Roberto Lettieri
CRISTIANOS UNGIDOS
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viernes, 27 de abril de 2012
Renovacion Carismatica Catolica
Renovación Carismática Católica
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La Virgen María y los apóstoles reciben el Espíritu Santo el día de Pentecostés.
La Renovación Carismática Católica o Movimiento Carismático Católico es un movimiento espiritual presente usualmente (pero no solamente) bajo la estructura de un movimiento apostólico o movimiento organizado, que proviene históricamente del movimiento neopentecostal protestante, en el marco del clima de apertura del Concilio Vaticano II; así, fue acogido en el catolicismo por ser una experiencia original y esencialmente católica.[1]
Las experiencias pentecostales llegaron primero a las Iglesias protestantes históricas (como la anglicana o luterana). La expresión renovación carismática proviene del ministro luterano Harald Bredesen quien, en 1962, comenzó a emplear el término «carismático» para describir lo que estaba pasando en las Iglesias protestantes históricas, las más tradicionales. Confrontado con el término «neopentecostal», habló de una «renovación carismática» en las Iglesias históricas.[2]
En ese sentido, sería más preciso hablar de «renovación carismática» en la Iglesia católica, anglicana, luterana, etc. Tal es el nombre, por ejemplo, de la renovación carismática de los católicos alemanes: Charismatische Erneuerung in der Katholischen Kirche.[3]
Definición
La renovación carismática católica es un proceso (por eso es renovación) paulatino de recuperación de la experiencia o experiencias pentecostales en la Iglesia católica, renovando así la espiritualidad católica, promoviendo como su corazón y fundamento la recepción de una experiencia espiritual frecuente en los primeros tiempos de la Iglesia llamada «el bautismo en el Espíritu Santo».[4] Este es su corazón y propósito, trayendo como consecuencia normal la aparición de carismas. Se le llama también y más frecuentemente en los países de tradición católica, efusión (outpouring), y menos frecuentemente despliegue o manifestación (release) de las gracias ya recibidas en la iniciación sacramental cristiana.
Los católicos que han recibido esta experiencia, normalmente a través de cursos, retiros, o una forma de preparación llamada los Seminarios de Vida en el Espíritu comparten su oración comunitariamente, y en ocasiones multitudinariamente (especialmente con alabanza y adoración) a Dios. Y para mantenerse en esta vida se busca una conversión radical a Cristo como Señor y Salvador, una activa comprensión de los sacramentos entendidos como "gracias" por las cuales el Espíritu Santo da los carismas y dones, que se manifiestan en el testimonio de vida. La corriente carismática también busca "avivar" la liturgia a través de la alabanza y la adoración, que es acompañada con elementos musicales y signos que expresan la acción del Espíritu así como el fuerte acento en una misión de evangelización hacia los propios fieles de la Iglesia.
Aunque inspirado en la experiencia del pentecostalismo, el movimiento carismático católico no busca romper con la tradición, dogmas y estructuras organizativas del catolicismo sino que, al contrario, intenta contribuir a revitalizarlos. Por ello, si el carismatismo es dinámico e innovador en su concepción de la práctica religiosa, es por otra parte conservador en el plano dogmático.
Historia
Tuvo sus orígenes en 1967, cuando un grupo liderado por William Storey y Ralph Keifer, dos profesores laicos de la Universidad de Duquesne, en Estados Unidos, decidieron orar juntos, para pedir el bautismo en el Espíritu Santo. Por influencia de dos jóvenes laicos del Cursillo de Cristiandad, Ralph Martin y Stephen B. Clark, leyeron un libro pentecostal llamado La Cruz y El Puñal, en donde se narraba el ministerio cristiano de un pastor pentecostal entre pandilleros neoyorkinos. La lectura llevó a los interesados a acudir por indicación del párroco episcopal de la iglesia Christ Church (Pittsburgh), a un grupo de oración ecuménico, en casa de Florence Dodge, una presbiteriana carismática, en donde recibieron su primera efusión pentecostal en el Espíritu Santo.[5] Luego habrían recibido el llamado "don de lenguas" y otro tipo de carismas, como el de sanación, que son típicos de toda corriente pentecostal o carismática en cristianos de otras denominaciones. En poco tiempo el "fuego" se propagó a otras universidades, como Notre Dame, en Indiana y East Lansing, en Míchigan.
Del 8 al 9 de abril de 1967 noventa personas, entre ellas algunos sacerdotes, se congregaron en la Universidad de Notre Dame en un retiro, para reflexionar sobre los acontecimientos producidos en sus vidas, así como contextualizar la experiencia carismática dentro del libro de los Hechos de los Apóstoles, así como una nueva comprensión de la acción del Espíritu en la iglesia, produciéndose entre ellos una fuerte experiencia con el Espíritu Santo. La narración centrada en la experiencia de Duquesne la recogió el teólogo Kevin Ranaghan, y la relata en su libro Catholic Pentecostals (Pentecostales Católicos), y la experiencia de Notre Dame está más desarrollada en el libro de Edward O'Connor, The Pentecostal Movement in the Catholic Church (El Movimiento Pentecostal en la Iglesia Católica).
A los pocos años de su nacimiento, la "renovación" traspasó las fronteras de los Estados Unidos. A comienzos de los años 70, el movimiento carismático arribó a América Latina, cuando algunos predicadores protestantes bautistas y católicos, en particular Francis MacNutt, fueron invitados por el sacerdote colombiano Rafael García Herreros, eudista, quien dirigía una fundación social y eclesial llamada "Minuto de Dios" para ayudar a familias obreras. Varios sacerdotes y laicos de dicha comunidad religiosa se adhirieron a esta corriente y desde entonces, el Minuto de Dios se ha convertido en un importante (mas no único) centro de difusión del movimiento carismático en el ámbito regional, utilizando los medios de comunicación como la prensa, la radio y la televisión, organizando seminarios de iniciación (los ya mencionados "Seminarios de Vida en el Espíritu"), asambleas, congresos, misas, retiros y otro tipo de actividades.
Sin embargo, hoy existen comunidades muy grandes que son polos de desarrollo de la Renovación Carismática en todo el subcontinente. En Brasil, por ejemplo, existen las comunidades Cancao Nova, de Monseñor Jonas Abib y Shalom. Según recientes investigaciones Brasil, India, Filipinas, y en África son los lugares de mayor crecimiento de la experiencia carismática a la fecha.[6]
El movimiento carismático tuvo un gran impulso en la década de 1970 y un crecimiento más lento, pero sostenido, a partir de los años 80.
En América Latina la Renovación Carismática ha tenido gran acogida, debido en parte a las particulares características festivas y espontáneas de su población, que además es proclive a aceptar la presencia sobrenatural como parte de la vida cotidiana.
En los distintos países latinoamericanos (a excepción de Brasil) y en España la Renovación Carismática se ha estructurado en base a las coordinaciones locales o nacionales que han tomado el control del movimiento tras el empuje inicial de los años 1970s. El movimiento carismático desde mediados de los 80's sufrió fuertes cambios que lo alejaron de su inicial identidad ecuménica y pentecostal y lo han reducido en diversos lugares a centros de promoción de una devoción comunitaria al Espíritu Santo, y no a la promoción del bautismo en el Espíritu Santo. Pese a ello tiene cierta presencia en organizaciones de la Iglesia, tanto de tipo laical como clerical o de vida consagrada. En la Europa no latina y Norteamérica, por el contrario, la Renovación Carismática aparece como un movimiento más libre, ligado a ciertas comunidades religiosas de fundación reciente.
Prueba de lo diferente de la Renovación en países anglosajones es que la base de datos del Comité Nacional de Servicio de Estados Unidos, incluye a comunidades ecuménicas de la Fraternidad La Espada del Espíritu entre sus miembros[7] . Por otro lado, el antiguo presidente del ICCRS, Charles Whitehead participa públicamente en eventos con pentecostales[8] .
Organización
La renovación carismática suele tener como vehículo diversos difusores, entre ellos los "grupos de oración", donde las personas se reúnen periódicamente para alabar, adorar y bendecir al Señor, leer las Escrituras, ser catequizadas y compartir su testimonio de conversión. Se organizan congresos carismáticos de alabanza para grupos en particular, como, por ejemplo, de adolescentes y jóvenes, de la vida consagrada, de matrimonios, de solteros, etc. o generales.
En estos congresos y en los grupos de oración se enfatiza la predicación, la oración, la glosolalia, la música, la alabanza, los testimonios de conversión de vida y las sanaciones milagrosas.
Adoración del Santísimo en un congreso carismático.
En la renovación carismática se encuentran dos grandes modelos de organización.
El primero, adoptado especialmente en América Latina, se centra en grupos de oración parroquial, independientes entre sí, generalmente sin estatutos ni superiores, sino solamente dirigentes, llamados también servidores, sin autoridad jurídica, pero siempre sujetos a la autoridad eclesiástica. Cada grupo elige algunos servidores que tienen como funciones principales: reunirse para discernir en la oración lo que conviene al grupo; proponer y, si es necesario, coordinar los servicios apropiados, como la acogida, orden, música (cantos para la oración), biblioteca, etc; proponer y organizar; estar en contacto con los representantes de la Iglesia; conectar con la coordinadora de la zona y en general estar siempre al servicio de los demás integrantes de su grupo o comunidad de oración.
También hay "coordinadores" zonales, regionales, diocesanos, estatales, o departamentales, según el caso, encaminados especialmente a la organización de eventos, cursos, asambleas, etc. El único superior religioso de la Renovación Carismática es la jerarquía de la Iglesia.
El otro gran modelo de organización, es el de las comunidades de alianza, que se dan cuando un grupo de carismáticos se compromete con estatutos, votos, diezmos y otras estructuras. Este modelo surgió en los Estados Unidos desde la Comunidad La Palabra de Dios, y ha tenido gran difusión en países como Francia, Bélgica, Italia y Alemania. Entre las comunidades de alianza más reconocidas por su desarrollo y expansión internacional se encuentran el Pueblo de Alabanza, la Comunidad del Emmanuel, la Comunidad de las Bienaventuranzas y la comunidad Siervos de Cristo Vivo. En Brasil, 16 de ellas se agrupan en la Fraternidad de Nuevas Comunidades del Brasil (FRATER).[9]
Se calcula que alrededor del 12 por ciento de los católicos son carismáticos, de los cuales la mayor parte son latinoamericanos.
Posición de la jerarquía de la Iglesia
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Gracias a la influencia del cardenal Leo Jozef Suenens, moderador del Concilio Vaticano II, la Renovación Carismática ha sido mirada con ojos positivos por la Santa Sede, desde el pontificado de Pablo VI. Por ello, desde finales de los años 1970, Suenens propició la realización de congresos mundiales o internacionales de "servidores", con el fin de articular la corriente carismática a la institución eclesial y evitar que se convierta en motivo de disidencia o de ruptura, dadas las innevitables controversias que el movimiento carismático produciría, al ser acusado por parte del sector más "tradicionalista" de ser una vía hacia el pentecostalismo, y por parte del sector más "progresista" o "liberal" de ser un movimiento conservador.
En resumen podemos decir que las críticas hacia el movimiento carismático católico se dan por sus diferencias con la espiritualidad católica tradicional en los siguientes puntos:
Porque afirma que la experiencia sensible y directa de Dios puede darse al inicio de la vida cristiana, al estilo del Pentecostés apostólico, y no tras un proceso de conversión necesariamente.
Porque no distingue entre cristianismo ordinario y extraordinario, cree que todos los cristianos han sido llamados al misticismo más perfecto, coincidiendo con la enseñanza de los dominicos Reginald Garrigou Lagrange y Juan Arintero.
Porque no limita la acción de Dios a acciones silenciosas y discretas, sino que frecuentemente permite efusividades normalmente psicosomáticas que pueden resultar de la acción de la gracia sobre las personas, como en la conversión de San Pablo.
Porque es un movimiento que se maneja normalmente por líderes laicos, y basa su discernimiento demasiado en inspiraciones personales que pueden menospreciar la sensatez o prudencia natural.
Y porque su aspiración natural es no ser un movimiento, sino lograr que toda la Iglesia Católica sea pentecostal, es decir, que reciba normalmente el bautismo en el Espíritu para evangelizar con poder y testimoniando la acción de Dios mediante los carismas.
El ICCRS. Órganos de Servicio y Coordinación
Habiendo nacido en los Estados Unidos, la Renovación Carismática se comenzó a estructurar como movimiento organizado (aunque en realidad no lo es, es un proceso espiritual en la Iglesia) con cierta rapidez desde los años 70. Y tuvo necesidad de coordinar a través de sus líderes internacionales las comunicaciones de su desarrollo primero a través del su oficina internacional de comunicación, el ICO (International Communications Office), que no era sino el escritorio de Ralph Martin,[10] localizado en Ann Arbor, Michigan.
Posteriormente, en 1978, el ICO se convirtió en el ICCRO (International Catholic Charismatic Office), la Oficina Internacional de la Renovación Carismática, al mudarse a Bruselas, Bélgica, bajo los auspicios del cardenal Leo Jozef Suenens, arzobispo de tal sede. Con ello, la identidad del movimiento carismático cobró un carácter más eclesial.[11] El 25 de marzo de 1985, el ICCRO se estableció en la ciudad del Vaticano.
Finalmente en 1993, el ICCRO se convirtió en el ICCRS (en inglés, Servicios Internacionales para la Renovación Carismática), al aprobarse sus estatutos. Su actual presidenta es la señora Michelle Moran, laica inglesa, magister en teología pastoral, predicadora y miembro fundador de la comunidad católica de evangelización Sión.[12]
Representantes destacados
Originalmente, la mayoría de los promotores del naciente movimiento carismático católico fueron sacerdotes, laicos y religiosos anglosajones. Entre ellos podemos mencionar al Dr. Francis MacNutt, que visitó América Latina con la enfermera y especialista en psiquiatría Barbara Shlemon Ryan y con el pastor metodista Tommy Tyson; al Padre Tom Forrest,[13] que desde Puerto Rico traducía revistas norteamericana en una propia llamada Alabaré. Tenemos al Padre George DiPrizio, que con su testimonio publicado movió la fe de otros y a José Kane, hoy en Canadá, trabajando como exorcista en Ontario.
Otros que han formado a quienes se han iniciado luego como ministros de sanación han sido los hermanos Matthew y Dennis Linn.,[14] que desde su experiencia e investigación han publicado libros y dictado conferencias sobre cómo ayudar a otros a sanarse, así como también el Padre Robert deGrandis[15]
Un caso particular de ministerio de sanación ha sido el de la clarisa Briege McKenna,[16] que ha visitado Latinoamérica en diversas oportunidades, y hoy se dedica a interceder por los sacerdotes que particularmente atraviesan por crisis vocacionales. Su ministerio se llama Intercesión por los Sacerdotes.[17]
El teólogo católico con investigaciones más prolijas hasta hoy del movimiento carismático en la Iglesia católica y demás, es el sacerdote benedictino Kilian MacDonnell. Él ha sido presidente de la comisión oficial de diálogo entre la Iglesia católica y las Iglesias pentecostales. Además, es presidente de un instituto de investigación para el ecumenismo,[18] y ha publicado un libro que vincula la patrología latina, griega y oriental de otros orígenes con el bautismo en el Espíritu Santo. Se titula Christian Initiation and Baptism in the Holy Spirit: Evidence from the First Eight Centuries (Iniciatión Cristiana y Bautismo en el Espíritu Santo: Evidencia de los Primeros Ocho Siglos). Fue publicado en 1991 por Liturgical Press conjuntamente con George Montague en la localidad de Collegeville. La referencia es su hoja de vida en donde detalla más acerca de él.[19] Otro importante autor a mencionar es Monseñor Peter Hocken.
Y otro caso de líderes trabajando de cerca al Papa, Cardenales y Superiores de Congregaciones Religiosas es el del sacerdote capuchino Raniero Cantalamessa, que es predicador de la Casa Pontificia, especialista en paleocristianismo y difusor de la renovación carismática, así como del ecumenismo, otro importante líder internacional es el sacerdote y exorcista de la India, Rufus Pereira.
También pueden destacarse algunos fundadores de comunidades de alianza, como el caso de los laicos Pierre Goursat (hoy en proceso de beatificación), Josette Croissant y Gérard Croissant.
A pesar de ser un movimiento originalmente ecuménico en sus fuentes, en América Latina aún hay serias dificultades para que pueda darse cualquier forma de colaboración interconfesional entre católicos y no católicos en el movimiento carismático y en otros ambientes. Hay avances importantes, pero lentos.[20]
Entre los predicadores más detacados de la Renovación Carismática en América Latina y España se encuentran obispos como: Alfonso Uribe Jaramillo (colombiano), y presbíteros como Gustavo Jamut (argentino), Jonas Abib (brasileño), Marcelo Rossi (brasileño), Roberto Lettieri (brasileño), Emiliano Tardif (canadiense), Darío Betancourt (colombiano), Jaime Burke (norteamericano); Manuel Rodríguez (español), Luis María Estrada (guatemalteco), y laicos como Rubén Darío Hoyos (latino residente en EEUU), Osvaldo Cuadro Moreno (argentino), Martín Valverde (costarricense), Millo Quintero, ex obispo anglicano (colombiano), Salvador Gómez (salvadoreño), Max Walter Zimmermann, (chileno), Pedro Nuñez(estadounidense), Malvina Modesto (dominicana), Andreis Camero (colombiano), fray Said Leon, Rey Lugo (puertorriqueño), entre otros.
Vocación Ecuménica e Identidad Católica
La Renovación Carismática Católica, llegó a lugares como América Latina como una importación eclesial traída de Norteamérica con las novedades del post Concilio Vaticano II. Para los carismáticos norteamericanos era normal que católicos y protestantes colaborasen porque provenían de una sociedad plural,[21] con muchas religiones coexistiendo, dado que la tolerancia es exigencia de la paz social y porque la Iglesia católica comenzó a buscar puentes de reconciliación entre cristianos. Por todo ello, se ensayaron iniciativas de grupos y comunidades interconfesionales e incluso grandes asambleas ecuménicas, como la de Kansas City, Misuri en 1977.[22]
A mediados de julio de ese año cincuenta mil personas se reunieron allí, en lo que fue conocido como la Conferencia de Kansas City sobre la Renovación Carismática en las Iglesias cristianas.[23]
Y de ese número se podía contar bautistas, pentecostales, presbiterianos, luteranos, católicos, episcopales, menonitas, ortodoxos, judíos mesiánicos, y grupos no denominacionales. Allí, el cardenal Suenens compartió el púlpito con el obispo de la Iglesia protestante del movimiento de Santidad más grande de los Estados Unidos en ese momento.[24]
En medio de gran comunión espiritual entre todos ellos, el laico católico Ralph Martin dio un mensaje, al que los carismáticos llaman profecía:[25]
Laméntense y lloren porque el Cuerpo de Mi Hijo está roto. Laméntense y lloren porque el Cuerpo de Mi Hijo está roto. Vengan delante de mí con sayal y cenizas. Vengan delante de mí con lágrimas y lamentos porque el Cuerpo de Mi Hijo está roto. Yo te habría hecho un hombre nuevo pero el Cuerpo de Mi Hijo está roto. Yo te habría hecho luz en la cumbre de una montaña, una ciudad gloriosa y esplendorosa que todo el mundo habría visto pero el Cuerpo de Mi Hijo está roto. La luz es débil. Mi pueblo está desunido. El Cuerpo de Mi Hijo está roto. Yo dí todo lo que tenía en el Cuerpo y la Sangre de Mi Hijo. Fue derramada sobre la tierra. El Cuerpo de Mi Hijo está roto. Apártense de los pecados de sus padres y caminen en los caminos de Mi Hijo. Vuelvan al plan de su Padre. Vuelvan al propósito de su Dios. El Cuerpo de Mi Hijo está roto. Laméntense y lloren porque el Cuerpo de Mi Hijo está roto.
Y según nos narra Michael Scanlan, hubo gran llanto en ese lugar.[26]
Su puede inferir una eclesiología un tanto general en la profecía, pero su insistencia no es en el rigor de describir la naturaleza de la Iglesia católica, sino la urgencia de reunir a todos los cristianos (en términos simples) como un solo pueblo, tal como lo entiende la perspectiva católica del ecumenismo.
Confirmando eso, el cardenal Leo Jozef Suenens señaló textualmente en una publicación:
No podemos decir con suficiente frecuencia: la unidad es un don de Dios, una gracia por la cual deberíamos rogar al Señor juntos. Además, en el umbral de cada esfuerzo ecuménico debemos recordar las palabras del cardenal Bea: "La puerta a la unidad está dentro de nuestras rodillas". Debemos orar juntos fervientemente. Hacemos esto juntos en la Octava por la Unidad del 18 al 25 de Enero cada año. Este es un primer paso, pero aún uno tímido y esporádico. Es algo, pero no estamos entrando en la misma impaciencia amorosa de Dios... La oración juntos, en la cual nos abramos a la acción del Espíritu Santo, es una prioridad ecuménica.[27]
Leo Jozef Suenens
Así, el movimiento carismático de los católicos aparecía como el espacio natural de reconciliación y unidad de los cristianos con la Iglesia de Roma que se impulsó desde que la Iglesia católica comenzó a promover el ecumenismo. Sin embargo, hubo dos obstáculos que principalmente han hecho que el ecumenismo ya no sea prioritario para los carismáticos latinoamericanos:
La falta de experiencia de diálogo de los católicos por haber vivido en una sociedad cultural y predominantemente católica, en donde la historia y las estructuras han sido modeladas por ella desde la colonia. Lo que no es católico luce extraño para ellos.
El trasfondo de los protestantes latinoamericanos: La mayoría sigue siendo de conversos al protestantismo de primera generación, por hallarse descontentos con su antigua condición en la Iglesia católica. Esto suele darles una actitud, muchas veces, intolerante frente al catolicismo.
Ambas razones crean un caldo de cultivo de mutua desconfianza entre personas con poca empatía eclesial por carencias formativas y de experiencia, y otras con un cristianismo que se ha forjado en su oposición histórica y doctrinal, y a malos precedentes con el catolicismo romano. Aunque han habido algunas experiencias, al parecer positivas, como la que menciona el P. Carlos García Llerena en un artículo de La Palabra Entre Nosotros, donde nombra a la organización Campamentos de Fe y Oración (conocida en inglés como Camp Farthest Out) una experiencia de compartir ecuménica y con los permisos necesarios de las autoridades eclesiásticas de 1980 en Lima, Perú.[28] En el caso de Costa Rica, una institución interdenominacional llamada la Fraternidad de Hombres de Negocios del Evangelio Completo jugó en los años 1970s un rol difusor de la experiencia carismática mediante almuerzos semanales con fines de evangelización en casas particulares.[29]
Asimismo, a diferencia de Norteamérica y Europa, los precedentes de colaboración interconfesional entre protestantes y católicos no han tenido resultados usualmente satisfactorios en Latinoamérica. Puede citarse como ejemplo lo ocurrido en la ciudad de México con el sacerdote Gilberto Gómez Velásquez de Monte María y su relación con el pastor Víctor Richards,[30] o lo sucedido en las escuelas de servidores en Lima, animadas por la misionera estadounidense Bette Strombeck (llamada también Betty) y el Padre Rómulo Falcón MSC a inicios de los años 80. En ambos casos hubo deserciones de la comunión de la Iglesia católica. Del caso mexicano surgió la Iglesia Tierra Prometida, liderada hoy por el pastor Roberto Stevenson E.[31] y del peruano la Comunidad Cristiana Agua Viva[32]
Sin embargo, de acuerdo a lo previsto por el Decreto para el Ecumenismo pp. 3-4 del Vaticano II, algunos laicos católicos y líderes protestantes en la Argentina vienen celebrando congresos ecuménicos llamados CRECES (Comunión Renovada de Evangélicos y Católicos en el Espíritu Santo).[33] El año 2006, contaron con la presencia del cantante mexicano Marcos Witt, el padre Raniero Cantalamessa, el presidente de la fraternidad de comunidades carismáticas de alianza Mateo Calisi, y el Cardenal Primado de Argentina, Cardenal Bergoglio, quien recibió de rodillas la oración de pastores evangélicos, y sacerdotes y laicos católicos frente a 7000 personas en el Estadio Luna Park, Buenos Aires.[34]
Del mismo modo, América Latina ha sido impactada por un curso básico de evangelización llamado el Curso Alpha. Este curso fue desarrollado en una parroquia anglicana renovada carismáticamente llamada Holy Trinity Brompton, pero hoy tiene gran difusión en Norteamérica y Europa sobre todo. El país suramericano de Perú fue elegido como sede de sus dos primeras conferencias latinoamericanas celebradas en el barrio residencial de Miraflores en una escuela inglesa llamada Markham College.[35] A ambas conferencias asistieron tanto agentes pastorales católicos como protestantes de toda Hispanoamérica. Y en Octubre del 2009 bajo auspicios de una institución de los obispos católicos de la región se realizó la primera conferencia católica de la región. A ella asistieron más de 30 arzobispos y obispos.[36]
Ministerios de alabanza y adoración
Padre Marcelo Rossi. Una figura muy conocida en Brasil.
Padre Marcelo Rossi[37]
Rafael Garcia Herreros[38]
Alianza Nueva[39]
Río Poderoso[40]
Jon Carlo[41]
Rexband[42]
Miguel Horario[43]
Alfareros[44]
Tadeo Castro y Cefas[45]
Iván Díaz[46]
Padre Juan Andrés Barrera[47]
ZiZa Fernandes[48]
Jésed
Millo Quintero
Lino Bonilla Salgado[49]
Martín Valverde[50]
Son By Four[51]
José Luis Melgar[52]
Rafael Moreno[53]
Celines[54]
Estación Cero[55]
Silvia Mariella[56]
Fray Richard[57]
Jeremias Mendez[58]
Marco Lopez[59]
Miguel Angel Guerra[60]
Walmir Alencar[61]
Nana Angarita[62]
Grupo Betsaida[63]
Ministerio Fragancia de vida[64]
Ministerio de Predicación y Cantico Hno Rey Lugo[65]
Publicado por Cristianos Ungidos en 2:26 No hay comentarios:
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