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Para Jesús y Maria
ORACIONES Y CANCIONES
En esta página recojo canciones y oraciones de Jesús y María.
Contenido de canciones:
Ave Maria de Fátima. Ave Maria de Lourdes. Sálvame Virgen María. Ave María. Tomad Virgen pura. Madre de los pobres. Salve Madre.
Enlace: http://www.obispadogchu.org.ar/cancionero/12virgenmaria/index.htm
Enlace: http://www.cantamos.es/
Contenido de oraciones :
¿Que es la oración?. Señal de la cruz. Padrenuestro. Ave Maria. Gloria. Credo Niceo Constantinopolitano. Salve. Yo confieso. Petición de gracia de arrepentimiento. Ángel de la guarda. Bendición de la comida. Oración de San Ignacio. Magníficat. Benedictus. Cántico de Simeón. Acordaos. Santo Rosario. Al Espíritu Santo. Novena al Espíritu Santo.
Santo Rosario.Coronilla de la divina misericordia.Via Crucis : http://www.santorosario.net/espanol/index.htm
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Canciones marianas:
AVE DE FÁTIMA
Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=ah-XhblOlAE
El trece de mayo la Virgen Maria, bajo de los cielos a Cova de Iría. Ave, ave, ave María. Ave, ave, ave Maria.
A tres pastorcitos la Madre de Dios, descubre el misterio de su corazón. Ave, ave, ave Maria. Ave, ave, ave Maria.
Haced penitencia, haced oración, por los pecadores implorad perdón. Ave, ave, ave Maria. Ave, ave, ave Maria.
Las modas arrastran al fuego infernal, vestid con decencia si os queréis salvar Ave, ave, ave Maria. Ave, ave, ave Maria.
El Santo Rosario constantes rezad, y la paz del mundo el Señor os dará. Ave, ave, ave Maria. Ave, ave, ave Maria.
Que pura y que bella se muestra Maria, que llena de gracia en Cova de Iría. Ave, ave, ave Maria. Ave, ave, ave Maria….
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La Reina del cielo,
la Madre de Dios,
en Lourdes, benigna,
su trono fijó.
Ave, Ave, Ave María…
Del cielo ha bajado
la Madre de Dios,
cantemos el «Ave»
a su Concepción.
Ave, Ave, Ave María…
Un largo rosario
que el cielo labró
sostiene en sus manos
más puras que el sol.
Ave, Ave, Ave María…
«Haced penitencia
y ardiente oración
por los pecadores
que ofenden a Dios».
Ave, Ave, Ave María…
Aquí los enfermos
encuentran vigor;
aquí luz y vida
halla el pecador.
Ave, Ave, Ave María…
óyeme, te imploro con fe.
Mi corazón en ti confía,
Virgen María Sálvame.
Virgen María sálvame, sálvame.
Acuérdate de la hora
en que te nombró Jesús,
mi Madre y mi protectora
desde el árbol de la cruz.
Sálvame, Virgen María…
No he nacido para el suelo,
que es morada de dolor.
Yo he nacido para el cielo,
yo he nacido para Dios.
Sálvame, Virgen María…
Tengo un alma que no muere;
tengo un alma que salvar;
si al morir se me perdiere,
¡Ay de mí!, perdida está.
Sálvame, Virgen María…
¡He pecado contra el cielo,
he pecado contra Dios!
mas Jesús sale a buscarme,
ofreciéndome el perdón.
Sálvame, Virgen María…
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MADRE DE LOS POBRES,
Madre de los pobres,
los humildes, los sencillos,
de los tristes y los niños
que confían siempre en Dios.
Tú, la más pobre porque nada ambicionaste;
tú, perseguida, vas huyendo de Belén;
tú, que en un pesebre te ofreciste al Rey del cielo;
toda tu riqueza fue tenerle sólo a Él.
MADRE DE LOS POBRES…
Tú, que en sus manos, sin temor, te abandonaste;
tú, que aceptaste ser la esclava del Señor,
vas entonando un poema de alegría:
Canta, alma mía, porque Dios me engrandeció.
MADRE DE LOS POBRES…
Tú, que has vivido el dolor y la pobreza;
tú, que has sufrido en la noche sin hogar;
tú, que eres madre de los pobres y olvidados,
eres el consuelo del que reza en su llorar.
MADRE DE LOS POBRES…
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¿QUE ES LA ORACIÓN?
Orar es hablar con Dios, de tú a tú, como le habla un hijo a un padre.
• No es otra cosa la oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama (SANTA TERESA, Vida, 8, 2).
• La oración es la elevación del alma hacia Dios y la petición de lo que se necesita de Dios. (SAN PEDRO DAMIAN, en Catena Aurea, vol. III, p. 304)
• La oración es la elevación de nuestro corazón a Dios, una dulce conversación entre la criatura y su Criador.(SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la oración)
• La adoración es el acto por el que uno se dirige a Dios con ánimo de alabarle (ORÍGENES, Trat. sobre la oración, 14).
• La oración es el acto propio de la criatura racional. (SANTO TOMÁS, Suma Teológica, 2-2, q. 83, a. 10)
• La oración es el reconocimiento de nuestros límites y de nuestra dependencia: venimos de Dios, somos de Dios y retornamos a Dios. Por tanto, no podemos menos de abandonarnos a El, nuestro Creador y Señor, con plena y total confianza [...]. La oración es, ante todo, un acto de inteligencia, un sentimiento de humildad y reconocimiento, una actitud de confianza y de abandono en Aquel que nos ha dado la vida por amor. La oración es un diálogo misterioso, pero real, con Dios, un diálogo de confianza y amor. (JUAN PABLO II, Aloc. 14-III-1979)
El Catecismo de la Iglesia Católica nos explica en síntesis que “La oración es la elevación del alma hacia Dios o la petición a Dios de bienes convenientes” (CEC 2590),
Algunos recordarán que Jesucristo nos dijo “…cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. ” Mt 6,6
Jesucristo nos da testimonio de que está en continua comunicación con su Padre y nos invita a hacerlo. Jesús ora en el Bautismo (Lc3,21); en su primera manifestación en Cafarnaún (Mc 1 ,35; Lc 5,16); en la elección de los Apóstoles (Lc 6,12). Noches enteras pasa el Señor en diálogo de oración con su Padre (Lc 3,21; 5,16; 6,12; 9,29; 10,21 ss.). Jesús enseñará a sus discípulos que han de orar en todo tiempo (Lc 18,1). La plegaria de Jesús pone de manifiesto su confianza filial con Dios-Padre que se traducirá en la familiar expresión de Abba, Padre (Mc 14,36). Lo mismo sucede con las diversas peticiones que formula en la oración sacerdotal ( lo 17), poco antes de su Pasión (Mt 26,36-46; Mc 14,32-42; Lc 22,40-46), y en la petición por sus verdugos (Lc 23,34). Jesús -ante la pregunta de uno de sus discípulos- ha dejado a los cristianos no sólo el modelo de su propia oración, sino también el cómo y la manera de hacerla (Lc 11,1-4). El Señor instruye a sus discípulos para que hagan bien la ORACIÓN, sin charlatanería (Mt 6,5-15); con una postura de humildad, tal y como nos lo señala la parábola del fariseo y el publicano (Lc 18,9-14); en unión de la fe y la con- fianza, como requisitos de eficacia para él orante (Mt 11 , 24; Lc 17 ,5 ss.).
Distinguir oración pública y oración privada
Don Antonio Royo Marín, O.P. nos dice en su Teología Moral para Seglares que “La oración vocal está al alcance de todos. No se requiere de una fórmula determinada, si bien la ofrece insuperable el Padrenuestro. Para que sea verdadera oración es preciso que se haga con atención (toda distracción voluntaria es un pecado venial de irreverencia) y con profunda piedad.”
La oración es interior, sin que existan palabras habladas, se le llama oración mental. En ella el diálogo con Dios se realiza mediante nuestra razón y nos dirigimos a Dios hablándole con nuestra mente. Esta oración puede ser un diálogo con el Señor (recordemos que para el católico la oración no es necesariamente un monólogo) y en ese sentido la oración mental se llama discursiva porque, en efecto, es un discurso.
Oración mental que es la contemplativa o mística. En ella se da un total recogimiento de los sentidos y un “silencio interior” que nos permite escuchar mejor a Dios. Es, efectivamente, como contemplar a Dios, pero no es un contemplarle con la vista, sino una contemplación del alma.
El concilio Vaticano II ha proclamado con fuerza el llamamiento universal a la santidad para todos los hombres sin excepción (Constitución Lumen gentium c.5).
¿Qué es la oración? recordemos que “La oración es la elevación del alma hacia Dios o la petición a Dios de bienes convenientes” (CEC 2590)
http://encuentra.com
SEÑAL DE LA CRUZ
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Tí clamamos los desterrados hijos de Eva, a Tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Mírame, oh mi amado y buen Jesús! en tu presencia me postro de rodillas, y con el mayor fervor de mi alma te pido y suplico que imprimas en mi Corazon vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad,
ORACIÓN DE SAN IGNACIO
Alma de Cristo santifícame
cuerpo de Cristo, sálvame
sangre de Cristo, embriágame,
agua del costado de Cristo, lávame
pasion de Cristo, confórtame
oh mi buen Jesús, óyeme
dentro de tus llagas, escóndeme
no permitas que me aparte de ti
del enemigo malo defiéndeme
en la hora de mi muerte, llámame
y mándame ir a ti.
para que con tus Ángeles y santos te alabe
por los siglos de los siglos amen.
MAGNIFICAT
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso
ha hecho obras grandes por mí;
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles,
de generación en generación.
Él hace proezas con brazo;
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
- como lo había prometido a nuestros padres -
en favor de Abrahán y su descendencia
por siempre.
BENIDICTUS
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
ACORDAOS
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. +En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
SÍMBOLO DE LOS APÓSTOLES
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
JACULATORIAS
Puede usarse una de estas dos:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oración. Omnipotente y sempiterno Dios, que con la cooperación del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa Virgen y Madre María para que fuese merecedora de ser digna morada de tu Hijo; concédenos que, pues celebramos con alegría su conmemoración, por su piadosa intercesión seamos liberados de los males presentes y de la muerte eterna. Por el mismo Cristo nuestro Señor. Amén.
MISTERIOS DEL ROSARIO
MISTERIOS GOZOSOS (lunes y sábado)
1. La Encarnación del Hijo de Dios.
2. La Visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel.
3. El Nacimiento del Hijo de Dios.
4. La Purificación de la Virgen Santísima.
5. La Pérdida del Niño Jesús y su hallazgo en el templo.
MISTERIOS DOLOROSOS (martes y viernes)
1. La Oración de Nuestro Señor en el Huerto.
2. La Flagelación del Señor.
3. La Coronación de espinas.
4. El Camino del Monte Calvario.
5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.
MISTERIOS GLORIOSOS (miércoles y domingo)
1. La Resurrección del Señor.
2. La Ascensión del Señor.
3. La Venida del Espíritu Santo.
4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
5. La Coronación de la Santísima Virgen.
MISTERIOS LUMINOSOS (jueves)
1. El Bautismo de Jesús en el Jordán.
2. La Autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná.
3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión.
4. La Transfiguración.
5. La institución de la Eucaristía.
1. Nuevos misterios propuestos por Juan Pablo II a la contemplación de los creyentes en la Carta Apostólica “Rosarium Virginis Mariae” (16-10-2002.) Se llaman misterios de luz o misterios luminosos porque en su vida pública Cristo se manifiesta como misterio de luz: “Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo” (Jn 9, 5). Estos nuevos misterios se rezan el jueves, pasando la segunda contemplación de los misterios gozosos al sábado
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Oh Amor eterno, llénanos,
Con tu fuego, inflámanos,
Con tu luz, ilumínanos.
Fuente viva, sácianos,
De nuestros pecados, lávanos.
Por tu unción, fortalécenos.
Por tu consuelo, confórtanos.
Por tu gracia, guíanos.
Por tus ángeles, protégenos.
No permitas jamás que nos separemos de Ti,
Dios Espíritu Santo, escúchanos.
Con el dedo de tu gracia, tócanos.
Vierte en nosotros el torrente de la virtud.
Fortalécenos con tus dones,
Y con tus frutos, refrigéranos.
Líbranos del maligno enemigo,
En la última batalla, úngenos,
A la hora de la muerte, defiéndenos.
Entonces llámanos hacia Ti,
Para que con todos los santos
Alabemos al Padre, al Hijo y a Ti,
Consolador piadoso y eterno. Amén
RACIONES PARA RECIBIR LOS DONES Y FRUTOS
DEL ESPIRITU SANTO
Envía Padre los dones del Espíritu Santo
Eterno Padre, en nombre de Jesucristo
y por la intercesión de la Siempre Virgen María,
envía a mi corazón al Espíritu Santo.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Sabiduría.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Entendimiento.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Consejo.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de fortaleza.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Ciencia.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Piedad.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don del Santo Temor de Dios.
Tres veces……….Gloria al Padre………..
Espíritu Santo, eterno Amor,….etc.
http://www.corazones.org/oraciones/oraciones_espiritu_santo/a_oracion_espiritu_santo.htm
Novena al Espíritu Santo
Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza, y todo el amor de mi Corazón.
Me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús.
Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.
Oración por los 7 dones del Espíritu Santo
Oh, Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo prometiste enviar al Espíritu Santo para completar tu obra en las almas de tus Apóstoles y discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo para que Él perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de tu amor. Concédeme el Espíritu de Sabiduría para que pueda despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo a las cosas que son eternas, el Espíritu de Entendimiento para iluminar mi mente con la luz de tu divina verdad, el Espíritu de Consejo para que pueda siempre elegir el camino más seguro para agradar a Dios y ganar el Cielo, el Espíritu de Fortaleza para que pueda llevar mi cruz contigo y sobrellevar con coraje todos los obstáculos que se opongan a mi salvación, el Espíritu de Conocimiento para que pueda conocer a Dios y conocerme a mí mismo y crecer en la perfección de la ciencia de los santos, el Espíritu de Piedad para que pueda encontrar el servicio a Dios dulce y amable, y el Espíritu de Temor de Dios para que pueda ser lleno de reverencia amorosa hacia Dios y que tema en cualquier modo disgustarlo. Márcame, amado Señor, con la señal de tus verdaderos discípulos y anímame en todas las cosas con tu Espíritu. Amén.
PRIMER DÍA (viernes)
¡Espíritu Santo! ¡Señor de Luz! ¡Danos, desde tu clara altura celestial, tu puro radiante esplendor!
El Espíritu Santo
Sólo una cosa es importante: la salvación eterna. Por lo tanto, sólo una cosa hay que temer: el pecado. El pecado es el resultado de la ignorancia, debilidad e indiferencia. El Espíritu Santo es el Espíritu de Luz, de Fuerza y de Amor. Con sus siete dones ilumina la mente, fortalece la voluntad, e inflama el corazón con el amor de Dios. Para asegurarnos la salvación debemos invocar al Divino Espíritu diariamente, porque “el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos cómo pedir para orar como conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros” (Rom 8,26).
Oración
Omnipotente y eterno Dios, que has condescendido para regenerarnos con el agua y el Espíritu Santo, y nos has dado el perdón de todos los pecados, permite enviar del cielo sobre nosotros los siete dones de tu Espíritu, el Espíritu de Sabiduría y de Entendimiento, el Espíritu de Consejo y de Fortaleza, el Espíritu de Conocimiento y de Piedad, y llénanos con el Espíritu del Santo Temor. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria
SEGUNDO DÍA (Sábado)
¡Ven, Padre de los pobres. Ven, tesoros que sostienes. Ven, Luz de todo lo que vive!
El don del Temor
El don del Santo Temor de Dios nos llena con un soberano respeto por Dios, y nos hace que a nada temamos más que a ofenderlo por el pecado. Es un temor que se eleva, no desde el pensamiento del infierno, sino del sentimiento de reverencia y filial sumisión a nuestro Padre Celestial. Es el temor principio de sabiduría, que nos aparta de los placeres mundanos que podrían de algún modo separarnos de Dios. “Los que temen al Señor tienen corazón dispuesto, y en su presencia se humillan” (Ecl 2,17).
Oración
¡Ven, Oh bendito Espíritu de Santo Temor, penetra en lo más íntimo de mi corazón, que te tenga, mi Señor y Dios, ante mi rostro para siempre, ayúdame a huir de todas las cosas que te puedan ofender y hazme merecedor ante los ojos puros de tu Divina Majestad en el Cielo, donde Tú vives y reinas en unidad de la siempre Bendita Trinidad, Dios en el mundo que no tiene fin. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria
TERCER DÍA (Domingo)
Tú, de todos los consoladores el mejor, visitando el corazón turbado, da la gracia de la placentera paz.
El don de Piedad
El don de Piedad suscita en nuestros corazones una filial afección por Dios como nuestro amorosísimo Padre. Nos inspira, por amor a Él, a amar y respetar a las personas y cosas a Él consagradas, así como aquellos que están envestidos con su autoridad, su Santísima Madre y los Santos, la Iglesia y su cabeza visible, nuestros padres y superiores, nuestro país y sus gobernantes. Quien está lleno del don de Piedad no encuentra la práctica de la religión como deber pesado sino como deleitante servicio. Donde hay amor no hay trabajo.
Oración
Ven, Oh Bendito Espíritu de Piedad, toma posesión de mi corazón. Enciende dentro mío tal amor por Dios que encuentre satisfacción sólo en su servicio, y por amor a Él me someta amorosamente a toda legítima autoridad. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria
CUARTO DÍA (Lunes)
Tú, en la fatiga dulce alivio, refresco placentero en el calor, solaz en medio de la miseria.
El don de Fortaleza
Por el don de Fortaleza el alma se fortalece ante el miedo natural y soporta hasta el final el desempeño de una obligación. La fortaleza le imparte a la voluntad un impulso y energía que la mueve a llevar a cabo, sin dudarlo, las tareas más arduas, a enfrentar los peligros, a estar por encima del respeto humano, y a soportar sin quejarse el lento martirio de la tribulación aún de toda una vida. “El que persevere hasta el fin, ese se salvará”(Mt 24,13).
Oración
Ven, Oh Espíritu de Fortaleza, alza mi alma en tiempo de turbación y adversidad, sostiene mis esfuerzos de santidad, fortalece mi debilidad, dame valor contra todos los asaltos de mis enemigos, que nunca sea yo confundido y me separe de Ti, Oh mi Dios y mi máximo Bien. Amén
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria
QUINTO DÍA (Martes)
¡Luz inmortal! ¡Divina Luz! ¡Visita estos corazones tuyos y llena nuestro más íntimo ser!
El don del Conocimiento
El don del Conocimiento permite al alma darle a las cosas creadas su verdadero valor en su relación con Dios. El conocimiento desenmascara la simulación de las creaturas, revela su vacuidad y hace notar sus verdaderos propósitos como instrumentos al servicio de Dios. Nos muestra el cuidado amoroso de Dios aún en la adversidad, y nos lleva a glorificarlo en cada circunstancia de la vida. Guiados por su luz damos prioridad a las cosas que deben tenerla y apreciamos la amistad de Dios por encima de todo. “El conocimiento es fuente de vida para aquel que lo posee” (Prov 16,22).
Oración
Ven, Oh Bendito Espíritu de Conocimiento, y concédeme que pueda percibir la voluntad del Padre; muéstrame la nulidad de las cosas de la tierra, que tenga idea de su vanidad y las use sólo para tu gloria y mi propia salvación, siempre por encima de ellas mirándote a Ti y tus premios eternos. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria
SEXTO DÍA (Miércoles)
Si tu apartas tu gracia, nada puro permanecerá en el hombre, todo lo que es bueno se volverá enfermo.
El don del Entendimiento
El Entendimiento, como don del Santo Espíritu, nos ayuda a aferrar el significado de las verdades de nuestra santa religión. Por la fe las conocemos, pero por el entendimiento aprendemos a apreciarlas y a apetecerlas. Nos permite penetrar el profundo significado de las verdades reveladas y, a través de ellas, avivar la novedad de la vida. Nuestra fe deja de ser estéril e inactiva e inspira un modo de vida que da elocuente testimonio de la fe que hay en nosotros. Comenzamos a “caminar dignos de Dios en todas las cosas complaciendo y creciendo en el conocimiento de Dios”.
Oración
Ven, Oh Espíritu de Entendimiento, e ilumina nuestras mentes, que podamos conocer y creer en todos los misterios de la salvación, y que por fin podamos merecer ver la eterna luz en la Luz, y en la luz de la gloria tener una clara visión de Ti y del Padre y del Hijo. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria
SÉPTIMO DÍA (Jueves)
Sana nuestras heridas, renueva nuestra fuerza. En nuestra aridez derrama tu rocío. Lava las manchas de la culpa.
El don de Consejo
El don de Consejo dota al alma de prudencia sobrenatural, permitiéndole juzgar con prontitud y correctamente qué debe hacer, especialmente en circunstancias difíciles. El Consejo aplica los principios dados por el Conocimiento y el Entendimiento a los innumerables casos concretos que confrontamos en el curso de nuestras diarias obligaciones en tanto padres, docentes, servidores públicos y ciudadanos cristianos. El Consejo es sentido común sobrenatural, un tesoro invalorable en el tema de la salvación. “Y por encima de todo esto, suplica al Altísimo para que enderece tu camino en la verdad” (Ecl 37,15).
Oración
Ven, Oh Espíritu de Consejo, ayúdame y guíame en todos mis caminos para que siempre haga tu Santa Voluntad. Inclina mi corazón a aquello que es bueno, apártame de todo lo que es malo y dirígeme por el sendero recto de tus Mandamientos a la meta de la vida eterna que yo anhelo. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria
OCTAVO DÍA (Viernes)
Dobla la voluntad y el corazón obstinado, funde lo que está helado, calienta lo que está frío. Guía los pasos que se han desviado!
El don de Sabiduría
Abarcando a todos los otros dones, como la caridad abraza a todas las otras virtudes, la Sabiduría es el más perfecto de los dones. De la Sabiduría está escrito: “todo lo bueno vino a mí con Ella, y riquezas innumerables me llegaron a través de sus manos”. Es el don de la Sabiduría el que fortalece nuestra fe, fortifica la esperanza, perfecciona la caridad y promueve la práctica de la virtud en el más alto grado. La Sabiduría ilumina la mente para discernir y apreciar las cosas de Dios, ante las cuales los gozos de la tierra pierden su sabor, mientras la Cruz de Cristo produce una divina dulzura, de acuerdo a las palabras del Salvador: “Toma tu cruz y sígueme, porque mi yugo es dulce y mi carga ligera”.
Oración
Ven, Oh Espíritu de Sabiduría y revela a mi alma los misterios de las cosas celestiales, su enorme grandeza, poder y belleza. Enséñame a amarlas sobre todo y por encima de todos los gozos pasajeros y las satisfacciones de la tierra. Ayúdame a conseguirlas y a poseerlas para siempre. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria
NOVENO DÍA (Sábado)
Tú, en aquellos que siempre más te confiesan y te adoran, en tus siete dones, desciende. Dales alivio en la muerte. Dales vida Contigo en las alturas. Dale los gozos que no tienen fin. Amén.
Los frutos del Espíritu Santo
Los dones del Espíritu Santo perfeccionan las virtudes sobrenaturales al permitirnos practicarlas con mayor docilidad a la divina inspiración. A medida que crecemos en el conocimiento y en el amor de Dios, bajo la dirección del Santo Espíritu, nuestro servicio se torna más sincero y generoso y la práctica de las virtudes más perfecta. Tales actos de virtudes dejan el corazón lleno de alegría y consolación y son conocidos como frutos del Espíritu Santo. Estos frutos, a su vez, hacen la práctica de las virtudes más activa y se vuelven un poderoso incentivo para esfuerzos aún mayores en el servicio de Dios.
Oración
Ven, Oh Divino Espíritu, llena mi corazón con tus frutos celestiales: caridad, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Que nunca esté yo cansado en el servicio de Dios sino que, por continua y fiel sumisión a tu inspiración, merezca estar eternamente unido Contigo, en el amor del Padre y del Hijo. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria
Fuente: http://www.corazones.org/oraciones/oraciones_espiritu_santo/novena_espiritu_santo.htm
Contenido de canciones:
Ave Maria de Fátima. Ave Maria de Lourdes. Sálvame Virgen María. Ave María. Tomad Virgen pura. Madre de los pobres. Salve Madre.
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Contenido de oraciones :
¿Que es la oración?. Señal de la cruz. Padrenuestro. Ave Maria. Gloria. Credo Niceo Constantinopolitano. Salve. Yo confieso. Petición de gracia de arrepentimiento. Ángel de la guarda. Bendición de la comida. Oración de San Ignacio. Magníficat. Benedictus. Cántico de Simeón. Acordaos. Santo Rosario. Al Espíritu Santo. Novena al Espíritu Santo.
Santo Rosario.Coronilla de la divina misericordia.Via Crucis : http://www.santorosario.net/espanol/index.htm
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Canciones marianas:
AVE DE FÁTIMA
Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=ah-XhblOlAE
El trece de mayo la Virgen Maria, bajo de los cielos a Cova de Iría. Ave, ave, ave María. Ave, ave, ave Maria.
A tres pastorcitos la Madre de Dios, descubre el misterio de su corazón. Ave, ave, ave Maria. Ave, ave, ave Maria.
Haced penitencia, haced oración, por los pecadores implorad perdón. Ave, ave, ave Maria. Ave, ave, ave Maria.
Las modas arrastran al fuego infernal, vestid con decencia si os queréis salvar Ave, ave, ave Maria. Ave, ave, ave Maria.
El Santo Rosario constantes rezad, y la paz del mundo el Señor os dará. Ave, ave, ave Maria. Ave, ave, ave Maria.
Que pura y que bella se muestra Maria, que llena de gracia en Cova de Iría. Ave, ave, ave Maria. Ave, ave, ave Maria….
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AVE DE LOURDES
Youtube: http://www.youtube.com/watch?v=mw6SMOZdFKALa Reina del cielo,
la Madre de Dios,
en Lourdes, benigna,
su trono fijó.
Ave, Ave, Ave María…
Del cielo ha bajado
la Madre de Dios,
cantemos el «Ave»
a su Concepción.
Ave, Ave, Ave María…
Un largo rosario
que el cielo labró
sostiene en sus manos
más puras que el sol.
Ave, Ave, Ave María…
«Haced penitencia
y ardiente oración
por los pecadores
que ofenden a Dios».
Ave, Ave, Ave María…
Aquí los enfermos
encuentran vigor;
aquí luz y vida
halla el pecador.
Ave, Ave, Ave María…
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SÁLVAME, VIRGEN MARÍA
Sálvame,Virgen Maríaóyeme, te imploro con fe.
Mi corazón en ti confía,
Virgen María Sálvame.
Virgen María sálvame, sálvame.
Acuérdate de la hora
en que te nombró Jesús,
mi Madre y mi protectora
desde el árbol de la cruz.
Sálvame, Virgen María…
No he nacido para el suelo,
que es morada de dolor.
Yo he nacido para el cielo,
yo he nacido para Dios.
Sálvame, Virgen María…
Tengo un alma que no muere;
tengo un alma que salvar;
si al morir se me perdiere,
¡Ay de mí!, perdida está.
Sálvame, Virgen María…
¡He pecado contra el cielo,
he pecado contra Dios!
mas Jesús sale a buscarme,
ofreciéndome el perdón.
Sálvame, Virgen María…
AVE MARÍAEl trece de Mayo, La Virgen María, bajó de los cielos a Coba de iriaAve, ave , ave María Ave, ave , ave MaríaEl Ángel que envía, El Dios Maternal, Saluda a María con voz celestial. (Ave, ave…) De gracia eres llena, Virgen si igual, Alibia la pena de pobre mortal (Ave, ave…) Yo soy La Señora, Del Santo Rosario, Le dijo a los niños, que le preguntaron. (Ave, ave…) Hacia Ti clamamos, hechizo de Amor: Aquí veneramos Contigo al Señor. (Ave, ave…) |
TOMAD, VIRGEN PURATomad, Virgen Pura, nuestros corazones; no nos abandones. Jamás, jamás; No nos abandones. Jamás, jamás.¡Ay! Que triste es Madre, tener que vivir; sin mirar Tus Ojos; ni tu voz oir; vuelve tu mirada, no la apartes más, Jamás, jamás.Tomad, Virgen pura… Mil querubines bellos orlan tu dosel; quiero estar con ellos; Virgen, llévame; Contigo en el cielo, colmado mi anelo, ¡Que feliz seré! Tomad, Virgen pura… |
MADRE DE LOS POBRES,
Madre de los pobres,
los humildes, los sencillos,
de los tristes y los niños
que confían siempre en Dios.
Tú, la más pobre porque nada ambicionaste;
tú, perseguida, vas huyendo de Belén;
tú, que en un pesebre te ofreciste al Rey del cielo;
toda tu riqueza fue tenerle sólo a Él.
MADRE DE LOS POBRES…
Tú, que en sus manos, sin temor, te abandonaste;
tú, que aceptaste ser la esclava del Señor,
vas entonando un poema de alegría:
Canta, alma mía, porque Dios me engrandeció.
MADRE DE LOS POBRES…
Tú, que has vivido el dolor y la pobreza;
tú, que has sufrido en la noche sin hogar;
tú, que eres madre de los pobres y olvidados,
eres el consuelo del que reza en su llorar.
MADRE DE LOS POBRES…
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SALVE MADRE
Audio: http://monika.media.gloria.tv/c/fy/media-161572-7.jpg
Salve, Madre,
en la tierra de mis amores
te saludan los cantos
que alza el amor.
Reina de nuestras almas,
flor de las flores,
muestra aquí
de tus glorias los resplandores,
que en el cielo tan sólo
te aman mejor.
Virgen santa, Virgen pura,
vida esperanza y dulzura
del alma que en ti confía,
Madre de Dios, Madre mía,
mientras mi vida alentare
todo mi amor para ti,
mas si mi amor te olvidare,
Madre mía, Madre mía,
mas si mi amor te olvidare
tú no te olvides de mí.
————————————————————————————————-¿QUE ES LA ORACIÓN?
Orar es hablar con Dios, de tú a tú, como le habla un hijo a un padre.
• No es otra cosa la oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama (SANTA TERESA, Vida, 8, 2).
• La oración es la elevación del alma hacia Dios y la petición de lo que se necesita de Dios. (SAN PEDRO DAMIAN, en Catena Aurea, vol. III, p. 304)
• La oración es la elevación de nuestro corazón a Dios, una dulce conversación entre la criatura y su Criador.(SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la oración)
• La adoración es el acto por el que uno se dirige a Dios con ánimo de alabarle (ORÍGENES, Trat. sobre la oración, 14).
• La oración es el acto propio de la criatura racional. (SANTO TOMÁS, Suma Teológica, 2-2, q. 83, a. 10)
• La oración es el reconocimiento de nuestros límites y de nuestra dependencia: venimos de Dios, somos de Dios y retornamos a Dios. Por tanto, no podemos menos de abandonarnos a El, nuestro Creador y Señor, con plena y total confianza [...]. La oración es, ante todo, un acto de inteligencia, un sentimiento de humildad y reconocimiento, una actitud de confianza y de abandono en Aquel que nos ha dado la vida por amor. La oración es un diálogo misterioso, pero real, con Dios, un diálogo de confianza y amor. (JUAN PABLO II, Aloc. 14-III-1979)
El Catecismo de la Iglesia Católica nos explica en síntesis que “La oración es la elevación del alma hacia Dios o la petición a Dios de bienes convenientes” (CEC 2590),
Algunos recordarán que Jesucristo nos dijo “…cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. ” Mt 6,6
Jesucristo nos da testimonio de que está en continua comunicación con su Padre y nos invita a hacerlo. Jesús ora en el Bautismo (Lc3,21); en su primera manifestación en Cafarnaún (Mc 1 ,35; Lc 5,16); en la elección de los Apóstoles (Lc 6,12). Noches enteras pasa el Señor en diálogo de oración con su Padre (Lc 3,21; 5,16; 6,12; 9,29; 10,21 ss.). Jesús enseñará a sus discípulos que han de orar en todo tiempo (Lc 18,1). La plegaria de Jesús pone de manifiesto su confianza filial con Dios-Padre que se traducirá en la familiar expresión de Abba, Padre (Mc 14,36). Lo mismo sucede con las diversas peticiones que formula en la oración sacerdotal ( lo 17), poco antes de su Pasión (Mt 26,36-46; Mc 14,32-42; Lc 22,40-46), y en la petición por sus verdugos (Lc 23,34). Jesús -ante la pregunta de uno de sus discípulos- ha dejado a los cristianos no sólo el modelo de su propia oración, sino también el cómo y la manera de hacerla (Lc 11,1-4). El Señor instruye a sus discípulos para que hagan bien la ORACIÓN, sin charlatanería (Mt 6,5-15); con una postura de humildad, tal y como nos lo señala la parábola del fariseo y el publicano (Lc 18,9-14); en unión de la fe y la con- fianza, como requisitos de eficacia para él orante (Mt 11 , 24; Lc 17 ,5 ss.).
Distinguir oración pública y oración privada
Don Antonio Royo Marín, O.P. nos dice en su Teología Moral para Seglares que “La oración vocal está al alcance de todos. No se requiere de una fórmula determinada, si bien la ofrece insuperable el Padrenuestro. Para que sea verdadera oración es preciso que se haga con atención (toda distracción voluntaria es un pecado venial de irreverencia) y con profunda piedad.”
La oración es interior, sin que existan palabras habladas, se le llama oración mental. En ella el diálogo con Dios se realiza mediante nuestra razón y nos dirigimos a Dios hablándole con nuestra mente. Esta oración puede ser un diálogo con el Señor (recordemos que para el católico la oración no es necesariamente un monólogo) y en ese sentido la oración mental se llama discursiva porque, en efecto, es un discurso.
Oración mental que es la contemplativa o mística. En ella se da un total recogimiento de los sentidos y un “silencio interior” que nos permite escuchar mejor a Dios. Es, efectivamente, como contemplar a Dios, pero no es un contemplarle con la vista, sino una contemplación del alma.
El concilio Vaticano II ha proclamado con fuerza el llamamiento universal a la santidad para todos los hombres sin excepción (Constitución Lumen gentium c.5).
¿Qué es la oración? recordemos que “La oración es la elevación del alma hacia Dios o la petición a Dios de bienes convenientes” (CEC 2590)
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SEÑAL DE LA CRUZ
Por la señal de la santa cruz + de nuestros enemigos + líbranos, Señor, Dios nuestro + En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo + Amén.
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden ; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. AménAVE MARIA
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén
GLORIA
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
CREDO
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso.
Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén
CREDO DE NICEA CONSTANTINOPLA
Creo en un solo Dios; Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por Quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del Cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al Cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
SALVE
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Tí clamamos los desterrados hijos de Eva, a Tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén
YO CONFIESO
Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor. Amén.
PETICIÓN DE GRACIA DE ARREPENTIMIENTO
Mírame, oh mi amado y buen Jesús! en tu presencia me postro de rodillas, y con el mayor fervor de mi alma te pido y suplico que imprimas en mi Corazon vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad,
verdadero dolor de mis pecados, y propósito firmísimo de enmendarme, mientras con gran afecto y dolor considero y contemplo en mi alma tus cinco llagas, teniendo ante mis ojos aquello que ya
el Profeta David ponía en tus labios acerca de ti: “Han taladrado mis manos y mis pies, y han podido contar todos mis huesos”. Amen
ÁNGEL DE LA GUARDA
Ángel de mi guarda dulce compañía no me desampares ni de noche ni de día. No me dejes sólo que sin ti me perdería. Amén
BENDICIÓN DE LA COMIDA
Bendícenos, Señor, y bendice éstos alimentos que nos vamos a servir, y que Tú nos das por Tu infinita bondad. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Danos hambre y sed de Ti. Amen.
Y Después de comer…Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen.ORACIÓN DE SAN IGNACIO
Alma de Cristo santifícame
cuerpo de Cristo, sálvame
sangre de Cristo, embriágame,
agua del costado de Cristo, lávame
pasion de Cristo, confórtame
oh mi buen Jesús, óyeme
dentro de tus llagas, escóndeme
no permitas que me aparte de ti
del enemigo malo defiéndeme
en la hora de mi muerte, llámame
y mándame ir a ti.
para que con tus Ángeles y santos te alabe
por los siglos de los siglos amen.
MAGNIFICAT
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso
ha hecho obras grandes por mí;
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles,
de generación en generación.
Él hace proezas con brazo;
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
- como lo había prometido a nuestros padres -
en favor de Abrahán y su descendencia
por siempre.
BENIDICTUS
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
ACORDAOS
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benigna mente. Amén.
SANTO ROSARIO
2. Rezar el Padrenuestro
4. Anunciar el primer misterio. Rezar el Padrenuestro.
6. Anunciar el segundo misterio. Rezar el Padrenuestro.
8. Anunciar el tercer misterio. Rezar el Padrenuestro.
10. Anunciar el cuarto misterio. Rezar el Padrenuestro.
11. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
12. Anunciar el quinto misterio. Rezar el Padrenuestro.
14. Rezar la Salve.
ORACIONES DEL ROSARIO
SEÑAL DE LA CRUZ+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. +En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
SÍMBOLO DE LOS APÓSTOLES
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
JACULATORIAS
Puede usarse una de estas dos:
- María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
- Oh Jesús mío, perdónanos. Líbranos del fuego fuego del infierno, lleva a todas las almas al Cielo, especialmente a las más necesitadas. (Oración de Fátima).
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oración. Omnipotente y sempiterno Dios, que con la cooperación del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa Virgen y Madre María para que fuese merecedora de ser digna morada de tu Hijo; concédenos que, pues celebramos con alegría su conmemoración, por su piadosa intercesión seamos liberados de los males presentes y de la muerte eterna. Por el mismo Cristo nuestro Señor. Amén.
MISTERIOS DEL ROSARIO
MISTERIOS GOZOSOS (lunes y sábado)
1. La Encarnación del Hijo de Dios.
2. La Visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel.
3. El Nacimiento del Hijo de Dios.
4. La Purificación de la Virgen Santísima.
5. La Pérdida del Niño Jesús y su hallazgo en el templo.
MISTERIOS DOLOROSOS (martes y viernes)
1. La Oración de Nuestro Señor en el Huerto.
2. La Flagelación del Señor.
3. La Coronación de espinas.
4. El Camino del Monte Calvario.
5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.
MISTERIOS GLORIOSOS (miércoles y domingo)
1. La Resurrección del Señor.
2. La Ascensión del Señor.
3. La Venida del Espíritu Santo.
4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
5. La Coronación de la Santísima Virgen.
MISTERIOS LUMINOSOS (jueves)
1. El Bautismo de Jesús en el Jordán.
2. La Autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná.
3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión.
4. La Transfiguración.
5. La institución de la Eucaristía.
1. Nuevos misterios propuestos por Juan Pablo II a la contemplación de los creyentes en la Carta Apostólica “Rosarium Virginis Mariae” (16-10-2002.) Se llaman misterios de luz o misterios luminosos porque en su vida pública Cristo se manifiesta como misterio de luz: “Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo” (Jn 9, 5). Estos nuevos misterios se rezan el jueves, pasando la segunda contemplación de los misterios gozosos al sábado
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Ven, oh Espíritu Santo, atiéndenos,
Espíritu del Padre, vivifícanos,
Espíritu del Hijo, sálvanos.
Oh Amor eterno, llénanos,Con tu fuego, inflámanos,
Con tu luz, ilumínanos.
Fuente viva, sácianos,
De nuestros pecados, lávanos.
Por tu unción, fortalécenos.
Por tu consuelo, confórtanos.
Por tu gracia, guíanos.
Por tus ángeles, protégenos.
No permitas jamás que nos separemos de Ti,
Dios Espíritu Santo, escúchanos.
Con el dedo de tu gracia, tócanos.
Vierte en nosotros el torrente de la virtud.
Fortalécenos con tus dones,
Y con tus frutos, refrigéranos.
Líbranos del maligno enemigo,
En la última batalla, úngenos,
A la hora de la muerte, defiéndenos.
Entonces llámanos hacia Ti,
Para que con todos los santos
Alabemos al Padre, al Hijo y a Ti,
Consolador piadoso y eterno. Amén
DEL ESPIRITU SANTO
Envía Padre los dones del Espíritu Santo
Eterno Padre, en nombre de Jesucristo
y por la intercesión de la Siempre Virgen María,
envía a mi corazón al Espíritu Santo.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Sabiduría.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Entendimiento.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Consejo.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de fortaleza.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Ciencia.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Piedad.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don del Santo Temor de Dios.
Tres veces……….Gloria al Padre………..
Espíritu Santo, eterno Amor,….etc.
http://www.corazones.org/oraciones/oraciones_espiritu_santo/a_oracion_espiritu_santo.htm
Novena al Espíritu Santo
Rezar cada día de la novena:
Acto de consagración al Espíritu Santo diario:Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza, y todo el amor de mi Corazón.
Me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús.
Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.
Oración por los 7 dones del Espíritu Santo
Oh, Señor Jesucristo, que antes de ascender al cielo prometiste enviar al Espíritu Santo para completar tu obra en las almas de tus Apóstoles y discípulos, dígnate concederme el mismo Espíritu Santo para que Él perfeccione en mi alma la obra de tu gracia y de tu amor. Concédeme el Espíritu de Sabiduría para que pueda despreciar las cosas perecederas de este mundo y aspirar sólo a las cosas que son eternas, el Espíritu de Entendimiento para iluminar mi mente con la luz de tu divina verdad, el Espíritu de Consejo para que pueda siempre elegir el camino más seguro para agradar a Dios y ganar el Cielo, el Espíritu de Fortaleza para que pueda llevar mi cruz contigo y sobrellevar con coraje todos los obstáculos que se opongan a mi salvación, el Espíritu de Conocimiento para que pueda conocer a Dios y conocerme a mí mismo y crecer en la perfección de la ciencia de los santos, el Espíritu de Piedad para que pueda encontrar el servicio a Dios dulce y amable, y el Espíritu de Temor de Dios para que pueda ser lleno de reverencia amorosa hacia Dios y que tema en cualquier modo disgustarlo. Márcame, amado Señor, con la señal de tus verdaderos discípulos y anímame en todas las cosas con tu Espíritu. Amén.
¡Espíritu Santo! ¡Señor de Luz! ¡Danos, desde tu clara altura celestial, tu puro radiante esplendor!
El Espíritu Santo
Sólo una cosa es importante: la salvación eterna. Por lo tanto, sólo una cosa hay que temer: el pecado. El pecado es el resultado de la ignorancia, debilidad e indiferencia. El Espíritu Santo es el Espíritu de Luz, de Fuerza y de Amor. Con sus siete dones ilumina la mente, fortalece la voluntad, e inflama el corazón con el amor de Dios. Para asegurarnos la salvación debemos invocar al Divino Espíritu diariamente, porque “el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos cómo pedir para orar como conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros” (Rom 8,26).
Oración
Omnipotente y eterno Dios, que has condescendido para regenerarnos con el agua y el Espíritu Santo, y nos has dado el perdón de todos los pecados, permite enviar del cielo sobre nosotros los siete dones de tu Espíritu, el Espíritu de Sabiduría y de Entendimiento, el Espíritu de Consejo y de Fortaleza, el Espíritu de Conocimiento y de Piedad, y llénanos con el Espíritu del Santo Temor. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria
¡Ven, Padre de los pobres. Ven, tesoros que sostienes. Ven, Luz de todo lo que vive!
El don del Temor
El don del Santo Temor de Dios nos llena con un soberano respeto por Dios, y nos hace que a nada temamos más que a ofenderlo por el pecado. Es un temor que se eleva, no desde el pensamiento del infierno, sino del sentimiento de reverencia y filial sumisión a nuestro Padre Celestial. Es el temor principio de sabiduría, que nos aparta de los placeres mundanos que podrían de algún modo separarnos de Dios. “Los que temen al Señor tienen corazón dispuesto, y en su presencia se humillan” (Ecl 2,17).
Oración
¡Ven, Oh bendito Espíritu de Santo Temor, penetra en lo más íntimo de mi corazón, que te tenga, mi Señor y Dios, ante mi rostro para siempre, ayúdame a huir de todas las cosas que te puedan ofender y hazme merecedor ante los ojos puros de tu Divina Majestad en el Cielo, donde Tú vives y reinas en unidad de la siempre Bendita Trinidad, Dios en el mundo que no tiene fin. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria
Tú, de todos los consoladores el mejor, visitando el corazón turbado, da la gracia de la placentera paz.
El don de Piedad
El don de Piedad suscita en nuestros corazones una filial afección por Dios como nuestro amorosísimo Padre. Nos inspira, por amor a Él, a amar y respetar a las personas y cosas a Él consagradas, así como aquellos que están envestidos con su autoridad, su Santísima Madre y los Santos, la Iglesia y su cabeza visible, nuestros padres y superiores, nuestro país y sus gobernantes. Quien está lleno del don de Piedad no encuentra la práctica de la religión como deber pesado sino como deleitante servicio. Donde hay amor no hay trabajo.
Oración
Ven, Oh Bendito Espíritu de Piedad, toma posesión de mi corazón. Enciende dentro mío tal amor por Dios que encuentre satisfacción sólo en su servicio, y por amor a Él me someta amorosamente a toda legítima autoridad. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria
Tú, en la fatiga dulce alivio, refresco placentero en el calor, solaz en medio de la miseria.
El don de Fortaleza
Por el don de Fortaleza el alma se fortalece ante el miedo natural y soporta hasta el final el desempeño de una obligación. La fortaleza le imparte a la voluntad un impulso y energía que la mueve a llevar a cabo, sin dudarlo, las tareas más arduas, a enfrentar los peligros, a estar por encima del respeto humano, y a soportar sin quejarse el lento martirio de la tribulación aún de toda una vida. “El que persevere hasta el fin, ese se salvará”(Mt 24,13).
Oración
Ven, Oh Espíritu de Fortaleza, alza mi alma en tiempo de turbación y adversidad, sostiene mis esfuerzos de santidad, fortalece mi debilidad, dame valor contra todos los asaltos de mis enemigos, que nunca sea yo confundido y me separe de Ti, Oh mi Dios y mi máximo Bien. Amén
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria
¡Luz inmortal! ¡Divina Luz! ¡Visita estos corazones tuyos y llena nuestro más íntimo ser!
El don del Conocimiento
El don del Conocimiento permite al alma darle a las cosas creadas su verdadero valor en su relación con Dios. El conocimiento desenmascara la simulación de las creaturas, revela su vacuidad y hace notar sus verdaderos propósitos como instrumentos al servicio de Dios. Nos muestra el cuidado amoroso de Dios aún en la adversidad, y nos lleva a glorificarlo en cada circunstancia de la vida. Guiados por su luz damos prioridad a las cosas que deben tenerla y apreciamos la amistad de Dios por encima de todo. “El conocimiento es fuente de vida para aquel que lo posee” (Prov 16,22).
Oración
Ven, Oh Bendito Espíritu de Conocimiento, y concédeme que pueda percibir la voluntad del Padre; muéstrame la nulidad de las cosas de la tierra, que tenga idea de su vanidad y las use sólo para tu gloria y mi propia salvación, siempre por encima de ellas mirándote a Ti y tus premios eternos. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria
Si tu apartas tu gracia, nada puro permanecerá en el hombre, todo lo que es bueno se volverá enfermo.
El don del Entendimiento
El Entendimiento, como don del Santo Espíritu, nos ayuda a aferrar el significado de las verdades de nuestra santa religión. Por la fe las conocemos, pero por el entendimiento aprendemos a apreciarlas y a apetecerlas. Nos permite penetrar el profundo significado de las verdades reveladas y, a través de ellas, avivar la novedad de la vida. Nuestra fe deja de ser estéril e inactiva e inspira un modo de vida que da elocuente testimonio de la fe que hay en nosotros. Comenzamos a “caminar dignos de Dios en todas las cosas complaciendo y creciendo en el conocimiento de Dios”.
Oración
Ven, Oh Espíritu de Entendimiento, e ilumina nuestras mentes, que podamos conocer y creer en todos los misterios de la salvación, y que por fin podamos merecer ver la eterna luz en la Luz, y en la luz de la gloria tener una clara visión de Ti y del Padre y del Hijo. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria
Sana nuestras heridas, renueva nuestra fuerza. En nuestra aridez derrama tu rocío. Lava las manchas de la culpa.
El don de Consejo
El don de Consejo dota al alma de prudencia sobrenatural, permitiéndole juzgar con prontitud y correctamente qué debe hacer, especialmente en circunstancias difíciles. El Consejo aplica los principios dados por el Conocimiento y el Entendimiento a los innumerables casos concretos que confrontamos en el curso de nuestras diarias obligaciones en tanto padres, docentes, servidores públicos y ciudadanos cristianos. El Consejo es sentido común sobrenatural, un tesoro invalorable en el tema de la salvación. “Y por encima de todo esto, suplica al Altísimo para que enderece tu camino en la verdad” (Ecl 37,15).
Oración
Ven, Oh Espíritu de Consejo, ayúdame y guíame en todos mis caminos para que siempre haga tu Santa Voluntad. Inclina mi corazón a aquello que es bueno, apártame de todo lo que es malo y dirígeme por el sendero recto de tus Mandamientos a la meta de la vida eterna que yo anhelo. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria
Dobla la voluntad y el corazón obstinado, funde lo que está helado, calienta lo que está frío. Guía los pasos que se han desviado!
El don de Sabiduría
Abarcando a todos los otros dones, como la caridad abraza a todas las otras virtudes, la Sabiduría es el más perfecto de los dones. De la Sabiduría está escrito: “todo lo bueno vino a mí con Ella, y riquezas innumerables me llegaron a través de sus manos”. Es el don de la Sabiduría el que fortalece nuestra fe, fortifica la esperanza, perfecciona la caridad y promueve la práctica de la virtud en el más alto grado. La Sabiduría ilumina la mente para discernir y apreciar las cosas de Dios, ante las cuales los gozos de la tierra pierden su sabor, mientras la Cruz de Cristo produce una divina dulzura, de acuerdo a las palabras del Salvador: “Toma tu cruz y sígueme, porque mi yugo es dulce y mi carga ligera”.
Oración
Ven, Oh Espíritu de Sabiduría y revela a mi alma los misterios de las cosas celestiales, su enorme grandeza, poder y belleza. Enséñame a amarlas sobre todo y por encima de todos los gozos pasajeros y las satisfacciones de la tierra. Ayúdame a conseguirlas y a poseerlas para siempre. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria
Tú, en aquellos que siempre más te confiesan y te adoran, en tus siete dones, desciende. Dales alivio en la muerte. Dales vida Contigo en las alturas. Dale los gozos que no tienen fin. Amén.
Los frutos del Espíritu Santo
Los dones del Espíritu Santo perfeccionan las virtudes sobrenaturales al permitirnos practicarlas con mayor docilidad a la divina inspiración. A medida que crecemos en el conocimiento y en el amor de Dios, bajo la dirección del Santo Espíritu, nuestro servicio se torna más sincero y generoso y la práctica de las virtudes más perfecta. Tales actos de virtudes dejan el corazón lleno de alegría y consolación y son conocidos como frutos del Espíritu Santo. Estos frutos, a su vez, hacen la práctica de las virtudes más activa y se vuelven un poderoso incentivo para esfuerzos aún mayores en el servicio de Dios.
Oración
Ven, Oh Divino Espíritu, llena mi corazón con tus frutos celestiales: caridad, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Que nunca esté yo cansado en el servicio de Dios sino que, por continua y fiel sumisión a tu inspiración, merezca estar eternamente unido Contigo, en el amor del Padre y del Hijo. Amén.
Padrenuestro y Avemaría, una vez. Gloria
Fuente: http://www.corazones.org/oraciones/oraciones_espiritu_santo/novena_espiritu_santo.htm