dios los cielos y la tierra. 2Y la tierra estaba desordenada (hebreo:to∙hu) y vacía (hebreo: wa∙bo∙hu), y las tinieblas estaban sobre la haz del abismo, y el Espíritu o Ruaj de Dios (hebreo: weruah elo•him – viento/espíritu/aliento de Dios) se movía sobre la haz de las aguas.”
Como se puede apreciar en esta porción del capitulo de Génesis, se habla de un viento, al cual se compara con el Ruaj o Espíritu de Dios, ahora la pregunta es: ¿es este cualquier viento indistinto o se trata de algo más que una simple ventisca? Veamos que dice la ciencia con respecto a algunos puntos flojos de la evolución:
Un texto moderno universitario de biología lo pone de la siguiente manera:
"Prueba de que la teoría de la evolución es cierta, en el sentido riguroso de una verificación o demostración experimental científica, es imposible por varias razones. La razón mas importante es que la evolución es un fenómeno histórico." O sea, que quiere decir que es un “Fenómeno Histórico”, que no puede repetirse es indemostrable.
Otras opiniones dicen lo siguiente: “Hay un cuerpo creciente de evidencias que indican que la atmósfera terrestre primitiva tenia oxigeno y por lo tanto no pudo estar compuesta por los materiales que proponen Oparin, Holdane, y otros. El oxigeno destruiría estos químicos pre-bióticos al reaccionar con ellos. El Dr. Robert Shapiro, bioquímico evolucionista, dedica un capítulo completo titulado "La Chispa y el Caldo" en uno de sus libros en el cual trata el tema del "Mito del Caldo pre-biótico".
Este tema es complejo, pero las pruebas hablan a las claras, que el comienzo de la vida es un tema escabroso para la ciencia.
La vida surgió de los mares, otras teorías dicen que surgió de la tierra.
Todo tipo de vegetación es un misterio, ¿que fue primero, la semilla o el árbol?
Son temas que la ciencia no puede responder, si la vida surgió de los mares, que llevo a la existencia a la semilla o como surgió toda vida animal de manera tal y, que toda existencia la vemos en parejitas y cada especie según su genero.
La respuesta es obvia, Yahweh el único Elohim verdadero, es el responsable que estemos aquí.
Este Espíritu que se movía sobre toda la superficie terrestre, tenia poder para crear la vida ya que la vida existe en si mismo, el es la fuente de la vida y la muerte no tiene poderío sobre el. “y el Espíritu de Dios (weruah elo•him en griego es Neuma– viento/espíritu/aliento de Dios) se movía sobre la haz de las aguas”.
¿Es este Espíritu un viento comun? ¿Puede un simple viento, crear vegetación sin la semilla antes? ¿Puede un simple viento, crear vida celular compleja hasta llegar a lo que conocemos como seres vivos y racionales, como los seres humanos?
Solo un poder majestuoso pudo crear vida haciendo uso de la materia, y moldearla a su antojo y sabiduría, Dios.
Un poder que va más allá de nuestra imaginación y comprensión, nuestra mente limitada e imperfecta, no puede llegar a comprender la majestuosidad de un poder Divino Santo y Todo Poderoso, como el que Yahweh el Elohim de todo Espíritu tiene.
Comenzare con la exposición ¿Que dice la Tanaj o el mal llamado Viejo testamento y, la Berit Hajadasha o el mal llamado Nuevo testamento sobre el Espíritu? Veamos
“Gén 1:26 Entonces dijo Elohim: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra
semejanza.”… ¿Este versículo nos abre la mente y la pregunta es, en que somos semejantes a Yahweh? Si digo en el cuerpo mi respuesta seria no, mi cuerpo es corruptible por tanto este reflejaría la imagen de Dios, pero con respeto a la semejanza, ¿a que se referirá?. Veamos, si Nuestro Padre es Espíritu, no seria descabellado pensar que el no diera un Ruaj o Espíritu a nuestro cuerpo, que dice la escritura:
Juan 4...
24 “Dios es espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”.
Esta es nuestra semejanza nuestro Espíritu,
Hebreos 12: 9 Además, teníamos a nuestros padres según la carne, que nos Corregían, y les respetábamos. ¿No nos someteremos mejor al Padre de los espíritus para vivir?.... O sea, nuestra semejanza es en el espíritu.
Tenemos un Elohim, y el es Elohim=Dios, de todo Espíritu, si esto es verdad, el espíritu no es una simple exhalación, veamos:
" Entonces respondió Moisés a Yahweh, diciendo: Ponga Yahweh, Elohim de los espíritus de toda carne, un varón sobre la congregación." (NUMEROS 27:15,16.)
" El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios." (ROMANOS 8:16.)
" Porque Yahweh no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven." (LUCAS 20:38.)
¿Que es lo que aprovecha, el Espiritu o la carne? Veamos
" El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida." (JUAN 6:63.)
" El tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Yehoshua." (1ª CORINTIOS 5:5.)
Mateo 10:28 «Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna.
Yeshua Ha Mashiaj el Rey de Israel mi Señor comparo a nuestro cuerpo, con un vestido o prenda el dijo
Mateo 6:25 «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
Esto se asemeja a lo que dijo Saulo de Tarso
" Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna en los cielos.
Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo(cuerpo) gemimos con angustia;
porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.
Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista);
pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. Por lo tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables."
(2ª CORINTIOS 5:1-9.)
Nosotros mismos desconocemos esta realidad de nuestro Padre que esta en los cielos
" Todo lo hizo hermoso en su tiempo, y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin." (ECLESIASTÉS 3:11.)
Tenemos una esperanza, somos ciudadanos del Cielo esperamos la vuelta de nuestro Rey Mashiaj, para que transforme nuestros cuerpos corruptos en una nueva naturaleza
“Filipenses 3:20 Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Señor Yeshua Ha Mashiaj, 21 el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene de someter a sí todas las cosas.”
Ahora bien, los sheidim o demonios también calificados como espíritus inmundos, ya conocían a Yeshua y quien era, ya que lo nombraban por el titulo legitimo que Yahweh le dio “Hijo de Elohim”. Mas los antiguos profetas, profetizaron las funciones de este Rey Mashiaj el cual es el mas grande de los Reyes de la tierra.
Marcos 3:11 Y los espíritus inmundos, al verle, se postraban delante de él, y daban voces, diciendo: Tú eres el Hijo de Dios.
Lucas 4:41 También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesias.
Que dice la Tanaj, con respecto al espiritismo y similares
Deuteronomio 18:10, 11 dice:
Nadie entre los tuyos deberá sacrificar a su hijo o hija en el fuego; ni practicar adivinación, brujería o hechicería; ni hacer conjuros, servir de médium espiritista o consultar a los muertos . . .
Los cananeos consultaban a los espíritus y a los muertos con la esperanza de obtener poder y de predecir los eventos futuros. Esta práctica es una abominación ante Dios y es la razón por la que los cananeos fueron expulsados de esa tierra. Israel recibió la advertencia de no imitar a los cananeos, pues de lo contrario ellos sufrirían una pena similar. El contacto con los muertos está prohibido.
En Hechos 16:16 Pablo se encontró con una joven que podía predecir el futuro porque estaba poseída por un espíritu. Sabiendo esto, Pablo finalmente expulsó al espíritu.
La Biblia siempre prohíbe la práctica de la necromancia. Algunos intentaron defender la necromancia señalando el pasaje de 1 Samuel 28. Aquí Saúl pide a la adivina de Endor que llame a Samuel de la tumba. El espíritu de Samuel se levanta y anuncia un mensaje profético a Saúl. Las opiniones de los estudiosos bíblicos están divididas con respecto a este relato. Algunos creen que fue un impostor demoníaco haciéndose pasar por Samuel. Yo creo que, ya que se cumplió esta profecía, éste realmente era el profeta Samuel. A pesar de la desobediencia de Saúl, Dios hizo una excepción en este caso.
Luego de esta exposición, que cada quien saque sus propias conclusiones, yo ya saque las mías. ¡Shalom Aleijem!
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¿Qué sucede después de la muerte?
¿Qué sucede después de la muerte?
¿Qué sucede después de la muerte?
Patrick Zukeran
Distintas perspectivas sobre la muerte
Desde el principio de la humanidad, el hombre se plantea la pregunta "¿Qué sucede después de la muerte?". Nuestra respuesta ante esta disyuntiva tiene enorme implicancias para nuestra vida aquí en la tierra. Si bien hay muchos que intentan escapar del tema, tarde o temprano debemos enfrentarlo. Hay muchas respuestas a esta pregunta, todas ellas distintas.
Los ateos creen que al morir dejamos de existir. No hay vida después de la muerte ni un alma eterna que continúa hasta la eternidad. Lo único que podemos esperar es nuestra muerte inevitable, la futura muerte de la humanidad, y del universo. Y es frente a este futuro que el ateo debe encontrar un sentido y un propósito para su propia existencia.
Las religiones orientales y de la Nueva Era, que apoyan una visión panteísta del mundo, enseñan que cada uno atraviesa un ciclo infinito de reencarnaciones hasta que se rompe el ciclo y la persona se hace uno con lo divino. La forma que tome una persona en la vida siguiente dependerá de la calidad de la vida anterior. Al unirse con lo divino, deja de existir como individuo, pero se vuelve parte de la fuerza de vida divina, como una gota de agua que vuelve al océano.
Los que sostienen religiones animistas o tribales creen que después de la muerte el alma humana permanece en la tierra o viaja para reunirse con los espíritus de los ancestros que yacen en el submundo, también llamado el reino de las sombras. Durante toda la eternidad vagan a oscuras, sin experimentar gozo o desolación. Se puede llamar a los espíritus de algunos muertos para ayudar o atormentar a los que están en la tierra.
El Islam enseña que al final de los tiempos Dios juzgara las obras de todos los hombres. Aquellos cuyas buenas obras son más que sus malas obras entrarán en el reino de los cielos. El resto quedará sentenciado al infierno. El Corán enseña que en el cielo los hombres tomarán vino y recibirán las atenciones de doncellas celestiales, y que podrán tomar a varias de estas doncellas por esposas.
La mayoría de las perspectivas del mundo deben aceptar la creencia en la vida después de la muerte sobre la base de una fe no comprobada, pero la esperanza cristiana tiene una particular certeza por dos razones: la resurrección de Cristo y el testimonio de la Palabra de Dios. La Biblia ofrece la visión verídica de lo que sucede después de la muerte. Sin embargo, muchos cristianos están equivocados con respecto a su interpretación de la vida después de la muerte. Algunos creen que se convierten en ángeles, otros creen que entran en un estado de "sueño del alma", mientras que aun otros creen que estarán flotando en las nubes tocando el arpa. En este artículo consideraremos algunos de los conceptos populares erróneos de lo que hay más allá de la tumba, e intentaremos percibir lo que enseña la Biblia.
Los cristianos pueden tener la certeza de que la muerte es algo que no deben temer. Muy por el contrario, al morir llegamos a nuestro hogar en el cielo. El vivir implica existir en un país extranjero. La muerte ya no tiene aguijón y hoy es victoria a través de la resurrección de Jesús nuestro Señor.
Experiencias cercanas a la muerte
En los últimos treinta años hubo miles de personas que afirmaron haber tenido experiencias cercanas a la muerte (ECM; en inglés, NDE:"near death experiences"). Las ECM son sucesos en los que una persona en estado de total conciencia abandona su cuerpo e ingresa en otro mundo. Las experiencias de este tipo llevaron a una transformación total en la vida de muchas personas. ¿Qué interpretación se puede dar a estos relatos?
Es importante comprender que las ECM provienen de personas que han estado clínicamente y no biológicamente muertas. En el caso de muerte clínica, desaparecen todas las señales externas de vida, como la conciencia, el pulso y la respiración. En estos casos sobreviene la muerte biológica si no se toman medidas para revertir la situación. La muerte biológica, en cambio, no se puede cambiar con ningún tipo de atención o cuidados, ya que es físicamente irreversible.{1}
Los relatos de ECM se producen en distintas etapas de la muerte clínica. Algunos ocurren cuando el paciente se encuentra en estado de coma, muy cercano a la muerte, o ya clínicamente muerto. Otros relatos se producen cuando deja de latir el corazón del paciente, o cuando el cerebro del paciente deja de registrar actividad en el monitor del EEG. No existen registros de casos de muerte biológica o irreversible durante un tiempo significativo seguido de una resurrección.
Lo que intriga a científicos y teólogos por igual en sus estudios de las ECM es que muchos pacientes describen experiencias similares, entre las que se incluyen abandonar el cuerpo y observar desde arriba mientras los médicos están trabajando, ingresar a un túnel oscuro, ver luz, ver a otras personas, encuentros con seres espirituales, una sensación de inmensa paz, y luego el retorno al cuerpo.
Muchos científicos y médicos con distintas visiones del mundo han intentado encontrar una explicación de este fenómeno. Los que tienen una visión atea buscan darle explicaciones desde lo natural, que van desde alucinaciones inducidas por la medicación, reacciones químicas que experimenta el cerebro durante una crisis cercana a la muerte, encuentros anteriores que habían caído en el olvido, y otras. Pero de ninguna manera logran develar este fenómeno.
Muchas ECM se producen sin medicación, como en el caso de personas rescatadas del agua, clínicamente muertas. Además, miles de víctimas de ECM pudieron describir claramente y con lujo de detalles lugares y personas que vieron mientras se encontraban en estado de muerte clínica. Una jovencita, que se encontraba casi muerta, pudo describir lo que hizo su familia esa noche en la casa, lo que hicieron para cenar, dónde se sentó cada uno e incluso las conversaciones que tuvieron. Otros pudieron describir en detalle objetos que se hallaban en habitaciones cercanas y más alejadas de la propia. Un paciente describió un zapato que estaba en la azotea del hospital. Cuando las enfermeras fueron a ver, encontraron el zapato exactamente como lo había descrito ella. Un niño que sufrió un accidente junto a su madre y su hermano dijo a los que lo rodeaban, sólo unos instantes antes de morir: "Me están esperando ahora". El médico descubrió que justamente a esa hora en otro hospital habían muerto la madre y el hermano del niño. Gary Habermas y J.P. Moreland consideran el tema de las ECM desde distintas perspectivas en su libro Beyond Death [Más allá de la muerte], donde argumentan que las explicaciones desde lo natural no aclaran de manera satisfactoria lo que sucede durante las ECM.
Si bien las ECM no ofrecen una prueba concluyente de la existencia del cielo o del infierno, al menos indican que en el momento de la muerte el alma se separa del cuerpo y que el espíritu de la persona está conciente y es coherente.
Sin embargo, las ECM no reflejan claramente lo que se encuentra más allá de la tumba. Las ECM son relatos que ofrecen apenas un vistazo de lo que sucede más allá de la cortina de la muerte, y por lo tanto el panorama que nos dan es incompleto. Colosenses 1:18 nos dice que Jesús "es el primogénito de la resurrección, para ser en todo primero". Cristo superó la muerte biológica y vive para siempre con autoridad sobre toda la creación. Su supremacía sobre todas las cosas se estableció a través de su resurrección. Sabemos, además, que Satanás se disfraza de ángel de luz y que puede aparecer con distintos aspectos. Es fundamental que evaluemos todas las experiencias a la luz de las Escrituras.
¿Podemos comunicarnos con los muertos?
¿Los espíritus de los muertos pueden comunicarse con los vivos? Uno de los programas más populares de la televisión moderna es "Crossing Over" [Cruzando del otro lado], conducido por el vidente John Edward. Al igual que otros videntes, Edward asegura poder comunicarse con los espíritus de los muertos. Deja boquiabiertos a los espectadores al revelarles detalles que sólo el ser amado fallecido podría saber. A partir de esta comunicación, las personas buscan consuelo, consejos y aliento. La Biblia enseña que la comunicación con los muertos no es posible. Una y otra vez en la Biblia, Dios ordena a su pueblo desistir de la práctica de la necromancia, el arte de comunicarse con los muertos. Deuteronomio 18:10, 11 dice:
Nadie entre los tuyos deberá sacrificar a su hijo o hija en el fuego; ni practicar adivinación, brujería o hechicería; ni hacer conjuros, servir de médium espiritista o consultar a los muertos . . .
Los cananeos consultaban a los espíritus y a los muertos con la esperanza de obtener poder y de predecir los eventos futuros. Esta práctica es una abominación ante Dios y es la razón por la que los cananeos fueron expulsados de esa tierra. Israel recibió la advertencia de no imitar a los cananeos, pues de lo contrario ellos sufrirían una pena similar.
El contacto con los muertos está prohibido porque los espíritus de los muertos no pueden comunicarse con los vivos. En Lucas 16, el hombre rico que sufría en el infierno buscaba una manera de comunicarse con su familia que estaba viva para advertirles del destino que les esperaba. Sin embargo, no hubo manera de que se comunicara con ellos, y los vivos tampoco podían comunicarse con él.
¿Con quiénes se están comunicando, entonces, los médium y espiritistas? Si efectivamente están comunicándose con un ser espiritual, lo más probable es que sea un impostor demoníaco. Y si bien el espíritu demoníaco puede comunicar algunas cosas ciertas, la verdadera intención del espíritu es engañar a los familiares y alejarlos del Señor. Esta práctica a la larga puede llevar a la posesión demoníaca y a que la persona quede muy lastimada.
En Hechos 16:16 Pablo se encontró con una joven que podía predecir el futuro porque estaba poseída por un espíritu. Sabiendo esto, Pablo finalmente expulsó al espíritu. La Biblia siempre prohíbe la práctica de la necromancia.
Algunos seguramente intentarán defender la necromancia señalando el pasaje de 1 Samuel 28. Aquí Saúl pide a la adivina de Endor que llame a Samuel de la tumba. El espíritu de Samuel se levanta y anuncia un mensaje profético a Saúl. Las opiniones de los estudiosos bíblicos están divididas con respecto a este relato. Algunos creen que fue un impostor demoníaco haciéndose pasar por Samuel. Yo creo que, ya que se cumplió esta profecía, éste realmente era el profeta Samuel. A pesar de la desobediencia de Saúl, Dios hizo una excepción en este caso.
Cualquiera sea el punto de vista que uno defienda, es claro que este versículo no nos alienta a consultar con los médium. Saúl en este momento de su vida estaba fuera de la voluntad de Dios y debido a que el Espíritu de Dios le había abandonado, no podía recibir palabra de Dios. Desesperado, y siguiendo una constante en su vida, desobedeció a Dios, y sufrió las consecuencias. Este relato de Saúl nos enseña una lección y no es un ejemplo que debamos seguir.
Un minuto después de la muerte
¿Qué sucede con nuestro último aliento? La Biblia nos enseña lo que habrá de ocurrir. En primer lugar, nuestra alma y espíritu inmaterial se separan de nuestro cuerpo físico. Luego, recibiremos de inmediato la sentencia en el juicio que determinará nuestro destino eterno. Aquellos que hayan confiado en el pago de Cristo en la cruz por nuestros pecados entrarán a la vida eterna en la presencia de Dios. 2 Corintios 5:8 dice: "Así que nos mantenemos confiados y preferiríamos ausentarnos de este cuerpo y vivir junto al Señor". No habrá demora en un estado de inconsciencia al que muchos denominan "sueño del alma-2. Estaremos de inmediato ante la presencia de Dios. En segundo lugar, el alma en el cielo se perfecciona en santidad, y desaparece por completo nuestra antigua naturaleza pecaminosa. Hebreos 12:23 menciona "los espíritus de los justos que han llegado a la perfección". Los espíritus de los santos están en el reino de los cielos y han llegado a la perfección. La lucha contra el pecado que describió Pablo y en la cual participan todos los cristianos finaliza para siempre cuando, después de la muerte, entramos en nuestra condición glorificada.
Aquellos que rechazan este don recibirán lo que han elegido, la eternidad separados de Dios en el infierno. Hebreos 9:27 dice: "Así como está establecido que los seres humanos mueran una vez, y después venga el juicio..." No hay segunda oportunidad, y no hay ciclo de reencarnación. Nuestro destino eterno está determinado por la decisión que tomamos con respecto a Cristo aquí en la tierra. Muchos asumen que después de recibir a Cristo todo lo que queda es una entrada gozosa al paraíso. Las Escrituras nos enseñan que Jesús nos recompensará según la manera en que hayamos vivido en la tierra. Enseñó este principio con la parábola de los talentos en Lucas 19. A cada siervo se le encomendó que administrara los talentos que su señor le entregaba. Al retorno del señor, cada siervo debía rendir cuentas sobre la forma en que había administrado los talentos encomendados. Los siervos juiciosos recibieron una recompensa mientras que el siervo malvado fue expulsado.
La lección para el cristiano es que cada uno de nosotros deberá rendir cuentas por el tiempo que hemos pasado aquí en la tierra. Esto no es lo mismo que el juicio que evaluará nuestra condición con respecto a la salvación. La muerte de Cristo en la cruz permite que todos los que crean entren al reino de Dios. Seremos juzgados por nuestras obras hechas a partir del momento de nuestra salvación. Este juicio a los creyentes se denomina el Tribunal de Cristo, acontecimiento que se describe en 1 Corintios 3:11-15:
Porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo. Si alguien construye sobre este fundamento, ya sea con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y paja, su obra se mostrará tal cual es, pues el día del juicio la dejará al descubierto. El fuego la dará a conocer, y pondrá a prueba la calidad del trabajo de cada uno. Si lo que alguien ha construido permanece, recibirá su recompensa, pero si su obra es consumida por las llamas, él sufrirá pérdida. Será salvo, pero como quien pasa por el fuego.
Pablo declara que Cristo es nuestro fundamento. Nuestras obras son la edificación sobre este fundamento. Los materiales de oro, plata y piedras preciosas se refieren a obras realizadas con motivos puros para la gloria de Dios. Las obras de madera, heno y paja son las que se hacen con motivos equivocados, sólo para gloriarse uno mismo.
En el Tribunal de Cristo nuestras obras serán probadas con fuego divino. Aquellas obras que se hicieron para la gloria de Dios resistirán las llamas y serán nuestra recompensa. Algunos verán con tristeza cómo las llamas consumen ante sus ojos todas las obras que realizaron en la tierra y entrarán al cielo con poca recompensa o ninguna.
Los no creyentes serán juzgados y sentenciados al infierno. Al final de los tiempos se enfrentarán al juicio ante el Gran Trono Blanco. Aquí serán juzgados todos los muertos no justos desde el comienzo de los tiempos conforme a su rechazo del Salvador. Luego serán echados al lago de fuego para toda la eternidad. Apocalipsis 20:11-15 dice:
Luego vi un gran trono blanco y a alguien que estaba sentado en él. De su presencia huyeron la tierra y el cielo, sin dejar rastro alguno. Vi también a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Se abrieron unos libros, y luego otro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados según los que habían hecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros. El mar devolvió sus muertos; la muerte y el infierno devolvieron los suyos, y cada uno fue juzgado según lo que había hecho. La muerte y el infierno fueron arrojados al lago de fuego. Este lago de fuego es la muerte segunda. Aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era arrojado al lago de fuego. Sabiendo que como cristianos algún día tendremos que rendir cuentas de nuestras vidas, deberíamos vivir como juiciosos mayordomos administrando lo que Dios nos dio. El saber el destino que le tocará a los que no son salvos debería llenarnos del coraje de compartir a Cristo sin vergüenza, con urgencia, a todos los que nos rodean. El saber lo que se encuentra más allá de la tumba debería motivarnos a vivir nuestra vida en la tierra con una misión.
¿Cómo seremos en el cielo?
En el momento de la muerte física, el alma se separa del cuerpo y entra de inmediato a la presencia del Señor. Miremos una vez más las palabras de Pablo en 2 Corintios 5:8, que dice: "Así que nos mantenemos confiados y preferiríamos ausentarnos de este cuerpo y vivir junto al Señor". El alma en el cielo se perfecciona en santidad y desaparece por completo nuestra antigua naturaleza pecaminosa. Como se señaló anteriormente, Hebreos 12:23 menciona "los espíritus de los justos que han llegado a la perfección". Los espíritus de los santos están en el cielo y han llegado a la perfección. La lucha contra el pecado que describió Pablo y en la cual participan todos los cristianos finaliza para siempre cuando, después de la muerte, entramos en nuestra condición glorificada.
No permaneceremos en el reino de los cielos como alma sin cuerpo. En el tiempo establecido por Dios habrá una resurrección final donde el espíritu se unirá al cuerpo resucitado. Si bien varían las opiniones de los cristianos con respecto a cuándo se producirá esta resurrección, todos estamos de acuerdo con respecto a la resurrección del cuerpo. ¿Qué apariencia tendrá el cuerpo resucitado? Filipenses 3:20, 21 dice: "Somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como su cuerpo glorioso". 1 Juan 3:2 promete: "Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es".
A partir de estos dos pasajes sabemos que nuestros cuerpos glorificados serán como el de Cristo. No seremos deificados, sino que nuestros cuerpos tendrán las mismas cualidades que el cuerpo resucitado de Jesús. Nuestros cuerpos celestiales serán nuestros cuerpos terrenales glorificados. El cuerpo de Cristo que murió en la cruz era el mismo que resucitó. Su cuerpo glorificado pudo pasar a través de las paredes, aparecer repentinamente, y ascender a los cielos.
2 Corintios 5:1 nos dice: "Tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas". Las manos de Dios formarán el cuerpo resucitado. Según dice 1 Corintios 15:39, 40, 42b, 43:
No todos los cuerpos son iguales: hay cuerpos humanos; también los hay de animales terrestres, de aves y de peces. Así mismo hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero el esplendor de los cuerpos celestes es uno, y el de los cuerpos terrestres es otro. . . Lo que se siembra en corrupción, resucita en incorrupción; lo que se siembra en oprobio, resucita en gloria; lo que se siembra en debilidad, resucita en poder; se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual. Al responder a los que desprecian la resurrección, Pablo explica que nuestros cuerpos celestiales tendrán diferencias con nuestros cuerpos terrenales. Serán cuerpos encarnados, pero tan distintos de nuestros cuerpos terrenales como lo son nuestros cuerpos de los de los animales.
Podemos concluir además que, como una semilla, el cuerpo será sembrado o enterrado y que algún día volverá a la vida. Se entierra en muerte, corrupción, debilidad y deshonor. Al resucitar será cambiado desde todos los puntos de vista. Resucita imperecedero, glorioso, poderoso y espiritual. Entonces tendremos cuerpos eternos, permanentes y perfeccionados.
También mantendremos nuestra identidad. En Lucas 16:23, Lázaro, el hombre rico, y Abraham retuvieron todos su identidad. Llegará el día en que ya no tendremos que enfrentarnos a la debilidad del pecado, la enfermedad, la vejez. Hay un gran futuro por delante para los que están en Cristo.
¿Qué haremos en el cielo?
¿Qué haremos en el cielo durante toda la eternidad? Algunos se imaginan jugando al golf eternamente, mientras que otros imaginan santos flotando en las nubes con arpas de oro. Si bien son pensamientos agradables, no llegan a vislumbrar el glorioso futuro que les espera a los que están en Cristo. Sabemos relativamente poco sobre las actividades que tendrán lugar en el cielo ya que sólo se nos ofrece un breve pantallazo de nuestra vida venidera. En primer lugar, el momento que los santos de todos los tiempos esperan ansiosos es encontrarse cara a cara con el Señor al que han servido. Este será el primer y más grandioso momento después de la muerte física. A partir de allí disfrutaremos de la "koinonia" y la comunión en su presencia durante toda la eternidad.
En segundo lugar, nuestra vida en el cielo implica adoración. Tenemos una clara descripción de esto en Apocalipsis 19:1-5:
Después de esto oí en el cielo un tremendo bullicio, como el de una inmensa multitud que exclamaba: "¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder son de nuestro Dios, pues sus juicios son verdaderos y justos..." Y volvieron a exclamar: "¡Aleluya! El humo de ella sube por los siglos de los siglos." Entonces los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y dijeron: "¡Amén, Aleluya!" Y del trono salió una voz que decía: "¡Alaben ustedes a nuestro Dios, todos sus siervos, grandes y pequeños, que con reverente temor le sirven!"
Como el bullicio de una gran multitud, llegan las alabanzas de los santos de todos los tiempos. Hace un tiempo los hombres de nuestra iglesia describieron la experiencia de cantar un himno, "Cuán grande es Él" en una conferencia de un grupo denominado Promise Keepers [Cumplidores del pacto]. No tenían palabras que pudieran describir con precisión tan sublime experiencia. Su mejor intento por ponerlo en palabras fue: "¡Impresionante! ¡Simplemente impresionante!". ¿Pueden imaginarse entonces lo que será cuando cantemos "Santo, Santo, Santo" junto con los santos de todos los tiempos en la presencia de Dios? Nuestra adoración aquí en la tierra es la preparación para nuestra gran adoración futura en el cielo.
En tercer lugar está el aspecto del descanso. El descanso celestial aquí no implica una cesación de nuestras actividades, sino la experiencia de llegar a una meta de crucial importancia. El escritor de Hebreos 4:9, 10 dice, al hablar al pueblo de Dios: "Por consiguiente, queda todavía un reposo especial para el pueblo de Dios; porque el que entra en el reposo de Dios descansa también de sus obras, así como Dios descansó de las suyas". El cielo es la meta final que alcanzamos después de nuestro peregrinaje aquí en la tierra. Descansaremos de nuestros sufrimientos y esfuerzos contra las enfermedades, la carne, el mundo y el diablo.
En cuarto lugar serviremos al Señor. Lucas 19:11-27 enseña una parábola sobre la mayordomía. Los siervos juiciosos que multiplicaron los talentos del maestro recibieron autoridad sobre diez y cinco ciudades. Apocalipsis 22:3 nos dice: "El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad. Sus siervos lo adorarán". En 1 Corintios 6:3 Pablo reprende a los cristianos carnales que no pueden solucionar las diferencias entre ellos y les pregunta: "¿No saben que aun a los ángeles los juzgaremos?". En Apocalipsis 3:21 el Señor Jesús promete: "Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono". Aparentemente tendremos autoridad sobre una esfera del reino eterno de Dios. La cantidad que recibamos dependerá de nuestra fidelidad a él en esta tierra.
En quinto lugar, experimentaremos comunión con Dios y con los que nos rodean. Una de las experiencias más dolorosas es la despedida. Ya sea que un ser querido se traslade a otro lugar, o que muera, siempre implica dolor el decir adiós. El cristiano tiene la esperanza de saber que nuestras despedidas no serán para siempre. Algún día volveremos a encontrarnos, y esta vez nunca más volveremos a despedirnos. ¡Lo que encontrará el creyente después de la muerte es un futuro glorioso imposible de imaginar en todas sus dimensiones!
Notas
1. Gary Habermas & J.P. Moreland, Beyond Death (Wheaton, Ill.: Crossway Books, 1998), 156.
Bibliografía
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Habermas, Gary, & J.P. Moreland. Beyond Death. Wheaton, IL.: Crossway Books, 1998.
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Lutzer, Erwin. One Minute After You Die. Chicago: Moody Press, 1997.
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Walvoord, John. The Revelation of Jesus Christ. Chicago: Moody Press, 1966.
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Traducción: Elizabeth Birks
Acerca del Autor
Patrick Zukeran es un conferencista asociado de Probe Ministries. Se graduó de Point Loma Nazarene College en San Diego, California y tiene un Th.M. del Dallas Theological Seminary. Actualmente sirve como pastor del Asian American Baptist Church en Richardson, Texas. Si usted tiene algún comentario o pregunta sobre este artículo, envíelo por favor a espanol@probe.org. Por favor indique a qué artículo se está refiriendo.
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¿Qué sucede después de la muerte?
Patrick Zukeran
Distintas perspectivas sobre la muerte
Desde el principio de la humanidad, el hombre se plantea la pregunta "¿Qué sucede después de la muerte?". Nuestra respuesta ante esta disyuntiva tiene enorme implicancias para nuestra vida aquí en la tierra. Si bien hay muchos que intentan escapar del tema, tarde o temprano debemos enfrentarlo. Hay muchas respuestas a esta pregunta, todas ellas distintas.
Los ateos creen que al morir dejamos de existir. No hay vida después de la muerte ni un alma eterna que continúa hasta la eternidad. Lo único que podemos esperar es nuestra muerte inevitable, la futura muerte de la humanidad, y del universo. Y es frente a este futuro que el ateo debe encontrar un sentido y un propósito para su propia existencia.
Las religiones orientales y de la Nueva Era, que apoyan una visión panteísta del mundo, enseñan que cada uno atraviesa un ciclo infinito de reencarnaciones hasta que se rompe el ciclo y la persona se hace uno con lo divino. La forma que tome una persona en la vida siguiente dependerá de la calidad de la vida anterior. Al unirse con lo divino, deja de existir como individuo, pero se vuelve parte de la fuerza de vida divina, como una gota de agua que vuelve al océano.
Los que sostienen religiones animistas o tribales creen que después de la muerte el alma humana permanece en la tierra o viaja para reunirse con los espíritus de los ancestros que yacen en el submundo, también llamado el reino de las sombras. Durante toda la eternidad vagan a oscuras, sin experimentar gozo o desolación. Se puede llamar a los espíritus de algunos muertos para ayudar o atormentar a los que están en la tierra.
El Islam enseña que al final de los tiempos Dios juzgara las obras de todos los hombres. Aquellos cuyas buenas obras son más que sus malas obras entrarán en el reino de los cielos. El resto quedará sentenciado al infierno. El Corán enseña que en el cielo los hombres tomarán vino y recibirán las atenciones de doncellas celestiales, y que podrán tomar a varias de estas doncellas por esposas.
La mayoría de las perspectivas del mundo deben aceptar la creencia en la vida después de la muerte sobre la base de una fe no comprobada, pero la esperanza cristiana tiene una particular certeza por dos razones: la resurrección de Cristo y el testimonio de la Palabra de Dios. La Biblia ofrece la visión verídica de lo que sucede después de la muerte. Sin embargo, muchos cristianos están equivocados con respecto a su interpretación de la vida después de la muerte. Algunos creen que se convierten en ángeles, otros creen que entran en un estado de "sueño del alma", mientras que aun otros creen que estarán flotando en las nubes tocando el arpa. En este artículo consideraremos algunos de los conceptos populares erróneos de lo que hay más allá de la tumba, e intentaremos percibir lo que enseña la Biblia.
Los cristianos pueden tener la certeza de que la muerte es algo que no deben temer. Muy por el contrario, al morir llegamos a nuestro hogar en el cielo. El vivir implica existir en un país extranjero. La muerte ya no tiene aguijón y hoy es victoria a través de la resurrección de Jesús nuestro Señor.
Experiencias cercanas a la muerte
En los últimos treinta años hubo miles de personas que afirmaron haber tenido experiencias cercanas a la muerte (ECM; en inglés, NDE:"near death experiences"). Las ECM son sucesos en los que una persona en estado de total conciencia abandona su cuerpo e ingresa en otro mundo. Las experiencias de este tipo llevaron a una transformación total en la vida de muchas personas. ¿Qué interpretación se puede dar a estos relatos?
Es importante comprender que las ECM provienen de personas que han estado clínicamente y no biológicamente muertas. En el caso de muerte clínica, desaparecen todas las señales externas de vida, como la conciencia, el pulso y la respiración. En estos casos sobreviene la muerte biológica si no se toman medidas para revertir la situación. La muerte biológica, en cambio, no se puede cambiar con ningún tipo de atención o cuidados, ya que es físicamente irreversible.{1}
Los relatos de ECM se producen en distintas etapas de la muerte clínica. Algunos ocurren cuando el paciente se encuentra en estado de coma, muy cercano a la muerte, o ya clínicamente muerto. Otros relatos se producen cuando deja de latir el corazón del paciente, o cuando el cerebro del paciente deja de registrar actividad en el monitor del EEG. No existen registros de casos de muerte biológica o irreversible durante un tiempo significativo seguido de una resurrección.
Lo que intriga a científicos y teólogos por igual en sus estudios de las ECM es que muchos pacientes describen experiencias similares, entre las que se incluyen abandonar el cuerpo y observar desde arriba mientras los médicos están trabajando, ingresar a un túnel oscuro, ver luz, ver a otras personas, encuentros con seres espirituales, una sensación de inmensa paz, y luego el retorno al cuerpo.
Muchos científicos y médicos con distintas visiones del mundo han intentado encontrar una explicación de este fenómeno. Los que tienen una visión atea buscan darle explicaciones desde lo natural, que van desde alucinaciones inducidas por la medicación, reacciones químicas que experimenta el cerebro durante una crisis cercana a la muerte, encuentros anteriores que habían caído en el olvido, y otras. Pero de ninguna manera logran develar este fenómeno.
Muchas ECM se producen sin medicación, como en el caso de personas rescatadas del agua, clínicamente muertas. Además, miles de víctimas de ECM pudieron describir claramente y con lujo de detalles lugares y personas que vieron mientras se encontraban en estado de muerte clínica. Una jovencita, que se encontraba casi muerta, pudo describir lo que hizo su familia esa noche en la casa, lo que hicieron para cenar, dónde se sentó cada uno e incluso las conversaciones que tuvieron. Otros pudieron describir en detalle objetos que se hallaban en habitaciones cercanas y más alejadas de la propia. Un paciente describió un zapato que estaba en la azotea del hospital. Cuando las enfermeras fueron a ver, encontraron el zapato exactamente como lo había descrito ella. Un niño que sufrió un accidente junto a su madre y su hermano dijo a los que lo rodeaban, sólo unos instantes antes de morir: "Me están esperando ahora". El médico descubrió que justamente a esa hora en otro hospital habían muerto la madre y el hermano del niño. Gary Habermas y J.P. Moreland consideran el tema de las ECM desde distintas perspectivas en su libro Beyond Death [Más allá de la muerte], donde argumentan que las explicaciones desde lo natural no aclaran de manera satisfactoria lo que sucede durante las ECM.
Si bien las ECM no ofrecen una prueba concluyente de la existencia del cielo o del infierno, al menos indican que en el momento de la muerte el alma se separa del cuerpo y que el espíritu de la persona está conciente y es coherente.
Sin embargo, las ECM no reflejan claramente lo que se encuentra más allá de la tumba. Las ECM son relatos que ofrecen apenas un vistazo de lo que sucede más allá de la cortina de la muerte, y por lo tanto el panorama que nos dan es incompleto. Colosenses 1:18 nos dice que Jesús "es el primogénito de la resurrección, para ser en todo primero". Cristo superó la muerte biológica y vive para siempre con autoridad sobre toda la creación. Su supremacía sobre todas las cosas se estableció a través de su resurrección. Sabemos, además, que Satanás se disfraza de ángel de luz y que puede aparecer con distintos aspectos. Es fundamental que evaluemos todas las experiencias a la luz de las Escrituras.
¿Podemos comunicarnos con los muertos?
¿Los espíritus de los muertos pueden comunicarse con los vivos? Uno de los programas más populares de la televisión moderna es "Crossing Over" [Cruzando del otro lado], conducido por el vidente John Edward. Al igual que otros videntes, Edward asegura poder comunicarse con los espíritus de los muertos. Deja boquiabiertos a los espectadores al revelarles detalles que sólo el ser amado fallecido podría saber. A partir de esta comunicación, las personas buscan consuelo, consejos y aliento. La Biblia enseña que la comunicación con los muertos no es posible. Una y otra vez en la Biblia, Dios ordena a su pueblo desistir de la práctica de la necromancia, el arte de comunicarse con los muertos. Deuteronomio 18:10, 11 dice:
Nadie entre los tuyos deberá sacrificar a su hijo o hija en el fuego; ni practicar adivinación, brujería o hechicería; ni hacer conjuros, servir de médium espiritista o consultar a los muertos . . .
Los cananeos consultaban a los espíritus y a los muertos con la esperanza de obtener poder y de predecir los eventos futuros. Esta práctica es una abominación ante Dios y es la razón por la que los cananeos fueron expulsados de esa tierra. Israel recibió la advertencia de no imitar a los cananeos, pues de lo contrario ellos sufrirían una pena similar.
El contacto con los muertos está prohibido porque los espíritus de los muertos no pueden comunicarse con los vivos. En Lucas 16, el hombre rico que sufría en el infierno buscaba una manera de comunicarse con su familia que estaba viva para advertirles del destino que les esperaba. Sin embargo, no hubo manera de que se comunicara con ellos, y los vivos tampoco podían comunicarse con él.
¿Con quiénes se están comunicando, entonces, los médium y espiritistas? Si efectivamente están comunicándose con un ser espiritual, lo más probable es que sea un impostor demoníaco. Y si bien el espíritu demoníaco puede comunicar algunas cosas ciertas, la verdadera intención del espíritu es engañar a los familiares y alejarlos del Señor. Esta práctica a la larga puede llevar a la posesión demoníaca y a que la persona quede muy lastimada.
En Hechos 16:16 Pablo se encontró con una joven que podía predecir el futuro porque estaba poseída por un espíritu. Sabiendo esto, Pablo finalmente expulsó al espíritu. La Biblia siempre prohíbe la práctica de la necromancia.
Algunos seguramente intentarán defender la necromancia señalando el pasaje de 1 Samuel 28. Aquí Saúl pide a la adivina de Endor que llame a Samuel de la tumba. El espíritu de Samuel se levanta y anuncia un mensaje profético a Saúl. Las opiniones de los estudiosos bíblicos están divididas con respecto a este relato. Algunos creen que fue un impostor demoníaco haciéndose pasar por Samuel. Yo creo que, ya que se cumplió esta profecía, éste realmente era el profeta Samuel. A pesar de la desobediencia de Saúl, Dios hizo una excepción en este caso.
Cualquiera sea el punto de vista que uno defienda, es claro que este versículo no nos alienta a consultar con los médium. Saúl en este momento de su vida estaba fuera de la voluntad de Dios y debido a que el Espíritu de Dios le había abandonado, no podía recibir palabra de Dios. Desesperado, y siguiendo una constante en su vida, desobedeció a Dios, y sufrió las consecuencias. Este relato de Saúl nos enseña una lección y no es un ejemplo que debamos seguir.
Un minuto después de la muerte
¿Qué sucede con nuestro último aliento? La Biblia nos enseña lo que habrá de ocurrir. En primer lugar, nuestra alma y espíritu inmaterial se separan de nuestro cuerpo físico. Luego, recibiremos de inmediato la sentencia en el juicio que determinará nuestro destino eterno. Aquellos que hayan confiado en el pago de Cristo en la cruz por nuestros pecados entrarán a la vida eterna en la presencia de Dios. 2 Corintios 5:8 dice: "Así que nos mantenemos confiados y preferiríamos ausentarnos de este cuerpo y vivir junto al Señor". No habrá demora en un estado de inconsciencia al que muchos denominan "sueño del alma-2. Estaremos de inmediato ante la presencia de Dios. En segundo lugar, el alma en el cielo se perfecciona en santidad, y desaparece por completo nuestra antigua naturaleza pecaminosa. Hebreos 12:23 menciona "los espíritus de los justos que han llegado a la perfección". Los espíritus de los santos están en el reino de los cielos y han llegado a la perfección. La lucha contra el pecado que describió Pablo y en la cual participan todos los cristianos finaliza para siempre cuando, después de la muerte, entramos en nuestra condición glorificada.
Aquellos que rechazan este don recibirán lo que han elegido, la eternidad separados de Dios en el infierno. Hebreos 9:27 dice: "Así como está establecido que los seres humanos mueran una vez, y después venga el juicio..." No hay segunda oportunidad, y no hay ciclo de reencarnación. Nuestro destino eterno está determinado por la decisión que tomamos con respecto a Cristo aquí en la tierra. Muchos asumen que después de recibir a Cristo todo lo que queda es una entrada gozosa al paraíso. Las Escrituras nos enseñan que Jesús nos recompensará según la manera en que hayamos vivido en la tierra. Enseñó este principio con la parábola de los talentos en Lucas 19. A cada siervo se le encomendó que administrara los talentos que su señor le entregaba. Al retorno del señor, cada siervo debía rendir cuentas sobre la forma en que había administrado los talentos encomendados. Los siervos juiciosos recibieron una recompensa mientras que el siervo malvado fue expulsado.
La lección para el cristiano es que cada uno de nosotros deberá rendir cuentas por el tiempo que hemos pasado aquí en la tierra. Esto no es lo mismo que el juicio que evaluará nuestra condición con respecto a la salvación. La muerte de Cristo en la cruz permite que todos los que crean entren al reino de Dios. Seremos juzgados por nuestras obras hechas a partir del momento de nuestra salvación. Este juicio a los creyentes se denomina el Tribunal de Cristo, acontecimiento que se describe en 1 Corintios 3:11-15:
Porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo. Si alguien construye sobre este fundamento, ya sea con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y paja, su obra se mostrará tal cual es, pues el día del juicio la dejará al descubierto. El fuego la dará a conocer, y pondrá a prueba la calidad del trabajo de cada uno. Si lo que alguien ha construido permanece, recibirá su recompensa, pero si su obra es consumida por las llamas, él sufrirá pérdida. Será salvo, pero como quien pasa por el fuego.
Pablo declara que Cristo es nuestro fundamento. Nuestras obras son la edificación sobre este fundamento. Los materiales de oro, plata y piedras preciosas se refieren a obras realizadas con motivos puros para la gloria de Dios. Las obras de madera, heno y paja son las que se hacen con motivos equivocados, sólo para gloriarse uno mismo.
En el Tribunal de Cristo nuestras obras serán probadas con fuego divino. Aquellas obras que se hicieron para la gloria de Dios resistirán las llamas y serán nuestra recompensa. Algunos verán con tristeza cómo las llamas consumen ante sus ojos todas las obras que realizaron en la tierra y entrarán al cielo con poca recompensa o ninguna.
Los no creyentes serán juzgados y sentenciados al infierno. Al final de los tiempos se enfrentarán al juicio ante el Gran Trono Blanco. Aquí serán juzgados todos los muertos no justos desde el comienzo de los tiempos conforme a su rechazo del Salvador. Luego serán echados al lago de fuego para toda la eternidad. Apocalipsis 20:11-15 dice:
Luego vi un gran trono blanco y a alguien que estaba sentado en él. De su presencia huyeron la tierra y el cielo, sin dejar rastro alguno. Vi también a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Se abrieron unos libros, y luego otro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados según los que habían hecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros. El mar devolvió sus muertos; la muerte y el infierno devolvieron los suyos, y cada uno fue juzgado según lo que había hecho. La muerte y el infierno fueron arrojados al lago de fuego. Este lago de fuego es la muerte segunda. Aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era arrojado al lago de fuego. Sabiendo que como cristianos algún día tendremos que rendir cuentas de nuestras vidas, deberíamos vivir como juiciosos mayordomos administrando lo que Dios nos dio. El saber el destino que le tocará a los que no son salvos debería llenarnos del coraje de compartir a Cristo sin vergüenza, con urgencia, a todos los que nos rodean. El saber lo que se encuentra más allá de la tumba debería motivarnos a vivir nuestra vida en la tierra con una misión.
¿Cómo seremos en el cielo?
En el momento de la muerte física, el alma se separa del cuerpo y entra de inmediato a la presencia del Señor. Miremos una vez más las palabras de Pablo en 2 Corintios 5:8, que dice: "Así que nos mantenemos confiados y preferiríamos ausentarnos de este cuerpo y vivir junto al Señor". El alma en el cielo se perfecciona en santidad y desaparece por completo nuestra antigua naturaleza pecaminosa. Como se señaló anteriormente, Hebreos 12:23 menciona "los espíritus de los justos que han llegado a la perfección". Los espíritus de los santos están en el cielo y han llegado a la perfección. La lucha contra el pecado que describió Pablo y en la cual participan todos los cristianos finaliza para siempre cuando, después de la muerte, entramos en nuestra condición glorificada.
No permaneceremos en el reino de los cielos como alma sin cuerpo. En el tiempo establecido por Dios habrá una resurrección final donde el espíritu se unirá al cuerpo resucitado. Si bien varían las opiniones de los cristianos con respecto a cuándo se producirá esta resurrección, todos estamos de acuerdo con respecto a la resurrección del cuerpo. ¿Qué apariencia tendrá el cuerpo resucitado? Filipenses 3:20, 21 dice: "Somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como su cuerpo glorioso". 1 Juan 3:2 promete: "Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es".
A partir de estos dos pasajes sabemos que nuestros cuerpos glorificados serán como el de Cristo. No seremos deificados, sino que nuestros cuerpos tendrán las mismas cualidades que el cuerpo resucitado de Jesús. Nuestros cuerpos celestiales serán nuestros cuerpos terrenales glorificados. El cuerpo de Cristo que murió en la cruz era el mismo que resucitó. Su cuerpo glorificado pudo pasar a través de las paredes, aparecer repentinamente, y ascender a los cielos.
2 Corintios 5:1 nos dice: "Tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas". Las manos de Dios formarán el cuerpo resucitado. Según dice 1 Corintios 15:39, 40, 42b, 43:
No todos los cuerpos son iguales: hay cuerpos humanos; también los hay de animales terrestres, de aves y de peces. Así mismo hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero el esplendor de los cuerpos celestes es uno, y el de los cuerpos terrestres es otro. . . Lo que se siembra en corrupción, resucita en incorrupción; lo que se siembra en oprobio, resucita en gloria; lo que se siembra en debilidad, resucita en poder; se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual. Al responder a los que desprecian la resurrección, Pablo explica que nuestros cuerpos celestiales tendrán diferencias con nuestros cuerpos terrenales. Serán cuerpos encarnados, pero tan distintos de nuestros cuerpos terrenales como lo son nuestros cuerpos de los de los animales.
Podemos concluir además que, como una semilla, el cuerpo será sembrado o enterrado y que algún día volverá a la vida. Se entierra en muerte, corrupción, debilidad y deshonor. Al resucitar será cambiado desde todos los puntos de vista. Resucita imperecedero, glorioso, poderoso y espiritual. Entonces tendremos cuerpos eternos, permanentes y perfeccionados.
También mantendremos nuestra identidad. En Lucas 16:23, Lázaro, el hombre rico, y Abraham retuvieron todos su identidad. Llegará el día en que ya no tendremos que enfrentarnos a la debilidad del pecado, la enfermedad, la vejez. Hay un gran futuro por delante para los que están en Cristo.
¿Qué haremos en el cielo?
¿Qué haremos en el cielo durante toda la eternidad? Algunos se imaginan jugando al golf eternamente, mientras que otros imaginan santos flotando en las nubes con arpas de oro. Si bien son pensamientos agradables, no llegan a vislumbrar el glorioso futuro que les espera a los que están en Cristo. Sabemos relativamente poco sobre las actividades que tendrán lugar en el cielo ya que sólo se nos ofrece un breve pantallazo de nuestra vida venidera. En primer lugar, el momento que los santos de todos los tiempos esperan ansiosos es encontrarse cara a cara con el Señor al que han servido. Este será el primer y más grandioso momento después de la muerte física. A partir de allí disfrutaremos de la "koinonia" y la comunión en su presencia durante toda la eternidad.
En segundo lugar, nuestra vida en el cielo implica adoración. Tenemos una clara descripción de esto en Apocalipsis 19:1-5:
Después de esto oí en el cielo un tremendo bullicio, como el de una inmensa multitud que exclamaba: "¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder son de nuestro Dios, pues sus juicios son verdaderos y justos..." Y volvieron a exclamar: "¡Aleluya! El humo de ella sube por los siglos de los siglos." Entonces los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y dijeron: "¡Amén, Aleluya!" Y del trono salió una voz que decía: "¡Alaben ustedes a nuestro Dios, todos sus siervos, grandes y pequeños, que con reverente temor le sirven!"
Como el bullicio de una gran multitud, llegan las alabanzas de los santos de todos los tiempos. Hace un tiempo los hombres de nuestra iglesia describieron la experiencia de cantar un himno, "Cuán grande es Él" en una conferencia de un grupo denominado Promise Keepers [Cumplidores del pacto]. No tenían palabras que pudieran describir con precisión tan sublime experiencia. Su mejor intento por ponerlo en palabras fue: "¡Impresionante! ¡Simplemente impresionante!". ¿Pueden imaginarse entonces lo que será cuando cantemos "Santo, Santo, Santo" junto con los santos de todos los tiempos en la presencia de Dios? Nuestra adoración aquí en la tierra es la preparación para nuestra gran adoración futura en el cielo.
En tercer lugar está el aspecto del descanso. El descanso celestial aquí no implica una cesación de nuestras actividades, sino la experiencia de llegar a una meta de crucial importancia. El escritor de Hebreos 4:9, 10 dice, al hablar al pueblo de Dios: "Por consiguiente, queda todavía un reposo especial para el pueblo de Dios; porque el que entra en el reposo de Dios descansa también de sus obras, así como Dios descansó de las suyas". El cielo es la meta final que alcanzamos después de nuestro peregrinaje aquí en la tierra. Descansaremos de nuestros sufrimientos y esfuerzos contra las enfermedades, la carne, el mundo y el diablo.
En cuarto lugar serviremos al Señor. Lucas 19:11-27 enseña una parábola sobre la mayordomía. Los siervos juiciosos que multiplicaron los talentos del maestro recibieron autoridad sobre diez y cinco ciudades. Apocalipsis 22:3 nos dice: "El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad. Sus siervos lo adorarán". En 1 Corintios 6:3 Pablo reprende a los cristianos carnales que no pueden solucionar las diferencias entre ellos y les pregunta: "¿No saben que aun a los ángeles los juzgaremos?". En Apocalipsis 3:21 el Señor Jesús promete: "Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono". Aparentemente tendremos autoridad sobre una esfera del reino eterno de Dios. La cantidad que recibamos dependerá de nuestra fidelidad a él en esta tierra.
En quinto lugar, experimentaremos comunión con Dios y con los que nos rodean. Una de las experiencias más dolorosas es la despedida. Ya sea que un ser querido se traslade a otro lugar, o que muera, siempre implica dolor el decir adiós. El cristiano tiene la esperanza de saber que nuestras despedidas no serán para siempre. Algún día volveremos a encontrarnos, y esta vez nunca más volveremos a despedirnos. ¡Lo que encontrará el creyente después de la muerte es un futuro glorioso imposible de imaginar en todas sus dimensiones!
Notas
1. Gary Habermas & J.P. Moreland, Beyond Death (Wheaton, Ill.: Crossway Books, 1998), 156.
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Traducción: Elizabeth Birks
Acerca del Autor
Patrick Zukeran es un conferencista asociado de Probe Ministries. Se graduó de Point Loma Nazarene College en San Diego, California y tiene un Th.M. del Dallas Theological Seminary. Actualmente sirve como pastor del Asian American Baptist Church en Richardson, Texas. Si usted tiene algún comentario o pregunta sobre este artículo, envíelo por favor a espanol@probe.org. Por favor indique a qué artículo se está refiriendo.
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