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miércoles, 2 de abril de 2014

ME CREEN LOCO , Y SI LO ESTOY LOCO DE AMOR AL SEÑOR

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EL ESPÍRITU SANTO



Nos
dice la Reina de la Paz:

Viernes 21
de OCTUBRE
de 1983. "Lo más importante es
rezar al Espíritu Santo para que descienda sobre vosotros. Cuando uno lo posee,
lo tiene todo. Las personas cometen un error al invocar a los santos solamente,
cuando piden algo". 

Adviento
1983
. "Comenzad invocando al Espíritu Santo cada día.
Lo más importante es rezar al Espíritu Santo. Cuando el Espíritu Santo desciende
sobre la Tierra, entonces todo se aclara y todo se transforma".

OCTUBRE DE 1984. "
Lo más importante en la vida espiritual es el
pedir el don del Espíritu Santo. Cuando el Espíritu Santo viene, entonces la paz
se establece. Cuando esto ocurre, todo cambia alrededor de vosotros".

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO (Enseñada por la Ssma. Virgen al P. Gobbi)

(Esta invocación conviene decirla muy frecuentemente,
especialmente antes de hacer alguna actividad o de rezar)

Ven Espíritu
Santo. Ven por medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María, tu amadísima Esposa.

DEVOCIÓN AL ESPÍRITU SANTO
El Espíritu Santo,
como en tiempos de San Pablo, es el Gran desconocido entre los cristianos. Son
muchos los fieles que recurren a los santos y olvidan al autor de la Gracia, al
dulce Huésped de las almas.
El Espíritu Santo
es el Alma de la Iglesia. La asiste constantemente en su gobierno y en su
enseñanza infalible, y la Iglesia lo invoca antes de emprender sus obras, e
invita a los fieles a recurrir al Espíritu Divino en toda actividad.
Somos templos del
Espíritu Santo, es nuestro dulce Huésped, el Consolador y Santificador de
nuestras almas. Los Apóstoles al recibirlo quedaron transformados.
¡Cuántas almas
deseosas de perfección están como estancadas porque no invocan al Espíritu
Santo! ¡Desean ser santas sin pensar casi en el Santificador!
Sacerdotes
difundid por todas partes esta preciosísima devoción. ¡Que todos los fieles
reciban este Mensaje!
Experimentarán un
gran cambio en sus almas, verán nuevos horizontes, se maravillarán de sus
progresos espirituales.
Invocando al
Divino Espíritu, fuente de fuerza, luz y consuelo, Él los llenará con sus siete
dones y morará en ellos como consuelo y guía.
¡Felices las almas
devotas del Espíritu Santo! Empiezan ya su cielo sobre la tierra, haciéndose
acreedoras a gracias escogidas y recibiendo fuerza especial para corresponder a
sus divinas inspiraciones.
El Espíritu Santo
es el Dios del Amor.
¡Amemos al Amor!
 EL
DON DE SABIDURÍA:
le proporciona al hombre una especie de connaturalidad con
las cosas de Dios, haciéndole saborear, con deleite inefable, "las cosas de
arriba, no las de la tierra" (Col 3,1-2), dándole un sentido de eternidad que le
hace ver todas las cosas a través de Dios, como por instinto sobrenatural y
divino.

EL DON DE
ENTENDIMIENTO:
proporciona al alma fiel una penetración profundísima en los
grandes misterios de la fe: la inhabitación trinitaria, el misterio redentor,
nuestra incorporación a Cristo, el valor infinito de la misa, etc.,
haciéndoselos vivir con gran intensidad y perfección.

EL DON DE
CIENCIA:
le enseña a juzgar rectamente de las cosas creadas, viendo en ellas
una huella o vestigio de Dios, que pregona su hermosura y bondad inefables. Con
él veía San Francisco de Asís al hermano lobo, la hermana flor, la hermana
fuente. Es la "ciencia de los santos", que será siempre una locura ante la
increíble estulticia del mundo (cf. 1 Cor 3,19).

EL DON DE
CONSEJO:
marca la orientación que debemos seguir en cada caso para entrar en
los designios eternos de Dios sobre nosotros. Son corazonadas, golpes de vista
intuitivos, cuyo acierto y oportunidad se encargan más tarde de descubrir los
acontecimientos.

EL DON DE
PIEDAD:
tiene por objeto excitar en la voluntad, por inspiración del
Espíritu Santo, un afecto filial hacia Dios, considerado como Padre amorosísimo,
y un sentimiento de fraternidad universal para con todos los hombres en cuanto
hermanos nuestros e hijos del mismo Padre, que está en los cielos. Nos hace
sentir también una ternura especial hacia la Virgen María, Madre de la Iglesia y
dulcísima Madre nuestra.

EL DON DE
FORTALEZA:
brilla en la frente de los mártires y en la práctica callada y
heroica de las virtudes de la vida cristiana ordinaria, que constituyen el
"heroísmo de lo pequeño", con frecuencia más difícil y penoso que el de las
cosas grandes.

EL DON DE
TEMOR:
en fin, llena el alma de respeto reverencial ante la majestad
infinita de Dios, dejándola dispuesta a morir mil veces antes que ofenderla por
el pecado.

ORACIÓN PARA IMPLORAR LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO
1. Venid, oh
Espíritu Santo, y concedednos el don de la SABIDURÍA, que dándonos a conocer la
verdadera dicha, nos separe de las cosas del mundo y nos haga gustar y amar los
bienes celestiales.
Gloria al Padre
y
al Hijo y al Espíritu Santo. Amén.
2. Venid, os
Espíritu Santo, y concedednos el don del ENTENDIMIENTO, para que más fácilmente
conozcamos y penetremos las verdades y misterios de nuestra Santa Religión.
Gloria al Padre,
etcétera.
3. Venid, oh
Espíritu Santo, y concedednos el don del CONSEJO, que nos haga elegir en todo
momento lo que contribuya más a la gloria de Dios y a nuestra propia
santificación.
Gloria al Padre,
etcétera.
4. Venid, oh
Espíritu Santo, y concedednos el don de la FORTALEZA, que haciéndonos superar
todos los obstáculos que se oponen a nuestra salvación, nos una tan íntimamente
a Dios nuestro Señor que nada, ni nadie, pueda separarnos de Él.
Gloria al Padre,
etcétera.
5. Venid, oh
Espíritu Santo, y concedednos el don de la CIENCIA, que nos dé el perfecto
conocimiento de Dios y de nosotros mismos y de los medios que debemos poner en
práctica y los peligros que debemos evitar para llegar al cielo.
Gloria al Padre,
etcétera.
6. Venid, oh
Espíritu Santo, y concedednos el don de la PIEDAD, que nos conduzca a cumplir
con facilidad todo lo que sea del servicio de Dios y nos haga encontrar siempre
dulce y ligero el yugo del Señor.
Gloria al Padre,
etcétera.
7. Venid, oh
Espíritu Santo, y concedednos el don del TEMOR DE DIOS, que nos haga evitar con
el mayor cuidado en todos los instantes de nuestra vida, todo lo que pueda
desagradar a nuestro Padre Celestial.
Gloria al Padre,
etcétera.
Venid, oh Santo
Espíritu Consolador, Padre de los pobres, dulce Esposo y suave refrigerio de las
almas; venid y enriquecednos con las misericordias de vuestros siete dones, y
danos con ellos vuestros preciosos frutos, a fin de que con vuestra divina
asistencia guardemos puro nuestro corazón en la tierra y merezcamos después ver
a Dios eternamente en el cielo. Así os lo pedimos por Cristo Señor nuestro que
con Vos y el Eterno Padre vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Ven, Espíritu
Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu
amor.

SECUENCIA DEL ESPÍRITU SANTO
Ven, Espíritu
Santo,

y envía desde el Cielo

un rayo de tu luz.

Ven, Padre de los pobres,

ven a darnos tus dones,

ven a darnos tu luz.

Consolador lleno de bondad,

dulce huésped del alma,

suave alivio para el hombre.

Descanso en el trabajo,

templanza en las pasiones,

alegría en nuestro llanto.

Penetra con tu santa luz

en lo más íntimo

del corazón de tus fieles.

Sin tu ayuda divina

no hay nada en el hombre,

nada que sea inocente.

Lava nuestras manchas,

riega nuestra aridez,

cura nuestras heridas.

Suaviza nuestra dureza,

enciende nuestra frialdad,

corrige nuestros desvíos.

Concede a tus fieles,

que en Ti confían,

tus siete sagrados dones.

Premia nuestra virtud,

salva nuestras almas,

danos la eterna alegría.

¡Amén. Aleluya!

SÚPLICA AL ESPÍRITU SANTO
Oh, Espíritu
Santo, dulce huésped de mi alma, apiadaos de mis miserias, sacadme del error y
concededme el perdón de mis faltas.
Oh, Espíritu del
Padre y del Hijo, haced con vuestra gracia que pueda siempre decir de todo
corazón: ¡Hágase Señor tu santa voluntad!
Espíritu de
Sabiduría, reinad en todos mis pensamientos, palabras y obras, desde ahora hasta
la hora de mi muerte.
Espíritu de
Entendimiento, iluminadme y enseñadme.
Espíritu de
Consejo: suplid mi falta de experiencia.
Espíritu de
Ciencia: libradme de mi ignorancia.
Espíritu de
Fortaleza: hacedme fuerte en el servicio de Dios; dadme valor para proceder en
todo con bondad y benevolencia, con dulzura y fidelidad, con paciencia y amor,
con alegría y magnanimidad.
Espíritu de
Piedad: hacedme íntimo en mis relaciones con Dios.
Espíritu de Temor
de Dios: líbrame de todo mal.
Espíritu de Paz:
dadme vuestra Paz.
Espíritu de
Santidad, adornad con las celestiales virtudes de pureza el templo de mi alma y
preservadla de la mancha del pecado. Amén.

ORACIONES A DIOS PADRE PARA ALCANZAR EL DON DEL ESPÍRITU SANTO
Oh Dios, Padre
amorosísimo, oíd nuestras preces e iluminad nuestra inteligencia con la gracia
del Espíritu Santo para que sepamos servirte en la verdad eterna.
Oh Dios, Amor
infinito, purificad nuestro corazón con el amor del Espíritu Divino para que os
amemos con todo nuestro ser y sobre todas las cosas.
Oh Padre Eterno,
abrasad con el fuego de vuestro Santo Espíritu nuestros corazones para que os
sirvamos con recta intención toda la vida.
Oh Dios Creador,
os pedimos que por tu Espíritu Santo nos concedáis el don de la fortaleza, para
que nos preserve de todo pecado.
Oh Dios, Sabiduría
infinita, que iluminas los corazones de los fieles con la luz del Espíritu
Santo, concedednos que animados de ese mismo Espíritu conozcamos la verdad y
gocemos siempre de tu consuelo. Amén.

PLEGARIA
Oh Divino
Espíritu, ¡cuán poco consideramos tu incesante actuación en nuestras almas!. Tú
eres en realidad la vida que Cristo quiso dar a sus ovejas en gran abundancia.
Tú, el fuego que Él vino a traer a la tierra, deseando vivamente que ardiese.
Ven, pues, oh
Espíritu Santo a nuestras almas, fuente viva de gracia, fuego de amor, amor
personificado, unción espiritual, suave regalo, santísima luz, padre de los
pobres, dador de todo don: haznos tener gusto y sabor y hambre y sed de lo justo
y bueno, danos, en los contratiempos, descanso al trabajo, templanza en lo
ardiente, consuelo en el llanto; llena nuestro pecho con un casto amor; y, ya
que en el hombre sin tu ayuda no hay nada que no le dañe: ven, y lava lo
manchado, riega lo que es seco, sana lo enfermo, doblega lo que es duro,
gobierna el camino, enciende lo helado, concédenos tus siete dones, aumento en
virtudes, feliz descanso y eterno gozo. Amén.

ORACIÓN DEL CARDENAL MERCIER
¡Oh, Espíritu
Santo, alma de mi alma, te adoro! Ilumíname, guíame, fortaléceme, consuélame;
dime qué debo hacer, dame tus órdenes; te prometo someterme a todo lo que desees
de mí y aceptar todo lo que permitas que me suceda; hazme tan solo conocer tu
voluntad.
* *
* * * * *
Si esto hacéis,
vuestra vida se deslizará feliz, serena y llena de consuelo, aun en medio de las
penas, porque la gracia será en proporción a la prueba, dándonos la fuerza de
sobrellevarla, y llegaréis así a la puerta del Paraíso cargados de méritos. Esta
sumisión al Espíritu Santo es el secreto de la santidad y de la alegría de la
vida.


Rosario del Espíritu Santo
En el Nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

UNO: Ven Espíritu Santo con tu don de SABIDURÍA.

TODOS: Ven Espíritu Santo

(Se repite lo anterior siete veces, una por cada cuenta)


Oración al Espíritu Santo:
Ven, Espíritu
Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu
amor.
V. Envía, Señor,
tu Espíritu y serán creados.
R. Y renovarás la faz de la tierra.

Oh Dios, que
has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, danos
el gustar todo lo recto según el mismo Espíritu y gozar siempre de su consuelo.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
UNO: Gloria al Padre...


UNO: Ven Espíritu Santo con tu don de ENTENDIMIENTO.

TODOS: Ven Espíritu Santo

(Se repite lo anterior siete veces, una por cada cuenta)
Oración al Espíritu Santo
UNO: Gloria al Padre...


UNO: Ven Espíritu Santo con tu don de CIENCIA.

TODOS: Ven Espíritu Santo

(Se repite lo anterior siete veces, una por cada cuenta)
Oración al Espíritu Santo
UNO: Gloria al Padre...


UNO: Ven Espíritu Santo con tu don de CONSEJO.

TODOS: Ven Espíritu Santo

(Se repite lo anterior siete veces, una por cada cuenta)
Oración al Espíritu Santo
UNO: Gloria al Padre...


UNO: Ven Espíritu Santo con tu don de PIEDAD.

TODOS: Ven Espíritu Santo

(Se repite lo anterior siete veces, una por cada cuenta)
Oración al Espíritu Santo
UNO: Gloria al Padre...


UNO: Ven Espíritu Santo con tu don de FORTALEZA.

TODOS: Ven Espíritu Santo

(Se repite lo anterior siete veces, una por cada cuenta)
Oración al Espíritu Santo
UNO: Gloria al Padre...


UNO: Ven Espíritu Santo con tu don de TEMOR DE DIOS.

TODOS: Ven Espíritu Santo

(Se repite lo anterior siete veces, una por cada cuenta)
Oración al Espíritu Santo
UNO: Gloria al Padre...

ORACIONES FINALES
Oración al Espíritu Santo

UNO: Ven Espíritu Santo aumenta nuestra Caridad.

TODOS: Ven Espíritu Santo

UNO: Ven Espíritu santo aumenta nuestra Esperanza

TODOS: Ven Espíritu Santo

UNO: Ven Espíritu Santo aumenta nuestra Fe.

TODOS: Ven Espíritu Santo
Oración al Espíritu Santo


CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Oh, Espíritu Santo, fuente
de sabiduría y amor: os consagramos para siempre nuestro entendimiento, corazón,
voluntad, todo nuestro ser.
Haced que en todo momento
sigamos vuestras divinas inspiraciones y acatemos las santas enseñanzas de la
Iglesia Católica, cuya guía invisible sois.
Convertid nuestro corazón en
hoguera inextinguible de amor a Dios y al prójimo; y a nuestra voluntad
sometedla a la divina para que no forme con ella sino una sola, a fin de que
nuestra vida sea fiel reflejo de la vida y virtudes de Jesucristo, a quien con
el Padre y en unión con Vos, sean el honor y la gloria por los siglos de los
siglos. Amén













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