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Marta entonces dijo a Jesús
Marta le dijo: "Yo sé que se levantará en la resurrección en el último día". Jesús le dijo: "Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir; y todo el que vive y ejerce fe en mí no morirá jamás. ¿Crees tú esto?". Ella le dijo: "Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, Aquel que viene al mundo".
... Y dijo: "¿Dónde lo han puesto?". Ellos le dijeron: "Señor, ven y ve". Jesús cedió a las lágrimas. Por eso los judíos empezaron a decir: "Mira, ¡cuánto cariño le tenía!".
Así que Jesús, después de gemir otra vez en sí mismo, vino a la tumba conmemorativa. Era, de hecho, una cueva, y había una piedra recostada contra ella. Jesús dijo: "Quiten la piedra". Marta, la hermana del fallecido, le dijo: "Señor, ya debe oler mal, porque hace cuatro días". Jesús le dijo: "¿No te dije que si creías habrías de ver la gloria de Dios?". Por lo tanto, quitaron la piedra. Entonces Jesús alzó los ojos hacia el cielo y dijo: "Padre, te doy gracias porque me has oído. Cierto, yo sabía que siempre me oyes; pero a causa de la muchedumbre que está de pie en derredor hablé, a fin de que crean que tú me has enviado". Y cuando hubo dicho estas cosas, clamó con fuerte voz: "¡Lázaro, sal!". El [hombre] que había estado muerto salió...
"No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán...".
: "Señor, si hubieras estado aquí mi hermano no habría muerto. Y sin embargo, actualmente sé que cuantas cosas pidas a Dios, Dios te las dará". Jesús le dijo: "Tu hermano se levantará".Marta le dijo: "Yo sé que se levantará en la resurrección en el último día". Jesús le dijo: "Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir; y todo el que vive y ejerce fe en mí no morirá jamás. ¿Crees tú esto?". Ella le dijo: "Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, Aquel que viene al mundo".
... Y dijo: "¿Dónde lo han puesto?". Ellos le dijeron: "Señor, ven y ve". Jesús cedió a las lágrimas. Por eso los judíos empezaron a decir: "Mira, ¡cuánto cariño le tenía!".
Así que Jesús, después de gemir otra vez en sí mismo, vino a la tumba conmemorativa. Era, de hecho, una cueva, y había una piedra recostada contra ella. Jesús dijo: "Quiten la piedra". Marta, la hermana del fallecido, le dijo: "Señor, ya debe oler mal, porque hace cuatro días". Jesús le dijo: "¿No te dije que si creías habrías de ver la gloria de Dios?". Por lo tanto, quitaron la piedra. Entonces Jesús alzó los ojos hacia el cielo y dijo: "Padre, te doy gracias porque me has oído. Cierto, yo sabía que siempre me oyes; pero a causa de la muchedumbre que está de pie en derredor hablé, a fin de que crean que tú me has enviado". Y cuando hubo dicho estas cosas, clamó con fuerte voz: "¡Lázaro, sal!". El [hombre] que había estado muerto salió...
"No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán...".
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